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Jane McGonigal: el juego que puede darte 10 años extra de vida – Charla TEDGlobal 2012

Charla «Jane McGonigal: el juego que puede darte 10 años extra de vida» de TEDGlobal 2012 en español.

Cuando la diseñadora de juegos Jane McGonigal se encontró postrada en cama con deseos suicidas después de una conmoción severa, tuvo la fascinante idea de cómo mejorarse. Se sumergió en la literatura científica y creó un juego sanador, SuperBetter (SuperMejor). En esta charla conmovedora, McGonigal explica cómo un juego puede potenciar la resiliencia, y promete añadir 7,5 minutos a nuestras vidas.

  • Autor/a de la charla: Jane McGonigal
  • Fecha de grabación: 2012-06-28
  • Fecha de publicación: 2012-07-09
  • Duración de «Jane McGonigal: el juego que puede darte 10 años extra de vida»: 1170 segundos

 

Traducción de «Jane McGonigal: el juego que puede darte 10 años extra de vida» en español.

Soy jugadora, así que me gustan las metas.

Me gustan las misiones especiales y los objetivos secretos.

Esta es mi misión especial para esta charla: voy a intentar alargarles la vida a todos ustedes siete minutos y medio.

Literalmente, vivirán siete minutos y medio más justamente por ver esta charla.

Algunos parecen un poco escépticos.

Está bien, pero vean, tengo los números para probarlo.

No tienen mucho sentido ahora; los explicaré más tarde.

Solo pongan atención al número de abajo: más 7,68245837 minutos será mi regalo para Uds.

si tengo éxito en mi misión.

Ahora bien, Uds.

también tienen una misión secreta.

Su misión es imaginar en qué quieren emplear esos siete minutos y medio extra.

Pienso que deberían hacer algo inusual con ellos, ya que son una bonificación.

No contaban con ellos.

Como yo soy diseñadora de juegos, pueden estar pensando: «Sé lo que quiere que hagamos con esos minutos, quiere que los gastemos jugando».

Es una presunción completamente razonable, dado que tengo el hábito de alentar a la gente a pasar más tiempo jugando.

Por ejemplo, en mi primera charla en TED propuse que deberíamos pasar 21 mil millones de horas a la semana como planeta jugando a videojuegos.

21 mil millones de horas es mucho tiempo.

Es tanto, de hecho, que el comentario indeseado más común que he oído de la gente alrededor del mundo desde que di esa charla, es este: «Jane, lo juegos son grandiosos, pero en tu lecho de muerte,

¿vas a desear haber pasado más tiempo jugando a Angry Birds?

Que los juegos son una pérdida de tiempo de la que nos arrepentiremos es una idea tan generalizada, que la he oído en todos sitios.

Por ejemplo, una historia verídica: hace pocas semanas, este taxista, al enterarse de que mi amigo y yo estábamos en la ciudad para una conferencia de desarrolladores de juegos, se dio vuelta y dijo, cito: «Odio los juegos.

Desperdicio de vida.

Imaginen llegar al final de su vida y lamentar toda esa pérdida de tiempo».

Quiero afrontar este problema seriamente.

Quiero decir, quiero juegos que fomenten el progreso en el mundo.

No quiero jugadores que lamenten el tiempo perdido jugando, tiempo que yo les alenté a gastar.

Vengo pensando en esta pregunta desde hace mucho.

Cuando estemos en nuestro lecho de muerte,

¿lamentaremos el tiempo que pasamos jugando?

Tal vez les sorprenda, pero hay investigaciones científicas sobre esta pregunta.

Es verdad.

Trabajadores de hospicios, las personas que nos cuidarán al final de nuestras vidas, reportaron recientemente los lamentos más frecuentes de las personas que estaban a punto de morir.

Eso es lo que quiero compartir hoy, cinco lamentos principales antes de morir.

Primero: desearía no haber trabajado tan arduamente.

Segundo: hubiera querido estar más en contacto con mis amigos.

Tercero: quisiera haberme permitido ser más feliz.

Cuarto: desearía haber tenido el valor de ser yo mismo.

Y quinto: desearía haber vivido fiel a mis sueños, en vez de hacer lo que otros esperaban de mí.

Hasta dónde sé, ninguno dijo a los trabajadores del hospicio «quisiera haber jugando más videojuegos», pero cuando oigo estas cinco quejas antes de morir, no puedo dejar de escuchar cinco deseos que los juegos pueden ayudar a cumplir.

Por ejemplo, desearía no haber trabajado tan arduamente.

Para muchas personas esto quiere decir «quisiera haber pasado más tiempo con mi familia, con mis hijos cuando crecían».

Sabemos que jugar juntos beneficia a la familia.

Un reciente estudio de la Brigham Young University School of Family, concluía que lo padres que dedican tiempo a jugar videojuegos con sus hijos tienen un relación en la vida real más fuerte con ellos.

Desearía haber tenido más contacto con mis amigos.

Bien, cientos de millones de personas usan juegos sociales como FarmVille o Words With Friends para estar en contacto con amigos y familiares de la vida real.

Un reciente estudio de la Universidad de Michigan mostró que estos juegos son una herramienta increíblemente poderosa para manejar las relaciones.

Nos ayuda a mantenernos conectados con personas de nuestra red social con los que de otra forma no hablaríamos, si no estuviéramos jugando juntos.

Quisiera haberme permitido ser más feliz.

Bueno, aquí no puedo sino pensar en los ensayos clínicos innovadores hechos recientemente en East Carolina University que muestran que los juegos en línea pueden superar a los tratamientos farmacéuticos para la ansiedad y depresión clínicas.

Solo 30 minutos de juego en línea al día fueron suficientes para cambiar drásticamente el estado de ánimo e incrementar a largo plazo su felicidad.

Desearía haber tenido el valor de expresar mi verdadero yo: Bien, los avatares son la forma de expresar nuestro verdadero yo la más heroica e idealizada versión de lo que podemos llegar a ser.

Pueden verlo en esta imagen del alter ego de Robbie Cooper de un jugador con su avatar.

Y la Universidad de Stanford ha estado haciendo una investigación de cinco años para documentar cómo jugar con un avatar idealizado cambia cómo pensamos y actuamos en la vida real volviéndonos más valientes, más ambiciosos, más comprometidos con nuestras metas.

Desearía haber vivido de acuerdo a mis sueños y no a las expectativas de otros.

¿Hacen lo mismo los juegos?

No estoy segura, así que dejo un signo de interrogación, uno de Super Mario.

Y volveré más tarde sobre este punto.

Pero mientras tanto, quizá se estarán preguntando,

¿quién es esta diseñadora que nos está hablando de lamentos en el lecho de muerte?

Y es verdad, nunca he trabajado en un hospicio, nunca he estado a punto de morir.

Pero recientemente estuve 3 meses en cama, esperando morir.

Realmente deseando morir.

Les contaré la historia.

Comienza hace dos años, cuando me golpeé la cabeza y tuve una conmoción.

La conmoción no sanó adecuadamente, y luego de 30 días estaba postrada con síntomas como un dolor de cabeza que no paraba, naúseas, vértigo, pérdida de memoria, aturdimiento.

Mi médico me dijo que para sanar mi cerebro, debía descansar.

Así que tuve que evitar todo lo que desencadenaba los síntomas.

Lo que para mí fue no leer ni escribir ni usar videojuegos ni trabajar o escribir correos ni correr ni el alcohol ni la cafeína.

En otras palabras –imagino que saben a dónde voy–, no tener razón para vivir.

Claro que parece extraño, pero con toda seriedad, la idea de suicidarse es muy común en lesiones cerebrales traumáticas.

Sucede en uno de tres, y me pasó a mí.

Mi cerebro comenzó a decirme: «Jane, tú quieres morir».

Decía: «Nunca vas a mejorar.

El dolor nunca pasará».

Y estas voces se hicieron tan persistentes y convincentes que empecé a temer legítimamente por mi vida, que es cuando me dije, después de 34 días –nunca olvidaré el momento–, dije: «O me mato o lo convierto en un juego».

Bien,

¿por qué un juego?

Sabía por investigaciones psicológicas de más de una década sobre los juegos que cuando juegas –y esto es literatura científica– afrontas los desafíos difíciles con más creatividad, más determinación, más optimismo, y que somos más capaces de pedir ayuda a otros.

Y yo quería llevar estas cualidades al reto de mi vida, así que creé un juego de rol llamado «Jane, la asesina de la conmoción».

Esta sería mi nueva identidad secreta y lo primero que hice como asesina fue llamar a mi hermana gemela –tengo una hermana gemela idéntica, Kelly– y le dije: «Voy a jugar un juego para sanar mi cerebro y quiero que juegues conmigo».

Esta es una forma fácil de pedir ayuda.

Se volvió mi principal aliada en el juego, luego se sumó mi esposo Kiyash, y juntos identificamos y peleamos contra los tipos malos, que eran cualquier cosa que desencadenara los síntomas y que por ello ralentizaban el proceso de curación, cosas como luces brillantes o lugares atestados.

También recogimos y activamos «mejoradores».

Eran cualquier cosa que podía hacer aún en mi peor día para sentirme un poquito mejor, un poco productiva.

Cosas como acariciar a mi perro 10 minutos o levantarme y caminar una vez alrededor de la manzana.

El juego era tan simple como: adopte una identidad secreta, reclute aliados, pelee contra los chicos malos, active los «mejoradores».

Pero aún con un juego tan simple, con solo un par de días de estar jugando, esa niebla de depresión y ansiedad se fue.

Se desvaneció.

Fue como un milagro.

Ahora bien, no curó milagrosamente los dolores de cabeza o los síntomas cognoscitivos.

Duraron más de un año y fue de lejos el año más difícil de mi vida.

Pero aún cuando seguía con los síntomas, incluso cuando aún dolía, dejé de sufrir.

Y lo que pasó después con el juego me sorprendió.

Subí algunos blogs y videos en línea explicando cómo jugar.

Pero no todos tienen una conmoción, obviamente, no todos quieren ser «el asesino», así que renombré el juego SuperMejor.

[SuperBetter] Y pronto empecé a escuchar de gente de todo el mundo que estaba adoptando su identidad secreta, reclutando aliados, y que iban «super mejorando», enfrentando retos como el cáncer o el dolor crónico, la depresión o la enfermedad de Crohn.

Incluso pacientes terminales con esclerosis lateral amiotrófica.

Y puedo decirles por sus mensajes y videos que el juego les ha ayudado de la misma forma en que me ayudó a mí.

Hablan de sentirse más fuertes y valientes.

Hablan de sentirse mejor entendidos por sus familias y amigos.

Incluso hablan de sentirse más felices, aún teniendo dolor, aún cuando estén afrontando el mayor reto de sus vidas.

Entonces me planteé,

¿qué está pasando aquí?

Quiero decir,

¿cómo un juego tan trivial puede ser tan poderoso en circunstancias tan serias, en algunos casos de vida o muerte?

Es decir, si no hubiera servido para mí, no lo hubiera creído posible.

Bueno, resulta que hay algo de ciencia aquí también.

Algunas personas se vuelven más fuertes y felices después de un evento traumático.

Y esto es lo que estaba pasándonos.

El juego nos estaba ayudando a experimentar lo que los científicos llaman crecimiento postraumático, que no es algo de lo que generalmente oigamos.

Normalmente oímos de estrés postraumático.

Pero los científicos saben ahora que un evento traumático no nos condena a sufrir indefinidamente.

Al contrario, podemos usarlo como un trampolín para desplegar nuestras mejores cualidades y llevar una vida más feliz.

Aquí están las cinco cosas que dicen las personas con crecimiento postraumático: Mis prioridades han cambiado.

No me da miedo hacer lo que me hace feliz.

Me siento más cercano a mis amigos y familia.

Me entiendo mejor a mí mismo.

Sé ahora quién soy realmente.

Tengo un nuevo sentido y propósito de vida.

Estoy mejor capacitado para centrarme en mis metas y sueños.

¿Les suena familiar ahora?

Debería, porque los cinco primeros rasgos del crecimiento postraumático son esencialmente opuestos a los cinco lamentos antes de morir.

Es interesante,

¿verdad?

Parece que de alguna forma, un evento traumático desencadena nuestra habilidad de llevar una vida con menos lamentos.

¿Pero cómo lo logra?

¿Cómo pasa uno del trauma al crecimiento?

Mejor,

¿hay alguna forma de obtener los beneficios del crecimiento postraumático sin el trauma, sin que te tengas que golpear antes la cabeza?

Sería bueno,

¿verdad?

Quería entender mejor el fenómeno, así que devoré la literatura científica y esto es lo que aprendí.

Hay cuatro formas de fortaleza, o resiliencia, que contribuyen al crecimiento postraumático, y hay actividades validadas científicamente que uno puede hacer todos los días para construir esa resiliencia, y uno no necesita un trauma para hacerlo.

Les diré cuáles son esas cuatro fortalezas, pero preferiría que las experimentaran directamente, preferiría que comenzáramos ahora a construirlas juntos.

Esto es lo que haremos.

Vamos a jugar a un pequeño juego juntos.

Aquí es donde ganan esos siete minutos y medio adicionales que les prometí antes.

Todo lo que tienen que hacer es terminar con éxito estas cuatro SuperMejores misiones.

Siento que pueden hacerlo.

Confío en Uds.

¿Todos listos?

Su primera misión.

Ahí vamos.

Elijan una: o se levantan y dan tres pasos o hacen dos puños y los levantan sobre la cabeza tan alto como puedan durante cinco segundos.

¡Vamos! Muy bien, me gustan los que hacen las dos.

Están sobrados.

Muy bien.


(Risas)
Bien todos.

Esto vale un punto más en resiliencia física, lo que significa que su cuerpo tolera más estrés y se cura más rápidamente.

Sabemos por la investigación, que lo primero que puede potenciar su resiliencia física es no permanecer sentados.

Es todo lo que hay que hacer.

Cada segundo en que no están sentados mejoran activamente su salud y su corazón, y sus pulmones y cerebros.

¿Todos listos para la siguiente misión?

Quiero que chasqueen los dedos 50 veces, o cuenten hacia atrás desde 100 de siete en siete, 100, 93…

¡Vamos! (Chasquidos) No se rindan.

(Chasquidos) No dejen que los que cuentan bajando de 100 interfieran con su conteo de 50.


(Risas)
Lindo.

¡Oh! Es la primera vez que veo esto así.

Bonos para la resiliencia física.

Bien hecho.

Esto vale un punto para la resiliencia mental, lo que significa que tienen más foco mental, más disciplina, determinación y voluntad.

Sabemos por la investigación científica que la voluntad trabaja realmente como un músculo.

Se fortalece conforme se ejercita.

Así que aceptar un pequeño reto sin rendirse, incluso tan absurdo cono chasquear 50 veces o contar hacia atrás de siete en siete es realmente una forma científicamente validada de fortalecer la voluntad.

Así que buen trabajo.

Misión número tres.

Elijan: debido al lugar donde estamos, la suerte decidió por Uds., pero hay dos opciones.

Si están dentro, encuentren una ventana y miren afuera.

Si están afuera, encuentren la ventana y miren adentro.

O busquen en YouTube o Google imágenes de «bebé [su animal favorito]».

Pueden hacerlo con sus teléfonos o solo griten nombres de animales bebés.

Voy a buscar algunos y proyectarlos.

¿Qué quieren ver?

Perezoso, jirafa, elefante, serpiente.

Déjenme ver qué consigo.

Un delfín bebé y una llama bebé.

Todos miren.

¿Lo tienen?

Bien, uno más.

Un elefante bebé.

¿Aplauden esto?

Sorprendente.

Bien, lo que acabamos de sentir es un punto más en resiliencia emocional, lo que significa que tienen la habilidad de provocar poderosas emociones positivas como curiosidad o amor, lo que sentimos cuando miramos animales bebé, cuando más lo necesitamos.

Y he aquí un secreto de la literatura científica para Uds.

Si pueden lograr experimentar tres emociones positivas por cada una negativa a lo largo de una hora, un día, una semana, mejorarán dramáticamente su salud y su habilidad de afrontar exitosamente cualquier problema al que se enfrenten.

Es la denominada relación de emoción positiva, tres a uno.

Es mi SuperMejor truco favorito, consérvenlo.

Bien, escojan la última: Denle la mano durante seis segundos a alguien o envíenle a alguien un breve gracias por mensaje de texto, correo, Facebook o Twitter.

¡Vamos! (Chateando) Buena pinta, muy buena.

Lindo, lindo.

Sosténgalo.

¡Me encanta! Muy bien, todos un punto más en resiliencia social, lo que significa que realmente tienen más apoyo de sus amigos, vecinos, familia o comunidad.

Una excelente manera de potenciar la resiliencia social es la gratitud.

Tocarse es aún mejor.

Un secreto más para Uds.: dar la mano durante seis segundos a alguien sube dramáticamente su nivel de oxitocina sanguínea la hormona de la confianza.

Lo que significa que todos los que estrecharon las manos están biológicamente impulsados a agradar y querer ayudarse entre Uds.

Esto permanecerá durante el descanso, así que aprovechen la oportunidad de formar redes sociales.


(Risas)
Bien, terminaron exitosamente sus cuatro tareas, así que déjenme ver si terminé con éxito mi misión de darles un bono de siete minutos extra de vida.

Aquí es donde comparto un pedacito de ciencia.

Resulta que quienes con regularidad potencian estas cuatro resiliencias, física, mental, emocional y social, viven 10 años más que los demás.

Es verdad.

Si con regularidad logran la relación emocional positiva tres a uno, si no se sientan por más de una hora continua, si contactan una persona que les importa todos los días, si afrontan pequeños retos para potenciar su voluntad, vivirán 10 años más que los demás, y aquí es donde aparece la matemática que les mostré antes.

La esperanza de vida promedio en EE.

UU.

y Reino Unido es de 78,1 años, pero sabemos por medio de más de 1000 estudios científicos evaluados por pares que uno puede añadir 10 años a la vida potenciando sus cuatro tipos de resiliencia.

Así que por cada año que uno potencie sus cuatro resiliencias, realmente gana 0,128 más años de vida o 46 días más, o 67 298 minutos más de vida, lo que significa que por cada día, gana 184 minutos de vida, cada hora que potencien las cuatro resiliencias, como lo hemos hecho juntos, están ganando 7,68245837 minutos de vida.

Felicitaciones, esos siete minutos y medio son todos suyos.

Se los ganaron.


(Aplausos)
¡Sí! Asombroso.

Esperen, esperen, esperen.

Aun tienen su misión especial, su misión secreta.

¿Cómo van a gastar esos siete minutos y medio adicionales de vida?

Bien, esta es mi sugerencia: estos siete minutos y medio son una especia de genio de la lámpara, su primer deseo puede ser un millón de deseos más.

Muy inteligente,

¿cierto?

Así, si utilizan estos siete minutos y medio al día haciendo algo que los haga felices o haciendo actividad física o poniéndose en contacto con alguien que les importe o incluso, aceptando un pequeño reto, potenciarán sus resiliencias, así que ganarán más minutos.

Y la buena noticia es que pueden mantenerse así.

Cada hora del día, cada día de su vida, hasta sus muertes, que llegará ahora 10 años más tarde de lo que llegaría de otra forma.

Y cuando estén allí, no tendrán ninguno de esos cinco lamentos, porque habrán construido la fortaleza y resiliencia para conducir su vida siguiendo sus sueños.

Y con esos 10 años extras, pueden incluso tener tiempo suficiente para jugar más juegos.

Gracias.


(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/jane_mcgonigal_the_game_that_can_give_you_10_extra_years_of_life/

 

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