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Hawa Abdi y Deqo Mohamed: madre e hija, heroínas de la medicina – Charla TEDWomen 2010

Charla «Hawa Abdi y Deqo Mohamed: madre e hija, heroínas de la medicina» de TEDWomen 2010 en español.

Han sido llamadas «santas de Somalia». Las doctoras Hawa Abdi y su hija Deqo Mohamed hablan de su clínica médica en Somalia, donde — de cara a la guerra civil y a la opresión abierta hacia las mujeres — han construido un hospital, una escuela y una comunidad de paz.

  • Autor/a de la charla: Dr. Hawa Abdi + Dr. Deqo Mohamed
  • Fecha de grabación: 2010-12-08
  • Fecha de publicación: 2011-02-09
  • Duración de «Hawa Abdi y Deqo Mohamed: madre e hija, heroínas de la medicina»: 523 segundos

 

Traducción de «Hawa Abdi y Deqo Mohamed: madre e hija, heroínas de la medicina» en español.

Hawa Abdi: Mucha gente durante 20 años estuvo luchando en Somalia.

No había trabajo ni comida, gran parte de los niños — como éste — estaban muy desnutridos.

Deqo Mohamed: Como saben en una guerra civil los más afectados siempre son las mujeres y los niños.

Así que nuestros pacientes son mujeres y niños, que están en nuestro patio de atrás.

Es nuestra casa; les damos la bienvenida.

Ese es el campamento que tenemos ahora con 90 000 personas, de las cuales el 75% son mujeres y niños.

Pat Mitchell: Y este es el hospital.

Así es por dentro.

HA: Hacemos cesáreas y diferentes operaciones porque la gente necesita ayuda.

No hay gobierno que los proteja.

DM: Cada mañana tenemos cerca de 400 pacientes, quizá, más o menos.

Pero a veces somos sólo 5 médicos y 16 enfermeros y atender a todos nos deja físicamente agotados.

Por eso atendemos los casos más graves y reprogramamos los otros para el día siguiente.

Es muy difícil.

Y como pueden ver, son las mujeres las que llevan a los niños, son las mujeres quienes entran en los hospitales, son las mujeres quienes construyeron las casas.

Esa es su casa.

Y tenemos una escuela.

Esta es nuestra brillante…

en los últimos dos años abrimos una escuela primaria en la que tenemos 850 niños y la mayoría son mujeres y niños.


(Aplausos)
PM: Y los médicos tienen algunas reglas primordiales sobre quién puede ser atendido en la clínica.

¿Podrían explicar las reglas de admisión?

HA: Damos la bienvenida a todas las personas que vienen.

Compartimos con ellos todo lo que tenemos.

Pero hay sólo dos reglas.

La primera: no hay clanes con privilegios ni división política en la sociedad somalí.

Expulsamos a quien sea que infrinja la regla La segunda: ningún hombre puede golpear a su mujer.

Si la golpea lo pondremos en la cárcel y vamos a llamar a la gente mayor, hasta que identifiquen el caso no lo vamos a liberar.

Esas son nuestras dos reglas.


(Aplausos)
Otra cosa que hemos observado es que la mujer es la persona más fuerte del mundo porque en los últimos 20 años la mujer somalí se ha mantenido en pie.

Ellas eran las líderes, y nosotras somos las líderes de nuestra comunidad y la esperanza de nuestras futuras generaciones.

No somos sólo las desamparadas víctimas de la guerra civil, podemos conciliar ambas cosas.

Podemos hacerlo todo.


(Aplausos)
DM: Como dijo mi madre, somos la esperanza futura y los hombres sólo están matando en Somalia.

Se nos ocurrieron estas dos reglas.

En un campamento de 90 000 personas, uno tiene que contar con algunas reglas o de lo contrario va a haber peleas.

Así que no hay división de clanes y ningún hombre puede golpear a su mujer.

Y tenemos un pequeño depósito que hemos convertido en cárcel.

Si golpeas a tu mujer vas a terminar allí.


(Aplausos)
Así, damos poder y oportunidades a las mujeres; estamos allí para ellas, no están solas en esto.

PM: Uds.

administran una clínica médica.

Ofrecen atención médica de lo más necesaria a personas que no la conseguirían.

También administran una sociedad civil.

Han creado sus propias reglas en las que mujeres y niños encuentran un sentido diferente de seguridad.

Cuénteme de su decisión, Dra.

Abdi, y de su decisión, Dra.

Mohamed, de trabajar juntas para llegar a ser médica y trabajar con su madre en estas circunstancias.

HA: Mi edad — nací en 1947 — en ese entonces teníamos gobierno, ley y orden.

Pero un día fui al hospital — mi madre estaba enferma — y vi el hospital, cómo trataban los médicos el compromiso con el que ayudaban a los enfermos.

Los admiraba y decidí ser médica.

Mi madre murió, por desgracia, cuando yo tenía 12 años.

Luego mi padre me permitió continuar con mi esperanza.

Mi madre murió por una complicación ginecológica por eso decidí ser especialista en ginecología.

Por eso me hice médica.

La Dra.

Deqo tiene algo que explicar.

DM: En mi caso, mi madre me preparaba de niña para ser médica, pero en realidad yo no quería.

Quizá debería ser historiadora, o tal vez reportera.

Me encantaba, pero no pudo ser.

Cuando estalló la guerra, la guerra civil, vi cómo mi madre estaba ayudando y la falta que le hacía la ayuda, lo esencial que es el cuidado a la mujer para ser médica en Somalia y ayudar a mujeres y niños.

Y pensé, quizá puedo ser reportera y ginecóloga.


(Risas)
Así que fui a Rusia, y mi madre también, en tiempos de la Unión Soviética.

Entonces algo de nuestro carácter… quizá regresamos con una fuerte formación soviética.

Por eso decidí hacer lo mismo.

Mi hermana era diferente.

Ella está aquí.

También es médica.

Se graduó en Rusia también
(Aplausos)
para regresar a trabajar con nuestra madre — es lo que vimos en la guerra civil — yo tenía 16 años y mi hermana tenía 11 cuando estalló la guerra civil.

Fueron la necesidad y las personas que vimos a principios de los 90 lo que nos hizo regresar a trabajar para ellos.

PM:

¿Cuál es el desafío más grande de trabajar, madre e hija, en situaciones tan peligrosas y a veces temerarias?

HA: Sí, estaba trabajando en una situación difícil muy peligrosa.

Y cuando vi que las personas me necesitaban me quedé con ellos para ayudarles porque podía hacer algo por ellos.

La mayoría se fue al exterior.

Pero yo me quedé con esas personas tratando de hacer algo…

por pequeño que pudiera ser.

Triunfé en mi lugar.

Ahora mi lugar tiene 90 000 personas que se respetan mutuamente y no están luchando.

Pero tratamos de ponernos de pie, de hacer algo, pequeñas cosas, lo que podemos por nuestra gente.

Y estoy agradecida porque mis hijas vinieron a ayudarme a tratar a estas personas, a ayudarles, a hacer de todo por ellos.

Han hecho lo que deseaba para ellos PM:

¿Cuál es la mejor parte de trabajar con tu madre y el mayor desafío para ti?

DM: Ella es muy severa, es un gran desafío.

Ella siempre espera que hagamos más Y cuando de verdad piensas que no vas a poder ella va a insistir hasta que puedas.

Esa es la mejor parte.

Ella nos entrena en cómo hacerlo y en cómo ser mejores personas y cómo enfrentar muchas horas de cirugía: 300 pacientes por día, 10 ó 20 cirugías, y todavía hay que administrar el campamento, así es como nos entrena.

No hay allí oficinas hermosas de 20 pacientes y ya estás cansada.

Atendemos 300 pacientes, 20 cirugías, y 90 000 personas a cargo.

PM: Pero lo hacen por buenas razones.


(Aplausos)
Esperen.

Esperen.

HA: Gracias.

DM: Gracias.


(Aplausos)
HA: Muchas gracias.

(DM: Muchas gracias).

https://www.ted.com/talks/hawa_abdi_deqo_mohamed_mother_and_daughter_doctor_heroes/

 

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