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Daniel Goldstein: La batalla entre tu personalidad actual y la del futuro – Charla TEDSalon NY2011

Charla «Daniel Goldstein: La batalla entre tu personalidad actual y la del futuro» de TEDSalon NY2011 en español.

Todos los días tomamos decisiones con consecuencias buenas o malas para nuestro futuro. (¿Me puedo saltar lo de pasarme el hilo dental solo por esta vez?) Daniel Goldstein construye instrumentos que nos ayudan a imaginarnos cómo seremos con el tiempo con el fin de que tomemos opciones inteligentes para nuestro propio futuro.

  • Autor/a de la charla: Daniel Goldstein
  • Fecha de grabación: 2011-11-09
  • Fecha de publicación: 2011-12-21
  • Duración de «Daniel Goldstein: La batalla entre tu personalidad actual y la del futuro»: 959 segundos

 

Traducción de «Daniel Goldstein: La batalla entre tu personalidad actual y la del futuro» en español.

¿Recuerdan la historia de Odiseo y las sirenas, de la escuela secundaria?

El héroe Odiseo volvía a casa después de la Guerra de Troya.

Está sobre la cubierta de su barco hablando con el primer oficial, y le dice: «Mañana cuando pasemos al lado de esas rocas unas hermosas mujeres estarán sentadas allá, son las sirenas.

Ellas cantarán una canción cautivadora, tan seductora, que todos los marineros que la oigan se estrellarán contra las rocas y morirán».

En vista de esto, uno esperaría que decidieran tomar una ruta distinta para evitar a las sirenas, pero, en cambio, Odiseo dijo: «Yo quiero oír esa canción.

Lo que haré es poner cera en tus oídos y el de todos los demás que estén conmigo, para que no puedan oír la música, y haré que a mí me aten al mástil para que pueda escuchar sin que nos afecte al pasar navegando».

Este capitán arriesga la vida de todas las personas del barco para poder él oír una canción.

Quisiera pensar que si así sucedió, probablemente debieron hacer varios ensayos.

Odiseo debió haber dicho, «Está bien, simulemos.

Uds.

me atan al mástil y yo les rogaré y suplicaré.

No importa lo que diga, no me pueden desatar.

Muy bien.

Pueden amarrarme ahora».

El primer oficial toma una cuerda y ata a Odiseo al mástil con un buen nudo.

Luego Odiseo juega su papel y dice, «Desátenme.

Desátenme.

Quiero oír esa canción.

Desátenme.» El primer oficial sabiamente se resiste y no suelta a Odiseo.

Entonces Odiseo dice, «Ya veo que lo hicieron bien.

Bueno, ahora suéltenme y cenemos.» El primer oficial empieza a dudar.

y se dice, «

¿Estamos todavía ensayando o debería desatarlo?

» Y luego piensa, «Bueno, el ensayo tiene que terminar en algún momento.» Así que suelta a Odiseo, y éste se voltea y le dice, «Idiota.

Imbécil.

Si haces esto mañana, yo moriré, Uds.

morirán, absolutamente todos moriremos.

No me puedes desatar, de ninguna manera.» Y tira al suelo al primer oficial.

Esto mismo se repite toda la noche: ensayo, amarrada al mástil, engatusamiento para ser liberado, paliza inmisericorde al pobre primer oficial.

Y todos riéndose.

Atarse a un mástil es probablemente el ejemplo más antiguo de lo que los psicólogos llaman un «mecanismo de compromiso».

Mecanismo de compromiso es una decisión que uno toma con cabeza fría, para comprometerse y así evitar hacer algo lamentable cuando se esté perturbado.

Porque hay dos cabezas en una misma persona, si lo pensamos.

Los académicos usan esta metáfora de la doble personalidad al hablar de problemas con tentaciones.

Está primero la personalidad actual.

Es el caso de Odiseo cuando oye la canción.

Él quiere estar en primera fila.

Sólo piensa en el aquí y el ahora, y en la gratificación inmediata.

Pero existe la otra personalidad, la del futuro.

Éste es Odiseo de mayor que sólo quiere retirarse a una villa soleada con su esposa Penélope en las afueras de Ítaca, el otro Odiseo.

Y

¿por qué necesitamos mecanismos de compromiso?

Pues porque es difícil resistirse a las tentaciones, como dijo el economista del siglo XIX Nassau William padre, «Abstenerse del goce a nuestro alcance, o buscar resultados distantes y no inmediatos, son algunos de los ejercicios más duros para la voluntad humana».

Si tienes tus ideales y eres como mucha gente, probablemente te das cuenta de que tus ideales no son físicamente inalcanzables lo que te impide lograrlos, sino que te falta autodisciplina para lograrlos.

Físicamente es posible perder peso.

Físicamente es posible hacer más ejercicio.

Pero resistirse a la tentación es difícil.

La otra razón por la que es tan difícil resistirse a las tentaciones es porque es una batalla desigual entre la personalidad actual y la futura.

Digámoslo con claridad, la actual es real.

Se puede controlar, manejar ahora mismo.

Tiene estos brazos fuertes y poderosos que puede darte de comer.

Y la futura ni siquiera está cerca.

Está apagada, en el futuro, es débil.

No tiene siquiera un defensor presente.

No hay nadie que se levante en su nombre.

Y por eso la presente puede truncar todos tus sueños.

Esta es la lucha entre las dos personalidades; necesitamos mecanismos de compromiso para nivelar el campo de batalla.

Soy un fanático de los mecanismos de compromiso.

Atarse a un mástil es la forma más antigua, pero hay otras, como guardar bajo llave la tarjeta de crédito, o no traer a casa comida basura, para no comerla, o desconectar la salida de internet para no usar el computador.

Me invento mecanismos de compromiso desde antes de saber lo que eran.

Cuando era un estudiante postdoctoral pobre en la Universidad de Columbia, estaba en la fase de mi carrera de «publicas o mueres».

O escribía cada día 5 páginas académicas o tendría que deshacerme de 5 dólares.

Y al tratar de cumplir estos mecanismos de compromiso, te das cuenta que el enemigo está en los detalles.

Porque no es fácil desprenderse de 5 dólares.

Podría quemarlos, pero es ilegal.

Pensé donarlos a una organización, o darlos a mi esposa, o algo así.

Pero entonces me enviaría mensajes confusos.

Porque no escribir es algo malo, pero dar para un fin benéfico es bueno.

Así justificaría el no escribir al hacer una donación.

Entonces cambié por completo y pensé que podría darlo a los neonazis.

Pero eso resultaba mucho peor que no escribir y así que esto tampoco funcionaría.

Por último resolví, simplemente que podría dejarlos en un sobre en el metro.

Algunas veces los encontraría una buena persona, y otras veces, una mala persona.

En promedio sería un simple intercambio de dinero sin sentido, lo que lamentaría.


(Risas)
Eso sucede con estos mecanismos.

A pesar de lo mucho que me gustan, hay dos cosas que me preocupan al respecto desde siempre.

Uds.

posiblemente las notarán si los usan.

La primera es que cuando se adopta uno de estos mecanismos, como el compromiso de escribir o pagar, es un recordatorio permanente de que no tienes autocontrol.

Te dices, «Sin ti, mecanismo de compromiso, no soy nada, no tengo disciplina.» Así, cuando te encuentras en una situación en la que no tienes ese mecanismo listo, piensas, «Ay Dios, me ofrecen una rosquilla y no tengo un mecanismo que me defienda» y te la comes.

Por eso, no me agrada la forma como te quita la voluntad.

Pienso que la autodisciplina es como un músculo.

Cuánto más la ejercitas, más se refuerza.

Otra cosa molesta de los mecanismos es que siempre puedes escabullirte de ellos.

Te dices, «No, está claro que hoy no puedo escribir, porque daré una charla en TED y tengo 5 entrevistas en TV, luego iré a una fiesta y después estaré borracho.

Por eso, no hay manera de que esto funcione.» Así que serías como Odiseo y su primer oficial en una misma persona.

Te presentas, te amarras luego te las ingenias para escapar y por último te das una paliza.

Llevo trabajando durante unos 10 años buscando otras maneras de cambiar la relación con el futuro de uno mismo, sin usar mecanismos de compromiso.

En particular, estoy interesado en la relación con el propio futuro financiero.

Es una cuestión muy oportuna.

Hablo del tema del ahorro.

El ahorro es típico de la doble personalidad.

A la personalidad actual no le interesa ahorrar.

Prefiere consumir.

Mientras que la futura prefiere que la actual ahorre.

Es un asunto pertinente.

Vemos que los hábitos de ahorro van disminuyendo desde los años 50.

Al mismo tiempo, el índice de riesgo para la jubilación, el riesgo de no poder cubrir las necesidades de la jubilación, aumenta.

Estamos en una situación en que de cada 3 personas de la generación la explosión de natalidad, el Instituto Global McKinsey predice, que 2 no llegarán a cubrir las necesidades anteriores de la jubilación cuando les llegue el momento.

¿Qué podrá hacerse al respecto?

El filósofo Deerek Parfit dijo algo que a mis coautores y a mí nos ha servido de inspiración.

Dijo que, «ignoramos nuestra personalidad futura por fallas de nuestras creencias o de la imaginación».

Es decir, de alguna manera no creemos que llegaremos a viejos, o no somos capaces de imaginarnos que algún día nos volveremos viejos.

Por una parte, parece ridículo.

Claro que sabemos que vamos a volvernos viejos.

Pero,

¿no hay asuntos que creemos y no creemos, al mismo tiempo?

Mis coautores y yo usamos computadores, la extraordinaria herramienta, para ayudar a pensar a la gente y ayudarles a imaginar cómo sería llegar al futuro.

Ahora les mostraré algunas de esos instrumentos.

El primero se llama «constructor de distribuciones».

Muestra a la gente cómo puede ser su futuro exhibiendo cien resultados igualmente probables que podrían obtenerse.

Cada uno aparece con una de estas señales, y se coloca en una fila que representa un nivel económico en el retiro.

Si estás en la cima es porque gozas de altos ingresos para la jubilación.

Si estás en el extremo inferior, tendrás que luchar para que te alcancen.

Cuando haces una inversión, es como si dijeras, «Acepto que me puede suceder una de estas 100 cosas y eso determinará mi nivel económico.» Puedes imaginarte diversas posibilidades.

Puedes tratar de manipular tu suerte, como esta persona, pero te costará algo.

Osea, que tienes que ahorrar más ahora.

Una vez que se encuentra una inversión que satisface lo que hace la gente es activar «hecho» y las señales empiezan a desaparecer, lentamente, una tras otra.

La herramienta simula cómo sería una inversión y muestra su comportamiento.

Al final quedará solo una señal que determina el nivel económico para la jubilación.

Sí, esta persona se jubiló con el 150% de sus ingresos en activo.

Entonces recibirá más dinero cuando se jubile que cuando trabajaba.

Si eres como la mayoría, simplemente al ver esto te entusiasmas, te sientes feliz; sólo con pensar que tendrás 50% más cuando la jubilación, que antes.

Sin embargo, si terminas en el extremo inferior, podrás tener una leve sensación de pavor o trastorno, por pensar en la lucha para sostenerte durante la jubilación.

Al usar esta herramienta repetidamente y simular uno y otro resultado, la gente puede entender que las inversiones y los ahorros que hacen ahora determinan su bienestar en el futuro.

La gente se motiva a través de emociones, pero cada persona se motiva por cosas diferentes.

Esta es una simulación basada en gráficos, pero otros se motivan por lo que pueden comprar con dinero, no sólo por números.

Aquí apliqué el constructor de distribuciones pero, en lugar de mostrar resultados numéricos muestro lo que se puede conseguir con cada resultado; en particular, el apartamento que puede costear si se retira con 3.000, con 2.500 o con 2.000 dólares mensuales, etc.

Al descender en la escala de apartamentos, se ve que son cada vez peores.

Algunos se parecen a donde yo vivía cuando estudiaba.

Y al llegar al final hacia abajo, te encuentras con la horrible realidad de que si no has ahorrado nada para la jubilación, no podrás costear ningún tipo de vivienda.

Estas son fotos de apartamentos reales que se alquilan por esas sumas según se anuncian en internet.

Lo último que lesmostraré, es «la máquina del tiempo del comportamiento», es algo que diseñé con Hal Hershfield, a quien me presentó mi coautor en un proyecto anterior, Bill Sharpe.

Se trata de una exploración en realidad virtual.

Lo que hacemos es tomar fotos de las personas, en este caso en edad estudiantil, y con un software los envejecemos y les mostramos cómo se verán cuando tengan 60, 70, 80 años.

Tratamos de investigar si al ayudar a la imaginación, haciendo que se vean como serían en el futuro, pueden cambiar la actitud sobre el ahorro.

Este es uno de los experimentos.

Aquí se ve la cara de la persona joven, a la izquierda.

Se le da el control que le permite ajustar su nivel de ahorro.

Al bajar el ahorro totalmente, significa que no ahorra nada cuando está al final, aquí a la izquierda.

Se puede ver su ingreso anual actual; esto es lo que le queda para gastar como porcentaje de lo que gana; es bastante, 91%, pero lo que recibirá en su retiro es bajito.

Se jubilará con el 44% de lo que ganaba trabajando.

Si ahorra el máximo permitido legalmente, su pensión de retiro subirá, y ahora no está contento porque en la actualidad le queda menos dinero para gastar.

Otras condiciones muestran la persona del futuro.

Desde el punto de vista del futuro, todo es al revés.

Si ahorras muy poco, el futuro no va a ser feliz con 44% del ingreso.

Pero si la personalidad actual ahorra bastante, la del futuro se alegrará si el ingreso llega a ser cercano al 100%.

Para llevar esto a una audiencia mayor he estado trabajando con Hal y Allianz para crear la máquina del tiempo del comportamiento, con la que no sólo te ves como serás en el futuro sino las reacciones emocionales anticipadas para diversos niveles económicos durante la jubilación.

Por ejemplo, aquí se ve como se usa la herramienta.

Miren las expresiones faciales a medida que se mueve el cursor.

La cara joven se ve más y más feliz si no ahorra nada.

La cara mayor se ve triste.

Poco a poco elevamos moderadamente los hábitos de ahorro , hasta uno realmente alto.

La cara joven se vuelve triste.

Y la mayor está complacida con la decisión.

Veremos si esto tiene algún efecto en el comportamiento.

Lo mejor de esto es que en realidad no condiciona a las personas porque cuando una cara sonríe, la otra frunce el ceño.

No te dice dónde colocar el cursor, sólo te recuerda que estás conectado irremediablemente a tu persona futura.

Tus decisiones actuales determinarán tu bienestar.

Esto es algo fácil de olvidar.

Esta realidad virtual no sólo puede envejecer a la gente.

Se pueden conseguir programas para ver cómo la gente se verá si fuma, si se expone mucho al sol, si engorda, etc.

Lo bueno es que, a diferencia de nuestros experimentos con Hal y Russ Smith, no tiene que programarlo uno mismo para ver la realidad virtual.

Hay aplicaciones para teléfonos móviles que se consiguen por muy poco, y que hacen lo mismo.

Esta es una imagen de Hal, mi coautor.

Lo pueden reconocer por las tomas anteriores.

Y sólo por diversión, la pasamos por las aplicaciones de perder pelo, envejecer y ganar peso para ver cómo se vería.

Hal está aquí.

Pienso que les debo excusas a Uds.

y a él por esta última imagen.

Y aquí termino.

En nombre de Hal y en el mío, les deseo lo mejor para sus personalidades actuales y futuras.

Gracias.


(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/daniel_goldstein_the_battle_between_your_present_and_future_self/

 

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