¿Por qué no recordamos nada de cuando éramos bebés?

Alguna vez te has preguntado por qué no recordamos nada de cuando éramos bebés y muy pocas cosas de la infancia. La palabra infancia proviene del latín y significa «incapaz de hablar»

Por lo tanto el final de la infancia significa el comienzo del habla.

El lenguaje tiene mucha relación con la memoria a largo plazo porque, entre otras cosas, implica que las vías nerviosas de nuestro cerebro están listas para afrontar dificultades mayores. Por esto mismo la infancia estaría vinculada a una cierta incapacidad para recordar.

Aproximadamente hacia el primer año de vida los bebés empiezan a desarrollar su memoria corto plazo y son capaces de recordar ciertas cosas como donde hay algunos objetos o el camino a su habitación. Hasta los tres años aproximadamente nuestros recuerdos son como fotografías.

Son imágenes estáticas y fragmentarias llenas de colorido y detalle pero sin ningún tipo de contexto. Esto se explica porque el cerebro del niño aún está creciendo y no tiene una red de conexiones nerviosas lo suficientemente desarrollada como para almacenar y organizar toda esta información y experiencias nuevas.

Hacia los tres años de edad aproximadamente, a medida que el niño se habitúa a lenguaje, esta red neuronal va madurando y es capaz de mantener sus primeros recuerdos a largo plazo.


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