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Ali Carr-Chellman: el videojuego como vínculo de los niños con el aprendizaje – Charla TEDxPSU

Charla «Ali Carr-Chellman: el videojuego como vínculo de los niños con el aprendizaje» de TEDxPSU en español.

En TEDxPSU, Ali Carr-Chellman señala tres razones por las que los niños se alejan de la escuela en masa y expone su plan audaz para volver a cautivarlos: llevar su cultura al aula, con nuevas reglas que les permitan ser niños, y videojuegos que enseñen y entretengan.

  • Autor/a de la charla: Ali Carr-Chellman
  • Fecha de grabación: 2010-10-21
  • Fecha de publicación: 2011-01-14
  • Duración de «Ali Carr-Chellman: el videojuego como vínculo de los niños con el aprendizaje»: 750 segundos

 

Traducción de «Ali Carr-Chellman: el videojuego como vínculo de los niños con el aprendizaje» en español.

Estoy aquí para contarles que tenemos un problema con los niños y se trata de un problema grave.

Y es que su cultura no encaja en las escuelas.

Voy a compartir con Uds algunas maneras posibles de solucionar el problema.

Primero quiero empezar diciendo que este es un niño y esta una niña.

Quizá sea un estereotipo de lo que entienden como un niño y una niña.

Si hago una simplificación del tema de género, Uds van a infravalorar lo que tengo que decir.

Por eso no voy a hacerlo, no me interesa hacer eso.

Estos son niños y niñas diferentes.

La idea aquí es que no todos los niños se enmarcan estrictamente en los límites de lo que concebimos como niños y niñas.

Y no todas las niñas se enmarcan en esos límites de lo que concebimos como niñas.

Pero, de hecho, la mayoría de los niños tienden a ser de cierta manera y la mayoría de las niñas tienden a ser de cierta manera.

Y la idea es que, para los niños, la manera en que son y la cultura a la que se aferran no encajan en las escuelas de hoy.

¿Cómo sabemos eso?

El «Proyecto 100 Niñas» nos revela muy buenas estadísticas.

Por ejemplo, por cada 100 niñas que dejan el colegio, hay 250 niños en la misma situación.

Por cada 100 niñas expulsadas de la escuela, hay 335 niños en la misma situación.

Por cada 100 niñas que reciben educación especial, hay 217 niños en igual situación.

Por cada 100 niñas con dificultades de aprendizaje, hay 276 niños en igual situación.

Por cada 100 niñas con diagnóstico de trastorno emocional, hay 324 niños en igual situación.

Y, por cierto, todos estas cifras son bastante mayores en la población negra, o entre los pobres, o en colegios con un gran número de alumnos.

En los niños es 4 veces más probable diagnosticar TDAH: Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad.

Pero hay otra cara de esta moneda.

Es importante que reconozcamos que las mujeres aún necesitan ayuda en la escuela, que los salarios son significativamente inferiores, incluso para un mismo tipo de empleos, y que las niñas han continuado a duras penas con matemática y ciencia durante años Todo eso es verdad.

Pero nada de eso nos impide prestar atención a las necesidades de alfabetización de los niños con edades entre los 3 y 13 años.

Por eso deberíamos hacerlo.

De hecho, debemos seguir el ejemplo de sus libros didácticos, porque las iniciativas y programas puestos en marcha para las mujeres en ciencia, ingeniería y matemáticas son fantásticos.

Han hecho mucho bien a las niñas que pasaban por esa situación.

Y debemos pensar la manera de hacer lo mismo con los niños desde una edad temprana.

Incluso en edades más avanzadas encontramos que persiste un problema.

Si miramos en las universidades, el 60% de los graduados son mujeres; es un cambio significativo.

Y, de hecho, a las autoridades universitarias les incomoda un poco la idea de que podríamos estar acercándonos al 70% de población femenina en las universidades.

Esto pone muy nerviosas a las autoridades universitarias porque las niñas no quieren ir a escuelas que no tienen niños.

Por eso estamos empezando a ver el establecimiento de centros y estudios masculinos para pensar maneras de involucrar a los hombres en sus experiencias universitarias.

Si uno habla de esto en las facultades podrían decirnos: «Ahh.

Sí, bueno, pasan el tiempo con los videojuegos y los juegos de azar en línea toda la noche; están jugando al World of Warcraft.

Y eso está afectando a sus éxitos académicos».

¿Saben qué?

Los videojuegos no son la causa.

Los videojuegos son un síntoma.

Los niños ya estaban distanciados mucho antes de llegar a ese punto.

Hablemos del porqué de ese distanciamiento que se produce entre los 3 y los 13 años.

Creo que hay 3 razones por las que los niños se desconectan de la cultura educativa de hoy.

La primera es la tolerancia cero.

Sé que a la maestra de guardería su hijo le entregó todos los juguetes, la maestra los revisó y le quitó las pequeñas armas de plástico.

No puede haber cuchillos, espadas, hachas de plástico ni todo ese tipo de cosas en el aula del jardín de infancia.

¿Cuál es el miedo?

¿Qué pensamos que va a hacer este jovencito con esa pistola?

Lo digo en serio.

Pero hoy se adopta una postura férrea en contra de los juegos violentos en el patio.

No estoy abogando por los matones.

No estoy sugiriendo que tenemos que permitir armas y cuchillos en la escuela.

Pero cuando decimos que un Eagle Scout de un aula de secundaria que tiene un coche en el aparcamiento y dentro del coche tiene una navaja, tiene que ser expulsado de la escuela, creo que estamos yendo demasiado lejos con la tolerancia cero.

Otro caso de la tolerancia cero es con la escritura de los niños.

En muchas aulas de hoy en día no se permite escribir nada que sea violento.

No se permite escribir nada que tenga que ver con los videojuegos; esos temas están prohibidos.

El niño llega a casa de la escuela y dice: «odio escribir».

«

¿Por qué odias escribir hijo?

¿Qué tiene de malo escribir?

» «Ahora tengo que escribir lo que ella me pide».

«Bueno, y

¿qué te pide que escribas?

» «Poemas.

Tengo que escribir poemas.

Y pequeños momentos de mi vida.

No quiero escribir eso».

«Muy bien.

¿Qué quieres escribir?

¿Sobre qué quieres escribir?

» «Quiero escribir sobre los videojuegos, sobre la manera de pasar niveles.

Quiero escribir sobre este mundo tan interesante.

Quiero escribir sobre un tornado que entró en nuestra casa y después de arrancar todas las ventanas arruinó todos los muebles y mató a todos».

«Muy bien.

Bien».

Díganle eso a una maestra y les va a preguntar, con toda seriedad, «

¿Deberíamos mandar a este chico al psicólogo?

» Y la respuesta es «no, es sólo un niño».

Es tan sólo un niño.

No está bien escribir este tipo de cosas en las aulas hoy en día.

Así que esa es la primera razón: las políticas de tolerancia cero y la forma en que se exteriorizan.

Otra razón por la que la cultura de los niños está desfasada de la cultura escolar es que hay pocos maestros.

Si tienen menos de 15 años no saben qué es un maestro porque en los últimos 10 años la cantidad de maestros en las aulas de primaria se redujo a la mitad.

Pasamos del 14% al 7%.

Eso significa que el 93% de quienes enseñan a nuestros niños en las aulas de primaria son mujeres.

Y

¿cuál es el problema con eso?

Las mujeres son geniales.

Sí, absolutamente.

Pero los modelos masculinos para los niños que les digan que está bien ser inteligente -tienen papás, tienen pastores, tienen líderes Cub Scout, pero en última instancia, 6 horas al día, 5 días por semana, están en el aula.

Y en la mayoría de esas aulas no hay hombres.

Y entonces piensan que ese no es un lugar para niños.

Que es un lugar para niñas.

No soy muy bueno para esto así que supongo mejor será jugar a los videojuegos o hacer deporte o algo así, porque es obvio que esto no es lo mío.

Esto no es para hombres, eso es bastante obvio.

Esa quizá sea una manera muy directa en la que vemos lo que sucede.

Pero algo no tan directo, -la falta de la presencia masculina en la cultura- tenemos un salón de profesores, y están teniendo una conversación sobre Joey y Johnny que se estaban pegando en el patio.

«

¿Qué vamos a hacer con estos niños?

» La respuesta a esa pregunta depende de quién esté sentado en torno a esa mesa.

¿Hay hombres en la mesa?

¿Hay mamás que han criado niños en esa mesa?

Van a ver que la conversación cambia en función de quién esté sentado a la mesa.

La tercera razón por la que los niños hoy se distancian de la escuela es que el jardín de infancia es el antiguo segundo curso, amigos.

Hemos condensado peligrosamente el plan de estudios.

A los 3 años mejor que uno sepa escribir el nombre de manera legible porque sino vamos a considerar que hay un retraso en el desarrollo.

Cuando llegues a primer curso deberías poder leer párrafos de texto que quizá tenga una imagen, o no, en un libro de unas 25 ó 30 páginas.

De no hacerlo probablemente te van a poner en un programa especial de lectura.

Y si les preguntamos a las maestras del programa nos dirán: hay 4 ó 5 niños por cada niña que se encuentra en el programa en los grados de primaria.

Y esto es un problema porque el mensaje que reciben los niños es: «tienes que hacer todo el tiempo lo que la maestra te pide».

El salario docente depende del éxito en los programas gubernamentales, de la rendición de cuentas, de las evaluaciones y de todas esas cosas.

Así que la maestra tiene que encontrar la forma de que todos estos niños pasen el plan de estudios y las niñas también.

Este plan de estudios comprimido es malo para los niños activos.

Y lo que termina pasando es que dice: «Por favor, sentaos, estad quietos, haced lo que os pido, seguid las reglas, administraáos el tiempo, concentráos, sed niñas».

Eso es lo que ella les pide.

De manera indirecta eso es lo que les pide.

Por eso es un problema grave.

¿De dónde viene esto?

Viene de nosotros.


(Risas)
Queremos que nuestros bebés lean a los 6 meses de edad.

¿Han visto los anuncios?

Queremos vivir en el lago Wobegon donde los niños son superiores a la media.

Pero las consecuencias de esto sobre los niños no son saludables.

No es apropiado para su desarrollo y, sobre todo, es malo para los niños.

Entonces,

¿qué hacemos?

Tenemos que ir a su encuentro, donde estén.

Tenemos que sumergirnos en la cultura del niño.

Tenemos que cambiar la mentalidad y aceptar a los niños en la escuela primaria.

Concretamente, podemos hacer algunas cosas muy específicas.

Podemos diseñar mejores juegos.

La mayoría de los juegos educativos que hay hoy en día son tarjetas didácticas.

Son ejercicios y prácticas glorificadas.

No tienen esa narrativa profunda y rica que tienen los videojuegos que realmente atrapan, esa que le interesa a los niños.

Por eso tenemos que diseñar mejores juegos.

Tenemos que hablar con padres y docentes, con las juntas escolares y los políticos.

Debemos asegurarnos de que la gente ve que se necesitan hombres en las aulas.

Tenemos que analizar con cuidado las políticas de tolerancia cero.

¿Tienen sentido?

Tenemos que pensar la manera de descomprimir el plan de estudios, si es posible, tratando de devolver a los niños un espacio que les resulte cómodo.

Tienen que darse todas esas conversaciones.

Hay algunos grandes ejemplos de escuelas…

hace poco el New York times habló de una escuela: un diseñador de juegos de la Nueva Escuela organizó una escuela maravillosa con videojuegos.

Pero sólo comprende a unos pocos niños.

Pero esto no es muy deseable.

Tenemos que cambiar la cultura y los sentimientos de políticos, miembros de la junta escolar, y de los padres.

Qué y de qué manera aceptamos hoy en nuestras escuelas.

Tenemos que encontrar más dinero para el diseño de juegos.

Porque los buenos juegos, los muy buenos, cuestan dinero y World of Warcraft tiene bastante presupuesto.

La mayoría de los juegos educativos no lo tienen.

¿Por dónde empezamos?

Mis colegas Mike Petner, Shawn Vashaw y yo comenzamos tratando de analizar las actitudes docentes y averiguar qué opinan de los juegos, qué dicen al respecto.

Y descubrimos que hablan de los niños de la escuela a los que les gusta jugar de manera bastante denigrante.

Dicen: «Oh, sí.

Siempre están hablando de eso.

Están hablando de los puntos de sus pequeñas acciones, de sus pequeños logros o insignias al mérito, o lo que sea que ganan.

Y siempre están hablando de eso».

Y dicen estas cosas como si estuviera bien.

Pero si fuera nuestra cultura piensen cómo nos sentiríamos.

Es muy incómodo estar del lado receptor de ese tipo de lenguaje.

Se ponen nerviosos con todo lo que tenga algo que ver con la violencia debido a las políticas de tolerancia cero.

Están seguros que los padres y las autoridades nunca van a aceptar nada.

Por eso tenemos que pensar en analizar las actitudes docentes y encontrar maneras de cambiarlas, para que los docentes sean mucho más abiertos y acepten las culturas de los niños en sus aulas.

Porque, en última instancia, si no lo hacemos vamos a tener niños que dejen la escuela primaria diciendo: «Bueno, supongo que eso era un lugar sólo para niñas; no era para mí, por eso tengo que jugar o hacer deporte».

Si cambiamos estas cosas, si prestamos atención a estas cosas, y volvemos a cautivar a los niños en su aprendizaje van a dejar la primaria diciendo: «soy inteligente».

Gracias.


(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/ali_carr_chellman_gaming_to_re_engage_boys_in_learning/

 

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