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John Lloyd repasa lo invisible – Charla TEDGlobal 2009

Charla «John Lloyd repasa lo invisible» de TEDGlobal 2009 en español.

Los misterios de la Naturaleza encuentan un agudísimo ingenio en estos 10 minutos de una mezcla hilarante de bromas y divertidas lecciones. Como comediante, escritor y hombre de la televisión, John Lloyd llega al fondo de varias cosas que no se ven.

  • Autor/a de la charla: John Lloyd
  • Fecha de grabación: 2009-07-23
  • Fecha de publicación: 2009-09-16
  • Duración de «John Lloyd repasa lo invisible»: 624 segundos

 

Traducción de «John Lloyd repasa lo invisible» en español.

La cuestión es saber qué es lo invisible.

En realidad es mucho más de lo que se piensa.

Cada cosa, digamos, cada cosa sustancial salvo cada cosa y la sustancia (materia).

Vemos la sustancia (materia) pero no de qué se trata lo sustancial.

Como en esta frase críptica que hace poco encontré en The Guardian: «El matrimonio sufrió un contratiempo en 1965…

cuando la esposa asesinó al marido».


(Risas)

¿Hay una invisibilidad enorme ahí, no?


(Risas)
Así que podemos ver las estrellas y los planetas.

Pero no lo que los separa o lo que los atrae.

De la materia, y de las personas, sólo vemos la superficie.

No podemos ver el cuarto de máquinas.

No podemos ver la motivación de la gente, al menos no fácilmente.

Cuanto más nos acercamos a algo, más se desvanece.

De hecho, si vemos las cosas realmente de cerca si observamos la subestructura básica de la materia, no hay nada ahí.

Los electrones desaparecen en algo borroso donde sólo hay energía.

Y la energía no se puede ver.

De modo que todo lo que cuenta, lo importante, es invisible.

Una tontería que es invisible es esta historia, invisible para Uds.

Y que ahora haré que vean en sus mentes.

Es sobre Geoffrey Dickens, un miembro del parlamento (M.P.).

El difunto Geoffrey Dickens, M.P.

estaba en una fiesta en su distrito.

A donde fuera, en cada puesto que paraba, era seguido de cerca por una mujer sonriente, leal, de una fealdad inenarrable.


(Risas)
Por más que lo intentó no pudo desprendese de ella.

Pocos días después el señor recibió una carta de una electora en la que le decía cuanto le admiraba que lo había conocido en una fiesta y le pedía una foto autografiada.

Junto al nombre, entre corchetes, había una descripción acertada: cara de caballo.


(Risas)
«He juzgado mal a esta mujer» pensó el Sr.

Dickens.

«No sólo es consciente de su repugnancia física, sino que la usa a su favor.

Una foto no es suficiente».

Así que fue y compró un marco de plástico para enmarcar la fotografía.

Y en la fotografía escribió elegantemente: «Para Cara de Caballo, con amor de Geoffrey Dickens, M.P.» Después de haberla enviado su secretaria le dijo: «

¿Recibió esa carta de la mujer que estaba en la fiesta?

Escribí Cara de Caballo junto a su firma para que recordara quien era».


(Risas)
Apuesto que deseó volverse invisible,

¿no creen?


(Risas)
Una de las cosas interesantes de la invisibilidad es que si no podemos verlo tampoco podemos entenderlo.

La gravedad es algo que no podemos ver, y que no entendemos.

Es la menos comprendida de las cuatro fuerzas fundamentales y la más débil.

Nadie sabe realmente qué es o por qué existe.

Si me permiten decirlo, Sir Issac Newton, el científico más grande de la historia, pensaba que Jesús vino a la Tierra para operar los resortes de la gravedad.

Para eso pensaba que Jesús estaba allí.

Un tipo brillante,

¿podría estar equivocado en eso?

, no sé.


(Risas)
La conciencia.

Veo sus caras.

No tengo idea de lo que piensa cada uno de Uds.

¿No es algo asombroso?

No es increible que no podamos leernos la mente.

Pero que podamos tocarnos, saborearnos quizás, si nos acercamos lo suficiente.

Pero no podemos leernos la mente.

Eso me parece bastante sorprendente.

En la fe sufí, esta gran religión de Oriente Medio, que algunos aseguran es la raíz de todas las religiones, los maestros sufíes son telépatas, eso dicen ellos.

Pero su ejercicio principal de telepatía es enviarnos al resto poderosas señales para que pensemos que la telepatía no existe.

Por eso que pensamos que no existe, por influencia de los maestros sufíes.

En la cuestión de la conciencia y la inteligencia artificial.

La inteligencia artificial, como el estudio de la conciencia, no han conducido a nada.

No tenemos idea del funcionamiento de la conciencia.

Respecto de la inteligencia artificial, no sólo no se ha creado inteligencia artificial, sino que tampoco se ha creado la estupidez artificial.


(Risas)
Las leyes de la física: invisible, eterna, omnipresente, todopoderosa.

¿Les recuerda a alguien?

Interesante.

No soy, como pueden adivinar, materialista.

Soy inmaterialista.

He encontrado una palabra nueva muy útil: ignóstico.

¿Bien?

Soy ignóstico.

Me rehuso a responder la pregunta de si Dios existe o no hasta que alguien defina los términos correctamente.


(Risas)
Otra cosa que no podemos ver el genoma humano.

Y esto es cada vez más singular.

Porque hace 20 años, cuando se comenzó a profundizar en el genoma se pensaba que probablemente contendría unos 100 mil genes.

Los genetistas ya sabrán esto, pero cada año desde entonces, se ha ido corrigiendo hacia abajo.

Ahora pensamos que es probable que haya sólo unos 20 mil genes en el genoma humano.

Es algo extraordinario porque el arroz, presten atención, se sabe que el arroz tiene 38 mil genes.

Las papas, las papas tienen 48 cromosomas.

¿Saben algo?

Dos más que las personas.

La misma cantidad que el gorila.


(Risas)
Estas cosas no se ven pero son muy extrañas.


(Risas)
Las estrellas de día.

Siempre pienso que es fascinante.

El Universo desaparece.

Cuanto más luz hay, menos se ve.

El tiempo, nadie puede verlo.

No sé si saben esto.

En la física moderna hay un gran movimiento en la física moderna para determinar que el tiempo en verdad no existe.

Porque es muy incómodo para las cifras.

Es mucho más fácil si no está.

No puede verse el futuro, obviamente.

Y no pude verse el pasado, salvo en la memoria.

Una de las cosas interesantes del pasado es que uno especialmente no puede ver, mi hijo me preguntó el otro día, dijo, papi:

¿Recuerdas como era yo cuando tenía dos años?

Yo dije «Sí».

Y él respondió: «

¿Por qué yo no puedo?

»

¿No es extraordinario?

Uno no puede recordar lo que le sucedió antes de los dos o tres años de edad.

Algo genial para los psicoanalistas.

Porque de otro modo se quedarían sin trabajo.

Porque es entonces cuando sucede todo
(Risas)
eso hace de uno lo que es.

Otra cosa que no podemos ver es la red de la que pendemos.

Esto es fascinante.

Probablemente sepan, algunos, que las células se renuevan contínuamente.

Pueden verlo en la piel y en ese tipo de cosas.

La piel se escama, el cabello crece, las uñas, esas cosas.

Todas las células del cuerpo son reemplazadas en algún momento.

Las papilas gustativas cada unos 10 días.

El hígado y los órganos internos tardan un poco más.

La espina dorsal, siete años.

Pero cada siete años ninguna célula del cuerpo queda de lo que había siete años atrás.

Entonces la pregunta es:

¿quiénes somos?

¿Qué somos?

¿Qué es esta cosa de la que pendemos?

¿eso somos nosotros realmente?

Bien.

Los átomos: no pueden verse, Nadie podrá jamás.

Son más pequeños que la longitud de onda de la luz.

El gas: no puede verse.

Interesante.

Alguien mencionó hace poco el 1600.

El gas es un invento del 1600 del químico holandés van Helmont.

Se dice que es la invención más exitosa de una palabra por un individuo conocido.

Bastante bueno.

Él también inventó la palabra blas que significa radiación astral.

Desafortunadamente no se popularizó.


(Risas)
Pero bien hecho por él.


(Risas)
Hay muchas cosas que…

la luz.

No puede verse la luz.

En la oscuridad, en el vacío, si una persona enciende la luz frente a nuestros ojos no la veremos.

Es un poco técnico, algunos físicos no estarán de acuerdo con esto.

Pero es raro que no podamos ver el rayo de luz sólo podemos ver lo que la luz toca.

Para mí es extraordinario que no podamos ver la luz que no podamos ver la oscuridad.

La electricidad: no puede verse.

No dejen que nadie les diga que entiende la electricidad.

No la entiende.

Nadie sabe qué es.


(Risas)
Uno probablemente piensa que los electrones de un cable eléctrico se mueven instantáneamente por el cable,

¿no?

, a la velocidad de la luz cuando uno enciende la luz.

No es así.

Los electrones se mueven por el cable se dice, a la velocidad de la miel.


(Risas)
Las galaxias, 100 mil millones se estima hay en el Universo.

100 mil millones.

¿Cuántas podemos ver?

Cinco.

Cinco, de las 100 mil millones de galaxias, a simple vista.

Y una de ellas es bastante difícil de ver a menos que uno tenga una buena vista.

Ondas de radio.

Hay otra cosa.

Cuando Heinrich Hertz descubrió las ondas de radio en 1887 las llamó ondas de radio porque irradiaban.

Y alguien le dijo: «Bien,

¿Cuál es la idea de esto Heinrich?

» «

¿Cuál es la idea de estas ondas de radio que has descubierto?

» Y él dijo: «Bueno, no tengo idea».

«Pero supongo que alguien alguna vez le encontrará un uso».

Y eso hacían: la radio.

Eso es lo que descubrieron.

Como sea, lo más grande lo invisible para nosotros es lo que no sabemos.

Es increible lo poco que sabemos.

Thomas Edison dijo una vez: «No conocemos ni una millonésima parte del 1%…

de nada».

Y he llegado a la conclusión porque han hecho esta otra pregunta: «

¿Qué otra cosa no podemos ver?

» El punto, muchos de nosotros.

¿Qué es el punto?


(Risas)

(Aplausos)
Un punto no puede verse.

Por definición, no tiene dimensión como un electrón, por extraño que parezca.

Pero el punto, al que arribé es que hay dos preguntas que vale la pena hacerse: «

¿Por qué estamos aquí?

» y «

¿Qué deberíamos hacer mientras estamos?

» Para darles una ayuda, les voy a dejar dos frases, de dos grandes filósofos quizá dos de los filósofos más grandes del siglo XX.

Uno matemático e ingeniero y el otro poeta.

El primero es Ludvig Vitgenštajn, que dijo: «No sé por qué estamos aquí, pero estoy seguro de que no es para disfrutar».


(Risas)
Era un loco alegre,

¿no creen?


(Risas)
Segundo y último: W.H.

Auden, uno de mis poetas favoritos dijo: «Estamos aquí en la Tierra…

para ayudar a otros».

«

¿Para qué están los otros aquí?

No tengo idea».


(Risas)

(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/john_lloyd_an_inventory_of_the_invisible/

 

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