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La pintura gótica

LA PINTURA GÓTICA.

Durante el gótico decae la pintura mural ante la reducción del muro. Pero, en cambio para cubrir el espacio surge un arte nuevo: la vidriería. El trabajo de los vidrieros se realizó en estrecha colaboración con los pintores. Estos últimos como en otros campos artísticos, proporcionaron los cartones que sirvieron como base a la decoración. Existe como consecuencia grandes vidrieras dentro del estilo 1200 tanto en Francia como en Inglaterra. Si en un principio la labor del vidriero consistió en ensamblar cristales de colores por medio de plomo, las vidrieras acabarán pintándose.

La miniatura cobra un desarrollo mayor, arte que es a la vez religioso y laico pues junto a los scriptoria monacales están los talleres cortesanos y nobilarios.

También florece el tapiz trasplantado de oriente. Con tapices se ornamentan las paredes de los castillos o se decoran las tiendas de campaña. La pintura exenta, de caballete, adquiere un gran desarrollo. El advenimiento de la riqueza ocasiona la erección de magníficos retablos que se hacen a expensas de los gremios o de los particulares. En este último caso no suele faltar el donante o rogante costeador de la obra. lo que da lugar al auge del retablo.

El dibujo tiene un papel señalado, fluyendo deliciosas curvas. Se usan medios tonos y el sombreado favorece la ilusión plástica. Ya no es un arte planista; la tercera dimensión se ha abierto. Sin embargo la perspectiva apenas interesa hasta el s. XV de modo que los fondos son planos y dorados. Será en el s. XV cuando se empiece a percibir la existencia de la atmósfera y la luz proyectándose la sombra de los cuerpos. El cielo tiene escasa participación en esta pintura de paisaje a consecuencia del empleo de una perspectiva de punto de vista alto que permite situar infinidad de figuras en el cuadro. Las figuras se disponen en filas horizontales y en diversas capas.

La pintura gótica

La pintura gótica

El aumento de canonizaciones y la abundancia de relatos caballerescos populares y amorosos determinan un enriquecimiento del temario. Se huye de todo patrón y cada artista prefiere narrar a su manera. De ahí el valor que tiene la pintura gótica. Hasta el s. XV no conocemos en cantidad nombres de artistas, la diversificación de estilos es manifiesta desde los primeros años del gótico.

Lo mismo que la arquitectura y la escultura, la pintura gótica tiene su hogar en Francia. Allí se forma ese estilo franco-gótico que invade todo el continente sucediendo a la corriente italo-bizantina iniciada en Italia en la primera del s. XIII. Pero el gótico se extiende a lo largo de tres siglos. Por eso la pintura se ve afectada por importantes acontecimientos que la enriquecen. En el s. XV aparece el óleo.

Hasta el gótico, el vestido fue sencillo: una túnica ceñida mediante cinturón con una extremidad colgante y el manto con pliegues sueltos. La moda femenina es igual que la masculina; sin embargo las mujeres se pasan el manto por la cabeza. Ya en el románico empiezan a manifestarse la nueva moda civil masculina. Se caracteriza por el empleo de un traje corto, ceñido en los brazos con una falda que llega hasta la rodilla. Muslos y piernas quedan envueltos en una alta media o calza muy ajustada que se sujeta al cinturón mediante una liga. La ropa externa masculina durante el gótico está determinada por las siguientes prendas: la saya o cota, el pellote que es una falda más larga que la saya, con un cuerpo muy escotado y sin mangas que colgaba de los hombros; y la capa o manto. El atavío femenino comprendía una saya o brial sujeta al talle por una cinta, el pellote y el manto. Las dos modas eran muy semejantes. La ropa de la mujer llega al suelo.

SIGLO XIII:

  • En las extensas paredes de los castillos se despliegan grandes frescos con temas de batallas. Pero en las iglesias predominan la vidriera. Hay pinturas que emulan el efecto de las vidrieras.
  • Francia es centro del arte de la vidriera.
  • En Alemania bastantes iglesias conservan pintura mural.
  • Pocos restos hay en Inglaterra, en la capilla del S. Sepulcro de la catedral de Wimchester están pintadas con gran dramatismo las escenas del Descendimiento, el Entierro, la Entrada a Jerusalén… Al último tercio del s. XIII pertenecen las pinturas de la capilla de Santa Fe en la abadía de Westminster en las que aparece el alargamiento de proporciones y el bello combamiento de las figuras del siglo siguiente.
  • En Italia no prosperó la arquitectura gótica, la pintura mural en cambio, tradicional en este país va a seguir su auge. Los frescos que decoran la capilla de S. Silvestre en la iglesia de Quattro Coronati datan de mediados del s. XIII. Su estilo es muy bizantino. Los frescos de la capilla de S. Gregorio datan de 1228 y son de escuela romana.

La vidriera constituye la gran manifestación pictórica de esta época. Está calculada para disminuir la entrada de luz al interior pero al mismo tiempo para inflamarla con una bella policromía. Naturalmente, sólo el sol puede sacar de la vidriera el partido que está previsto.

Técnicamente la vidriera está considerada como un mosaico de vidrios coloreados, de tipo de opus sectile. Hay colores que irradian luz, como el rojo y el amarillo; otros en cambio como el verde y el azul la absorben. Entre estos colores es preciso establecer un equilibrio. Como sólo se dispone de unos pocos colores los tonos se obtienen dando un mayor o menor grosor a los vidrios.

Francia es la cuna de la vidriera, aunque en realidad ya se usaban en algunos edificios romanos, pero las más antiguas conservadas son las de Saint Denis 1140. Estas vidrieras del s. XII que repercutieron en Inglaterra se distinguen porque la decoración se encierra en espacios cuadrados o redondos.

En el s. XIII es la época áurea de la vidriera. Las escenas se agrupan en un mismo medallón y las borduras tienden a desaparecer.

En Inglaterra se conocen la vidriera por mediación quizás de autores franceses que trabajaron en la catedral de Lincoln.

Alemania cuenta con vidrieras del s. XIII con influencia francesa.

También la miniatura acusa como el fresco el influjo de la vidriera. Los tonos son planos, el perfil de las figuras muy delimitado. Una gran escuela miniaturística se constituye en París y el mediodía de Inglaterra. En ella los rasgos fundamentales son el preciosismo de los pigmentos, la gracilidad de las curvas, destacando las figuras sobre el fondo constituido por láminas de oro adheridas. Se ponen de moda las Biblias moralizadas. También se van a popularizar los Libros de Horas o de rezos. igualmente de tamaño pequeño.

En Alemania empieza la historia del tapiz europeo. Las catedrales de Halberstadt y Quedlimburgo poseen fragmentos de tapicerías religiosas de fines del s. XII y comienzos del XIII constituidas por figuras sobre un fondo plano.

El estilo 1200: ( Hª del Arte, HistoRia 16.)

El estilo 1200 es el punto de partida en lo que se refiere a la pintura y miniatura. Inglaterra tiene un notable protagonismo destacando la magnífica Biblia de Winchester o el Salterio inglés-catalán de la escuela de Canterbury.

Los salterios:

Los últimos años del s. XII y los primeros del s. XIII coinciden con la aparición de los primeros libros devocionales de uso particular. El salterio no litúrgico nace y se convierte en un objeto apreciado por los miembros de la monarquía, nobleza que actúan como clientes artísticos exigentes.

El salterio Eveshan llamado así por haber sido ilustrado tal vez en esta abadía, parece que fue hecho para un abad, constituye un hito en el arte inglés de mediados del s. XIII por su Crucifixión.

En el s. XIII no sólo supone la aparición de una clientela importante en el campo de la miniatura sino también cambios significativos en los scriptoria. Aunque los talleres continúan vinculados a las grandes abadías aparecen los primeros artífices laicos.

Hacia el 1260 se produce un cambio como consecuencia del influjo francés. El Salterio Oscott ilustrado hacia 1270 encarna esta línea en la que se halla también la escuela de Westminster que a pesar de su vinculación a la abadía representa dentro de lo inglés la opción cortesana.

El salterio Alfonso ilustrado hacia 1281-1284 quizás en relación con el proyecto matrimonial de Alfonso, un familiar del rey Eduardo I con la hija del conde de Holanda. Destaca este manuscrito por la riqueza y abundancia de su decoración marginal que se adelanta por unos años a la francesa.

La miniatura francesa:

Se va a desarrolla en los años 1200, una miniatura propia, de estilo independiente y original, de gran calidad, van a crearse nuevas fórmulas en el capítulo del libro devocional y privado. Una de las más espectaculares es la Biblia moralizada, que se decoran profusamente convirtiéndose en objetos de gran suntuosidad y en un corpus iconográfico de excepción. Se conservan varios ejemplares Viena, Toledo, Londres…

El salterio no litúrgico que se ha conocidos años atrás va a conocer un gran desarrollo durante esta época: El salterio de Blanca de Castilla y el Salterio de S. Luis constituyen los testimonios más relevantes.

Toda esta miniatura nace en París de la mano de los primeros miniaturistas laicos. La Biblia Maciejowxki, es de difícil catalogación aunque se considera tradicionalmente francesa. Recibe su nombre de un cardenal polaco, que fue suya durante el s. XVII. Se trata de una de las grandes realizaciones en el campo de la miniatura del s. XIII y destaca por su extraordinario número de ilustraciones todas ellas de una excepcional calidad, aunque son perceptibles diferencias que permiten sospechar la colaboración de varios maestros.

A finales del s. XIII, vivió el maestro Honoré, gran miniaturista que realizó la ilustración de varios textos por encargo del rey Philippe le Bel, entre ellos destacamos el Breviario, Somme le Roy …

El maestro Honoré  se apoya progresivamente en la marcha del color para trabajar el volumen de las figuras.

En la Península Ibérica

La miniatura destaca en la época de Alfonso X. Se redactan e ilustran las Cantigas, la Grande e General Storia, el libro del Saber de Astronomía, el Lapidario, el libro de los Juegos. Para ello contará con un gran equipo de miniaturistas.

Orfebrería: religiosa y profana:

En la orfebrería religiosa destacamos los talleres del norte de Francia. Nicolás de Verdún es la personalidad más relevante en este terreno y el altar de Klosterneuburg en la catedral de Tournai (Bélgica) puede que del conjunto que integra su catálogo sea su creación más sobresaliente.

En la orfebrería profana destacamos las joyas, que eran apreciadas como objetos de adorno personal y se coleccionaba.

Esmaltes y bordados:

Destacamos los talleres de Limoges que en época románico funcionaban, se hacían esmaltes champlevé sobre cobre y se utiliza para confeccionar desde candelabros, cajas, cruces hasta altares. Durante el s. XIII con esta técnica se ejecutan algunas piezas de tipo funcionario, por ejemplo el sepulcro de Mauricio.

El esmalte traslúcido es la gran creación de los orfebres toscanos en el paso del s. XIII al XIV. Consiste en trabajar con el cincel y en bajorrelieve las escenas que debe cubrir el esmalte de varios colores. La trasparencia de este una vez concluido el proceso, permite que afloren las sutilezas del relieve, lográndose unas calidades desconocidas hasta entonces.

El bordado se hace en toda Europa pero hay lugares estrechamente ligados a una determinada especialidad como ocurre en Florencia o Inglaterra. En este último lugar desde el s. XIII y a lo largo del S. XIV se realizan bordados denominados por su origen opus anglicanum que se exportan en forma de piezas preparadas para aplicar a determinados elementos de la indumentaria eclesiástica bien en forma de capa pluvial o como frontal de altar a distintos puntos.

En Florencia destacamos a Geri di Lappo que firmó sus obras, destacamos el frontal de la altar que desde Florencia se trajo a Manresa.

El trabajo en marfil:

Se realizan piezas de carácter religioso y de tipo profano. El funcionamiento de esos talleres es desconocidos. Destacamos del s. XIII la paloma eucarística decorada con esmalte (Limoges).

*** En Hª 16, el siglo XIII nos lo comenta a través de la expresión: Estilo del 1200.

2 comentarios en «La pintura gótica»

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