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Charla «Charlie Todd: La experiencia compartida del absurdo» de TEDxBloomington en español.
Charlie Todd provoca escenas públicas extrañas, hilarantes e inesperadas: setenta bailarines sincronizados en las ventanas de un comercio, «cazafantasmas» que corren por la Biblioteca Pública de Nueva York y el evento anual “paseo en metro sin pantalones”. En TEDxBloomington nos muestra el uso que hace Improv Everywhere (Improvisación En Todas Partes) de estas escenas para unir a la gente.
- Autor/a de la charla: Charlie Todd
- Fecha de grabación: 2011-05-11
- Fecha de publicación: 2011-11-11
- Duración de «Charlie Todd: La experiencia compartida del absurdo»: 724 segundos
Traducción de «Charlie Todd: La experiencia compartida del absurdo» en español.
Creé «Improv Everywhere» hace 10 años cuando me mudé a Nueva York movido por la actuación y la comedia.
Como era nuevo en la ciudad, no tenía acceso a los escenarios por eso decidí abrir mis propios espacios públicos.
El primer proyecto que vamos a ver es el primer «Paseo en metro sin pantalones».
Esto sucedió en enero del 2002.
Esta mujer es la estrella del video.
No sabe que la están filmando.
La están filmando con cámara oculta.
Esto ocurre en el tren 6 de Nueva York.
Es la primera parada de la línea.
Y estos son dos daneses que vienen y se sientan al lado de la cámara oculta.
Ahí estoy yo con una capa marrón.
Afuera hacía menos de 0ºC.
Yo tengo sombrero y bufanda.
La muchacha está a punto de verme.
(Risas)
Y ahora me van a ver, no tengo pantalones.
(Risas)
En este momento…
en este momento me observa pero en Nueva York hay gente rara en todos los trenes.
Una persona no es algo tan extraño Sigue leyendo su libro que, por desgracia, se titula «Rape» (Violación).
(Risas)
Ella nota algo raro pero continúa con su vida normal.
Mientras tanto, tengo seis amigos que están, sólo con su ropa interior, en las siguientes seis paradas consecutivas.
Van a entrar en este vagón uno por uno.
Vamos a comportarnos como si no nos conociéramos.
Y haremos como si haber olvidado los pantalones fuera sólo una casualidad en este frío día de enero.
(Risas)
En este momento ella decide guardar el libro de la violación.
(Risas)
Y decide prestar un poquito más de atención al entorno.
Mientras tanto, los dos daneses de la izquierda se están matando de la risa.
Creen que esto es lo más gracioso que han visto en sus vidas.
Y miren como ahora hace contacto visual con ellos.
(Risas)
Me encanta este momento del video porque antes de que se vuelva una experiencia compartida era algo que quizá daba un poco de miedo o al menos algo confuso para ella.
Pero luego de convertirse en una experiencia compartida fue algo gracioso de lo que podía reírse.
El tren ahora llega a la tercera estación de la línea 6.
(Risas)
El video no mostrará todo.
Esto sigue en otras cuatro paradas.
Entraron siete tipos en ropa interior.
En la octava parada entra una niña con una bolsa gigante anunciando que vendía pantalones a un dólar como si vendiera baterías o dulces en el tren.
Como si fuera lo más natural, los compramos y nos los pusimos y le dijimos: «Gracias.
Es exactamente lo que necesitaba».
Y luego sin decirle nada a nadie salimos en diferentes direcciones.
(Aplausos)
Gracias.
Este es un cuadro del video.
Me encanta la reacción de esta muchacha.
Ver ese video más tarde ese día me inspiró a seguir haciendo esto.
En verdad, una de las ideas de «Improv Everywhere» es crear una escena en un lugar público, una experiencia positiva para otras personas.
Es una broma, pero una broma que le da a alguien una gran historia para contar.
Y su reacción me inspiró a hacer un segundo «Paseo en metro sin pantalones».
Y lo hemos seguido haciendo cada año.
En enero pasado hicimos el décimo «Paseo en metro sin pantalones» con un grupo diverso de 3.500 personas que subieron al tren en Nueva York con ropa interior casi a todas las líneas de trenes de la ciudad.
Y participaron personas en otras 50 ciudades del mundo.
(Risas)
Al comenzar a tomar clases de improvisación en el Upright Citizens Brigade Theater y conocer otras personas creativas, intérpretes y comediantes empecé a acumular una lista de correo de personas que querían participar en estos proyectos.
Así que podía hacer proyectos a más gran escala.
Un día estaba caminando por Union Square, y vi este edificio construido en 2005.
Había una muchacha en una de las ventanas y estaba bailando.
Fue algo muy singular porque estaba oscuro y estaba iluminada por una luz fluorescente, tenía mucha presencia escénica y no pude advertir por qué lo estaba haciendo.
Después de unos 15 segundos apareció su amiga, que estaba oculta detrás de una pantalla, se rieron, se abrazaron y luego se fueron.
Parecía que la habían desafiado a hacerlo.
Eso me inspiró.
Miré la fachada, había 70 ventanas en total, y supe lo que tenía que hacer.
(Risas)
Este proyecto se llamó «Buscar Más».
Había 70 actores vestidos de negro.
Esto estaba completamente prohibido.
Las tiendas no sabían que estábamos yendo.
Yo estaba en el parque dando señales.
La primera señal fue para que levanten estas letras de más de un metro de alto que dicen «Look Up More» (buscar más) el nombre del proyecto.
La segunda señal fue para que todos salten al mismo tiempo.
Ahora van a ver cómo lo hacen.
(Risas)
Y luego bailamos.
Hicimos que todos bailen.
Después hicimos solos, o bailes individuales, y todo el mundo los señalaba.
(Risas)
Luego hice una nueva señal con la mano al siguiente solista en el lado de abajo en Forever 21 y él bailó.
Hubo varias actividades más.
Hubo personas saltando, personas tirándose al piso.
Yo estaba de pie en forma anónima con una sudadera poniendo y sacado la mano del cubo de basura para marcar el avance.
Y como estaba en Union Square, al lado del metro, al final del día había cientos de personas que pararon a mirar qué estábamos haciendo.
Esta es una buena foto.
Ese evento en particular surgió en un momento por casualidad.
El siguiente proyecto me llegó en un correo electrónico de un desconocido.
Me escribió un chico texano de secundaria en el 2006 y me dijo: «Deberías reunir tanta gente como sea posible con polo azul y pantalones caqui ir a Best Buy y dar vueltas por allí».
(Risas)
(Aplausos)
Así que le respondí de inmediato a este chico diciendo: «Sí, tienes razón.
Creo que voy a hacerlo este fin de semana.
Gracias».
Este es el video.
De nuevo, esto es en 2005.
Este es el Best Buy de Nueva York.
Participaron unas 80 personas que entraron una por una.
Había una niña de 8 años, una de 10 años.
Participó también un hombre de 65 años.
Un grupo muy diverso de gente.
Y les dije: «No trabajen.
No lo hagan.
Pero tampoco compren.
Simplemente caminen y no miren los productos».
Pueden distinguir a los empleados porque tienen etiquetas amarillas en sus camisas.
Todos los demás son actores nuestros.
(Risas)
A los empleados de nivel inferior les pareció muy divertido.
De hecho, varios fueron a buscar sus cámaras a la sala de descanso a sacarse fotos con nosotros.
Muchos bromeaban invitándonos a ir atrás y cargar pesados televisores para los clientes.
A los gerentes y guardias de seguridad, por otro lado, no les causó gracia.
Pueden verlos en esta toma.
Llevan puestas camisas amarillas o negras.
Y estuvimos allí quizá 10 minutos hasta que llamaron al 911.
(Risas)
Empezaron a correr diciéndole a todos que venía la policía, atención, que venía la policía.
Y aquí pueden ver a la policía en esta toma.
Ese es un policía vestido de negro, filmado con una cámara oculta.
Finalmente, la policía tuvo que informarle a la gerencia de Best Buy que no era ilegal vestir un polo azul y pantalones caqui.
(Risas)
(Aplausos)
Gracias.
(Aplausos)
Estuvimos allí 20 minutos; nos alegró salir de la tienda.
Los gerentes trataron de localizar nuestras cámaras.
Y atraparon a un par de mis muchachos que tenían cámaras ocultas en bolsas de lona.
Pero no atraparon al camarógrafo que fue con una cinta en blanco a la sección de cámaras de Best Buy y puso su cinta en una de las cámaras y fingió comprar.
Me gusta esa idea de usar su propia tecnología en su contra.
(Risas)
Creo que nuestros mejores proyectos ocurren en sitios específicos en un lugar particular por alguna razón.
Una mañana yo estaba tomando el metro.
Tenía que hacer un cambio en la parada de la calle 53 en la que hay estas dos escaleras gigantes.
Por la mañana es un lugar muy deprimente, muy concurrido.
Por eso decidí poner algo en escena que lo transformara en un lugar feliz durante una mañana.
Esto fue en el invierno de 2009 a las 8:30 de la mañana.
La hora pico de la mañana.
Afuera hace mucho frío.
Las personas vienen de Queens y pasan del tren E al tren 6.
Están yendo en estas escaleras gigantes de camino a sus trabajos.
(Risas)
(Risas)
(Aplausos)
Gracias.
Hay una foto que lo ilustra un poco mejor.
Dio 2.000 palmadas ese día y se lavó las manos antes y después y no se enfermó.
Esto también lo hicimos sin permiso aunque a nadie pareció importarle.
Diría que en los últimos años la principal crítica que veo a Improv Everywhere viene en forma anónima en comentarios de YouTube: «Esta gente tiene demasiado tiempo libre».
Es lógico pensar que nuestro trabajo no le va a gustar a todos, y gracias a Internet me he armado una coraza pero eso es algo que siempre me molesta porque no tenemos demasiado tiempo libre.
Quienes participan de eventos de Improv Everywhere tienen el mismo tiempo libre que cualquier otro neoyorquino sólo que a veces eligen pasarlo de manera poco común.
Ya saben, todos los sábados y domingos cientos de miles de personas cada otoño se reúnen en estadios de fútbol a ver partidos.
Y no he visto a nadie decir, al ver un partido de fútbol, «Toda esta gente de las gradas tiene demasiado tiempo libre».
Por supuesto que no es así.
Es una manera perfecta de pasar la tarde del fin de semana mirando fútbol en un estado.
Pero creo que también es perfectamente válido pasar la tarde helándose en un lugar con 200 personas en la terminal Grand Central o disfrazarse de cazafantasmas y correr por la Biblioteca Pública de Nueva York.
(Risas)
O escuchar el mismo mp3 que otras 3.000 personas y bailar en silencio en un parque o irrumpir con una canción en una tienda como parte de un musical espontáneo o meterse al mar en Coney Island con vestimenta formal.
Ya saben, de niños nos enseñaron a jugar.
Nunca nos dieron una razón por la que deberíamos jugar.
Simplemente aceptamos que jugar es bueno.
Y creo que esa es la idea de «Improv Everywhere».
Que no tiene sentido; no tiene que tener sentido.
No hace falta una razón.
Si es divertido y parece que va a ser una idea divertida y parece que la gente que lo va a ver se va a divertir eso es suficiente para nosotros.
Y creo que como adultos tenemos que aprender que no hay maneras buenas o malas de jugar.
Muchas gracias.
(Aplausos)
https://www.ted.com/talks/charlie_todd_the_shared_experience_of_absurdity/