Pascal vivió en Francia desde 1623 hasta 1662.
Desde muy joven se dedicó al estudio de las matemáticas, ciencias naturales y filosofía.
Se puede decir con justicia que fue un niño prodigio.
A los 19 años, había inventado la máquina de calcular.
A su muerte se publicaron sus «Pensamientos”, en los que defendía que el hombre encuentra la verdadera felicidad en Dios, objetivo último de su cuerpo, inteligencia y corazón.