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Las mil y una noches: resumen y opiniones

Breve historia de «Las mil y una noches»

La literatura árabe empezó a decaer en el siglo XI, y en el XIII, tras la invasión mogólica, se eclipsó casi por completo.

Sin embargo, en esta época se redactó definitivamente Las mil y una noches, colección de cuentos de origen indio que fueron traducidos al persa y que posteriormente penetraron en Arabia, donde se les añadieron relatos fantásticos de procedencia egipcia.

Los cuentos que integran «Las mil y una noches», más que una producción. completamente árabe, constituyen una clara muestra de la desbordante fantasía oriental.

La unidad de la narración se consigue mediante el recurso de ponerlos en labios de la hermosa y no menos inteligente Scherezada, esposa del sultán Scharian.

La sultana, cada amanecer, -interrumpe su narración a fin de evitar o cuando menos retrasar la triste suerte que aguarda a todas las esposas del sultán, que deben morir tras la primera noche nupcial.

Al llegar a la noche mil una, la sentencia fue revocada.

 

Las mil y una noches resumen y opiniones

Las mil y una noches resumen y opiniones

He aquí un fragmento de uno de los cuentos más famosos, precisamente el que nos habla del segundo viaje de Simbad el marino.
En él, como en todos los demás, se hace gala de una deslumbrante imaginación capaz de trasladarnos a los ambientes más exóticos y a las situaciones más maravillosas:

.. Al fin vine a resignarme en la voluntad de Dios, y sin saber qué haría; me subí a la cima de un gran árbol, desde donde miré a todas partes por ver si descubrfa alguna cosa que pudiera darme un rasgo de esperanza.
Dirigiendo la vista hacia el mar, no descubrí más que agua y cielo, pero habiendo divisado por la parte de tierra cierta cosa blanca, bajé del árbol y, con las provisiones que me quedaban, ca­miné hacia aquel objeto blanco, que esta­ba tan distante que no podía distinguir bien lo que era.
Cuando me hallé a una distancia proporcionada, noté que era una bola blanca, de altura y grosor prodigiosos, y habién­dola tocado luego que estuve junto a ella, hallé que era muy suave. Di una vuelta a su alrededor para ver si tenía ·alguna aber­tura; pero no pude descubrir ninguna, y me pareció imposible subir sobre ella se­gún era de lisa: tendría unos cincuenta pasos de circunferencia.
Estaba el sol próximo a su ocaso; de repente se oscureció el aire, como si hubiese interpuesta una espesa nube.

Pero si quedé asombrado de esta oscuridad repentina, no lo quedé menos cuando vi que el objeto que la producía era un pájaro de un tamaño extraordinariamente grande que venía volando hacia donde yo estaba. wego me acordé de un pájaro llamado roe, del cual había oído hablar con frecuencia a los marineros, y conocí que la gruesa bola que tanto había yo admirado debía de ser un huevo de aquel pájaro.

En efecto, se dejó caer y se puso sobre él para cubrirlo.

Al verlo venir, me había apretado cuanto pude junto al huevo, de suerte que el pájaro puso delante de mí uno de sus pies, que era tan grueso como un gran tronco de árbol.

A téme fuertemente a él con el lienzo de que estaba rodeado mi turbante, con la esperanza de que cuando emprendiese su vuelo me sacaría de aquella isla desierta. Efectivamente, después de haber pasado la noche en aquel estado, luego que amaneció, echó a volar el pájaro, y me elevó tan alto, que ya no descubría la tierra; y luego se precipitó con tanta rapidez que no sentía dónde estaba.

Cuando paró el pájaro y me vi en el suelo, desaté inmediatamente el nudo que me tenía ligado a su pie, y no bien había acabado de soltarme, cuando se arrojó sobre una serpiente de una longitud prodigiosa, la cogió y al punto echó a volar …

La primera traducción completa de los cuentos de Las mil y una noches se publicó por vez primera, en Francia en el siglo XVIII, exactamente en 1704, gracias al orientalista y arqueólogo galo Antoine Galland.

 

 

 

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