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No distorsionemos la imagen de África – Charla TEDxBoulder 2011

Charla «No distorsionemos la imagen de África» de TEDxBoulder 2011 en español.

Mostrar lo que ocurre realmente es complicado. Según la reportera e investigadora Leslie Dodson, África no es un país ni una zona catastrófica, y hace una llamada a todos los periodistas, investigadores y ONGs para que dejen de representar a continentes enteros como una gran tragedia.

  • Autor/a de la charla: Leslie Dodson
  • Fecha de grabación: 2011-09-24
  • Fecha de publicación: 2011-12-03
  • Duración de «No distorsionemos la imagen de África»: 686 segundos

 

Traducción de «No distorsionemos la imagen de África» en español.

Quiero comenzar con una pequeña advertencia: mi labor aquí hoy es hacer un poco de médico aguafiestas.

Así que concédanme unos minutos y sepan que, después de esto, el tono será más ligero y alegre.

Empezamos.

Sé que muchos de Uds.

han escuchado el proverbio del viajero: «No tomen nada salvo fotos, no dejen nada salvo huellas.» Bien.

Voy a decirles que no creo que sea tan bueno ni tan sencillo como parece, en particular para quienes nos dedicamos a mostrar a las personas en países pobres, en países en desarrollo y a mostrar la pobreza.

Y los que trabajamos en este sector somos reporteros, investigadores y gente que trabaja para ONGs.

Sospecho que hay muchos de nosotros entre el público.

Viajamos por el mundo y traemos fotos como esta: de personas que sufren, o desplazadas, o hambrientas, o de niños trabajadores, o de lo exótico.

Bien, Susan Sontag nos recuerda que los fotógrafos ayudan a definir lo que tenemos el derecho de observar, pero más importante aún, son una ética de lo que se puede ver.

Y pienso que este es buen momento para revisar nuestra ética de lo que vemos porque las industrias de la información e investigación, y el trabajo de las ONG se están derrumbando y cambiando, en parte debido a lo que está ocurriendo con la economía.

Pero nos está obligando a forjar nuevas relaciones.

Y esas nuevas relaciones tienen algunas fronteras borrosas.

Trabajé al borde de algunas de esas fronteras borrosas, y quiero compartir con Uds.

algunas de mis observaciones.

Mi ética de lo que se ve se basa en 25 años de experiencia como reportera cubriendo economías emergentes y relaciones internacionales.

Y creo en una prensa libre e independiente.

Creo que el periodismo es un bien público.

Pero se está volviendo más difícil hacer ese trabajo, en parte, por los despidos masivos, porque ya no hay presupuesto para reporteros internacionales, por las nuevas tecnologías y plataformas que piden contenido nuevo, y hay muchos periodistas nuevos.

Existe un periodismo activista, humanitario, periodismo de paz; todos buscamos cubrir las historias importantes de nuestra época.

Así que nos vamos a las ONGs y pedimos incorporarnos a sus proyectos.

En parte porque realizan una labor importante en lugares interesantes.

Les doy un ejemplo: este es un proyecto en el que trabajé en las cataratas del Nilo en Etiopía.

Las ONGs entienden los beneficios de tener reporteros que las acompañen en su equipo.

Necesitan la publicidad, están bajo muchísima presión, compiten por la compasión en un mercado muy saturado.

Así que, también buscan reporteros y contratan a los independientes que les ayuden a elaborar su material de relaciones públicas y su material mediático.

Bien, los investigadores también están presionados.

Están bajo la presión de comunicar su ciencia fuera del mundo académico.

Así que colaboran con los reporteros, porque para muchos investigadores, es difícil escribir una historia sencilla o clara.

Y el beneficio para los reporteros es que cubrir el campo de la investigación es uno de los mejores trabajos que hay.

No solo cubres la ciencia, también llegas a conocer a científicos interesantes, como mi asesora de doctorado, Revi Sterling, que como investigadora, es de las mejores que hay.

Y fue una discusión con Revi la que nos trajo al borde de la investigación y del reportaje, esa frontera borrosa.

Y le dije: «Esperaba ir a países en desarrollo, investigar y cubrir historias al mismo tiempo».

Me contestó: «No lo creo, amiga».

Y esa confusión, esa confusión mutua, nos llevó a publicar un artículo sobre los conflictos de ética y las prácticas contradictorias al investigar e informar.

Comenzamos con el acuerdo de que investigadores y reporteros son primos lejanos, narradores y analistas sociales por igual.

Pero no vemos ni mostramos a las comunidades en desarrollo del mismo modo.

Este es un ejemplo clásico.

Esto es Somalia en 1992.

Podría ser Somalia hoy.

Y este es el procedimiento estándar en buena parte de los vídeos y fotos que se ven en las noticias, donde a un grupo de reporteros los llevan en camión hasta el lugar del desastre, producen su material, sacan sus fotos, hacen sus entrevistas y después se les escolta afuera.

Está claro que ese no es un contexto de investigación.

Ahora bien, a veces trabajamos en reportajes especiales.

Esta es una foto que tomé de una mujer en el pueblo de Bhongir en Andhra Pradesh, India.

Está en una reunión de microfinanzas.

Es una historia fantástica.

Y lo importante aquí es que es reconocible.

Se le puede ver la cara.

Y esta tampoco es una foto de investigación.

Esta representa mucho mejor una fotografía de investigación.

Es un lugar de investigación; se ven mujeres jóvenes con nuevas tecnologías.

Es como una marca de la época; se está documentando una investigación.

Esto no me serviría para las noticias.

No cuenta lo suficiente y no vende.

Pero las diferencias son incluso más profundas.

Revi y yo analizamos algunas de las órdenes de los investigadores.

Trabajan bajo reglas muy estrictas dictadas por las juntas de revisión de su universidad en cuanto a contenido y confidencialidad.

Están obligados a tener el consentimiento para elaborar sus documentos.

En cambio yo, como reportera, si le pongo un micro a alguien, ya tengo consentimiento.

Y cuando tenga que crear la historia, verificaré los hechos como reportera, pero no invitaré a otros a crear esa historia, mientras que los investigadores sociales y sobre todo los participativos, a menudo construyen el relato junto con la comunidad.

Y en cuanto a pagar por la información, no se incentiva el ‘periodismo de cheque’, en parte por el sesgo que se vierte en el tipo de información obtenida.

Pero los científicos sociales entienden que el tiempo de la gente es valioso, así que les pagan por su tiempo.

Así que mientras los periodistas están bien situados para mostrar la belleza del proceso científico, el proceso de las ONGs, yo añadiría, ¿Qué pasa con los defectos? ¿Qué pasa cuando un proyecto de investigación no se diseña bien, o un proyecto de ONG no cumple sus objetivos? O el otro tipo de defectos.

Ya saben, lo que ocurre de noche cuando hay copas de por medio.

El medio de la investigación, la información y los proyectos de las ONG son medios muy íntimos.

Se hacen buenos amigos cuando se está trabajando bien.

Pero cuando anochece hay un poco de «periodismo Johnnie Walker», ¿y qué pasa cuando se cruza esa línea entre estar integrada y estar «encamada»? ¿Qué hacer con el comportamiento extraño y odioso? La cuestión es que querrás negociar de antemano lo que se puede contar y lo que es extraoficial.

Voy a mostrar ahora unas imágenes de ONGs que a algunos de Uds.

le resultarán familiares.

(Vídeo) Narrador: Por unos 70 centavos puede comprar una lata de refresco, normal o de dieta.

En Etiopía, por solo 70 centavos al día, se puede proporcionar comidas nutritivas a un niño como Jamal.

Por unos 70 centavos también se puede comprar una taza de café.

En Guatemala, por 70 centavos al día, puede darle a una niña como Vilma la ropa que necesita para ir al colegio.

Leslie Dodson: Estas imágenes son muy comunes desde hace 40 años.

Son parte de la campaña de Sally Struther contra el hambre.

Algunas son muy familiares; la Virgen y el niño.

Las mujeres y los niños funcionan muy bien en las campañas de ONGs.

Llevamos mucho tiempo viendo estas imágenes, cientos y cientos de años: la Virgen y el niño.

Éste es Duccio y éste es Michelangelo.

Mi preocupación es si estamos encasillando los géneros en las historias de pobreza en los países en vías de desarrollo.

¿Mostramos a las mujeres como víctimas y al hombre como único responsable? Los tipos que van con las AK-47 o los niños soldado.

Porque eso no deja espacio para historias como la del hombre que vende helados en el campo de refugiados al sur de Sudán, donde hicimos un proyecto, o la de los hombres que trabajan en el puente sobre el Nilo Azul.

Me pregunto: ¿Es que esas historias son incómodas en nuestros relatos? ¿Y qué hay de este relato? Este es un juego con fines comerciales, y su objetivo es que el desarrollo sea divertido.

Una pregunta es: ¿Se burlaron sin darse cuenta? Otras preguntas serían: ¿Y los derechos de esos niños? ¿Qué derechos de publicidad o a la intimidad tienen? ¿Se les pagó? ¿Se les debería pagar? ¿Deberían compartir el beneficio? Este es un juego comercial.

¿Firmaron por prestación de servicios? Yo tengo que usarlos cuando trabajo con ONGs y con directores de documentales aquí en EE.

UU.

En EE.UU.

nos tomamos nuestros derechos de publicidad y a la privacidad muy en serio.

¿Por qué embarcarnos en una larga travesía que destruya estos derechos? No solo me meto con nuestros amigos del mundo del videojuego; también con el arte gráfico, donde a menudo vemos historias monolíticas, homogéneas, sobre el gran país de África.

Pero África no es un país, es un continente.

Son 54 países y miles de idiomas.

Mi pregunta es: ¿Son estas imágenes productivas? ¿O reductivas? Sé que son populares.

La USAID acaba de lanzar su campaña «Forward».

FWD: Hambre, Guerra y Sequía.

Y al verla pensarían Uds.

que esto ocurre continuamente en toda África.

Pero se trata de lo que ocurre en el Cuerno de África.

Y no consigo entender África en un trozo de pan de molde.

Y me lo pregunto.

Germaine Greer se ha preguntado por las mismas cosas y dice: «Para desayunar y para cenar, podemos abrir el apetito con una ración generosa de pornografía de guerra, genocidio, miseria y enfermedad».

Tiene razón, hemos abierto nuestro apetito.

Pero también podemos abrir nuestra perspectiva.

No siempre son la guerra, la insurreción y la enfermedad.

Esta es una foto de Sudán del Sur, un par de meses antes de que naciera el nuevo país.

Seguiré trabajando como investigadora y reportera en países en desarrollo, pero con una ética de lo que veo distinta.

Me preguntaré si mis fotografías son complacientes, si refuerzan los estereotipos, si las imágenes se ajustan al mensaje.

¿Soy complaciente, o soy cómplice? Gracias.

(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/leslie_dodson_don_t_misrepresent_africa/

 

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