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Las odas de Felix Dennis sobre los vicios y sus consecuencias – Charla TED2004

Charla «Las odas de Felix Dennis sobre los vicios y sus consecuencias» de TED2004 en español.

La persona importante de los medios de comunicación Felix Dennis ruge su fogosa, divertida y a veces picante poesía original, revisitando memorias evocativas y cicatrices de lucha ganadas a duras penas de una vida locuela, pero no arrepentida. Disfútalos con una copa de vino.

  • Autor/a de la charla: Felix Dennis
  • Fecha de grabación: 2004-02-27
  • Fecha de publicación: 2009-06-05
  • Duración de «Las odas de Felix Dennis sobre los vicios y sus consecuencias»: 1044 segundos

 

Traducción de «Las odas de Felix Dennis sobre los vicios y sus consecuencias» en español.

«El mejor hombre.» Yo fui el mejor en obtener y guardar.

Tú fuiste el mejor en gastar y gastar.

Yo era el mejor en zampar y amontonar.

Pero ¿quién fue el mejor hombre al final? Sí, ¿quién fue el mejor hombre, mi amigo? Tú fuiste el mejor con caballeros y damas Yo fui el mejor saqueando Troya.

Tú fuiste el mejor besando bebés Yo fui el mejor en buscar y destruir.

Pero, ¿quién fue el mejor hombre, Viejo? ¿Quién fue el mejor hombre? Yo fui el mejor con la improvisación.

Tú fuiste el mejor en girar los platos Yo fui el mejor en procrastinar.

Tú fuiste el mejor en debatir en silencio.

Pero ¿quién fue el mejor hombre, compañero? ¿Quién fue el mejor hombre? Tú fuiste el mejor en hacer un porro.

Yo fui mejor con coca y ron.

¿Te acuerdas de aquella noche en la playa de Ibiza Los gemelos maorí con el culo tatuado? Pero ¿quién fue el mejor hombre, compinche? ¿Quién fue el mejor hombre? Ahora llegamos al punto, los parientes lloran por alguien.

En el pasillo con sus lágrimas de cocodrillo.

Ahora que te has ido, ahora que te estás yendo, Ahora que te han cerrado el culo y las orejas, Lo que te quería decir por años y años y años y años, viejo amigo .

.

.

es que fuiste el mejor hombre al final.

Fuiste el mejor hombre, mi amigo.

(Aplausos) Escribí el siguiente poema para mi madre.

Cada uno de nosotros tuvimos una madre.

Solo una.

Probablemente la persona más importante de tu vida, si tienes tanta suerte para conocerla.

Seguro que mi madre fue la más importante en la mía.

Déjenme tratar de describirla para ustedes.

Tiene 86 años.

Es débil.

Blanca, pelo platinado.

¿Para qué lo hacen? ¿Para qué van las mujeres ancianas a peluquerías para hacer esos cascos? (Risa) Tan brillante como un botón.

Todos los patos en una fila.

Parece una versión mucho más bonita de Margaret Thatcher.

(Risa) Pero sin los aspectos suaves del carácter de Margaret.

(Risa) Escribí este poema para ella.

Estas creencias no son mías.

Pero mi madre ha vivido por este credo.

durante toda su vida.

«No vuelvas nunca.» No vuelvas nunca.

No vuelvas nunca.

No vuelvas nunca a los lugares favoritos de su juventud.

Sigue el camino, el camino marcado.

La memoria contiene todo lo que necesitas de la verdad.

Nunca mires atrás.

Nunca mires atrás.

Nunca sucumbas a la mirada de la gorgona.

Sigue el camino, el camino marcado.

Nadie te espera y no hay nada allí.

No vuelvas nunca.

No vuelvas nunca.

Nunca renuncies el futuro que ganaste.

Sigue el camino, el camino marcado.

No vuelvas nunca a los puentes que has quemado.

Nunca mires atrás.

Nunca mires atrás.

No te retires a tu «pasado glorioso.» Sigue el camino, el camino marcado.

Trata cada día de tu vida como si fuera el último.

No vuelvas nunca.

No vuelvas nunca.

Nunca reconozcas el fantasma en la escalera.

Sigue el camino, el camino marcado.

Nada está allí y nadie te espera.

(Aplausos) Ahora, damas y caballeros, estoy montado en mi caballo juguete.

Si cada cirujano estético a quien le importara asuntos comerciales fuera atado de un extremo a otro en una vía férrea, sería yo el que le echaria carbón al tren sin ningún reparo.

Damas, no lo hagan.

No lo hagan.

Ustedes piensan que queremos que lo hagan.

Pero no queremos que lo hagan.

Paren.

Díganles que vayan al infierno.

Sus cuerpos son maravillosos como están.

Sólo déjenlos.

«A una dama hermosa de cierta edad.» Dama, dama, no llores.

Lo hecho, hecho está.

Ahora duerme.

Dobla tu almohada.

Seca tus ojos.

Cuenta tus ovejas y no tus años.

Nada bueno puede resultar de esto.

El tiempo rige todo, mi querida.

Es una locura hacer guera Sobre uno que no ha perdido nunca.

Dama, todo esto es en vano.

La juventud nunca volverá.

Hemos bebido el vino del verano.

Niguno puede prevenir el paso del tiempo.

Cirugía estética hasta la muerte.

Lo que se predice en la matriz No puede ser renegado con oro.

Ni puede ser comprado o vendido el tiempo.

Querida, ¿te amo menos? ¿Me retrocedo ante tu caricia? ¿Crees que podría cesar los cuidados? ¡No hay nadie más hermosa! Dama, dama, no llores.

Lo hecho, hecho está.

Duerme.

Apóyate contra mí, no tengas miedo.

Cuenta tus bendiciones, no tus años.

(Aplausos) Los Estados Unidos, damas y caballeros me han apoyado financieramente más que Gran Bretaña ha hecho, o podría haber hecho jamás.

Yo nací en Gran Bretaña, como probablemente han adivinado.

Aun con su peor comportamiento, encuentro que mi reacción automática es defender los EEUU de las expresiones desdeñosas de europeístas que se mueren de envidia jugando su carta griega a los triunfos romanos.

América es un imperio.

Espero que ya lo sepan.

Todos los imperios son, por definición, cosas torpes, caóticas, amenazadoras, burocráticas.

Tan seguros de la rectitud de su causa en su infancia como corrompidos por el poder en su vejez.

No soy historiador, damas y caballeros.

Pero parece que los pecados de los EE UU, comparados con los de muchos imperios previos, son de un carácter más moderado, pero más omnipresente.

Déjenme decirlo sin rodeos.

Si es que los norteamericanos son tan gordos, estúpidos e ignorantes, mis queridos amigos de Birmingham ¿por qué dominan el mundo? «¡Vivan los dioses de América!” ¡Vivan los dioses de América! Vivan los dioses del sueño.

Invictus E Pluribus Unum.

Pero ¿cuál de ellos impera? ¿Cuál es el Júpiter de América? ¿Los brahmanes de Capitol Hill? ¿Las ganancias de un hechicero en Wall Street? ¿El ojo de un billete de un dólar? O ¿es la condición de famosa? ¿La adoración de los que odiamos? O ¿es el culto de vivir para siempre, Si sólo cuidáramos nuestro peso.

¿Y qué pasa con los titans de los medios? ¿O el canto de la sirena de Hollywood? ¿Qué pasa con los templos de justicia, cuyos sirvientes nos esclavizan a todos? ¿Qué pasa con la Marca y la Etiqueta? ¿Qué pasa con el Deporte advenedizo? Y ¿qué pasa con la Constitución? Ese matón de último recurso? Viva el Dios de América.

Cuyo poder ensalzan las masas.

La conveniencia rige América.

La conveniencia es dueña de nuestra alma.

Así es.

(Aplausos) Y si les gustaría saber por qué no soy padre- yo, el que por milagro tengo 22 ahijados.

La respuesta está en este poema, que me molesta cada vez que lo leo.

«El amor vino a visitarme.» El amor vino a visitarme, tímido como un cervato.

Pero como me halló ocupado, voló, con el amanacer.

A los 20 la antorcha del rencor se encendió.

Mi rabia a la injusticia encerada caliente, como lo peor que hay.

El flujo de su lava aclaró todo en su camino.

Camaradas y enemigos se huyeron de su ira.

Pero los amantes no se fiaron, una vez que se disminuyó la novedad, Tenderse con un hombre ensangrentado, su terror real.

A los 30 mis poderes me parecieron grandiosos.

Los frutos de mis rivales, los recogí del árbol.

Por astucia y por bravatas, noche y día, yo apeleaba y dispersaba los torpes de mi camino.

Y las mujeres estaban dispuestas a fingir y hacer blofes.

Sus chucherías y baratijas costaban poco.

De los 40 hasta los 50, me ablandé y me puse más astuto, Las agasajé, como cerdos en una pocilga.

Festejamos y nos deleitamos y nos pudrimos en mugre.

Olvidándonos del riesgo, olvidando de escondernos, Olvidándonos de que las flechas del tempo son más agudas que cuchillos.

Sintiéndonos mal de estómago, y hartos con nuestra vida.

El amor vino a visitarme, tímido como un cervato.

Pero como me halló ocupado, voló, con el amanacer.

(Aplausos) Bueno, hay— Tengo demasiado dinero y me divierto demasiado en mi carrera.

Así que la poesía realmente me chocó, damas y caballeros.

Realmente me chocó.

Estaba un poco enfermo.

Bueno, estaba enfermo.

Bueno, tenía una enfermedad muy grave, saben.

Estaba en una clínica.

No me permitieron llamar a nadie.

No me permitieron ver a ninguno de mis— saben, de todas formas.

Así que al final le pedí a una enfermera que me trajera una caja de notas adhesivas.

Y le pedí a otra enfermera que me trajera un lápiz, un bolígrafo.

Y no sabía qué hacer.

Entonces me puse a escribir poesía.

Era octubre de 2000.

No soy maléfico.

Pero a veces trato de ponerme en la posición de un hombre maléfico.

No soy una mujer gloriosa y hermosa, por quien se derrieten los hombre cuando entra en una habitación.

Pero a veces trato de ponerme en esa posición.

(Risa) Sin mucho éxito.

Pero me interesa.

Me encanta escribir verso histórico.

Me encanta pensar lo que ellos pensaban, cómo era.

Porque aunque muchos de los oradores y muchas de las personas que están en la audiencia, aunque ustedes no sólo pueden ir a la luna, saben que van a tranformar todo completamente.

La clonación transformará todo.

La navegación por voz transformará todo.

No sé.

Pueden hacer lo que quieran.

Cada uno de ustedes es tan listo, y mujeres, pueden hacerlo todo.

Pero la naturaleza humana no cambia, amigo.

Mis amigos, la naturaleza humana es exactamente la misma que era cuando mi antepasado- probablemente era mi antepasado— puso sus manos alrededor del cuello del último Neandertal.

y azotó al bastardo hasta matarlo.

¿Creen que no lo hicimos? Sí, lo hicimos.

Los matamos a todos.

Palmo a palmo los matamos.

Los cazamos dondequiera que estuvieran.

Rivales por la carne.

Rivales por bayas.

Todavía lo estamos haciendo, con toda la genialidad reunida en esta habitación.

Nuestra naturaleza no ha cambiado ni una pizca.

Y no cambiarán nunca.

Aun cuando partimos de este planetecita.

y hemos puesto algunos de nuestros huevos en otras cestas.

Y soy tan malo como ustedes.

Pasé ocho años encabezando una de las editoriales más exitosas en el mundo.

Y a las siete en punto cada noche, me traje unas chicas ya corrompidas.

Nunca hice nada con nadie que no fuera corrompido ya, Y tomé crack cocaína, cada noche durante siete años.

Era como el «Inferno» de Dante, Fue increíble.

Una de las ventajas de crack cocaína es que te quedas con una erección por casi cuatro horas.

Y te quedas despierto durante 12.

Fue absolutamente increíible.

Tengo 22 ahijados.

¿Qué les digo? Sólo paré porque pensé en lo que le pasaría a mi madre si me descubrieron.

Si eres mujer, acuérdate de esto.

El amor de su hijo puede transformar completamente cualquier cosa que hace.

«Nuestra dama vestida de blanco.» Pálida era, lánguida; y blanda al toque.

Una amante generosa a quien muchos amaron.

Hombro con hombro, noche tras noche, La acaparamos y la vendimos— Nuestra dama vestida de blanco.

Respiramos por saborear su caricia cristalina Nos morimos por tocar el dobladillo de su vestido.

Nos interesamos ligeramente, tartamudeamos, Negando nuestra sed, Pero siempre hurgábamos a ser el primero a tenderse con ella.

Ausente, le echamos menos, Nos pusimos demacrados y débiles.

Jugueteamos con su hermana, o amenazamos su chulo.

Se oyó decir en Babel, ¡vuelve la dama! Y allí en la mesa la fumamos, en rondas.

Sintiendo el poder por el cual muere la tiranía, Allí en esa hora, nos convirtió en sus esclavos.

Había muchos que querían recibir su beso, Mi lástima como espuela, Yo huí del abismo.

Pero sólo apenas (Aplausos)

https://www.ted.com/talks/felix_dennis_odes_to_vice_and_consequences/

 

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