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Jody Williams: una visión realista para la paz mundial – Charla TEDWomen 2010

Charla «Jody Williams: una visión realista para la paz mundial» de TEDWomen 2010 en español.

La ganadora del Nobel de la Paz, Jody Williams, aborda con cariño y firmeza el sueño de la paz mundial. De manera muy aguda discute el verdadero significado de la «paz» y relata historias profundas que se centran en la lucha creativa y el sacrificio de quienes trabajan para lograrlo.

  • Autor/a de la charla: Jody Williams
  • Fecha de grabación: 2010-12-08
  • Fecha de publicación: 2011-01-10
  • Duración de «Jody Williams: una visión realista para la paz mundial»: 652 segundos

 

Traducción de «Jody Williams: una visión realista para la paz mundial» en español.

Estoy aquí para desafiar a la gente.

Sé que ya se han planteado muchos desafíos.

Pero el que propongo estriba en que llegó la hora de recuperar el significado real de la paz.

La paz no es «¡Kumbayá, Señor!».

La paz no es la paloma y el arco iris -por más adorables que sean.

Cuando veo los símbolos del arco iris y de la paloma pienso en la serenidad personal.

Pienso en la meditación.

No pienso en lo que considero que es la paz, que es la paz sostenible con justicia e igualdad.

Es una paz sostenible en la que la mayoría de la población del planeta tiene acceso a recursos suficientes para vivir con dignidad, en la que hay acceso a la educación y a la atención médica para vivir sin necesidades y sin temores.

Esto se denomina seguridad humana.

No soy una pacifista absoluta como algunos de mis amigos defensores a ultranza de la no violencia como Mairead McGuire.

Entiendo que los seres humanos estemos muy perdidos, por no usar una expresión deagradable, le prometí a mi mamá no decir palabrotas en público.

Intento con ahínco no hacerlo.

Mamá, lo estoy intentando.

Necesitamos unos cuantos policías, necesitamos un poco de ejército, pero para la defensa.

Tenemos que redefinir lo que nos hace sentir seguros en este mundo.

No se trata de armar nuestro país hasta los dientes.

Ni de hacer que otros países se armen hasta los dientes con las armas que nosotros producimos y les vendemos.

Se trata de usar ese dinero de manera más racional para que haya más seguridad en el mundo, para que la población mundial esté más segura.

Estaba pensando en los debates recientes del Congreso en los que el presidente ofrece 8.400 millones de dólares para conseguir la aprobación del tratado START.

Desde luego que apoyo la adopción del tratado.

Pero ofrece 84.000 millones para modernizar las armas nucleares.

¿Saben que la cifra de la que habla Naciones Unidas para cumplir los Objetivos de Desarrollo del Milenio es de 80.000 millones?

Sólo esa pequeña suma de dinero que para mí -ojalá la tuviera en mi cuenta bancaria- no es, en fin…

…a nivel mundial se trata de muy poco dinero.

Pero está destinado a modernizar armas que no necesitamos de las que no nos libraremos en toda la vida a menos que nos levantemos y tomemos medidas para que ocurra; a menos que empecemos a creer que todo lo que hemos escuchado en estos últimos dos días son elementos que deben combinarse para lograr la seguridad humana.

Se trata de salvar a los tigres.

Se trata de detener la explotación de arenas bituminosas.

Se trata del acceso a equipo médico que pueda detectar a las personas con cáncer.

Son todas estas cosas.

Se trata de usar nuestro dinero para todo esto.

Se trata de la acción.

Estuve en Hiroshima hace un par de semanas y Su Santidad [el Dalai Lama, NT]— nos sentamos frente a miles de personas en la ciudad, y entre los presentes había unos ocho premios Nobel.

Y él era como un chico travieso en el templo.

Mirábamos atentamente a todos, esperando nuestro turno para hablar, y entonces se inclinó hacia mí y me dijo: «Jody, soy un monje budista».

Le dije: «Sí, Su Santidad.

Su túnica lo delata».


(Risas)
Me dijo: «Ya sabes que me gusta meditar y rezo».

Le dije: «Eso es bueno.

Eso es bueno.

Eso hace falta en el mundo.

No lo practico, pero es genial».

Y me dice: «Pero me he vuelto escéptico.

No creo que la meditación y la oración vayan a cambiar al mundo.

Creo que lo que necesitamos es acción».

Su Santidad, con su túnica, es mi nuevo héroe de acción.

Hablé con Aung Sun Suu Kyi hace un par de días.

Como muchos saben es una heroína de la democracia en su país, Birmania.

Quizá sepan también que ha pasado 15 de los últimos 20 años encarcelada por su lucha en favor de la democracia.

La dejaron en libertad hace apenas unas semanas y es una situación que no sabemos cuánto va a durar porque que ya está en las calles de Rangún movilizando para el cambio.

Está en las calles, trabajando con el partido para tratar de reconstruirlo.

Hablé con ella una serie de cuestiones.

Pero hay algo que quiero mencionar porque es similar a lo que dijo Su Santidad.

Dijo: «Sabes, hay un largo camino por recorrer hasta alcanzar la democracia en mi país.

Pero no creo en la esperanza sin esfuerzo.

No creo en la esperanza de cambio a menos que hagamos algo para que suceda».

H aquí otra de mis heroínas.

Es mi amiga, la Dra.

Shirin Ebadi, la primera musulmana que recibió un Premio Nobel de la Paz.

Ha estado exiliada durante el último año y medio.

Si se le pregunta dónde vive, dónde vive en el exilio, ella responde que en los aeropuertos del mundo.

Está viajando porque estaba fuera del país en el momento de las elecciones.

Y en vez de ir a casa habló con las otras mujeres con las que trabajaba y éstas le dijeron: «Quédate afuera.

Te necesitamos fuera.

Tenemos que poder hablar contigo allí afuera para que puedas transmitir el mensaje de lo que sucede aquí».

Un año y medio después ella está hablando en nombre de las otras mujeres de su país.

Wangari Maathai…

Nobel de la Paz en 2004.

La llaman la mujer de los árboles pero ella es mucho más que eso.

Trabajar por la paz es algo muy creativo.

Es un arduo trabajo diario.

Cuando estaba plantando los árboles no creo que la mayoría de la población entendiera que, al mismo tiempo, estaba empleando la acción de reunir a la gente a plantar árboles para hablar de la manera de derrotar al gobierno autoritario de su país.

La gente no podía reunirse sin ser arrestada y llevada a la cárcel.

Pero si se reunían a plantar árboles por el medio ambiente eso estaba bien…

eso es creatividad.

Pero no se trata sólo de íconos femeninos como Shirin, como Aung Sun Suu Kyi, como Wangari Maathai; hay otras mujeres en el mundo luchando juntas para cambiar el mundo.

La Liga de Mujeres de Birmania: 11 organizaciones de mujeres birmanas se reunieron para unir sus fuerzas.

El trabajo mancomunado es lo que cambia al mundo.

La Campaña del Millón de Firmas de las mujeres en Birmania trabajando juntas para cambiar los derechos humanos, para llevar la democracia al país.

Cuando arrestan a una y la llevan a prisión viene otra y se suma al movimiento reconociendo que si trabajan unidas al final van a producir el cambio en su propio país.

Mairead McGuire, en el medio, Betty Williams a la derecha, lograron la paz en Irlanda del Norte.

Les voy a contar la historia breve.

Un conductor del IRA fue asesinado y su coche chocó contra la gente que estaba en la vereda.

Había una madre y sus tres hijos.

Los niños murieron en el acto.

Era la hermana de Mairead.

En lugar de ceder al dolor, la depresión y la derrota, de cara a esa violencia Mairead se contactó con Betty -una fiel protestante y una fiel católica- y salieron a las calles a decir: «Basta de violencia».

Y lograron congregar a decenas de miles de, en principio, mujeres -había algunos hombres- en las calles para efectuar el cambio.

Y han sido parte de lo que devolvió la paz a Irlanda del Norte y todavía están trabajando en eso porque aún hay mucho por hacer.

Esta es Rigoberta Menchu Tum.

Ella también recibió el Nobel de la Paz.

Ahora es candidata a la presidencia.

Está educando a la población indígena de su país en el significado de la democracia, en la manera de lograr la democracia en el país, en enseñar la forma de votar pero también que la democracia no se trata sólo de votar sino de ser un ciudadano activo.

Esta actividad me mantuvo absorta: la campaña de las minas terrestres.

Una de las cosas que hizo que esa campaña funcione es el hecho de que crecimos de dos ONG’s a miles en 90 países en todo el mundo trabajando juntos por la causa común de prohibir las minas terrestres.

Alguna de la gente que trabajó en nuestra campaña podía trabajar tal vez una hora al mes.

Quizá podían ser voluntarios en esa medida.

Había otros, como es mi caso, que estábamos a tiempo completo.

Pero fueron las acciones mancomunadas las que produjeron el cambio.

En mi opinión, lo que hoy necesitamos es gente que se levante y tome medidas para recuperar el significado de la paz.

No es una mala palabra.

Es un arduo trabajo diario.

Y si cada uno de nosotros a los que nos preocupan tantas cosas diferentes levantáramos el trasero y ofreciéramos el tiempo que pudiéramos cambiaríamos el mundo, salvaríamos al mundo.

No podemos esperar que otro lo haga; tenemos que hacerlo nosotros mismos.

Gracias.


(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/jody_williams_a_realistic_vision_for_world_peace/

 

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