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E.O. Wilson sobre salvar la vida en el planeta – Charla TED2007

Charla «E.O. Wilson sobre salvar la vida en el planeta» de TED2007 en español.

Al recibir su premio TED 2007, E.O. Wilson nos insta, en nombre de todas las criaturas vivientes, a aprender más acerca de nuestra biosfera. Y a que construyamos una enciclopedia interconectada de todo el conocimiento disponible sobre la vida

  • Autor/a de la charla: E.O. Wilson
  • Fecha de grabación: 2007-03-08
  • Fecha de publicación: 2007-04-03
  • Duración de «E.O. Wilson sobre salvar la vida en el planeta»: 1355 segundos

 

Traducción de «E.O. Wilson sobre salvar la vida en el planeta» en español.

Siempre me ha intrigado la expresión «estar alucinado» Después de pasar dos días aquí, me declaro alucinado y enormemente impresionado y siento que ustedes son una de las grandes esperanzas No únicamente para el logro norteamericano en ciencia y tecnología, sino para el mundo entero.

En cualquier caso, vengo en representación de mi comunidad, que son 10 elevado a la 18ª potencia, o lo que es lo mismo, un trillón de insectos y otras criaturas pequeñas con el propósito de apelar en su nombre.

Si elimináramos del planeta tan solo al grupo de los insectos, cosa que ya estamos intentando que ocurra, el resto de la vida, y la humanidad con ella, desaparecería de la faz de la tierra en cuestión de pocos meses.

Ahora bien, ¿cómo llegué a posicionarme en esta defensa tan particular? De niño y durante mis años de adolescente, desarrollé una creciente fascinación por la biodiversidad.

Tuve una etapa mariposa, otra serpiente, otra pájaro, otra pez, una etapa de las cavernas y finalmente y por último, una etapa hormiga.

En mis años universitarios, fui un devoto mirmecólogo, un especialista en la biología de las hormigas.

Sin embargo, mi atención e investigación seguían viajando a lo largo de la gran variedad de vida en la Tierra en general.

Incluyendo todo aquello que nos concierne como especie, qué reducido es nuestro conocimiento y qué grave es el peligro que nuestras actividades han supuesto para ella.

De ese estudio más extenso, han surgido una preocupación y una ambición, cristalizada en un deseo que os voy a comentar.

Mi elección es la culminación de una vida de compromiso que empezó mientras crecía en la costa del Golfo de Alabama, en la península de Florida.

Hasta donde recuerdo, me sentía cautivado por la belleza natural de esa región y por la exuberancia casi tropical de las plantas y animales que allí vivían.

Un día cuando tenía siete años, estaba pescando y atrapé un pez aguja (llamado así por su espina dorsal) de forma un tanto apresurada y me cegué de un ojo.

Más tarde descubrí que también era algo sordo para las frecuencias altas, posiblemente por herencia genética Así que cuando me planteaba ser un naturalista profesional — nunca llegué a considerar otra opción en toda mi vida — me di cuenta de que era pésimo para la observación de aves y para oír croar a las ranas.

Así que me centré en las tan abundantes criaturas diminutas que se pueden sostener entre el pulgar y el índice: las pequeñas cosas que componen la base de nuestros ecosistemas.

Como me gusta decir, las pequeñas cosas que hacen que el mundo gire.

Y al hacerlo, alcancé una frontera de la biología tan extraña y tan rica que parecía de otro planeta.

De hecho vivimos en un planeta inexplorado en su mayor parte.

La mayoría de organismos de la Tierra todavía son desconocidos para la ciencia.

En los últimos 30 años, gracias a exploraciones de lugares remotos del planeta y a los avances tecnológicos, los biólogos han aumentado en un tercio el número de anfibios y ranas conocidos hasta llegar a la actual cifra de 5,400.

Y siguen descubriéndose muchos más.

Se han descubierto dos nuevos tipos de ballena y dos nuevos antílopes, docenas de especies de monos y un nuevo tipo de elefante.

¡E incluso un tipo diferente de gorila! En el extremo opuesto de la escala, la clase de las bacterias marinas, la Procholoroccus — esto entrará en el examen final — aunque fue descubierta en 1988, está considerada como probablemente el organismo más abundante sobre la tierra y además, responsable de una gran parte de la fotosíntesis que tiene lugar en los océanos.

Esas bacterias no fueron descubiertas antes porque se encuentran entre los organismos más pequeños de la Tierra.

Son tan diminutos que no son visibles con un microscopio óptico convencional.

Y, sin embargo, la vida en el mar depende de esas pequeñas criaturas.

Estos ejemplos son solo un pequeño atisbo de todo lo que ignoramos sobre la vida en nuestro planeta.

Tomemos los hongos, incluyendo las setas, las royas, tipos de moho y muchos organismos causantes de enfermedades.

Se conocen 60.000 especies pero se estima que existen más de un millón y medio.

Fijémonos ahora en el nematodo, los más abundante de los animales.

Cuatro de cada cinco animales en la Tierra son nematodos.

Si desapareciera toda materia sólida a excepción de estos animales, aún podría verse el contorno fantasmal de la mayor parte de la tierra en los nematodos.

Los científicos han descubierto y catalogado aproximadamente 16.000 especies de nematodos, pero podría haber cientos de miles, quizás millones, de ellos todavía por descubrir.

Este vasto dominio de biodiversidad oculta aumenta aún más con la materia oscura del mundo biológico de las bacterias, del que, hace unos años, tan sólo se conocía del orden de 6.000 especies de bacterias en todo el mundo Sin embargo, ese número de especies de bacteria se puede encontrar en un gramo de tierra en un puñado de tierra habría 10.000 millones de bacterias.

Se estima que una sola tonelada de tierra fértil contiene aproximadamente 4 millones de bacterias, todas ellas desconocidas.

Así que la pregunta es: ¿Qué es lo que hacen? El hecho es que no lo sabemos.

Vivimos en un planeta de muchísima actividad, en relación a nuestro entorno, realizada únicamente mediante fe y conjeturas.

Nuestras vidas dependen de esas criaturas.

Por poner un ejemplo cercano: hay unas 500 especies de bacterias conocidas -bacterias benignas- viviendo en simbiosis en nuestra boca y nuestra garganta y que seguramente son necesarias para protegernos de bacterias patógenas.

Llegados a este punto, creo que tengo un pequeño vídeo de gran influencia hecho especialmente para la ocasión y me gustaría mostrarlo con la ayuda de Billie Holiday.

(Video) ¡Y esto puede ser solo el comienzo! Los virus, esos pseudo-organismos entre los que están las propasias – portadoras de los genes que promueven la continua evolución de la vida bacteriana – representan para la biología moderna una frontera prácticamente desconocida, un mundo totalmente aparte.

Lo que constituye una especie de virus es todavía un misterio, aunque es obvio que son de vital importancia para nosotros.

Lo que sí podemos asegurar es que la variedad de genes del planeta que hay en los virus supera o es probable que supere la variedad de genes del resto de la vida en conjunto.

En la actualidad, al tratar la biodiversidad microbiana, los científicos son como exploradores en un barco de remos en medio del Pacífico.

Pero esto está cambiando rápidamente con la ayuda de la nueva tecnología genómica.

Ya es posible secuenciar el código genético completo de una bacteria en menos de 4 horas y pronto seremos capaces de avanzar cargados con secuenciadores a la caza de bacterias en las pequeñas grietas de la superficie del hábitat de la misma manera que uno va a avistar pájaros con unos prismáticos.

¿Qué nos encontraremos mientras trazamos el mapa del mundo vivo una vez emprendamos seriamente este camino? Una vez dejemos atrás mamíferos relativamente grandes, pájaros, ranas y plantas llegaremos a los escurridizos insectos y otros pequeños invertebrados y más allá a los innumerables millones de organismos del mundo vivo invisible que envuelven y viven dentro de la humanidad.

Se ha descubierto que lo que durante generaciones había sido considerado bacteria en realidad se divide en dos grandes dominios de microorganismos: el de las bacterias y el de la arquea, un organismo unicelular más próximo a la eucariota (el grupo al que pertenecemos los humanos) que cualquier otra bacteria.

Algunos biólogos serios, y yo entre ellos, hemos empezado a preguntarnos si, entre la enorme y todavía desconocida diversidad de microorganismos, existe la posibilidad de que encontremos extraterrestres.

Verdaderos extraterrestres; organismos llegados del espacio exterior.

Han tenido miles de millones de años para hacerlo, pero en especial durante el periodo más temprano de la evolución biológica del planeta.

Sabemos que algunas especies bacterianas de origen terráqueo son capaces de soportar temperaturas extremas casi inimaginables y otros cambios bruscos en el ambiente.

Incluso la radiación intensa y por tanto tiempo como para agrietar recipientes de Pyrex entre la creciente población de bacterias.

Es posible que exista la tentación de tratar la biosfera de manera holística y a las especies que la componen como un gran flujo de entidades a las que difícilmente se pueden distinguir.

Sin embargo, cada una de esas especies, incluso la más diminuta de los Prochlorococcus, es una obra maestra de la evolución.

Cada una de ellas ha perdurado desde miles, hasta millones de años.

Cada una de ellas está perfectamente adaptada al medio en el que vive, entrelazada con otras especies para formar ecosistemas sobre los que dependen nuestras vidas de maneras que no hemos llegado siquiera a empezar a concebir.

Los humanos destruiremos estos ecosistemas y las especies que los componen aún con riesgo para nuestra propia existencia.

Por desgracia, ya los estamos destruyendo con ingenuidad y una energía incesante.

Mi epifanía como conservacionista llegó en 1953, mientras era estudiante de posgrado en Harvard e investigaba unas extrañas hormigas descubiertas en los bosques montañosos de Cuba.

Unas hormigas que brillaban a la luz del sol: verde metálico, azul metálico y una especie que descubrí de color oro.

Encontré mis hormigas mágicas después de una ardua subida a las montañas donde resistía el último de los bosques cubanos autóctonos que estaban siendo talados entonces y que continúan siéndolo ahora.

Entonces me di cuenta de que esas especies y gran parte de otros únicos y maravillosos animales y plantas de la isla, — y esto no sucede solo en Cuba, sino en todo el mundo — que tardaron millones de años en evolucionar, están en proceso de desaparecer.

Y esto ocurre allá dónde miremos.

La fuerza devastadora del hombre erosiona continuamente la antigua biosfera terrestre con una combinación de fuerzas que podrían resumirse con el acrónimo HIPPO, de hipopótamo.

La H es de destrucción de Hábitat, que incluye el cambio climático producido por los gases de efecto invernadero.

La I es por las especies Invasoras como las hormigas fuego, los mejillones cebra y bacterias y virus patógenos que inundan cada país a un ritmo exponencial.

Esta es la I.

La primera P de HIPPO es por la Polución y la segunda es por la continua expansión de la Población humana.

La última letra es la O, por la abundante Obtención de alimento, que lleva a especies a la extinción por nuestra excesiva práctica de la caza y la pesca.

Hemos creado una fuerza HIPPO que, de no disminuir, esta destinada (según las mejores estimaciones de la investigación en curso de biodiversidad) a llevar a la mitad de las especies animales y vegetales que existen actualmente en la Tierra a la extinción o a una situación de peligro extremo antes de que acabe el siglo.

De no disminuir, el cambio climático forzado por el hombre podría eliminar una cuarta parte de las especies vivas durante las próximas cinco décadas ¿Cuánto perderemos, tanto nosotros como las generaciones futuras, si una gran parte del medio ambiente está así de degradado? Numerosas fuentes potenciales de información científica por reunir, gran parte de nuestra estabilidad medioambiental y nuevos tipos de fármacos y nuevos productos de inimaginable valor y potencia; todo será desaprovechado.

Las pérdidas acarrearán un alto precio para la riqueza, la seguridad y sí, también la espiritualidad en tiempos venideros.

Porque los cataclismos previos de este tipo — el último que hubo acabó con la era de los dinosaurios — tardan en repararse, normalmente entre 5 y 10 millones de años.

Lamentablemente, nuestro conocimiento sobre la biodiversidad es tan incompleto que nos enfrentamos a la posibilidad de perder una gran parte antes de llegar a descubrirla.

Por ejemplo, en Estados Unidos, se conocen 200.000 especies en la actualidad pero este conocimiento es parcial; la mayor parte nos es desconocido incluso en términos de biología básica Tan solo un 15% de ellas aproximadamente han sido ampliamente estudiadas como para evaluar su situación De ese 15% estudiado, el 20% está clasificado como en situación “de peligro”.

Me refiero a peligro de extinción.

Esto ocurre en los Estados Unidos.

En resumen, volamos a ciegas hacia nuestro futuro medioambiental.

Debemos cambiar esta situación urgentemente.

Es necesario que exploremos de forma correcta la biosfera para que podamos comprenderla y gestionarla.

Y debemos poner manos a la obra antes de que destrocemos el planeta.

Y necesitamos ese conocimiento.

Este debería ser un proyecto de gran envergadura equivalente al Proyecto del Genoma Humano.

Debería ser considerado como una nave espacial biológica con un horario.

Y esto me lleva de nuevo a mi deseo para todos los que formamos TED y para cualquier otra persona en el mundo que oiga esta charla.

Deseo que podamos trabajar conjuntamente para que lleguemos a crear las herramientas clave necesarias para inspirar la conservación de la biodiversidad de la Tierra.

Y la llamaremos la «Enciclopedia de la vida» ¿Qué es la “Enciclopedia de la vida”? ¿Un concepto que ya ha tomado forma y empieza a extenderse y a tomarse en serio? Es una enciclopedia que vive en Internet y en la que participan miles de científicos de todo el mundo.

Los aficionados también pueden hacerlo.

Para cada especie hay una pagina de longitud expandible e indefinida.

Toda la información clave sobre la vida en la Tierra estará disponible para cualquiera, a petición, en cualquier lugar del mundo.

Ya he escrito acerca de esta idea Y sé que hay gente en esta sala que le ha dedicado un esfuerzo considerable en el pasado Pero lo que me emociona es que, desde que propuse por primera vez esta particular idea, la ciencia ha progresado.

La tecnología ha avanzado.

Hoy la viabilidad de confeccionar tal enciclopedia está al alcance, al margen de la magnitud de la información que contenga.

En efecto, durante el último año un grupo de instituciones científicas influyentes ha empezado a movilizarse para hacer realidad este sueño.

Me gustaría que les ayudasen.

Trabajando juntos, podemos hacer que sea real.

La enciclopedia pronto será rentable en términos de aplicaciones prácticas .

Proporcionará cualidades trascendentes a la conciencia humana y una sensación de necesidad humana.

Transformará la ciencia de la biología de una manera claramente beneficiosa para la humanidad.

Y más que nada, puede inspirar a una nueva generación de biólogos a continuar la búsqueda que, para mí personalmente, empezó hace 60 años: buscar la vida, entenderla y, sobre todo, conservarla.

Este es mi deseo.

Gracias.

https://www.ted.com/talks/e_o_wilson_my_wish_build_the_encyclopedia_of_life/

 

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