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Las sorprendentes ideas de David Keith sobre el cambio climático – Charla TEDSalon 2007 Hot Science

Charla «Las sorprendentes ideas de David Keith sobre el cambio climático» de TEDSalon 2007 Hot Science en español.

El científico ambientalista David Keith propone un medio efectivo, económico e impactante para abordar el cambio climático: ¿Qué tal si inyectamos una enorme nube de cenizas en la atmósfera para desviar luz solar y calor?

  • Autor/a de la charla: David Keith
  • Fecha de grabación: 2007-09-09
  • Fecha de publicación: 2007-11-13
  • Duración de «Las sorprendentes ideas de David Keith sobre el cambio climático»: 958 segundos

 

Traducción de «Las sorprendentes ideas de David Keith sobre el cambio climático» en español.

Todos habréis leído un montón de artículos sobre el cambio climático, y aquí hay uno más del New York Times que es exactamente igual a cualquier otro que hayáis visto.

Se refiere a lo mismo que todos los demás que hayáis leído.

Incluso la extensión del titular es igual a la de todos los demás que hayáis leído.

Lo que es inusual en este, posiblemente, es que es de 1953.

Y la razón por la que digo esto es que seguramente penséis que este problema es relativamente reciente.

Que la gente acaba de darse cuenta de ello y que ahora con Kyoto y el Gobernador (Al Gore) y la gente que empieza a hacer algo al respecto, podríamos estar camino de encontrar una solución.

El hecho es que, oh-oh, resulta que hemos sido conscientes de este problema desde hace unos 50 años, dependiendo desde cuándo empecemos a contar.

Y hemos hablado de ello ampliamente durante la última década aproximadamente.

Y prácticamente no hemos logrado nada.

Este es el ritmo del incremento de la concentración de CO2 en la atmósfera.

Lo habréis visto ya de varias maneras, pero tal vez no habíais visto este ejemplo en particular.

Lo que muestra es que el ritmo del incremento de nuestras emisiones se está acelerando.

Y se está acelerando incluso más rápidamente de lo que hace unos años pensamos que sería la peor de las situaciones posibles.

Así, esa línea roja era algo que muchos escépticos dijeron que los expertos en medioambiente incluimos en nuestras predicciones para presentarlas tan pesimistas como sea posible.

¡Esas emisiones nunca crecerían tan rápido como la línea roja indica! Pero, de hecho, lo están haciendo a un ritmo aún mayor.

Os muestro aquí algunos datos de hace tan sólo 10 días (nota: era en 2007) que muestran el nivel mínimo del hielo en el Océano Ártico, y es con mucha diferencia el más bajo registrado.

Y el ritmo al cual el hielo del Océano Ártico está retrocediendo es mucho mayor de lo predicho.

Así que a pesar de los expertos de todo tipo como yo volando alrededor del planeta quemando combustible y de los políticos firmando tratados, de hecho se podría argumentar que el efecto neto de todo esto ha sido negativo porque simplemente se ha consumido un montón de combustible.


(Risas)
¡No, no! En términos de lo que realmente necesitamos hacer para frenar este hecho altamente inercial – nuestra gran economía – apenas estamos comenzando.

En serio, básicamente, en realidad no estamos haciendo casi nada.

No quiero deprimiros demasiado.

El problema es absolutamente soluble e incluso de un modo razonablemente barato.

Y quiero decir barato del orden de los costes militares, no de los de sanidad.

Barato queriendo decir un pequeño porcentaje del PIB.

No, esto es realmente importante como para pensar en escalarlo de este modo.

Así que el problema es soluble y el modo en que debemos afrontar su solución es, digamos, actuando sobre la producción de electricidad, que causa alrededor del 43% de las emisiones de CO2.

Y podríamos hacerlo a través de acciones tan sensatas como la protección del medio ambiente, optar por la energía eólica, la nuclear, la captura de CO2, que son conceptos listos para su despliegue e implementación a gran escala.

Lo único que nos falta es una inversión económica para poder ponerlos en marcha.

En lugar de eso, perdemos el tiempo hablando.

De todos modos, esto no es de lo que voy a hablar esta noche.

Os voy a hablar de lo que podríamos provocar si no hacemos nada.

Y es esto de aquí en medio (Cambio Climático) lo que causamos si no reducimos nuestras emisiones suficientemente rápido.

Y se necesita hacer – de algún modo romper el vínculo entre las acciones del hombre que influyen en el clima y el propio cambio climático.

Esto es particularmente importante porque, por supuesto, mientras podamos adaptarnos al cambio climático – y es importante ser honesto aquí – habrá beneficios para el cambio climático.

Oh, sí, pienso que es algo dañino.

He trabajado toda mi vida tratando de frenarlo.

Pero una de las razones por lo que es políticamente complicado es que siempre hay ganadores y perdedores – no todos son perdedores.

Por supuesto, está el medio natural y los osos polares.

En una ocasión estuve esquiando en el mar de hielo durante unas semanas, en el alto Ártico.

Definitivamente, ellos perderán.

Y para ellos no existe adaptación posible.

Así que este problema es soluble.

Esta idea de geo-ingeniería, en su forma más simple, es básicamente la siguiente: se pueden enviar partículas cargadas, digamos ácido sulfúrico – sulfatos – a la estratosfera, donde reflejarían la luz solar y esto enfriaría el planeta.

Y sé que funcionaría.

Por supuesto habría efectos secundarios, pero sé a ciencia cierta que funcionaría.

Por una razón: ya se ha hecho anteriormente.

Y no lo hemos hecho nosotros, no yo mismo, sino la propia naturaleza.

Este es el monte Pinatubo, que a comienzo de los años 90 envió un montón de azufre a la estratosfera en una nube con forma de hongo atómico.

El resultado fue bastante dramático.

Después de esto, y de la previa erupción de otros volcanes, se observó un claro enfriamiento de la atmósfera.

Esta línea inferior es la estratosfera, que se calienta tras la erupción de estos volcanes.

Pero se observa que la línea superior, que representa las capas bajas de la atmósfera y la superficie, se enfría porque hemos aislado un poco la atmósfera.

No hay ningún misterio en todo esto.

Sí que lo hay en los detalles y existen algunos efectos secundarios perjudiciales, como que se destruye parcialmente la capa de ozono – y tocaremos ese tema en unos momentos.

Pero claramente se produce un enfriamiento.

Y hay otro detalle: es un proceso rápido.

Es importante decirlo.

Muchas de las otras cosas que deberíamos hacer, como reducir nuestras emisiones, son intrínsecamente lentas porque lleva tiempo construir los dispositivos que necesitamos para reducirlas.

Y no sólo eso, cuando reduces las emisiones no reduces la concentración.

Porque la concentracione, la cantidad de CO2 en el aire, es la suma de las emisiones a lo largo del tiempo.

Así que no puedes echar el freno de manera rápida.

Pero si se hace esto otro, es rápido.

Y hay momentos es que podría interesar tomar acciones rápidas.

Otra cosa que se deben estar preguntando es ¿Esto funciona? ¿Se puede bloquear un poco de luz solar y así compensar por el CO2 de más en la atmósfera y regresar a un clima similar al que teníamos originalmente? Y la respuesta parece ser que sí.

Aquí tenéis los gráficos que ya habéis visto muchas veces anteriormente.

Esto es cómo se ve el mundo bajo el punto de vista de un modelo climático determinado, con el doble de la cantidad de CO2 en el aire.

El gráfico inferior está obtenido para el doble de CO2 y un 1.8% menos de luz solar y así se regresa al clima original.

Este gráfico es de Ken Caldera.

Es importante decir que se obtuvo porque Ken, en una conferencia en la que creo que también estaba Marty Hoffard, a mitad de los años 90 – Ken y yo estábamos de pie en la parte de atrás y dijimos «La geo-ingeniería no va a funcionar» Y a la persona que la estaba defendiendo le dijimos «La atmósfera es mucho más complicada.» Le dimos una cantidad de razones físicas por las cuales no podría lograr una buena compensación.

Posteriormente Ken ejecutó sus modelos y descubrió que realmente sí se podría conseguir.

Esta otra cuestión también tiene bastante tiempo.

El informe que llegó al escritorio del presidente Johnson cuando yo tenía sólo dos años de edad en 1965.

Aquel informe que, de hecho, contenía toda la ciencia climática moderna, la única solución que proponía era la geo-ingeniería.

Ni siquiera contemplaba el reducir las emisiones, que supone un cambio increíble en nuestra manera de pensar sobre este problema.

No digo que no debamos reducir nuestras emisiones.

Habría que hacerlo, pero ya veis qué recalcaba aquel informe.

Así que en cierto modo no hay nada nuevo.

Lo único novedoso es este ensayo.

Supongo que debería decir que, desde los tiempos de aquel informe del presidente Johnson, y los informes de la Academia Nacional de USA, en 1977, 1982, y 1990, la gente siempre ha estado considerando esta idea.

No como algo infalible, pero sí como una idea a considerar.

Pero cuando el clima se convirtió, políticamente, en un tema candente – si me permitís el juego de palabras – en los últimos 15 años, esta opción se consideró tan políticamente incorrecta que no podíamos hablar de ello.

Simplemente quedó sepultada.

No estábamos autorizados a discutirla.

Pero el año pasado, Paul Crutzen publicó su ensayo afirmando más o menos lo que ya se había dicho anteriormente: que probablemente dada nuestra lentitud en resolver este problema y las consecuencias inciertas, deberíamos considerar este tipo de opciones.

Afirmó más o menos lo que ya se había dicho anteriormente.

Lo irónico es que resultó que había ganado el Premio Nobel por su trabajo sobre la química del ozono.

Así que la gente le tomó muy seriamente cuando dijo que deberíamos considerar esta opción, incluso aunque ello supusiera ciertos impactos sobre la capa de ozono.

Y de hecho propuso varias ideas para minimizarlos.

La prensa se hizo eco de la noticia en todo el mundo, hasta el “Dr.

Strangelove Salva la Tierra” del Economist.

Y esto me hizo pensar – he trabajado en este tema de vez en cuando, pero realmente no demasiado – y una noche estaba acostado en la cama, pensando.

Y pensé en este juguete – de ahí el título de mi charla – – y me pregunté si sería posible usar la misma física que hace girar las aspas de ese radiómetro para hacer levitar partículas hasta la parte alta de la atmósfera y hacer que se queden allí.

Uno de los problemas de usar sulfatos es que descienden rápidamente.

El otro problema es que se quedan a la altura de la capa de ozono y yo preferiría que estuviesen por encima de ella.

Pues me levanté a la mañana siguiente y me puse a calcular esto.

Era muy complicado de calcular partiendo de nociones fundamentales.

Estaba perplejo.

Pero entonces descubrí que había multitud de artículos publicados acerca de esta cuestión porque ya sucede en la atmósfera de manera natural.

Así que ya hay partículas muy pequeñas que levitan hasta lo que llamamos la mesosfera, a unos 100 kilómetros de altura, que producen este efecto.

Os explico rápidamente cómo funciona este efecto.

Hay un montón de complejidades muy entretenidas sobre las que me encantaría conversar durante toda la noche, pero no lo haré.

Digamos que la luz del sol incide sobre una partícula y esta se calienta de manera desigual.

La cara orientada hacia el sol estará más caliente, la cara opuesta más fría.

Las moléculas gaseosas que chocan contra la cara caliente rebotarán con una velocidad mayor porque está caliente.

Y así existe una fuerza neta que se aleja del sol.

Es la fuerza fotoforética.

Hay otras versiones que yo y otros colaboradores hemos pensado en explotar.

Y por supuesto podemos estar equivocados – este trabajo no ha sido revisado, aún estamos desarrollándolo – pero hasta ahora parece correcto.

Parece que podemos conseguir largos tiempos de estancia en la atmósfera – mucho más largos que antes – porque las partículas están levitando.

Podemos mover partículas desde la estratosfera hacia la mesosfera, en principio resolviendo el problema del ozono.

Estoy seguro de que surgirán otros problemas.

Finalmente, podríamos hacer migrar las partículas hacia los polos, de modo que este diseño climático estuviese centrado en los polos.

Esto tendría un impacto negativo mínimo en la parte central del planeta en la que vivimos y se maximizaría el trabajo que podría resultar necesario – que es enfriar los polos en caso de una emergencia planetaria, si os parece.

Esta es una nueva idea que ha surgido que sería, esencialmente, más inteligente que simplemente depositar sulfatos en la atmósfera.

Sea esta la idea correcta o sea cualquier otra, creo que casi con certeza llegaremos a idear actuaciones más inteligentes que simplemente emplear azufre.

Siempre y cuando ingenieros y científicos se pongan a pensar en ello.

Es asombroso cómo podemos afectar al planeta.

Lo más importante de todo esto es que nos proporciona una extraordinaria capacidad de influencia.

Esta ciencia e ingeniería mejoradas nos darán, nos guste o no, una mayor capacidad de regular el planeta.

De controlar el planeta.

Nos dará control sobre el clima.

No porque lo planeemos, no porque lo queramos, sino simplemente porque la ciencia nos lo está proporcionando poco a poco, con un mejor conocimiento de cómo funciona el sistema y mejores herramientas para efectuarlo.

Ahora supongamos que llegan alienígenas del espacio – tal vez aterricen en las oficinas centrales de las Naciones Unidas aquí al lado, o tal vez escojan un sitio más inteligente – pero supongamos que llegan y que os dan una caja.

Y la caja tiene dos controles.

Uno es el que controla la temperatura global.

El otro podría ser el que controla la concentración de CO2.

Se pueden imaginar que se desatarían guerras por poseer esa caja.

Porque no habría manera de ponerse de acuerdo en cómo fijar esos controles.

No tenemos un gobierno global.

Y gente distinta querría fijarlos de diferentes modos.

Bueno, no creo que esto vaya a suceder, no es muy probable.

Pero ya estamos construyendo esa caja.

Científicos e ingenieros del mundo la están construyendo pieza a pieza, en sus laboratorios.

Incluso cuando lo están haciendo por otros motivos.

Incluso cuando creen que únicamente están trabajando para proteger el medio ambiente.

No tienen ningún interés en ideas locas como aplicar conceptos de ingeniería a todo el planeta.

Desarrollan ciencia que lo hacen más y más fácil de lograr.

Así que supongo que mi punto de vista sobre este tema no es que lo quiera llevar a cabo – que no quiero – sino que debemos sacarlo de las sombras y hablar de ello seriamente.

Porque tarde o temprano tendremos que confrontar decisiones al respecto y es mejor si pensamos detenidamente sobre ello, incluso si queremos pensar acerca de los motivos por los que nunca deberíamos hacerlo.

Os mostraré dos modos diferentes de pensar sobre este problema, que son el comienzo de cómo pienso que se puede analizar.

Pero lo que necesitamos no son unos pocos tipos raros como yo pensando sobre ello – necesitamos un debate más amplio.

Un debate que involucre a músicos, científicos, filósofos, escritores, todo aquel que se interese por esta cuestión de diseñar el clima y piense seriamente cuáles son sus implicaciones.

Entonces, un modo de verlo sería que simplemente hacemos esto en lugar de recortar nuestras emisiones porque es más barato.

Creo que lo que no he dicho de todo esto es que resulta absurdamente barato.

Es posible que, digamos, usando el método de los sulfatos o este otro que yo he diseñado, se pudiese provocar una edad de hielo al precio del 0.0001% del PIB.

Es muy barato.

Tenemos una gran capacidad de influencia.

No es una buena idea, pero es muy importante.

Os muestro cuán grande es la palanca – la palanca es así de grande.

Y ese cálculo no se discute mucho.

Se puede argumentar sobre la sensatez del mismo, pero la influencia es real.


(Risas)
Así que debido a esto, podríamos afrontar el problema simplemente dejando de reducir las emisiones y, según aumente la concentración de gases de efecto invernadero, podríamos hacer un mayor uso de la geo-ingenieria.

No creo que nadie se tome esta idea seriamente.

Porque en ese escenario nos alejaríamos más y más del clima actual.

Y tenemos otra serie de problemas como la acidificación de los océanos causada por el CO2 de la atmósfera de todos modos.

Nadie o tal vez sólo uno o dos tipos raros realmente sugieren hacer esto.

Pero os expongo un caso más difícil de rechazar.

Supongamos que no hacemos geo-ingeniería, hacemos lo que deberíamos hacer, que es recortar seriamente las emisiones.

Pero no sabemos cuan rápido debemos recortarlas.

Hay una gran incertidumbre acerca de cuánto cambio climático podría ser demasiado.

Así que digamos que trabajamos duramente y no apretamos levemente el freno, sino que lo pisamos a fondo y realmente reducimos las emisiones y finalmente se reducen las concentraciones de gases de efecto invernadero.

Y tal vez un día – como en 2075, el 23 de octubre – finalmente alcanzamos ese glorioso día en que las concentraciones alcanzan un pico y comienzan a rodar hacia abajo al otro lado.

Y tendremos celebraciones globales y habremos realmente comenzado a, bueno, ya habrá pasado lo peor.

Pero tal vez ese mismo día también nos demos cuenta de que la capa de hielo de Groenlandia se está fundiendo de forma inaceptablemente rápida, suficientemente rápida como para incrementar unos metros el nivel del mar en los siguientes 100 años y borrar así algunas de las grandes ciudades del mapa.

Esa es una situación absolutamente posible.

Podríamos decidir en ese instante que incluso aunque la geo-ingeniería era incierta y moralmente inquietante, era mucho mejor que la decisión de no optar por ella.

Y esta es una forma muy diferente de examinar el problema.

Es usarla como un modo de control de riesgos, no como sustituta de otras acciones.

Es, digamos, aplicar la geo-ingeniería durante un tiempo corto para eliminar lo peor del calor, no como sustituta de otro tipo de acciones.

Pero esta visión tiene un problema.

Y el problema es el siguiente: saber que la geo-ingeniería es factible hace que los impactos sobre el clima parezcan menos temibles.

Y esto implica un menor compromiso hacia el recorte de las emisiones hoy en día.

Esto es lo que los economistas llaman un riesgo moral.

Y es una de las razones fundamentales por las que resulta tan complicado discutir este problema, y en general creo que es la razón subyacente por la que ha sido políticamente inaceptable hablar de ello.

Pero no se puede hacer buena política escondiendo cosas en un armario.

Os dejo con tres preguntas y una cita final.

¿Deberíamos investigar seriamente este tema? ¿Deberíamos tener un programa de investigación nacional sobre ello? No sólo sobre cómo hacerlo mejor, sino también sobre qué riesgos e inconvenientes tiene.

Ahora mismo hay algunos pocos entusiastas hablando de ello, algunos viendo su lado positivo, otros oponiéndose, pero se encuentran en una situación peligrosa porque este tema aún no se conoce en profundidad.

Una pequeña cantidad de dinero nos proporcionaría algo de conocimiento.

Muchos de nosotros – ahora tal vez yo mismo – pensamos que se debería hacer.

Pero tengo mis reservas.

Y mis reservas son principalmente acerca del problema del riesgo moral, y no sé realmente cuál sería el mejor modo de evitarlo.

Creo que existe un serio problema según vamos discutiendo este tema.

La gente comienza a pensar que no necesitamos esforzarnos tanto por recortar las emisiones.

Otra cuestión es: tal vez necesitamos un tratado.

Un tratado que decida quién puede hacerlo.

Ahora mismo podríamos imaginarnos a un gran país rico como los Estados Unidos llevándolo a cabo.

Pero podría suceder que, de hecho, si China se despierta en 2030 y se da cuenta de que los impactos en el clima son inaceptables, podrían no mostrarse muy interesada en nuestras discusiones morales acerca de cómo hacerlo, y decidir que prefiere tener un mundo con geo-ingeniería a sin ella.

Y no tendríamos un mecanismo internacional para decidir quién puede tomar esa decisión.

Pues aquí tenéis una última reflexión, que fue plasmada mucho, mucho mejor, hace 25 años en el informe de la Academia Nacional de USA de como yo puedo hacerlo hoy.

Y creo que resume muy bien en qué situación nos encontramos.

El problema del CO2, el problema climático del que tanto hemos oído hablar, está impulsando muchas cuestiones, innovaciones tecnológicas en el área de la energía, que ayudarán a reducir las emisiones.

Pero también, creo que inevitablemente, nos lleva a pensar sobre el control del clima, nos guste o no.

Y es el momento de empezar a pensar en ello, incluso si la razón por la que nos ponemos a analizarlo es para reunir argumentos sobre por qué no deberíamos hacerlo.

Muchas gracias.

https://www.ted.com/talks/david_keith_a_critical_look_at_geoengineering_against_climate_change/

 

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