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Chris Bliss: La comedia es traducción. – Charla TEDxRainier

Charla «Chris Bliss: La comedia es traducción.» de TEDxRainier en español.

Cada acto de comunicación es, en cierto sentido, un acto de traducción. Desde TEDxRainier el escritor Chris Bill comenta con firmeza la forma en que la comedia puede traducir verdades profundas a una gran audiencia.

  • Autor/a de la charla: Chris Bliss
  • Fecha de grabación: 2011-12-20
  • Fecha de publicación: 2012-02-21
  • Duración de «Chris Bliss: La comedia es traducción.»: 960 segundos

 

Traducción de «Chris Bliss: La comedia es traducción.» en español.

Gabriel García Márquez es uno de mis escritores favoritos, por su manera de contar historias, pero aún más, creo, por la belleza y precisión de su prosa.

Ya sea en las primeras líneas de «Cien años de soledad» o en el fantástico flujo de conciencia en «El otoño del patriarca», donde se precipitan las palabras, página tras página de imágenes sin puntuación que arrastran al lector como un río silvestre que atraviesa una primitiva selva sudamericana; leer a García Márquez es una experiencia visceral.

Lo que me impactó de sobremanera durante una de mis sesiones con la novela fue que me di cuenta de que me estaban atrapando las imágenes de este vívido viaje en la traducción.

Estudié literatura comparada en la universidad, que es como estudiar literatura inglesa, sólo que en lugar de estudiar a Chaucer durante tres meses, tuvimos que leer las traducciones de grandes obras de todo el mundo.

Y si bien eran grandes libros, siempre parecía que no era posible abarcar toda la narración.

Pero no para García Márquez que alguna vez elogió las versiones traducidas diciendo que eran mejores que su original, lo que es un increíble cumplido.

Así que cuando escuché que el traductor, Gregory Rabassa, había escrito su propio libro acerca del tema, no veía la hora de leerlo.

Su título viene del refrán italiano que tomé del prólogo, «Si esto es traición».

Y es una lectura encantadora, altamente recomendable para quién esté interesado en el arte de la traducción.

Pero la razón por la que lo menciono es porque, al principio, Rabassa propone un pensamiento simple y elegante: «Cada acto de comunicación es un acto de traducción».

Puede que esto haya sido obvio para todos ustedes pero para mí, que con frecuencia enfrento esa dificultad a diario, nunca había visto el problema inherente a la comunicación tan claramente.

Desde que tengo uso de razón he pensado en detalle en esas cosas, y la comunicación ha sido mi pasión principal.

Desde niño recuerdo que mi deseo más grande era poder entender todo y comunicárselo a todos.

No es que me creyera mucho.

Es divertido, mi esposa Daisy cuya familia está llena de esquizofrénicos -son muchos, de verdad- una vez me dijo: «Chris, ya tengo un hermano que se cree Dios.

No necesito un esposo que quiera serlo».


(Risas)
Bueno, a los veintipico cada vez más consciente de lo difícil que era alcanzar la ambición de mi infancia, es en esa segunda parte al ser capaz de comunicarle adecuadamente a los demás cualquier tipo de conocimiento, que me di cuenta de lo inútil de mi búsqueda.

Una y otra vez, cada vez que deseaba compartir alguna gran verdad con alguien que yo esperaba que agradeciera esa sabiduría, tenía el efecto contrario.

Es interesante que cuando tratas de abrir las líneas de comunicación como: «Oye, escucha, porque estoy a punto de pasaste conocimiento de calidad», es sorprendente lo rápido que descubres la crítica y el desinterés.

Finalmente, después de 10 años de volver locos a amigos y extraños por igual, finalmente caí en la cuenta, de una nueva verdad personal, totalmente propia, que si iba a ser capaz de comunicar bien a otras personas las ideas que estaba aprendiendo, sería mejor encontrar una manera diferente de hacerlo.

Y fue allí cuando descubrí la comedia.

La comedia transita un nivel diferente con otras formas del lenguaje.

Si tuviera que situarla en una gama arbitraria, diría que cae entre la poesía y las mentiras.

No estoy hablando de toda la comedia, porque claro que hay mucho humor que da sabor a eso que ya sentimos y pensamos.

De lo que quiero hablar es de la habilidad única que tiene la mejor comedia y la sátira de esquivar nuestros prejuicios.

La comedia es como la piedra filosofal.

Toma como fundamento nuestra sabiduría convencional y la transforma, a través del ridículo, en una nueva manera de ver y, a fin de cuentas, una manera de ser en el mundo.

Porque eso es lo que yo interpreto del tema de esta conferencia: «Ganado en la traducción».

Se trata de la comunicación que no sólo produce un mayor entendimiento en el individuo, sino que lleva a un cambio real.

Lo que, en mi experiencia, significa comunicación que encuentra el modo de hablar y de expandir nuestro concepto de propio interés.

Yo soy muy bueno llegando al propio interés de la gente porque todos estamos hechos para ello.

Es parte de nuestro equipo de supervivencia y es la razón de que eso es tan importante para nosotros, y también por la que siempre somos tan receptivos.

Y también es por eso que, en términos de nuestro propio interés, finalmente comenzamos a concebir nuestra capacidad de respuesta, nuestra responsabilidad con el resto del mundo.

Ahora, cuando digo lo de la mejor comedia y sátira, hablo de trabajos que surgen desde la honestidad y la integridad.

Si reflexionamos sobre las imitaciones de Tina Fey en «Saturday Night Live» de la recién nominada candidata a vice-presidenta Sarah Palin, fueron devastadoras.

Fey demostró, de manera más efectiva que cualquier político, la falta de seriedad de la candidata, fijando la impresión mayoritaria que tienen hoy los estadounidenses.

Y la clave de todo es que los diálogos de Fey no fueron escritos por ella ni por los escritores del programa.

Tomaron literalmente los comentarios de Sarah Palin.


(Risas)
Es una imitadora de Palin que la cita palabra por palabra.

Eso es honestidad e integridad, y también es por eso que la actuación de Fey dejó una impresión memorable.

En el otro lado del espectro político, la primera vez que escuché a Rush Limbaugh referirse al entonces aspirante presidencial John Edwards como la chica del comercial supe que había dado en el clavo.

Normalmente no asociaría las palabras honestidad e integridad con Limbaugh, pero es difícil no reírse de tan buen chiste.

La descripción atrapó perfectamente la vanidosa personalidad de Edward.

¿Y adivinen qué?

Eso terminó siendo el rasgo personal centro del escándalo que terminó con su carrera política.

The Daily Show, de John Stewart, es el mejor, por mucho…


(Aplausos)

(Risas)
es por mucho el ejemplo mejor documentado de la efectividad de este tipo de comedia.

Encuesta tras encuesta, encuestadoras como ‘Pew Research’ o el ‘Centro Annenberg de Políticas Públicas’, han constatado que el público de Daily Show está mejor informado sobre la actualidad que el público de otros noticieros de televisión o del cable.


(Aplausos)
Ahora, si esto dice más sobre el conflicto entre la integridad y la rentabilidad del periodismo empresarial que sobre la atención del público de Stewart, el punto más importante sigue siendo que el material de Stewart siempre se basa en un compromiso con los hechos no porque sea su propósito informar, que no lo es.

Su propósito es ser gracioso.

Resulta que el tipo de chistes de Stewart no se entiende a menos que los hechos sean verdad.

Y el resultado es un gran programa cómico que también es un sistema de información cuya retención y credibilidad está entre los más altos comparándolo con los noticieros tradicionales.

Esto es doblemente irónico si pensamos que la ventaja de la comedia al tocar los prejuicios personales es la manera en la que se distrae al espectador.

Un gran acto de comedia es un truco de magia verbal, donde uno cree que va en una dirección pero súbitamente se ve transportado en otra dirección.

Y esa es la razón del goce mental al que sigue la respuesta física de las risas, que, no por casualidad, libera endorfinas en el cerebro.

Y en un instante, nos seduce una perspectiva diferente de las cosas porque las endorfinas han reducido nuestras defensas.

Es exactamente lo contrario a la manera en la que operan el enojo, el miedo y el pánico, son respuestas de huye o pelea.

El huye o pelea descarga adrenalina, que refuerza enormemente las defensas.

Y ahí aparece la comedia enfrentando las mismas temáticas en las que nuestras defensas son más fuertes: raza, religión, política, sexualidad, sólo que lo hace con humor y no con adrenalina, generamos endorfinas y la alquimia de la risa convierte las barreras en ventanas, revelando un punto de vista nuevo e inesperado.

Les daré un ejemplo de mi presentación.

Tengo algún material de la llamada agenda ‘gay’ radical, que empieza preguntando:

¿Qué tan radical es la agenda ‘gay’?

Hasta donde sé, hay tres cosas principales que desean los gays de EE.UU.: enlistarse en el ejército, casarse y constituir una familia.


(Risas)
Tres cosas que he evitado toda mi vida.


(Risas)
Allí tienen radicales sinvergüenzas.

El campo es suyo.


(Risas)
Y después de eso tenemos también la adopción gay:

¿Cuál es el problema de la adopción gay?

¿Por qué estamos siquiera hablando de esto?

Si tienes un bebé y piensas que es gay deberías poder darlo en adopción.


(Risas)
Has traído al mundo una abominación.

Sácalo de tu casa.

Al tomar el calificativo bíblico de «abominación» y ligarlo a la imagen más pura de la inocencia, un bebé, es que este chiste permite evadir las respuestas emocionales que hay detrás del debate y le permite al público, a través de la risa, cuestionar su validez.

El desviar la atención no es el único truco que el comediante tiene bajo la manga.

La brevedad del discurso es otra característica de la mejor comedia.

Pocas frases comunican tanta temática y símbolo como un remate perfecto.

Bill Hicks, y si no lo conocen deberían buscarlo en Google, Hicks tiene una rutina acerca de meterse en una de esas discusiones de presumidos en el recreo, donde al final un niño le dice: «Mi papá le puede ganar a tu papá», a lo que Hicks le responde:

¿De verdad?

«

¿A qué hora?

»
(Risas)
Eso es un retrato de la infancia en sólo tres palabras.


(Risas)
Sin mencionar lo que revela del adulto que se dirige a ellos.

Y una última característica es que la comunicación en la comedia es viral por sí misma.

La gente no ve la hora de contar el nuevo gran chiste.

Y esto no es sólo un nuevo fenómeno de nuestro mundo en Internet.

La comedia atravesaba el país con una velocidad sorprendente incluso antes de las redes sociales, o la televisión por cable.

En los años 80 cuando el comediante Richard Pryor se prendió fuego por accidente cuando purificaba drogas, yo estaba en Los Ángeles el día que eso pasó y dos días después estaba en Washington D.C.

y escuché exactamente el mismo chiste en la costa este: Fondo Universitario para Negros Incendiados [Ignited (incendiados) por United (unidos)].

Por supuesto que el chiste no salió del monólogo de un show nocturno.

Mi teoría es que, y aquí no he hecho investigación, es que si pudiéramos ver hacia atrás e investigarlo, encontraríamos que la comedia es la segunda profesión viral más vieja.

Primero fueron los tambores y después las bromas de «

¿Quién es?

»
(Risas)
Pero es cuando combinamos todos los elementos que conseguimos el poder viral de un gran chiste con una conclusión poderosa, que surge de la honestidad y la integridad, y que puede tener un impacto real en el mundo cambiando nuestras conversaciones.

Tengo un amigo cercano, Joel Pett, que es caricaturista editorial para el Lexinton Herald-Leader.

Antes dibujaba para el USA Today los lunes por la mañana.

Estaba visitando a Joel una semana antes de la conferencia sobre el cambio climático en Copenhague en diciembre del 2009.

Y Joel me explicaba que, debido a que el USA Today era uno de los cuatro periódicos invitados, sería leído por todos los asistentes a la conferencia, lo que significaba que, si pudiera hacer una magnífica caricatura el lunes, el día de la inauguración, podría pasar de boca en boca e influir al más alto nivel de toma de decisiones.

Así que empezamos a platicar del cambio climático.

Y resultó que a Joel y a mí nos molestaba la misma cosa, que gran parte del debate todavía se enfocaba en la ciencia y cuánta certeza aportaba o no lo que, para ambos, parecía intencionalmente fuera de contexto.

Porque primero que todo, está la falsa premisa de que existe la certeza científica.

El gobernador Perry, de mi recién adoptado estado de Texas, trataba de forzar este concepto el verano pasado al principio de su desventurada campaña para la nominación republicana a la presidencia, diciendo una y otra vez que no había certeza científica al tiempo que 250 de los 254 municipios del estado de Texas estaban en llamas.

Y la solución política de Perry fue pedirle a la gente de Texas que rezara por lluvia.

Personalmente yo rezaba por cuatro nuevos incendios para que finalmente tuviéramos certeza científica.


(Risas)
Pero allá en 2009, la pregunta que Joel y yo nos hacíamos repetidamente era por qué a estas alturas del juego se gastaba tanta energía hablando de la ciencia cuando las políticas necesarias para enfrentar el cambio climático a largo plazo beneficiarían a la humanidad independientemente de la ciencia.

Así que lanzamos ideas hasta que Joel se le ocurrió esto: Caricatura: «

¿Qué tal si es solo un gran mito y creamos un mundo mejor para nada?


(Risas)
Deberían amar esa idea.


(Aplausos)

¿Qué tal si creamos un mundo mejor para nada?

No por Dios, ni por la patria, ni por dinero, simplemente como una medida para la toma de decisiones mundial.

Y esta caricatura dio en el blanco.

Poco después de que terminó la conferencia, le pidieron a Joel que autografiara una copia para los directores de la Agencia Ambiental de Washington donde ahora cuelga en una pared.

Y poco después le volvieron a pedir otra copia autografiada para la dirección de la Agencia Ambiental de California que la usó como parte de su presentación en una conferencia internacional de cambio climático en Sacramento, el año pasado.

Y esto no paró allí.

A la fecha Joel ha recibido solicitudes de más de 40 grupos ambientalistas, de Estados Unidos, Canadá y Europa.

Y a principios del año recibió otra solicitud del Partido Verde de Australia que la usó en su campaña y se convirtió en parte del debate que consiguió que el parlamento australiano fijara impuestos más exigentes a las emisiones que cualquier país del mundo.


(Aplausos)
No está mal para sólo 15 palabras.

Así que mi recomendación para todos ustedes que están seriamente interesados en crear un mundo mejor es que dediquen un poco de tiempo todos los días a ejercitar ideas graciosas porque puede que allí encuentren las respuestas que han estado buscando.

Gracias.


(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/chris_bliss_comedy_is_translation/

 

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