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Sheryl WuDunn: la mayor injusticia de nuestro siglo – Charla TEDGlobal 2010

Charla «Sheryl WuDunn: la mayor injusticia de nuestro siglo» de TEDGlobal 2010 en español.

«Half the Sky» («La mitad del cielo»), el libro de Sheryl WuDunn, cuyas historias impresionan, analiza la opresión de la mujer a nivel mundial. Sólo cuando tengan igual acceso a la educación y a las oportunidades económicas en los paí­ses en desarrollo utilizaremos todos los recursos humanos.

  • Autor/a de la charla: Sheryl WuDunn
  • Fecha de grabación: 2010-07-15
  • Fecha de publicación: 2010-08-17
  • Duración de «Sheryl WuDunn: la mayor injusticia de nuestro siglo»: 1102 segundos

 

Traducción de «Sheryl WuDunn: la mayor injusticia de nuestro siglo» en español.

El desafío mundial del que quiero hablarles hoy rara vez ocupa las primeras páginas.

Sin embargo es enorme tanto en escala como en importancia.

Vean, todos Uds viajan mucho; después de todo esto es TEDGlobal.

Pero espero llevarlos a algunos lugares a los que no han ido antes.

Empecemos en China.

Esta foto fue tomada hace dos semanas.

En realidad, un indicio es que ese niñito en los hombros de mi marido se graduó de la secundaria.


(Risas)
Esa es la Plaza de Tiananmen.

Muchos de Uds han estado allí­.

Pero no es la verdadera China.

Déjenme llevarlos a la verdadera China.

Esto es en las montañas Dabian en una parte lejana de la provincia de Hubei en China central.

Dai Manju tiene 13 años cuando esta historia comienza.

Ella vive con sus padres, sus dos hermanos y su tía abuela.

Tienen una choza sin electricidad, ni agua potable, no tienen reloj de pulsera, ni bicicleta, y comparten esta majestuosidad con un cerdo muy grande.

Dai Manju estaba en sexto grado cuando sus padres le dijeron «Te vamos a sacar de la escuela porque los 13 dólares de la cuota escolar son mucho para nosotros.

Vas a pasar el resto de tu vida en los arrozales.

¿Por qué malgastaríamos el dinero en ti?

» Esto es lo que sucede con las niñas en zonas lejanas.

Resuta que Dai Manju era la mejor alumna de su grado.

Ella todavía hace la caminata de dos horas a la escuela y trataba de captar toda la información que se filtraba por las puertas.

Escribimos sobre ella en el New York Times.

Recibimos gran cantidad de donaciones en su mayoría cheques de 13 dólares, porque los lectores del New York Times son muy generosos en pequeñas sumas.


(Risas)
Pero luego tuvimos una transferencia de $ 10.000, un hombre muy agradable.

Le entregamos el dinero al hombre de allí, el director de la escuela.

Él estaba encantado.

Pensó: «Puedo renovar la escuela.

Puedo dar becas a todas las niñas».

Si trabajan mucho y permanecen en la escuela.

Así que Dai Manju básicamente terminó la escuela media.

Fue a la secundaria.

Fue a la escuela profesional de contabilidad.

Buscó trabajo en la provincia de Guangdong en el sur.

Encontró un empleo, buscó trabajo para sus compañeras de clase y amigas.

Le envió dinero a su familia.

Construyó una casa nueva, esta vez con agua potable, electricidad, una bicicleta, sin un cerdo.

Lo que vimos fue un experimento natural.

No es usual conseguir una inversión externa para la educación de las niñas.

Con el correr de los años, siguiendo a Dai Manju, pudimos ver que ella pudo pasar de un ciclo vicioso a un ciclo virtuoso.

No sólo cambió su propia dinámica, cambió su casa, su familia, su aldea.

La aldea se volvió un verdadero soporte de salida.

Claro que por el momento toda China estaba prosperando, pero fueron capaces de hacer construir una vía para conectarse con el resto de China.

Lo que me lleva a los dos primeros y grandes principios de «Half the Sky».

Y eso es que el desafío moral fundamental de este siglo es la desigualdad de género.

En el siglo XIX fue la esclavitud.

En el siglo XX fue el totalitarismo.

La causa de nuestro tiempo es la brutalidad que tantas personas enfrentan en el mundo por cuestiones de género.

Por lo que algunos de Uds pueden pensar, «Caramba, eso es una exageración.

Ella está exagerando».

Bien, déjenme preguntarles esto.

¿Cuántos piensan que hay más hombres y cuántos más mujeres en el mundo?

Permítanme encuestarlos.

¿Cuántos piensan que hay más hombres en el mundo?

Levanten las manos, por favor.

¿Cúantos piensan…

pocos…

cuántos piensan que hay más mujeres en el mundo?

De acuerdo, la mayoría.

Bien, este último grupo está equivocado.

Hay, es cierto, en Europa y Occidente cuando las mujeres y los hombres tienen igual acceso a la comida y al cuidado de la salud hay más mujeres, vivimos más.

Pero en la mayoría del resto del mundo eso no es así.

De hecho, los demógrafos han mostrado que hay entre 60 millones y 100 millones menos mujeres en la población actual.

Y eso sucede por diversas razones.

Por ejemplo, en el medio siglo pasado, más niñas fueron discriminadas a muerte que todas las personas asesinadas en los campos de batalla en el siglo XX.

A veces es también por la ecografía.

Las niñas son abortadas incluso antes de nacer cuando hay escacez de recursos.

Esta niña de aquí, por ejemplo, se encuentra en un centro de alimentación en Etiopía.

Todo el centro está lleno de niñas como ella.

Lo notable es que sus hermanos, en la misma familia, estaban completamente bien.

En India, en el primer año de vida, de cero a uno, niños y niñas sobreviven básicamente en la misma proporción porque dependen del seno y el seno no tiene preferencias por el hijo.

De uno a cinco las niñas mueren a una tasa 50% más alta que los niños, en toda India.

El segundo principio de «Half the Sky» es que, dejemos de lado la moralidad de lo correcto y lo incorrecto de esto.

Y sólo a un nivel práctico, pensamos que una de las mejores maneras de luchar contra la pobreza y el terrorismo es educar a las niñas e incorporar mujeres a la fuerza de trabajo formal.

La pobreza, por ejemplo.

Hay tres razones por las que este es el caso.

La primera, la superpoblación es una de las constantes causas de pobreza.

Y, ya saben, cuando uno educa a un niño su familia tiende a tener menos niños pero sólo levemente.

Cuando uno educa a una niña ella tiende a tener significativamente menos hijos.

La segunda razón tiene que ver con el gasto.

Es algo así como el secretito sucio de la pobreza, que es que la gente pobre no sólo tiene ingresos muy bajos sino que también los ingresos que reciben no los gastan de manera muy inteligente.

Y, desafortunadamente, la mayoría de ese gasto lo hacen los hombres.

Así, la investigación muestra, si uno mira la gente que vive con menos de dos dólares diarios, una métrica de pobreza 2% de ese ingreso va a la canasta de aquí, en educación.

20% va a una canasta que es una combinación de alcohol, tabaco, bebidas azucaradas, prostitución y fiestas.

Si uno toma 4 puntos porcentuales y los pone en esta canasta, tendría un efecto transformador.

La última razón tiene que ver con mujeres que son parte de la solución, no del problema.

Uno necesita usar los recursos escasos.

Es un derroche de recursos si uno no usa alguen como Dai Manju.

Bill Gats lo dijo muy bien cuando estaba viajando por Arabia Saudita.

Estaba hablando ante una audiencia parecida a Uds.

Sin embargo, a dos tercios del camino había una barrera.

En este lado estaban los hombres, luego la barrera, y de este lado las mujeres.

Y alguien de este lado de la sala se levantó y dijo, «Sr.

Gates, aquí tenemos el objetivo en Arabia Saudita en ser uno de los 10 países principales en términos de tecnología.

¿Piensa que podremos lograrlo?

» Y Bill Gates, mientras miraba fijamente a la audiencia, dijo: «Si no utilizan a pleno la mitad de los recursos de su país, no hay manera en que puedan llegar a los 10 principales».

Por eso aquí está Bill de Arabia.


(Risas)
Entonces,

¿a qué se parecerían alguno de los desafíos específicos?

Yo diría, en el tope de la agenda está el tráfico sexual.

Y voy a decir sólo dos cosas al respecto.

La esclavitud en la cima de la trata de esclavos en la década de 1780: había unos 80.000 esclavos transportados de África al Nuevo Mundo.

Hoy, la esclavitud moderna: según las estadísticas aproximadas del Departamento de Estado hay cerca de 800.000, 10 veces la cantidad, que se trafica por las fronteras internacionales.

Y eso ni siquiera incluye los que son traficados dentro de las fronteras del país, que es una parte importante.

Y si uno mira otro factor, otro contraste, un esclavo valía entonces unos $40.000 en dinero de hoy.

Hoy, uno puede comprar una niña de trata por unos cientos de dólares, lo que significa que en realidad es más desechable.

Pero se ven progresos en lugares como Camboya y Tailandia.

No tenemos que esperar un mundo en el que las niñas son compradas, vendidas o asesinadas.

El segundo punto del programa es la moralidad materna.

El nacimiento de los niños en esta parte del mundo es un acontecimiento maravilloso.

En Nigeria, 1 de cada 7 mujeres se espera que muera durante el parto.

En todo el mundo muere una mujer por minuto y medio después del parto.

No es que no tengamos la solución técnológica sino que estas mujeres tienen tres golpes en contra: son pobres, son de zonas rurales, y son mujeres.

Por cada mujer que muere, hay 20 que sobreviven pero terminan con lesiones.

Y la lesión más devastadora es la fístula obstétrica.

Se trata de un desgarro durante el parto obstruido que deja a una mujer incontinente.

Déjenme contarles sobre Mahabuba.

Ella vive en Etiopía.

Se casó contra su voluntad a los 13 años.

Quedó embarazada, corrió al campo a tener el bebé pero, ya saben, su cuerpo era muy inmaduro, y terminó teniendo un trabajo de parto obstruido.

El bebé murió y ella terminó con una fístula.

Lo que significa que quedó incontinente; no podía controlar sus desechos.

En una palabra, apestaba.

Los aldeanos pensaron que estaba maldecida; no sabían que hacer con ella.

Así que finalmente la dejaron al borde de la aldea en una choza.

Le arrancaron la puerta para que las hienas pudieran atacarla por la noche.

Esa noche había un palo en la choza.

Ella luchó con las hienas con ese palo.

Y a la mañana siguiente, sabía que si podía llegar a una aldea cercana donde hubiese un misionero extranjero, se salvaría.

Dado que tenía algún daño muscular, se arrastró todo el camino, 50 kms, hasta esa puerta, medio muerta.

El misionero extranjero abrió la puerta, sabía exactamente lo que había sucedido, la llevó a un hospital cercano en Addis Abeba, y ella fue atendida con una operación de 350 dólares.

Los doctores y enfermeras observaron que no sólo era una sobreviviente era realmente inteligente, y la convirtieron en enfermera.

Así que ahora Mahabuba está salvando las vidas de cientos, miles de mujeres.

Se ha vuelto parte de la solución, no del problema.

Pasó de un ciclo vicioso a un ciclo virtuoso.

He hablado de algunos de los desafíos, déjenme hablarles de algunas de las soluciones y hay soluciones predecibles.

Las he indicado: educación y también oportunidad económica.

Así, por supuesto, cuando uno educa una niña, ella tiende a casarse más tarde en su vida, tiende a tener hijos más tarde en la vida, tiende a tener menos hijos, y esos hijos que ella tiene, son educadas de una manera mucho más culta.

Con oportunidades económicas puede ser transformador.

Déjenme contarles sobre Saima.

Ella vive en una pequeña aldea en las afueras de Lahore, Pakistán.

En ese momento, ella era infeliz.

Era golpeada todos los días por su marido, que estaba desempleado.

Él era del tipo jugador, y por lo tanto desempleado, y proyectaba sus frustraciones en ella.

Bien, cuando tuvo su segunda hija, su suegra le dijo a su hijo: «Creo que sería mejor que tuvieras una segunda esposa.

Saima no va a darte un hijo».

Esto es cuando ella tuvo su segunda hija.

En ese momento, había un grupo de microcrédito en la aldea que le dio un préstamo de 65 dólares.

Saima tomó ese dinero y emprendió un negocio de bordado.

Los comerciantes apreciaban sus bordados; se vendían bien, y comenzaron a pedirle más.

Y cuando no pudo producir lo suficiente contrató a otras mujeres de la aldea.

Pronto tenía 30 mujeres de la aldea trabajando en su negocio de bordado.

Y luego cuando tuvo que transportar todos los bordados desde la aldea hasta el mercado, necesitaba alguien que la ayude con el transporte, así que contrató a su marido.

Por lo que ahora trabajan en eso juntos.

Él hace el transporte y la distribución y ella la producción y el abastecimiento.

Y ahora tienen una tercera hija, y las hijas, todas ellas, están siendo instruidas en educación porque Saima sabe qué importa realmente.

Lo que me lleva al elemento final, que es la educación.

Larry Summers, cuando fue jefe economista del Banco Mundial, una vez dijo que «Es muy posible que el mayor retorno de la inversión en el mundo en desarrollo sea la educación de las niñas».

Déjenme contarles acerca de Beatrice Biira.

Beatrice vivía en Uganda cerca de la frontera con el Congo y, como Dai Manju, no iba a la escuela.

En realidad, nunca había ido a la escuela ni un poquito, jamás.

Sus padres, otra vez, decían: «

¿Por qué habríamos de gastar dinero en ella?

Se pasará gran parte de su vida acarreando agua de un lado a otro».

Bien, da la casualidad que en ese entonces había un grupo en Connecticut llamado Niantic Community Church Group, en Connecticut.

Ellos donaron a una organización con sede en Arkansas llamada Heifer International.

Heifer envió dos cabras a África.

Una de ellas acabó en lo de los padres de Beatrice.

Y esa cabra tuvo mellizas.

Las mellizas comenzaron a producir leche.

Vendieron la leche por dinero.

El dinero comenzó a acumularse, y muy pronto los padres dijeron: «Ya saben, tenemos suficiente dinero.

Enviemos a Beatrice a la escuela».

Así que a los nueve años Beatrice comenzó primer grado, después de todo, ella nunca había ido a la escuela, con niños de 6 años.

No importaba, ella estaba encantada de ir a la escuela.

Ella llegó a la cima de su clase.

Permaneció en la cima de su clase en la primaria, en la escuela intermedia, y luego en la secundaria, sacó notas excelentes a nivel nacional por lo que fue la primera en su aldea, en venir a los Estados Unidos con una beca escolar.

Hace dos años se graduó en la universidad de Connecticut.

El día de su graduación dijo: «Soy la chica con vida más afortunada gracias a una cabra».


(Risas)
Y esa cabra costó $120.

Así que vean lo transformadora que puede ser una pequeña ayuda.

Pero quiero darles un baño de realidad.

Miren: ayuda de EE.UU., ayudar a la gente no es fácil.

Y ha habido libros que criticaron la ayuda de EE.UU.

Está el libro de Bill Easterly.

Hay un libro llamado «Dead Aid».

Ya saben, la crítica es bastante; no es fácil.

La gente dice cómo la mitad de los proyectos de pozos de agua, un año después, fracasaron.

Cuando estuve en Zimbabwe, estábamos recorriendo un lugar con el jefe de la aldea, quería recaudar dinero para una escuela secundaria, y había una construcción a pocos metros de distancia y yo le dije: «

¿Qué es eso?

» Él en cierto modo murmuró.

Resulta que es un proyecto de irrigación fallido.

A pocos metros de allí había una cooperativa avícola fallida.

Un año, todos los pollos murieron, y nadie quería poner los pollos allí.

Es cierto, pero pensamos que uno no baña el bebé con el agua del baño; uno en realidad mejora.

Uno aprende de los errores y mejora constantemente.

Pensamos que los individuos pueden marcar una diferencia, y deberían hacerlo, porque los individuos juntos podemos ayudar a crear un movimiento.

Y movimientos de hombres y mujeres es lo que se necesita para producir cambios sociales, cambios que se ocuparán de este gran desafío moral.

Entonces, pregunto:

¿cómo se ven en esto?

Probablemente se estén preguntando eso:

¿por qué debería importarme?

Yo sólo les digo dos cosas.

Una de ellas es que la investigación muestra que una vez que han cubierto todas las necesidades materiales muchos de nosotros, todos nosotros en esta sala, la investigación muestra que hay muy pocas cosas en la vida que pueden elevar nuestro nivel de felicidad.

Una de esas cosas es contribuir a una causa más grande que uno mismo.

Y la segunda cosa.

Es una anécdota que les dejo.

Y es la historia de una trabajadora humanitaria en Darfur.

Esta es una mujer que trabajaba en Darfur y veía cosas que ningún humano debería ver.

Durante su estancia allí ella fue fuerte, ella se mantuvo firme.

Nunca se venció.

Y luego regresó a Estados Unidos y estaba de vacaciones, vacaciones de Navidad.

Estaba en el patio trasero de su abuela, y vio algo que la hizo romper en llanto.

Lo que vio fue un comedero para pájaros.

Y se dio cuenta que tuvo la gran suerte de haber nacido en un país en el que damos por sentada la seguridad en el que no sólo podemos alimentarnos, vestirnos y tener casa para nostros mismos sino que además se la damos a los pájaros silvestres para que no pasen hambre en el invierno.

Y se dio cuenta que con esa gran suerte viene una gran responsabilidad.

Y así, como ella, Uds, yo, todos hemos ganado la lotería de la vida.

Y entonces la pregunta se convierte en:

¿cómo cumplimos con esa responsabilidad?

Por lo tanto, aquí está la causa.

Únanse al movimiento.

Siéntanse más felices y ayuden a salvar el mundo.

Muchas gracias.


(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/sheryl_wudunn_our_century_s_greatest_injustice/

 

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