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Catherine Mohr: El pasado, presente y futuro robótico de la cirugía – Charla TED2009

Charla «Catherine Mohr: El pasado, presente y futuro robótico de la cirugía» de TED2009 en español.

La cirujana e inventora Catherine Mohr nos relata la historia de la cirugía (y su pasado pre-analgésico, pre-antiséptico), luego muestra algunas de las más nuevas herramientas para hacer cirugías a través de pequeñas incisiones, usando manos robóticas. Fascinante — pero no apto para débiles de estómago.

  • Autor/a de la charla: Catherine Mohr
  • Fecha de grabación: 2009-02-06
  • Fecha de publicación: 2009-06-18
  • Duración de «Catherine Mohr: El pasado, presente y futuro robótico de la cirugía»: 1135 segundos

 

Traducción de «Catherine Mohr: El pasado, presente y futuro robótico de la cirugía» en español.

La charla sobre robots para cirugía también es una charla acerca de la cirugía.

Y aunque he intentado hacer que mis imágenes no sean demasiado gráficas, tengan en mente que los cirujanos tienen una relación distinta con la sangre que las personas normales.

Porque después de todo, lo que un cirujano le hace a un paciente, si se hiciera sin su consentimiento, sería un crimen.

Los cirujanos son los sastres, plomeros, carpinteros, algunos dirían los carniceros del mundo médico.

Cortan, reforman, restauran, hacen puentes, arreglan.

Pero se necesita hablar sobre los instrumentos quirúrgicos y la evolución de la tecnología quirúrgica juntos.

Para darles algún tipo de perspectiva sobre dónde nos encontramos ahora con los robos quirúrgicos, y hacia dónde iremos en el futuro, quiero darles un poco de perspectiva de cómo es que llegamos a este punto.

Cómo es que incluso llegamos a creer que la cirugía era correcta.

que eso era algo que era posible hacer, que este tipo de cortar y corregir era lo correcto.

Entonces, un poco de perspectiva — como 10,000 años de perspectiva.

Éste es un cráneo trepanado.

Y la trepanación es simplemente hacer un hoyo en el cráneo.

Y muchos, muchos cientos de cráneos como este se han encontrado en sitios arqueológicos alrededor del mundo, datan de hace cinco a 10 mil años.

¡Cinco a 10 mil años! Ahora imaginen esto.

Son sanadores en una villa de la Edad de Piedra.

Y tienen a un tipo del que no saben qué le pasa.

Oliver Sacks nacerá en el futuro distante.

Le dan ataques.

Y no entienden esto.

Pero piensan para sí mismos, «No estoy seguro de qué le pasa a este tipo.

Pero tal vez si hago un hoyo en su cabeza lo pueda arreglar.»
(Risas)
Eso es pensamiento quirúrgico.

Ahora hemos llegado al despertar de la cirugía intervencionista.

Lo que es impresionante acerca de esto es que aunque no sabemos realmente qué tanto de esto se hacía con fines religiosos, y cuánto con fines terapéuticos, lo que sí podemos decir es que ¡estos pacientes vivían! A juzgar por la curación en los bordes de estos hoyos, vivían días, meses, años después de la trepanación.

Y lo que vemos es evidencia de una técnica refinada, que se transmitió durante miles y miles de años, alrededor del mundo.

Esto surgió independientemente en varios lugares que no tenían comunicación entre sí.

Realmente estamos viendo el amanecer de la cirugía intervensionista.

Ahora podemos adelantarnos muchos miles de años hasta la edad del bronce y más allá.

Y vemos que surgen nuevas herramientas refinadas.

Pero los cirujanos en esas eras eran un poco más conservadores que sus audaces ancestros trepanadores.

Estos tipos limitaron sus cirugías a heridas superficiales.

Y los cirujanos eran comerciantes, más que médicos.

Esto se mantuvo hasta incluso el Renacimiento.

Eso habrá salvado a los escritores, pero en realidad no salvó mucho a los cirujanos.

Se desconfiaba mucho de ellos.

Tenían un problema de Relaciones Públicas.

Pues el panorama lo dominaban los cirujanos-barberos itinerantes.

Eran sujetos que viajaban de pueblo en pueblo, de ciudad a ciudad, haciendo cirugías como un tipo de representación artística.

Como estábamos en la edad anterior a la anestesia.

la agonía del paciente era tanto espectáculo público como cirugía.

Uno de los tipos más famosos, Frere Jacques, mostrado aquí haciendo una litotomía.

La extracción de una piedra vesical, una de las cirugías más invasivas que hacían en ese tiempo, debía tomar menos de dos minutos.

Debías tener un gusto por lo dramático, y ser muy, muy rápido Y aquí lo ven haciendo una litotomía.

Se le acreditan más de 4.000 de estas cirugías públicas, al deambular alrededor de Europa.

Lo cual es un número asombroso, cuando piensas que la cirugía debía haber sido un último recurso.

Quiero decir,

¿quién se sometería a eso?

Hasta la anestesia, la ausencia de sensación.

Con la demostración del Inhalador de Ether Morton a las masas.

General en 1847, una era completamente nueva había surgido.

La anestesia le dio a los cirujanos la libertad de operar.

La anestesia les dio la libertad de experimentar, de empezar a hurgar cada vez más adentro del cuerpo.

Esta era realmente una revolución en la cirugía.

Pero un gran problema con esto.

Después de estas largas y dolorosas operaciones, intentando curar cosas que nunca habían podido tocar anteriormente, los pacientes morían.

Morían de una infección masiva.

La cirugía no lastimaba más, pero te podía matar rápidamente.

Y las infecciones continuarían reclamando a la mayoría de los pacientes hasta la siguiente gran revolución en cirugía.

Que fue la técnica aséptica.

Joseph Lister era el mayor defensor de la asepsia o esterilidad, ante el muy muy escéptico grupo de cirujanos.

Pero eventualmente la aceptaron.

Los hermanos Mayo fueron a visitar a Lister en Europa.

Y volvieron a su clínica Americana y dijeron que habían aprendido que es tan importante lavarse las manos antes de hacer una cirugía como lo es lavárselas después.

Algo tan simple.

Y así, la mortalidad operativa se desplomó drásticamente.

Estas cirugías estaban siendo ahora efectivas.

Con el paciente insensible al dolor, y con un campo de operación estéril ya no había dudas, el cielo era el límite.

Podrías empezar a hacer cirugías donde fuera, en el intestino, en el hígado, en el corazón, en el cerebro.

Trasplantes: podrías sacar un órgano de una persona, podrías ponerlo en otra, y funcionaría.

Los cirujanos se volvieron respetados.

Se habían convertido en dioses.

La era del «gran cirujano, gran incisión» había llegado.

Pero con un costo.

Porque ellos estaban salvando vidas, pero no necesariamente la calidad de vida.

Porque la gente saludable no necesita cirugías.

Y la gente no-saludable tienen dificultades para recuperarse de un corte como este.

La pregunta tenía que plantearse, «Bueno,

¿podemos hacer estas mismas cirugías pero a través de pequeñas incisiones?

» La laparoscopía es hacer este tipo de cirugía.

Cirugía con instrumentos largos, a través de pequeñas incisiones.

Y esto realmente cambió el panorama de la cirugía.

Algunas de las herramientas para hacerlo se habían usado durante cientos de años.

Pero se usaron como técnica de diagnóstico hasta los 80s, cuando hubo cambios en la tecnología de las cámaras y cosas así, eso permitió que se hiciera para operaciones reales.

Entonces lo que ven —esta es la primera imagen quirúrgica— mientras bajamos por el tubo, esta es una nueva entrada al cuerpo.

Se ve muy distinto de lo que esperarías que pareciera una cirugía.

Metemos instrumentos desde dos cortes separados a los lados, y luego puedes empezar a manipular el tejido.

A los 10 años de la primera cirugía de vesícula hecha laparoscópicamente, la mayoría de estas cirugías se estaban haciendo laparoscópicamente.

Realmente una gran revolución.

Pero había contrariedades a esta revolución.

Estas técnicas eran mucho más difíciles de aprender de lo que la gente había anticipado.

La curva de aprendizaje era muy larga.

Y durante esa curva de aprendizaje, las complicaciones se hacían más difíciles.

Los cirujanos tenían que renunciar a su visión en 3D.

Tenían que renunciar a sus muñecas.

Tenían que renunciar al movimiento intuitivo de los instrumentos.

Este cirujano tiene más de 3,000 horas de experiencia laparoscópica.

Este es un acomodo de aguja particularmente frustrante.

Pero esto es difícil.

Y una de las razones por lo que es tan difícil es porque la ergonomía externa es horrible.

Tienes estos instrumentos largos, y estás trabajando fuera de tu línea central.

Y los instrumentos prácticamente están funcionando al revés.

Entonces lo que necesitas hacer para tomar las capacidades de tus manos, y ponerlas en el otro lado de la pequeña incisión, es ponerle una muñeca al instrumento.

Y así —ahora hablaré de robots— el robot da Vinci puso justamente esa muñeca en el otro lado de la incisión.

Y entonces aquí están viendo la operación de esta muñeca.

Ahora, en contraste con la laparoscopía, puedes colocar la aguja en los instrumentos con precisión, pasarla a través y seguirla en una trayectoria.

Y la razón por la que se vuelve tan fácil es, que como pueden ver en la parte inferior, las manos están haciendo los movimientos, y los instrumentos los siguen exactamente.

Ahora, lo que ponen entre esos instrumentos y aquellas manos, es un robot grande y algo complicado.

el cirujano se sienta en la consola, y controla el robot con esos controles.

Y el robot mueve los instrumentos, los propulsa, dentro del cuerpo.

Tienes una cámara 3D, así que obtienes visión 3D.

Y desde su introducción en 1999 muchos de estos robots han salido y han sido usados para procedimientos quirúrgicos como una prostatectomía.

En la que la próstata está muy adentro de la pelvis, y requiere de una disección fina y manipulación delicada para poder obtener un buen resultado quirúrgico.

Puedes también hacer un puente coronario en un corazón latiente sin romper el pecho.

Todo se hace entre las costillas.

Y puedes ir dentro del corazón mismo y reparar las válvulas desde adentro.

Tienes estas tecnologías —gracias—
(Aplausos)
Y quizás digas, «¡Órale, esto es muy padre! Entonces, chica lista,

¿por qué no se hacen todas las cirugías así?

» Y hay algunas razones, algunas buenas razones.

El costo es una de ellas.

Hablé acerca del robot grande y complicado.

Con toda esta tecnología, uno de estos robots te costará tanto como un cirujano de oro sólido.

Más útil que un cirujano de oro sólido, pero, aún así, es una inversión bastante costosa.

Pero una vez que lo obtienes, los costos del procedimiento se reducen.

Pero hay otras barreras.

Algo como una prostatectomía, la próstata es pequeña, y está en un punto específico.

Y puedes programar al robot para trabajar en ese punto precisamente.

Y entonces es perfecto para algo así.

Y de hecho si a ti, o alguien que conozcas, le han quitado la próstata en el último par de años, es posible que lo hayan hecho con uno de estos sistemas.

Pero si necesitas llegar a otros lugares, necesitas mover al robot.

Y necesitas poner nuevas incisiones ahí.

Y debes re-programarlo.

Y necesitas agregar más puertos, y mucho más.

Y el problema es que consume mucho tiempo y espacio.

Y por esa razón hay muchas cirugías que no se están haciendo con el da Vinci.

Entonces tenemos que hacernos la pregunta, «Bueno,

¿cómo lo solucionamos?

»

¿Qué tal si pudiéramos cambiarlo para no tener que re-programarlo cada vez que queramos moverlo a un lugar distinto?

¿Qué tal si pudiéramos tener todos los instrumentos juntos en un solo lugar?

¿Cómo cambiaría eso las capacidades del cirujano?

¿Y cómo cambiaría eso la experiencia del paciente?

Ahora, para hacerlo, necesitamos poder llevar la cámara, y los instrumentos, todos juntos a través de un pequeño tubo.

como el que vieron en el video de la laparoscopía.

O, no tan coincidentemente, en un tubo como este.

Lo que saldrá de ese tubo es el debut de esta nueva tecnología, este nuevo robot que podrá llegar a cualquier parte.

¿Listos?

Aquí viene.

Esta es la cámara, y tres instrumentos.

Y así como lo ven salir, para poder hacer algo útil, no puede estar agrupado así.

Tiene que poder salirse de la línea central y ser capaz de trabajar hacia esa línea central.

Es un listo diablillo.

Pero lo que esto te permite hacer es darte toda esa tracción tan importante, y contra-tracción, para poder diseccionar, para poder coser, para poder hacer todo lo que necesitas hacer, todas las tareas quirúrgicas.

Pero todo a través de una pequeña incisión.

No es tan simple.

Pero lo vale por la libertad que nos da al movernos.

Sin embargo, para el paciente, es transparente.

Esto es todo lo que verán.

Es muy emocionante pensar a dónde llegaremos con esto.

Nos toca escribir el guión para la siguiente revolución en la cirugía.

Mientras tomamos estas capacidades y vamos a los siguientes lugares, nos toca decidir cómo serán nuestras nuevas cirugías.

Y creo que entiendo el resto del camino en esa revolución, no sólo necesitamos llevar nuestras manos por nuevos caminos, sino también nuestros ojos.

Debemos ver por encima de la superficie.

Necesitamos ser capaces de guiar lo que estamos cortando de una mejor manera.

Ésta es una cirugía de cáncer.

Uno de los problemas con esto, aún para los cirujanos que han visto esto muchas veces, es que no puedes ver el cáncer, especialmente cuando está escondido bajo la superficie.

Y entonces, lo que estamos empezando a hacer es inyectar marcadores especialmente diseñados en la sangre para identificar al cáncer.

El marcador se une al cáncer.

Y podemos hacer que brille.

Y podemos llevar cámaras especiales, podemos verlo.

Ahora sabemos dónde necesitamos cortar, aún cuando esté bajo la superficie.

Podemos llevar estos marcadores e inyectarlos en el sitio del tumor.

Y podemos seguir hacia dónde fluye desde el sitio del tumor, para poder ver los primeros lugares a los que el cáncer podría viajar.

Podemos inyectar estos tintes en el torrente sanguíneo, para que cuando hagamos un puente coronario y conectemos una vena al corazón, podamos ver si realmente hicimos la conexión, antes de cerrar al paciente.

Algo que no hemos podido hacer, sin radiación anteriormente.

Podemos encender tumores como este tumor de riñón para poder ver exactamente dónde están los bordes entre el tumor y el riñón que quieres dejar ahí.

O el tumor de hígado y el hígado que debes dejar.

Y no tenemos que limitarnos a esta visión macro.

Tenemos sondas microscópicas flexibles que podemos llevar dentro del cuerpo.

Podemos ver directamente a las células.

Estoy viendo nervios aquí.

Estos son nervios, ven, en la parte de abajo, y la sonda microscopio que lleva la mano robótica, ahí arriba.

Todo esto es un prototipo.

Pero te importan los nervios, si eres un paciente quirúrgico.

Porque te permiten mantener la continencia, control de la vejiga, y función sexual después de la cirugía.

Todo esto es generalmente importante para el paciente.

Entonces, en combinación con estas tecnologías podemos alcanzarlo todo, podemos verlo todo.

Podemos curar la enfermedad.

Y podemos dejar al paciente intacto y funcional al terminar.

Ahora, he hablado acerca del paciente como si el paciente fuera, de alguna forma, algo abstracto fuera de este cuarto.

Y ése no es el caso.

Muchos de ustedes, quizás todos, en algún momento, o tal vez ya, habrán sido diagnosticados de cáncer, o enfermedades del corazón, o alguna disfunción de un órgano que les conseguirá una cita con el cirujano.

Y cuando lleguen a ese punto — quiero decir, a estos males no les importa cuántos libros hayan escrito, cuántas compañías hayan empezado, el Premio Nobel que les falta ganar, cuánto tiempo planeen pasar con sus hijos.

Estos males vienen por todos nosotros.

Y el prospecto que les ofrezco, de una cirugía más fácil…

¿hará ese diagnóstico menos atemorizante?

No estoy segura de querer realmente que así sea.

Porque enfrentarte a tu propia mortalidad provoca una re-evaluación de tus prioridades, y una re-asignación de tus metas en la vida, a diferencia de cualquier otra cosa.

Y no querría nunca privarlos de esa epifanía.

En vez de eso, lo que quiero es que queden completos, intactos, y suficientemente funcionales para ir y salvar al mundo, después de que decidan que deben hacerlo.

Y esa es mi visión de su futuro.

Gracias.


(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/catherine_mohr_surgery_s_past_present_and_robotic_future/

 

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