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Chris Abani sobre Las historias de África – Charla TEDGlobal 2007

Charla «Chris Abani sobre Las historias de África» de TEDGlobal 2007 en español.

En esta profunda charla personal el escritor nigeriano Chris Abani dice que «lo que sabemos acerca de ser quienes somos» viene de historias. El busca el corazón de África a través de sus poemas y narrativa, incluyendo la suya propia.

  • Autor/a de la charla: Chris Abani
  • Fecha de grabación: 2007-06-06
  • Fecha de publicación: 2007-08-09
  • Duración de «Chris Abani sobre Las historias de África»: 1056 segundos

 

Traducción de «Chris Abani sobre Las historias de África» en español.

Acabo de escuchar la mejor broma acerca de Bond Emeruwa.

Estaba almorzando con él tan sólo hace unos minutos, y llega un periodista nigeriano — y ésto sólo va a tener sentido si alguna vez han visto una película de James Bond — y un periodista nigeriano se le aproxima y le dice: «Ajá, ¡nos vemos de nuevo Sr.

Bond!»
(Risas)
Ah, fue grandioso.

Bueno, tengo aquí una pequeña hoja de papel, más que nada porque soy nigeriano y, si me dejan solo, voy a hablar como, por dos horas.

Pero, sólo quiero decir buenas tardes, buenas noches.

Han sido unos cuantos días increíbles.

De aquí en adelante es de bajada.

Quería agradecer a Emeka y Chris.

Pero también, más importante, a toda la gente invisible aquí atrás que ven movilizándose por todo el lugar que como que han hecho este espacio para una conversación tan diversa y robusta.

Es verdaderamente increíble.

Y yo he estado en la audiencia.

Yo soy escritor y he estado observando gente hacer presentaciones a científicos y banqueros, y he estado sintiéndome un poco como un rapero criminal en un bar mitzvah.


(Risas)
Como:

¿Qué tengo que decir acerca de todo ésto?

Y estaba viendo a Jane (Goodall) ayer, y pensé que fue realmente increíble y estaba viendo esas increíbles transparencias de los chimpancés y pensé: «Guau.

¿Qué tal si ese chimpancé pudiera hablar?

¿Qué diría?

Mi primer pensamiento fue: «Bueno, ya saben, está George Bush».

Pero entonces pensé: «

¿por qué ser grosero con los chimpancés?

» Creo que ahí va mi green card.


(Risas)
Se ha hablado mucho sobre narrativa en África.

Y lo que se ha vuelto cada vez más claro para mí es que estamos hablando sobre historias de noticias en África no estamos realmente hablando acerca de narrativas africanas.

Y es importante hacer una distinción porque, si las noticias son algo en qué creer, el 40 por ciento de los estadounidenses no pueden — o bien no pueden pagar un seguro de salud o bien tienen un seguro de salud insuficiente y tienen un presidente que, a pesar de la protesta de millones de sus ciudadanos — incluso su propio Congreso — continúa con una guerra que no tiene sentido.

Entonces, si las noticias son algo en qué creer, EE.UU.

está igual que Zimbabwe.

¿Cierto?

¿Que no?

¿realmente?

¿o sí?

Y hablando de la guerra — mi novia tiene una excelente playera que dice: «Bombardear es a la paz lo que fornicar a la virginidad».

Es increíble,

¿o no?

La verdad es, los estadounideneses — todo lo que sabemos acerca de EE.UU.

todo lo que los estadounidenses llegan a saber acerca de sí mismos, no es gracias a las noticias.

Es — nosotros — yo he vivido ahí.

No nos vamos a casa al final del día y pensamos, «Bueno, ahora ya sé quién soy realmente porque el Wall Street Journal dice que el mercado bursátil cerró con estos tantos puntos».

Lo que sabemos acerca de ser quienes somos viene de historias.

Viene de novelas, películas y revistas de moda.

Viene de cultura popular.

En otras palabras, son los agentes de nuestra imaginación los que realmente forman quiénes somos.

Y esto es importante recordarlo, porque, ustedes saben, en África, las cuestiones complicadas que queremos preguntar sobre qué significa todo esto han sido preguntadas desde las pinturas rupestres de la gente de la arena, pasando por las épicas de Sundiata de Mali, hasta la literatura moderna contemporánea.

Si quieren saber sobre África lean nuestra literatura — y no sólo “Things Fall Apart”, porque sería como decir: «Ya leí ‘Lo que el Viento se Llevó’ entonces ya sé todo sobre EE.UU.» Eso es muy importante.

Hay un poema de Jack Gilbert llamado «El Dialecto Olvidado del Corazón».

Él dice: «Cuando las tabletas sumerias fueron traducidas, en un principio se pensó que eran registros de negocio.

¿Pero qué tal si eran poemas y salmos?

Mi amor es como doce cabras etíopes paradas quietas en la luz de la mañana.

Cargamentos de cipreses son lo que mi cuerpo quiere decirle a tu cuerpo.

Las jirafas son este deseo en la oscuridad».

Esto es importante.

Es importante porque leerlo mal es realmente la posibilidad para complicación y oportunidad.

La primera Biblia en igbo fue traducida del inglés a principios de 1800 por el arzobispo Crowther que era yoruba.

Y es importante saber que el igbo es un idioma de tonos, entonces ellos dicen la palabra «igwe» e «igwe» que se escriben igual pero una significa «cielo» y la otra «bicicleta» o «hierro».

Entonces: «Dios está en el cielo rodeado de Sus ángeles» fue traducido como: (Traducción al igbo) Y por alguna razón en Camerún, cuando trataron de traducir la Biblia al dialecto camerunés, escogieron la versión en igbo.

Y no les voy a dar la traducción del dialecto; lo voy a hacer en inglés estándar.

Básicamente, acaba como: «Dios está en una bicicleta con sus ángeles».

Esto es bueno, porque el idioma complica las cosas.

Saben, a veces pensamos que el idioma refleja el mundo en el que vivimos y yo encuentro que eso no es verdad.

El idioma realmente construye el mundo en el que vivimos.

El idioma no es, quiero decir, las cosas no tienen un valor mutable por sí solas; les atribuímos un valor.

Y el idioma no puede ser entendido en su abstracción.

Sólo puede ser entendido en el contexto de la historia, y todo — todo, todo esto — es la historia.

Y es importante recordar eso porque, de no hacerlo, nos volvemos ahistóricos.

Hemos tenido muchas — un desfile de ideas increíbles aquí.

Pero éstas no son nuevas para África.

Nigeria obtuvo su independencia en 1960.

La primera vez que se habló de la posibilidad de independencia fue en 1922 después de las manifestaciones de las mujeres del mercado de Aba.

En 1967, en medio de la Guerra Civil Biafrano-Nigeriana.

El Dr.

Njoku-Obi inventó la vacuna contra el cólera.

Entonces, saben, lo que hay que recordar es eso, porque, de otra manera, dentro de 10 años vamos a estar aquí de nuevo tratando de contar esta historia otra vez.

Entonces…

lo que esto me dice, por lo tanto, es que no es realmente el problema no es realmente las historias que están siendo contadas o qué historias están siendo contadas; el problema realmente son las condiciones de humanidad que estábamos dispuestos a traer para complicar cada historia, y es eso realmente de lo que se trata.

Déjenme contarles un chiste nigeriano.

Bueno, es sólo una broma, de cualquier forma.

Están Tom, Dick y Harry trabajando en la construcción.

Y Tom abre su lonchera y tiene arroz ahí, y empieza a despotricar: «Durante veinte años mi esposa me ha estado poniendo arroz de almuerzo.

Si lo hace de nuevo mañana, voy a aventarme desde este edificio y me voy a matar».

Y Dick y Harry repiten esto.

Al día siguiente Tom abre su lonchera: hay arroz entonces se avienta y se mata, y Tom, Dick y Harry siguen.

Llega la investigación judicial — saben, la esposa de Tom y la esposa de Dick están aflijidas.

Ellas desean no haber empacado arroz.

Pero la esposa de Harry está confundida, porque ella dice, «Saben, Harry había estado empacando su propio almuerzo durante 20 años».


(Risas)
Esta broma al parecer inocente, cuando la escuché de pequeño en Nigeria, fue dicha acerca de Igbo, Yoruba y Hausa el Hausa era Harry.

Entonces lo que parece una broma excéntrica y trágica acerca de Harry se vuelve una manera de extender odio étnico.

Mi padre fue educado en Cork, en la Universidad de Cork, en los 50s.

De hecho, cada vez que yo leía en Irlanda, la gente me confundía y me decían, «Ah, este es Chris O’Barney de Cork.» Pero él también estuvo en Oxford en los 50s.

y él — creciendo de niño en Nigeria, my padre solía decirme: «Nunca debes comer o tomar en la casa de un yoruba porque te van a envenenar».

Tiene sentido ahora cuando pienso en eso porque si hubieran conocido a mi padre ustedes hubieran querido envenenarlo también.


(Risas)
Entonces, yo nací en 1966, al principio de la Guerra Civil Biafrano-Nigeriana; guerra que terminó después de tres años.

Y yo estaba creciendo en la escuela y el gobierno federal no quería que se nos enseñara la historia de la guerra porque pensaban que probablemente nos convertiría en una nueva generación de rebeldes.

Entonces yo tenía un maestro muy ingenioso, un musulmán paquistaní, que quería enseñarnos sobre esto.

Entonces lo que él hizo fue enseñarnos la historia del Holocausto judío.

Y así, acurrucados alrededor de libros con fotografías de la gente de Auschwitz, yo aprendí la hisoria melancólica de mi gente a través de la historia melancólica de otra gente.

Quiero decir, imagínense esto — realmente imagínenselo.

Un musulmán paquistaní enseñando historia del Holocausto judío a niños igbo.

La historia es poderosa.

La historia es fluída y no le pertenece a nadie.

Y no debe sorprenderles que mi primera novela a los 16 era sobre los neonazis que tomaban Nigeria para instituir el Cuarto Reich.

Tiene perfecto sentido Y ellos iban a explotar objetivos estratégicos y tomar el país, y sus planes fueron destruídos por un James Bond nigeriano llamado Coyote Williams y un judío — un cazador de nazis judío.

Y eso pasó en cuatro continentes.

Y cuando salió el libro, yo fui anunciado como la respuesta africana a Frederick Forsyth que, en el mejor de los casos, es un honor dudoso.

Pero también, el libro fue lanzado a tiempo para que yo fuera acusado de construir los planos para un intento de golpe frustrado Entonces a los 18 fuí encarcelado en Nigeria.

Crecí con muchos privilegios y es importante hablar de privilegio, porque no hablamos de eso aquí.

Muchos de nosotros somos muy privilegiados Crecí rodeado de sirvientes, autos, televisores, todas esas cosas.

Mi historia creciendo en Nigeria fue muy diferente de la historia que encontré en prisión, y yo no tenía lenguaje para eso.

Estaba completamente aterrorizado, completamente deshecho, y siempre intentaba encontrar un nuevo lenguaje, una nueva manera de darle sentido a todo esto.

Seis meses después de eso, sin explicación, me dejaron ir.

Ahora, para aquellos de ustedes que me han visto en las mesas del bufet saben cual era la razón por la que les estaba costando demasiado alimentarme.


(Risas)
Pero quiero decir, yo crecí con este privilegio increíble, y no sólo yo — millones de nigerianos crecieron con libros y bibliotecas.

De hecho, estábamos hablando anoche acerca de cómo todas las novelas apasionadas de Harold Robins habían hecho más por la educación sexual de los adolescentes cachondos de África que cualquier programa de educación sexual que haya existido.

Todos esos se han ido.

Estamos desperdiciando el recurso más valioso que tenemos en este continente: el valioso recurso de la imaginación.

En la película «Sometimes in April» de Raoul Peck Idris Elba está listo para atacar en una escena con su machete levantado y está siendo forzado por una multitud a rebanar a su mejor amigo — su compañero el oficial del Ejército de Rwanda, aunque era tutsi — actuado por Fraser James.

Y Fraser está arrodillado, con sus brazos amarrados atrás de su espalda, y está llorando.

Está lloriqueando.

Es una escena penosa.

Y mientras la vemos nos avergonzamos.

Y queremos decirle a Idris: «Córtalo en pedacitos».

«Cállalo».

Y cuando Idris se mueve, Fraser grita: «¡Alto!” “¡Por favor detente!» Idris hace una pausa, luego se mueve de nuevo, y Fraser dice: «¡Por favor!” “¡Por favor détente!» Y no es el horror y ni el terror en la cara de Fraser lo que detiene a Idris o a nosotros; es lo que hay en los ojos de Fraser.

Que dicen: «No hagas esto”.

Y no estoy diciendo esto para salvarme, aunque sería bueno, lo estoy haciendo para salvarte a tí, porque si tú haces esto, estarás perdido».

Tener tanto miedo que estás parado en la cara de una muerte de la que no puedes escapar y te estás ensuciando y llorando, pero para decir en ese momento, mientras Fraser le dice a Idris: «Dile a mi novia que la amo».

En ese momento Fraser dice: «Yo ya estoy perdido, pero tú no…

tú no».

Esta es una redención a la que todos podemos aspirar.

Las narrativas africanas proliferan en Occidente.

Realmente ya no me importa.

Estoy más interesado en las historias que contamos sobre nosotros mismos — cómo, como escritor, yo encuentro que los escritores africanos siempre han conservado nuestra humanidad en este continente.

La pregunta es:

¿Cómo balanceo narrativas que son maravillosas con narrativas de heridas y auto-repugnancia?

Y esta es la dificultad que yo enfrento.

Estoy tratando de ir más allá de la retórica política a un lugar de cuestionamiento ético.

Estoy pidiendo que sopesemos la idea de nuestra completa vulnerabilidad con la noción completa de transformación o qué es posible.

Como joven activista nigeriano de clase media me lancé junto con toda una generación al campo para detener al gobierno.

Y le pedí a millones de personas, sin cuestionar mi derrecho de hacerlo, ir en contra del gobierno.

Y los ví cómo eran encerrados en prisión y rociados con gas lacrimógeno.

Yo lo justifiqué, diciendo: «Este es el precio de la revolución”.

¿No he estado yo en prisión?

” “

¿No he sido yo golpeado?

” No fue sino hasta después, cuando fuí puesto en prisión de nuevo, que entendí el verdadero significado de tortura y qué fácil te puede ser quitada tu humanidad for el tiempo que estuve involucrado en la guerra, guerra honesta, recta.

Perdón.

A veces puedo pararme frente al mundo — y cuando digo ésto, transformación es un proceso difícil y lento.

A veces puedo pararme frente al mundo y decir, «My nombre es Chris Abani».

“He sido humano seis días, pero sólo a veces».

Pero esto es algo bueno.

Nunca va a ser fácil.

No hay respuestas.

Como le estaba diciendo a Rachel de Google Earth, que yo había retado a mis estudiantes en EE.UU.

Dije: «Ustedes no saben nada de África, todos ustedes son idiotas».

Y entonces ellos dijeron: “Cuénteme de África profesor Abani».

Entonces fuí a Google Earth y aprendí sobre África.

Y la verdad sea dicha, es ésta,

¿o no?

No hay africanos esenciales y la mayoría de nosotros somos tan ignorantes como todos los demás acerca del continente del que venimos, y sin embargo queremos hacer declaraciones profundas sobre eso.

Y creo que si tan sólo pudieramos admitir que todos estamos intentando aproximarnos a la verdad de nuestras propias comunidades lo haríamos de un modo mucho más matizado y mantendríamos una conversación mucho más interesante.

Yo quiero creer que podemos ser agnósticos sobre esto, que podemos estar por encima de todo esto.

Cuando tenía 10 años, leí «Another Country » de James Baldwin, y ese libro me quebró.

No porque estuviera encontrando amor y sexo homosexual por primera vez, sino por la manera en la que James escribió sobre eso, me fue imposible atribuirle «otredad» al tema.

«Aquí», dijo Jimmy.

«Aquí está el amor, todo el amor».

El hecho de que sucede en «Otro País» te toma bastante por sorpresa Mi amigo Ronald Gottesman dice que hay tres tipos de gente en el mundo: los que pueden contar y los que no pueden.


(Risas)
El también dice que la causa de todo nuestro problema es la creencia en una identidad esencial, pura: religiosa, étnica, histórica, ideológica.

Quiero dejarlos con un poema de Yusef Komunyakaa que habla de transformación.

Se llama «Oda al Tambor», y voy a tratar de leerlo de la manera en la que Yusef estaría orgulloso de escucharlo leer.

«Gacela, yo te maté por el toque exquisito de tu piel, por lo fácil que es clavarla a una tabla curtida como blanco papel de estraza.

Anoche escuché a mi hija rezando por la carne aquí a mis pies.

Sabes, no fue enojo lo que me hizo detener mi corazoón hasta que cayó el martillo.

Hace semanas, me quebraste como una mujer una vez me destrozó en su canción debajo de su peso, antes de que descendieras dentro de ese silencio pastoral.

Y ahora apretando los tirantes, dándole forma al cuero como si rodeara a un costillar formados como cinco cuerdas de arco.

Los fantasmas no pueden deslizarse de nuevo dentro del cuerpo del tambor.

Estás curtida por el viento, la penumbra y la luz del sol.

La presión puede hacer que todo sea íntegro de nuevo, las tachuelas clavadas en el ébano tu cara ha sido escuplida cinco veces.

Yo tengo que dirigir los problemas en las lomas.

Problemas en el valle.

Y problemas a la vera del río también.

No hay vino de palma, pescado, sal o calabash Kadoom, Kadoom, Kadoom.

Ka-doooom.

Ahora he tocado una canción de nuevo dentro de tí, álzate y anda como una pantera».

Gracias.


(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/chris_abani_telling_stories_from_africa/

 

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