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Amory Lovins y el jaque mate al petróleo – Charla TED2005

Charla «Amory Lovins y el jaque mate al petróleo» de TED2005 en español.

En esta charla energizante, Amory Lovins expone un plan sencillo para que Estados Unidos abandone el petróleo y revitalice su economía.

  • Autor/a de la charla: Amory Lovins
  • Fecha de grabación: 2005-02-02
  • Fecha de publicación: 2007-12-11
  • Duración de «Amory Lovins y el jaque mate al petróleo»: 1184 segundos

 

Traducción de «Amory Lovins y el jaque mate al petróleo» en español.

El mito es que proteger el ambiente es costoso o ya lo hubiéramos hecho por lo que el Gobierno necesita que hagamos sacrificios para solucionarlo.

Ahora sabemos que la protección ambiental no solo no es costosa, sino que es rentable.

Esto fue un simple error de signo, porque es más barato ahorrar combustible que comprarlo, como bien saben las compañías que lo hacen todo el tiempo por ejemplo, Dupont, SD micro electronics.

Muchas otras empresas (IBM) están reduciendo su consumo energético un 6% anual al arreglar sus plantas y recuperan el dinero invertido en dos o tres años.

Eso se llama ganancia.

Del mismo modo, el mito sobre el petróleo es que querer ahorrar demasiado sería muy costoso, o ya lo hubiéramos hecho, porque los mercados son esencialmente perfectos.

Claro que, si esto fuera cierto, no habría innovación y nadie podría ganar dinero.

Pero lo que ahora sabemos sobre el petróleo es que el Gobierno no tiene que forzarnos a hacer sacrificios para que lo abandonemos, no solo de manera gradual, sino por completo.

Todo lo contrario.

Estados Unidos, por ejemplo, puede eliminar por completo el consumo de petróleo y al mismo tiempo rejuvenecer su economía, liderada por sociedades con fines de lucro, porque es mucho más barato ahorrar y reemplazar el petróleo que continuar comprándolo.

Este proceso también será catalizado por los militares por razones propias de efectividad en combate y prevención de conflictos, en particular por petróleo.

Esta tesis está planteada en un libro llamado «Winning the Oil Endgame» (Jaque mate al petróleo) que escribí con cuatro colegas y al que se puede acceder de manera gratuita en http://www.oilendgame.com/.

Hasta ahora fue bajado unas 170.000 veces y fue copatrocinado por el Pentágono.

Es independiente, revisado por pares y todas las cuentas están publicadas, de forma transparente, para que las revisen.

Creo que puede resultar útil un poco de historia económica.

Alrededor de 1850, la caza de ballenas era una de las mayores industrias en Estados Unidos y el aceite de ballena alumbraba casi todos los edificios.

Pero en los nueve años anteriores a que Drake encontrara petróleo, en 1859, al menos un 83% de ese mercado de iluminación con aceite de ballena desapareció gracias a unos contrincantes mortales, sobre todo el petróleo y el gas de carbón, a los que los balleneros no habían estado prestando atención.

Así que, inesperadamente, se quedaron sin clientes antes de quedarse sin ballenas.

Las poblaciones restantes de ballenas fueron salvadas por innovadores tecnológicos y capitalistas maximizadores de ganancias.


(Risas)
Y es cómico; es un poco lo que está ocurriendo con el petróleo ahora.

Hemos pasado las últimas décadas acumulando un importante arsenal de tecnologías para ahorrar y reemplazar el petróleo y nadie se había molestado en sumarlas.

Así que, cuando lo hicimos, nos llevamos unas grandes sorpresas.

Hay dos grandes razones para estar preocupados por el petróleo.

Tanto la competitividad nacional como la seguridad nacional están en riesgo.

En cuanto a la competitividad, todos sabemos que Toyota tiene más capitalización de mercado que nuestras tres grandes automotrices juntas.

Y una fuerte competencia de Europa, Corea, y próximamente China, quien pronto será una gran exportadora neta de autos.

¿Cuánto tiempo creen que pasará hasta que lleven a casa su nuevo auto supereficiente fabricado por una automotriz de Shanghái?

Quizás una década, según mis amigos de Detroit.

China tiene una política energética basada en una eficiencia energética radical y tecnología avanzada.

No van a exportar el Buick de tu tío.

Y luego de eso viene la India.

El punto aquí es que estos autos van a ser supereficientes.

La pregunta es quién los fabricará.

¿Continuaremos en Estados Unidos importando autos eficientes para reemplazar el petróleo extranjero o haremos autos eficientes para no importar ni el petróleo ni los autos?

Eso parece tener más sentido.

Cuanto más continuamos usando petróleo, en especial petróleo importado, más nos enfrentamos a una serie de problemas evidente.

Nuestro análisis asume que tienen un costo cero, pero cero no es el número correcto.

Por ejemplo, bien podría llegar a duplicar el precio del petróleo.

Y una de las peores consecuencias de esto es lo que le hace a nuestra posición en el mundo si otros países piensan que todo lo que hacemos está relacionado con el petróleo, si tenemos que tratar a los países que tienen petróleo de manera diferente que a los que no tienen petróleo.

Y nuestros militares no están demasiado felices de tener que proteger oleoductos en tierras lejanas cuando en realidad a lo que se comprometieron fue a proteger a los ciudadanos estadounidenses.

No les gusta pelear por petróleo, no les gusta estar en la arena y no les gusta hacia donde va el dinero del petróleo y la clase de inestabilidad que genera.

Bien, evitar estos problemas, cualquier sea el valor que crean que tienen, no es en realidad tan complicado.

Podemos ahorrar la mitad del petróleo usándolo de forma más eficiente, a un costo de 12 dólares por barril ahorrado.

Y luego podemos reemplazar la otra mitad con una combinación de biocombustibles avanzados y gas natural seguro.

Y el costo promedio de eso es de menos de 18 dólares por barril.

Y, en comparación con el pronóstico oficial, ese petróleo costará 26 dólares por barril en 2025, que es la mitad de lo que hemos estado pagando últimamente.

Eso nos permitirá ahorrar 70 mil millones de dólares al año, y para ello no habrá que esperar demasiado.

Para hacer esto necesitamos invertir unos 180 mil millones de dólares.

La mitad, para actualizar las industrias de autos, camiones y aviones, y la otra, para desarrollar la industria del biocombustible avanzado.

En el proceso generaremos cerca de un millón de puestos de trabajo, sobre todo rurales, y protegeremos otro millón en riesgo, sobre todo en la industria automotriz.

Y también obtendremos una ganancia de unos 150 mil millones de dólares al año.

Así que esa es una ganancia considerable.

Es financiable en el mercado de capital privado.

Pero si lo quieren por las razones que acabo de mencionar, para que suceda más pronto y con mayor seguridad, y también para expandir las alternativas y gestionar el riesgo, entonces quizá les gusten algunas políticas públicas sutiles que apoyen la lógica de negocios en vez de distorsionarla u oponérsele.

Y estas políticas funcionan bien sin impuestos, subsidios o mandatos, generan un poco de dinero neto para el tesoro, tienen un amplio atractivo transideológico y, dado que sí queremos que se vuelvan realidad, encontramos modos de implementarlas que no requieren de demasiada legislación federal y puede, de hecho, hacerse de manera administrativa o a nivel estatal.

Solo para ilustrar qué hacer respecto a la esencia del problema, esto es, los vehículos livianos, aquí hay cuatro autos conceptuales ultralivianos de compuesto de carbono y baja resistencia aerodinámica y todos, excepto el de arriba a la izquierda, son híbridos completos.

Con estos no hace falta privarse de nada.

Por ejemplo, este Opel de dos asientos alcanza los 250 km/h a razón de 40 km por litro.

Este deportivo de Toyota: 408 caballos de fuerza en un ultraliviano que acelera de 0 a 100 en menos de 4 segundos y aun así recorre 13,5 km por litro.

Luego hablaré más sobre esto.

Y en la esquina superior izquierda, un logro pionero de hace 14 años de GM: 36 km por litro sin siquiera usar un híbrido, en un auto de cuatro asientos.

Pues bien, ahorrar ese combustible, 69% del combustible en los vehículos livianos, cuesta unos 15 centavos por litro ahorrado.

Pero esto es aun mejor para los camiones pesados, donde se ahorra una cantidad similar a unos 6,6 centavos por litro por medio de una mejor aerodinámica, y ruedas, y motores y demás y quitando peso para poder aumentar la capacidad de carga.

Así que se puede duplicar la eficiencia con una tasa interna de retorno del 60%.

Luego se puede ir más allá, y casi triplicar la eficiencia con algunas mejoras operacionales, y así duplicar los márgenes de las grandes transportistas.

Y pretendemos usar esos números para incrementar la demanda y dar vuelta el mercado.

En el negocio de los aviones ocurre algo parecido donde el primer 20% de ahorro de combustible es gratis como lo está demostrando Boeing con su nuevo Dreamliner.

Pero luego la siguiente generación de aviones ahorra alrededor de la mitad.

De nuevo, mucho más económico que comprar el combustible.

Y si en los próximos 15 años nos inclinamos por un cuerpo de ala combinada, una especie de ala voladora con motores internos, obtendremos el triple de eficiencia a un costo comparable o menor.

Permítanme enfocarme por un minuto en los vehículos livianos, los autos y camionetas, porque es con los que más estamos familiarizados; probablemente todos aquí manejan uno.

Y aun así quizás no nos demos cuenta de que en un sedan estándar, de todo el combustible que se le pone al auto más de un 87% nunca llega a las ruedas.

Se pierde primero en el motor en ralentí a 0 km por litro, el tren motriz y los accesorios.

Así que de la energía que finalmente llega a las ruedas, que es sólo un 12%, la mitad calienta los neumáticos sobre el pavimento o el aire que el auto empuja y sólo esta pequeña parte, sólo un 6%, termina, en realidad, acelerando el auto y luego calentando los frenos al detenerse.

De hecho, dado que el 95% del peso que se está moviendo es el auto y no el conductor, menos del 1% de la energía del combustible termina moviendo al conductor.

Esto no es demasiado gratificante luego de más de un siglo de dedicados esfuerzos de ingeniería.


(Risas)

(Risas)
Además, el 75% del consumo de combustible se debe al peso del auto.

Y, como se ve en el diagrama, es obvio que cada unidad de energía que se ahorre en las ruedas va a evitar que se desperdicien otras siete unidades de energía en llevar esa energía a las ruedas.

Así que hay una enorme presión para hacer los autos mucho más livianos.

Y si esto no se había estudiado seriamente antes fue porque en la industria solía creerse que entonces no estarías seguro si te golpeara un auto pesado y que costaría mucho más hacerlo porque el único modo que conocíamos para hacer autos mucho más livianos era usar metales livianos costosos como el aluminio y el magnesio.

Pero estas objeciones están desapareciendo gracias los avances en materiales.

Por ejemplo, usamos muchos compuestos de fibra de carbono en productos deportivos.

Y resulta que estos son sorprendentemente seguros.

Aquí hay un auto de carbono McLaren SLR hecho a mano que fue chocado por un Golf.

El Golf quedó destruido.

Al McLaren sólo se le salió y rayó el panel lateral.

Se lo volverán a colocar y luego arreglarán el rayón.

Pero si este McLaren se estrellara contra un muro a 100 km/h, toda la energía del choque sería absorbida por un par de conos de compuesto de fibra de carbono, que pesan un total de 7 kilos, ocultos en la parte delantera, porque estos materiales podrían absorber de 6 a 12 veces la cantidad energía por libra que podría el acero y de un modo mucho más suave.

Y esto significa que hemos descifrado el acertijo de la seguridad y el peso.

Podríamos hacer autos más grandes, lo cual brinda protección, pero hacerlos livianos.

Mientras que si los hiciéramos pesados, serían tanto hostiles como ineficientes.

Y hacerlos livianos del modo correcto puede resultar más simple y barato.

Se puede terminar ahorrando dinero y petróleo y salvar vidas todo al mismo tiempo.

Hace dos años mostré un poco aquí sobre el diseño de un deportivo utilitario tipo de eficiencia quintuplicada en el que no se ha sacrificado nada.


(Risas)
Y este es un diseño completamente virtual que es producible a un costo viable.

Y el proceso necesario para fabricarlo está comenzando a estar disponible en el mercado.

Inventamos una especie de impresora de chorro de tinta digital para este material fuerte y rígido compuesto de carbono y modos de darle cualquier forma compleja que se desee, porque es una combinación de carbono y nailon, por medio de un proceso de termoformado.

Uno de los proveedores de primer nivel acaba de presentar una así en el salón del automóvil.

Y la fabricación que se puede hacer de esta forma se simplifica radicalmente porque el cuerpo del auto tiene solo, digamos, 14 partes en lugar de 100 o 150.

Cada una se forma con juego de troqueles bastante económico en lugar de los cuatro costosos necesarios para el estampado de acero.

Cada una de las partes puede levantarse con facilidad sin una grúa.

Se enganchan como si fueran un juguete, por lo que se deshacen del taller de carrocería y, si quieren, pueden agregar color en el molde y deshacerse del taller de pintura.

Esas son las dos partes más difíciles y costosas de fabricar un auto, por lo que se acaba con, como mínimo, un 40% menos de intensidad de capital que la planta más eficiente de la industria, que es la que GM tiene en Lansing.

La planta también se achica.

Cuando se hace un análisis similar para cada forma en que usamos el petróleo, incluyendo los edificios, la industria, las materias primas y demás, se descubre que de los 28 millones de barriles diarios que el Gobierno dice que necesitaremos en el 2025, para entonces, unos 8 se pueden eliminar por medio de la eficiencia junto con otros 7 que se ahorran a medida que los vehículos se reemplazan, a un costo promedio de solo 12 dólares por barril en lugar de 26 para comprar el petróleo.

Y luego otros 6 pueden hacerse de forma competitiva de etanol de celulosa y un poco de biodiésel sin interferir en absoluto con la tierra y el agua necesarias para la producción de cultivos.

Hay una enorme cantidad de combustible que se puede ahorrar; alrededor de la mitad del combustible del pronóstico a un 12% de lo que cuesta.

Y aquí hay algunos sustitutos bastante obvios, y queda un gran excedente.

Tanto, de hecho, que luego de haberse ocupado del pronóstico de petróleo nacional de áreas ya aprobadas, solo resta esta pequeña parte, y veamos cómo podemos encargarnos de ella, porque hay un abanico de opciones bastante flexible.

Podríamos, claro, comprar más eficiencia: quizás deberíamos comprar eficiencia a 26 dólares en lugar de 12, o esperar a que llegue la segunda parte.

O podríamos, por supuesto, conseguir solo esta pequeña parte si seguimos importando algo de petróleo de Canadá y México o el etanol que a los brasileros les encantaría vendernos.

Pero, en cambio, se lo venderán a Japón y China, porque nosotros tenemos barreras tarifarias para proteger a nuestros agricultores y ellos, no.

O podríamos directamente usar el combustible ahorrado para cubrir todo este resto, o si lo usáramos como hidrógeno, que es mucho más rentable y eficiente, nos libraríamos del petróleo nacional también.

Y eso sin siquiera tener en cuenta que, por ejemplo, las tierras disponibles en Dakota del Norte y del Sur pueden generar suficiente energía eólica como para hacer funcionar cada vehículo urbano en el país.

Así que tenemos muchísimas opciones.

Y la elección de opciones y tiempos es bastante flexible.

Bien, para hacer que esto suceda con mayor rapidez y seguridad, hay unas cuantas formas en que el Gobierno puede ayudar.

Por ejemplo, una combinación de recargos y descuentos, en cualquier segmento de automóvil que quieran, puede aumentar el precio de los vehículos ineficientes y, del mismo modo, otorgar un descuento en los vehículos eficientes.

No les pagan por cambiar de segmento; les pagan por elegir la opción eficiente dentro de un segmento, como si tuvieran en cuenta el ahorro de combustible a lo largo de los 14 años de vida del vehículo en lugar de solo los primeros 2 o 3.

Esto expande rápidamente las alternativas en el mercado y, de hecho, también genera más dinero para las automotrices.

Me gustaría lidiar con la falta de movilidad personal asequible en este país logrando que las familias de bajos ingresos puedan conseguir a bajo precio autos nuevos, eficientes, confiables y garantizados a los que, de otra manera, jamás podrían acceder.

Y por cada auto que se financie de este modo, desguazar uno viejo, preferentemente los más sucios.

Para Detroit, esto significa que venderán un millón de autos más por año a clientes que de otro modo no hubieran tenido porque eran insolventes y jamás podrían haber comprado un auto nuevo.

Y Detroit ganará dinero con cada unidad.

Resulta que si, supongamos, las familias blancas y afroamericanas tuviesen la misma cantidad de autos, la desigualdad laboral se reduciría a la mitad al existir mejor acceso a oportunidades laborales.

Así que esta es también una gran victoria social.

Los Gobiernos compran cientos de miles de autos al año.

Hay formas inteligentes de adquirirlos y sumar ese poder de compra de modo de introducir vehículos muy eficientes al mercado con mayor velocidad.

Y hasta podríamos ofrecer una recompensa como la del X Prize para incentivar el desarrollo.

Por ejemplo, un premio de mil millones de dólares para la primera automotriz estadounidense que venda 200.000 vehículos realmente avanzados como algunos de los que vieron antes.

Las aerolíneas tradicionales no pueden comprar los aviones nuevos y eficientes que necesitan desesperadamente para ahorrar combustible, pero si filosóficamente sintieran deseos de hacer algo al respecto, existen modos de financiarlo.

y de, al mismo tiempo, desguazar los aviones viejos e ineficientes, porque, de otro modo, si volvieran a volar gastarían mas petróleo y obstaculizarían la adquisición de aviones nuevos y eficientes.

Esos aviones relativamente ineficientes valen más muertos que vivos para la sociedad.

Deberíamos dispararles y hacer que los persigan los cazarrecompensas.

El ejército también juega un rol importante.

Para estimular la fabricación comercial de grandes volúmenes y a bajo costo de este tipo de materiales o, para el caso, de aceros ultralivianos, que son una buena tecnología de respaldo, el ejército puede hacer lo mismo que hizo para transformar DARPAnet en Internet: dejaron que se encargara el sector privado y así apareció Internet.

Lo mismo con el GPS.

Lo mismo para la industria moderna de los semiconductores.

Esto es, la tecnología y la ciencia militar que ellos necesitan pueden crear el cluster industrial de materiales que transforme la economía civil y libre al país del petróleo.

Esto contribuiría enormemente a eliminar los conflictos por el petróleo y a mejorar la seguridad nacional y global.

Luego tendremos que actualizar la industria automotriz y reentrenar al personal y cambiar la convergencia de las cadenas de valor agrícola y energética para acelerar el cambio de los hidrocarburos a los carbohidratos y librarnos de otros modos de los obstáculos que nos ponemos y acelerar la transición hacia vehículos más eficientes.

Pero he aquí cómo encajan las partes.

En lugar de que los pronósticos oficiales de consumo de petróleo y las importaciones de petróleo continúen aumentando por siempre, pueden disminuir con la eficiencia de 12 dólares por barril, disminuir drásticamente si añadimos los sustitutos de 18 dólares del lado de la oferta todo implementado a un ritmo más lento que el que llevábamos cuando prestábamos atención.

Y si comenzamos a agregar partes de hidrógeno pronto dejaremos de importar petróleo y para la década de 2040 ya no lo consumiremos.

Y lo que me gustaría destacar aquí es que ya hemos hecho esto.

En este período de ocho años, de 1977 a 1985, cuando prestamos atención por última vez, la economía creció un 27% y el consumo de petróleo cayó un 17%.

La importación de petróleo cayó un 50%.

La importación de petróleo del Golfo Pérsico cayó un 87%.

Si hubiésemos mantenido esa tendencia un año más, todas esas importaciones se habrían terminado.

Bien, eso fue con tecnologías y métodos de entrega muy antiguos.

Hoy podríamos recrear esa jugada mucho mejor.

Sin embargo, lo que demostramos en aquel entonces fue que EE.UU.

tiene mayor poder de mercado que la OPEC.

El nuestro está del lado de la demanda.

Somos la Arabia Saudita de los «negabarriles».

Podemos reducir nuestro consumo de petróleo más rápido de lo que ellos pueden reducir sus ventas.


(Aplausos)
Cualquiera sea la razón por la que quieran hacer esto, sea porque estén preocupados por la seguridad nacional o la volatilidad de los precios…


(Risas)
…o el trabajo, o el planeta, o sus nietos, creo que podemos dar jaque mate al petróleo y que todos deberíamos jugar para ganar.

Por favor, descarguen sus copias, y muchas gracias.


(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/amory_lovins_winning_the_oil_endgame/

 

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