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Cómo uso el arte para combatir la contaminación plástica en nuestros océanos – Charla We the Future

Charla «Cómo uso el arte para combatir
la contaminación plástica en nuestros océanos
» de We the Future en español.

Alejandro Durán utiliza el arte para destacar la destrucción que se está produciendo con los ecosistemas de nuestros océanos. En esta charla impresionante, muestra cómo organiza y reutiliza meticulosamente los desechos plásticos de todo el mundo que llegan a la costa caribeña de México, desde botellas de agua hasta prótesis de piernas, para crear obras de arte vívidas y ambientales que nos cautivarán y conmocionarán.

  • Autor/a de la charla: Alejandro Durán
  • Fecha de grabación: 2019-09-24
  • Fecha de publicación: 2019-12-02
  • Duración de «Cómo uso el arte para combatir
    la contaminación plástica en nuestros océanos»: 437 segundos

 

Traducción de «Cómo uso el arte para combatir
la contaminación plástica en nuestros océanos» en español.

Su nombre es Sian Ka’an.

Ubicada al sur de Tulum, en la costa caribeña de México, es una reserva protegida por el gobierno federal, patrimonio de la humanidad y una de las regiones más biodiversas del planeta.

Pero cuando la visité por primera vez en 2010, me quedé horrorizado y completamente confundido porque la playa estaba cubierta de basura.

Pronto me di cuenta de que esa basura provenía de muchas partes del mundo.

Después de ese primer viaje, regresé a este lugar varias veces al año para visitar Sian Ka’an en mi país de nacimiento, para trabajar con esta basura.

Y hasta ahora, hemos documentado la basura de 58 diferentes países y territorios en los cinco continentes, todos desechos que acaban en las costas de este paraíso en México.

Si bien nunca se puede saber dónde se desechó un producto, se puede saber, a veces, dónde se fabricó según la etiqueta del producto, En rojo se ven todos los países cuya basura acaba en Sian Ka’an, como estos envases de mantequilla haitianos de distintas formas y tamaños, botellas de agua de Jamaica.

No sorprende que gran parte del material es de países vecinos del Caribe, pero proviene de todas partes.

Aquí vemos botellas de agua de varias partes del mundo.

Y una de las ironías es que mucho de lo que encuentro son productos de limpieza y belleza, como este artículo de EE.

UU.

que en realidad está hecho para proteger el plástico,
(Risas)
champú de Corea del Sur, blanqueador de Costa Rica y un limpiador de baños noruego.

Estos elementos nos son a todos muy familiares, o por lo menos espero que les sean familiares estos cepillos de dientes.


(Risas)
Utensilios de cocina.

Juguetes.

También estoy encontrando evidencia de la quema de basura plástica, que libera humos cancerígenos en el aire.

La gente me pregunta qué es lo más interesante que he encontrado, y es, sin duda, esta prótesis de pierna.

Y esa pequeña tapa azul de botella que se ve en el fondo, en el momento en que la encontré, en realidad era el hogar de este pequeño cangrejo ermitaño.

Es tan bonito…


(Risas)

(Risas)
Y estos fascinantes objetos, aunque también espantosos, cada uno con su propia historia, los utilizo para hacer mis obras de arte efímeras, ambientales.

Y todo comenzó con esta imagen en febrero de 2010, cuando visité Sian Ka’an por primera vez.

Noté que el azul era el color más frecuente entre los objetos de plástico.

El violeta es el color más raro, por eso es como el oro para mí.

Pero el azul es el más frecuente, así que recogí algunos de los azules e hice este pequeña obra bajo al cielo azul y frente a las azules aguas del Caribe.

Y cuando tomé una foto de prueba, fue como si un rayo me hubiera tocado en ese momento, y supe que iba a tener que volver para crear una serie de obras en ese lugar y fotografiarlas.

Así que esto resultó ser el boceto de un trabajo que completé tres años después.

No tenía idea de que casi 10 años después, casi una década más tarde, todavía estaría trabajando en él.

Pero el problema persiste.

Les mostraré algunas imágenes de la serie que titulé «Desechos costeros: La transformación de un paisaje de basura».

Tengan en cuenta que no pinto la basura.

La recojo y la organizo por color en las mismas playas donde la encuentro.

Esta es mi preciosa pila de basura en el 2015 tras poner en marcha una primera edición de lo que decidí llamar «Museo de la basura».

Es mi intención explícita cuidar de esta basura, exaltarla, ponerla en un pedestal y ser el curador de la misma.

Todos hemos visto imágenes devastadoras de animales moribundos con plástico en el estómago.

Y es muy importante realmente verlos y acogerlos.

Y es creando estética, y en algunos casos se podría decir belleza, a partir de los desechos del mundo que trato de captar la atención del espectador y de aquellos que podrían ser insensibles a los horrores del mundo, y ofrecer con ello una forma diferente de entender lo que está pasando.

Algunos han descrito al gran parche de basura del Pacífico como una isla dos veces el tamaño de Texas, Pero me han dicho que es difícil de ver porque es más como una niebla.

Así, a través de mi obra, intento representar la realidad de lo que pasa con nuestro entorno y hacer visible lo invisible.

Mi pregunta clave al principio, tras comenzar el proyecto, era: «

¿Qué haré con la basura cuando haya terminado?

«.

Algunos me dijeron que las obras podrían dañarse después de viajar por el océano y estar expuestas a los elementos, que podrían degradarse y arruinar potencialmente un lote de reciclaje.

El vertedero no era tampoco un lugar de descanso feliz.

Y finalmente, me di cuenta, tras todo el esfuerzo mío y de todas las personas que me han ayudado a recoger, organizar y limpiar esta basura de que debería guardarla.

Y ese es el plan: usarla y reutilizarla sin cesar para hacer más obras de arte y para involucrar a las comunidades en la creación de arte ambiental.

Este es un ejemplo de una obra de arte que hizo una comunidad el año pasado con la juventud local de Punta Allen en Sian Ka’an.

Una tarea clave de la comunidad es limpiar la playa y crear programas educativos.

Y a medida que crece esta comunidad involucrada en el proyecto y también mi recolección de basura, realmente creo que también crecerá el impacto.

Y así, en los últimos años, me he vuelto un tanto obsesivo con mi recolección de basura.

La recojo en maletas y viajo con ella.

Me la llevo de vacaciones.


(Risas)
Y en el último trabajo, empecé a romper el plano bidimensional de la fotografía.

Estoy muy entusiasmado con este nuevo trabajo.

Las percibo como obras de arte vivientes que van a transformarse y crecer con el tiempo.

Aunque mi mayor deseo es quedarme sin la materia prima para este trabajo.

Pero para eso falta mucho todavía.

En la siguiente fase del proyecto, mi plan es continuar con el trabajo comunitario y hacer mi propio trabajo en una escala mucho mayor, porque el problema es enorme.

Ocho millones de toneladas de residuos plásticos entran en nuestros océanos cada año, y así destruyen ecosistemas.

Ahora, mientras estoy hablando, se está produciendo, literalmente, una marea negra de plásticos.

Veo este proyecto como una petición de ayuda y un llamado a la acción.

Nuestra salud y el futuro están indisolublemente unidos a la de los océanos.

Este proyecto, que llamé «Desechos costeros: la transformación de un paisaje de basura», en realidad, me ha transformado a mí, haciendo replantearme mis propios comportamientos y mi consumo.

Y si puede ayudar a alguien a tener más conciencia, entonces habrá valido la pena.

Muchas gracias.


(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/alejandro_duran_how_i_use_art_to_tackle_plastic_pollution_in_our_oceans/

 

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