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Noel Bairey Merz: La mayor amenaza de salud que enfrentan las mujeres – Charla TEDxWomen 2011

Charla «Noel Bairey Merz: La mayor amenaza de salud que enfrentan las mujeres» de TEDxWomen 2011 en español.

Sorprendente, pero cierto: cada vez más mujeres que hombres mueren por enfermedades cardíacas. Pero aún así, las investigaciones cardiovasculares se han enfocado durante mucho tiempo en los hombres. La doctora C. Noel Bairey Merz, pionera en su campo, comparte lo que sabemos y lo que desconocemos acerca de la salud del corazón de la mujer, lo que incluye los síntomas significativamente diferentes que presentan las mujeres durante un ataque al corazón (y por qué con frecuencia no se tratan).

  • Autor/a de la charla: C. Noel Bairey Merz
  • Fecha de grabación: 2011-12-01
  • Fecha de publicación: 2012-03-21
  • Duración de «Noel Bairey Merz: La mayor amenaza de salud que enfrentan las mujeres»: 959 segundos

 

Traducción de «Noel Bairey Merz: La mayor amenaza de salud que enfrentan las mujeres» en español.

Una de cada dos mujeres aquí va a verse afectada por una enfermedad cardiovascular a lo largo de su vida.

Esta es la principal causa de muerte en mujeres.

Es un secreto bien guardado por razones que desconozco.

Además de hacer de esto un tema personal; porque vamos a hablar de la relación con sus corazones y las relaciones de todas las mujeres con sus corazones, también vamos a profundizar en la política.

Porque, como saben, lo personal es político.

Y no se está haciendo lo suficiente al respecto.

Y así como hemos visto mujeres vencer el cáncer de mama a través de las campañas contra el cáncer, esto es lo que debemos hacer con el corazón.

Desde 1984, en EE.

UU.

mueren más mujeres que hombres.

Y estamos acostumbrados a que los problemas cardíacos sean principalmente un problema masculino; lo cual nunca fue cierto, pero esa era la creencia en los años 50 y 60 y así aparecía en todos los libros.

Fue justamente lo que aprendí cuando me capacité.

Si quisiéramos ser sexistas, aunque no estaría bien, pero si nos hubiésemos ofuscado, habría sido de hecho una enfermedad femenina.

Ahora es una enfermedad de mujeres.

Y una de las cosas que se observan es esa tendencia masculina, la mortalidad que baja y baja y baja y baja y baja.

Y como ven, la tendencia femenina desde 1984, es que esta brecha se ensancha.

Más y más mujeres, dos, tres, cuatro veces más mujeres, mueren de problemas cardíacos que hombres.

Y ese es un periodo de tiempo demasiado corto para que los diferentes factores de riesgo que conocemos cambien.

Lo que esto nos sugería a un nivel nacional es que las estrategias de diagnóstico y tratamiento que habían sido desarrolladas con hombres, por y para hombres durante los últimos 50 años; y que habían funcionado bastante bien en hombres,

¿verdad?

; pues, no estaban funcionando tan bien para las mujeres.

Esto fue una gran llamada de atención durante la década de los 80.

Los problemas cardíacos matan más mujeres de todas las edades que el cáncer de mama.

Y la campaña contra el cáncer de mama…

nuevamente, esto no es una competencia.

Queremos tener el mismo éxito que la campaña contra el cáncer de mama.

Necesitamos ser tan buenos como ellos para lidiar con esta crisis.

Cuando las personas se enteran de esto, quedan todas boquiabiertas.

Todos podemos pensar en alguien, en general, una mujer joven, que haya sufrido cáncer de mama.

Pero con frecuencia no podemos pensar en una joven que tenga problemas cardíacos.

Y les voy a explicar por qué.

Las enfermedades cardíacas matan, a menudo con mucha rapidez.

Así que la primera vez que un problema cardíaco afecta a hombres y mujeres, la mitad de las veces se trata de una muerte súbita cardíaca, sin ninguna oportunidad de despedirse, de llevarla a quimioterapia, de ayudarla a escoger una peluca.

La mortalidad del cáncer de mama bajó al 4 %.

Y esos son los 40 años que las mujeres han luchado.

Betty Ford y Nancy Reagan le hicieron frente y dijeron: «Yo sobreviví al cáncer de mama», y estaba bien hablar al respecto.

Y luego los médicos las han ayudado.

Hemos investigado.

Ahora tenemos tratamientos efectivos.

Las mujeres están viviendo más que nunca.

Lo mismo debe suceder en el campo de las enfermedades cardíacas y este es el momento.

No está sucediendo y ya es hora.

Tenemos una gran deuda de gratitud con estas mujeres.

Como Barbara lo describió, en una de sus maravillosas películas, «Yentl», mostrando a una joven que quería educarse.

Quería estudiar el Talmud.

¿Y cómo fue que pudo educarse?

Debía hacerse pasar por hombre.

Debía parecer un hombre.

Debía convencer a los demás de que era un hombre y de que tenía los mismos derechos que un hombre.

Bernadine Healy, la Dra.

Healy, era cardióloga.

Y más o menos por esa época, en los años 80, el número de mujeres que morían por enfermedades cardíacas subía y subía y subía y subía; ella escribió una publicación en el New England Journal of Medicine que hablaba del síndrome Yentl.

Las mujeres mueren por enfermedades cardíacas, dos, tres, cuatro veces más que los hombres.

Esa tasa de mortalidad no disminuye, aumenta.

Y ella cuestionó, creó una hipótesis:

¿es este un síndrome Yentl?

Y la historia es así: acaso es porque las mujeres no se parecen a los hombres, que los patrones de enfermedades cardíacas no son como los masculinos, que son los que hemos estado estudiando durante los últimos 50 años, de los cuales hemos obtenido diagnósticos precisos y muy buenos tratamientos, que por ende, no reconocemos sus enfermedades cardíacas.

Simplemente pasaron.

No se las trata, no se las detecta, no se benefician de toda la medicina moderna.

La doctora Healy posteriormente se convirtió en la primera directora mujer de nuestros Institutos Nacionales de Salud.

Y esta es la iniciativa de investigación bioquímica más grande en el mundo.

Financia muchas de mis investigaciones y financia investigaciones por todas partes.

Fue un gran logro que ella llegase a directora.

Y comenzó, frente a mucha controversia, la Iniciativa de la Salud de la Mujer.

Y toda mujer en esta sala se ha beneficiado de esa iniciativa.

Nos contó acerca de la terapia hormonal sustitutiva.

Nos informó acerca de la osteoporosis.

Nos informó acerca del cáncer de mama y de colon en las mujeres.

Financió muchos estudios a pesar de que, nuevamente, muchas personas le dijeron que no lo hiciera, porque era muy costoso.

El mensaje sobrentendido era que las mujeres no valían la pena.

Y ella les decía: «¡No! Lo siento.

Las mujeres lo valen».

Bien, hubo un pedacito de esa Iniciativa para la Salud de la Mujeres que fue para el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre, que es la rama de cardiología del NIH.

Y pudimos hacer el estudio WISE, que por sus siglas es la «Evaluación del Síndrome Isquémico Coronario en Mujeres», y yo he presidido ese estudio durante los últimos 15 años.

Se trataba de un estudio para preguntarnos específicamente:

¿qué pasa con las mujeres?

¿Por qué es que cada vez mueren más mujeres por enfermedades isquémicas coronarias?

Así que en WISE, hace 15 años, comenzamos diciendo: «Vaya, aquí hay un par de observaciones claves y seguramente deberíamos investigar más al respecto».

Y nuestros colegas en Washington D.

C.

acababan de publicar que cuando las mujeres sufrían paros cardíacos y morían, comparado con hombres que sufrían paros y morían…

de nuevo, estos son millones de personas, por día, las mujeres, en su placa adiposa, y esta es su arteria coronaria, el mayor suministro de sangre que ingresa al músculo del corazón, en las mujeres erosionan y en los hombres explotan.

Y van a encontrar analogías muy interesantes en esta fisiología.


(Risas)
Voy a empezar describiéndoles el patrón masculino de un paro cardíaco.

Ataque al corazón de Hollywood.

Ahhhggg.

Un dolor de pecho espantoso.

El monitor del electrocardiograma hace «pufff», así que los médicos ven este electrocardiograma increíblemente anormal.

Hay un gran coágulo justo en medio de la arteria.

Así que introducen un catéter y bum, bum, bum se deshacen del coágulo.

Así es un paro cardíaco en un hombre.

Algunas mujeres sufren paros así, pero un gran número de mujeres tienen este otro tipo de paros, donde erosiona, no se llena completamente con un coágulo, los síntomas son sutiles, los resultados de los electrocardiogramas son distintos: el patrón femenino.

Entonces,

¿qué creen que les pasa a estas chicas?

Con frecuencia no se las reconoce, se las mandan a sus casas.

No estoy seguro de lo que podría haber sido.

Podrían haber sido gases.

Así que seguimos esa pista y dijimos: «Saben, ahora tenemos la capacidad de mirar dentro de seres humanos con estos catéteres especiales llamados IVUS: ultrasonido intravascular».

Y dijimos: «Vamos a plantear una hipótesis acerca de que la placa adiposa en las mujeres sea en realidad probablemente diferente, y depositada de otra forma que en los hombres».

Y por el conocimiento en común de cómo los hombres y las mujeres engordan.

Cuando observamos a las personas volverse obesas,

¿dónde engordan los hombres?

Justo aquí, es solo central, justo aquí.

¿Dónde engordan las mujeres?

Por todos lados.

Celulitis aquí, celulitis acá.

Entonces nos dijimos: «Miren, parece las mujeres hacen un buen trabajo guardando la basura ordenadamente.

Los hombres solo la concentran en una sola área».

Así que dijimos: «Observemos esto».

Lo amarillo es placa adiposa, en el panel A hay un hombre.

Y como ven, es bultosa y rugosa.

Tiene panza de cerveza en sus arterias coronarias.

En el panel B hay una mujer, se ve muy suave.

Ella lo tiene todo lindo y ordenado.


(Risas)
Y si hiciesen esa angiografía, que es la roja, verían la enfermedad del hombre.

Después de 50 años mejorando y perfeccionando estas angiografías, podemos reconocer fácilmente el patrón de la enfermedad en el hombre.

Pero se hace un poco difícil reconocer ese patrón de enfermedad en la mujer.

Eso fue un descubrimiento.

¿Y cuáles son las repercusiones al respecto?

Bien, una vez más, las mujeres pasan por la angiografía y nadie se da cuenta de que tienen un problema.

Así que ahora estamos trabajando en un método no invasivo, porque estos eran todos estudios invasivos.

Idealmente a una le encantaría hacerse todo esto de forma no invasiva.

Y de nuevo, 50 años de exámenes de estrés no invasivos.

somos buenos reconociendo el patrón masculino de la enfermedad con exámenes de estrés.

Esta es una imagen de resonancia magnética cardíaca.

Estamos haciendo este examen en el Cedars-Sinai Heart Institute, en el Women’s Heart Center.

Escogimos este centro para la investigación.

Esto no está disponible en el hospital de su barrio, pero esperábamos poder aplicarlo.

Y ya llevamos unos dos años y medio en un estudio de 5 años de duración.

Esta era la única modalidad para ver el revestimiento interno del corazón.

Y si se observa con atención, puede verse que hay un sombreado negro justo ahí.

Esa es una obstrucción microvascular.

El síndrome, el patrón femenino ahora se llama disfunción u obstrucción coronaria microvascular.

La segunda razón por la cual nos gustó la resonancia magnética es porque no hay radiación.

A diferencia de las tomografías computadas, los rayos X y las cintigrafías para mujeres, cuyo pecho se interpone en el camino para poder observar el corazón; cada vez que pedimos algo que tenga la mínima cantidad de radiación, nos preguntamos, «

¿realmente necesitamos ese examen?

«.

Así que estamos muy entusiasmados con la resonancia magnética.

Todavía no se puede pedir con facilidad, pero es una área de investigación activa en la cual el estudio en mujeres va a ser de hecho un gran avance para todos, mujeres y hombres.

¿Cuáles son entonces las consecuencias inevitables cuando el patrón femenino de enfermedades cardíacas no se reconoce?

Esta es una cifra de una publicación que escribí para el European Heart Journal el verano pasado.

Y este es solo un pictograma para mostrar de alguna manera por qué mueren más mujeres que hombres de problemas cardíacos, a pesar de todos estos tratamientos tan buenos que conocemos y con los que hemos trabajado.

Y que cuando las mujeres sufren de una enfermedad con un patrón masculino, cuando se parece a Barbara en la película, es cuando se las trata.

Pero cuando tienen a alguien con un patrón de enfermedad femenino, y una parece una mujer como Barbara aquí con su marido, entonces no reciben tratamiento.

Estos son los tratamientos que pueden salvarnos la vida.

Y esas cajitas rojas son muertes.

Esas son las consecuencias.

Y ese es el patrón femenino y por qué pensamos que el síndrome Yentl de hecho explica muchas de estas brechas.

También ha habido noticias maravillosas acerca de los estudios en mujeres en enfermedades coronarias.

Y una de las áreas innovadoras con la cual estamos muy entusiasmados son los tratamientos con células madres.

Si me preguntan:

¿cuál es la gran diferencia entre un hombre y una mujer en términos fisiológicos?

¿Por qué es que existen hombres y mujeres?

Porque las mujeres traen vida nueva al mundo.

Esas son las células madre.

Planteamos la hipótesis de que las células madres de mujeres podrían ser mejores para identificar lesiones, para reparar células o hasta para producir nuevos órganos, que es una de las cosas que estamos intentando.

Estas son células madre de hombres y mujeres.

Si tuviesen un órgano lesionado o sufriesen un paro cardíaco y quisiéramos reparar la lesión,

¿preferirían utilizar estas células madre robustas, abundantes que están ahí arriba?

¿O preferirían estas otras, que parece que están de siesta?


(Risas)
Algunos de nuestros equipos de investigación han demostrado que las células madre de mujeres (y esto es en animales pero también lo vemos en humanos), que las células madre de mujeres, incluso cuando se las coloca en un cuerpo de hombre, hacen un mejor trabajo que las células madre de hombre implantadas en un cuerpo masculino.

Algo sobre la fisiología femenina…

aunque hablamos de los problemas cardíacos, en promedio, las mujeres son más longevas que los hombres.

Desplegar los secretos de la fisiología femenina va a ayudar tanto a hombres como a mujeres.

En este juego solo se puede ganar.

Bien, aquí es donde comenzamos.

Y recuerden, los caminos se cruzaron en 1984, cuando cada vez más mujeres morían de enfermedades cardiovasculares.

¿Qué sucedió en los últimos 15 años con este trabajo?

Estamos cambiando la curva.

Estamos modificando la curva.

Igual que con el cáncer de mama, hacer investigaciones, concienciar…

funciona: hay que poner eso mismo en marcha.

¿Estamos satisfechos con esto?

Todavía hoy, por cada hombre mueren de dos a tres mujeres.

Yo les sugiero que, con la mayor longevidad que en promedio tienen las mujeres, en teoría deberían vivir más, si tan sólo se las tratara.

Aquí es donde estamos, pero queda mucho por avanzar aún.

Hemos trabajado en esto 15 años.

Como les dije, hemos trabajado con patrones masculinos de enfermedades cardíacas 50 años.

Llevamos 35 años de retraso.

Nos gustaría pensar que tardaremos menos.

Probablemente será así.

Pero no podemos detenernos ahora.

Hay demasiadas vidas en riesgo.

Entonces,

¿qué debemos hacer?

Espero que ahora tengan una relación más personal con sus corazones.

Las mujeres han escuchado el llamado del cáncer de mama y han salido a luchar contra él con campañas de concienciación.

Ahora se hacen las mamografías cuando deben.

También recaudan fondos.

Las mujeres participan.

Han respaldado sus palabras con acciones y han luchado y se han sumado a campañas.

Eso es lo que debemos hacer con las enfermedades cardíacas.

Y es un asunto político.

La salud de la mujer, desde un punto de vista de financiación federal, a veces es popular y otras no tanto.

Y pasamos por ciclos de escasez y abundancia.

Así que les ruego que se sumen a la campaña de la Cruz Roja en su recaudación de fondos.

Como dijimos, el cáncer de mama mata mujeres, pero las enfermedades cardíacas matan a muchísimas más.

Si podemos ser tan efectivos como contra el cáncer de mama y darles a las mujeres esta nueva oportunidad, tenemos muchas vidas por salvar.

Gracias por su atención.


(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/noel_bairey_merz_the_single_biggest_health_threat_women_face/

 

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