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Daniel Kraft: ¿El futuro de la medicina? Hay una aplicación para eso. – Charla TEDxMaastricht

Charla «Daniel Kraft: ¿El futuro de la medicina? Hay una aplicación para eso.» de TEDxMaastricht en español.

En TEDxMaastricht, Daniel Kraft ofrece una mirada rápida a los próximos años de innovaciones en la medicina, impulsadas por nuevas herramientas, pruebas y aplicaciones que proporcionan información de diagnóstico a la camilla del paciente.

  • Autor/a de la charla: Daniel Kraft
  • Fecha de grabación: 2011-04-04
  • Fecha de publicación: 2011-06-13
  • Duración de «Daniel Kraft: ¿El futuro de la medicina? Hay una aplicación para eso.»: 1101 segundos

 

Traducción de «Daniel Kraft: ¿El futuro de la medicina? Hay una aplicación para eso.» en español.

Hace un par de años cuando asistí a una TED Conference en Long Beach, conocí a Harriet.

Ya nos habíamos conocido en línea…

no de la forma en que están pensando.

Nos presentaron porque ambos conocíamos a Linda Avey, una de las fundadoras de las primeras compañías de genómica personal en línea.

Y dado que compartimos nuestra información genética con Linda ella pudo ver que Harriet y yo teníamos un tipo muy raro de ADN mitocondrial -el haplotipo K1a1b1a- lo que significaba que éramos parientes lejanos.

En realidad compartimos la misma genealogía con Ozzie el hombre del hielo.

Ozzie, Harriet y yo.

Y viviendo en los tiempos que corren, claro, creamos un grupo de Facebook al que todos bienvenidos.

Cuando conocí a Harriet en persona al año siguiente en una TED Conference ella vino con camisetas de feliz haplotipo que compró en línea.


(Risas)

¿Por qué les estoy contando esto y qué tiene que ver con el futuro de la salud?

Bueno, la forma en que conocí a Harriet es un ejemplo de cómo aprovechar la multidisciplinariedad; el crecimiento exponencial de la tecnología está afectando el futuro de nuestra salud y bienestar: desde el análisis de los genes a precios bajos; a la capacidad de hacer bioinformática muy potente; y la conexión de Internet y las redes sociales.

Hoy me gustaría hablarles de comprender estas tecnologías exponenciales.

A menudo pensamos linealmente.

Pero si lo piensan, si tienen una hoja de nenúfar y se multiplica todos los días 2, 4, 8, 16…

en 15 días tienen 32.000.

¿Cuántas creen que tienen en un mes?

Unos mil millones.

Así, si empezamos a pensar exponencialmente podemos ver cómo está empezando a afectar a las tecnologías que nos rodean.

Y a muchas de estas tecnologías -hablando como médico e innovador- podemos empezar a aprovecharlas para cambiar el futuro de la salud y del cuidado de la salud y para abordar muchos de los desafíos que tenemos en el cuidado de la salud hoy en día que van desde los costos realmente exponenciales al envejecimiento de la población, la forma en que no usamos muy bien la información hoy, la fragmentación de la atención y, a menudo, el difícil curso de la implementación de innovación.

Y una de las cosas más importantes que podemos hacer, es de lo que hemos hablado un poco hoy, que es mover la curva hacia la izquierda.

Gastamos la mayoría del dinero en el último 20% de la vida.

¿Y si pudiéramos gastar e incentivar las posiciones en el sistema de atención de salud y en nosotros mismos para mover la curva hacia la izquierda y mejorar nuestra salud aprovechando la tecnología también?

Mi ejemplo favorito de tecnología exponencial es la que todos llevamos en el bolsillo.

Si lo piensan bien, están mejorando notablemente.

Digo, este es un iPhone 4.

Imaginen lo que va a poder hacer el iPhone 8.

Estuve pensando en esto.

He impulsado la parte médica de una nueva institución llamada Singularity University con sede en Silicon Valley.

Reunimos allí a unos 100 estudiantes muy talentosos de todo el mundo.

Analizamos estas tecnologías exponenciales como medicina, biotecnología, inteligencia artificial, robótica, nanotecnología, espacio, y vemos la forma de establecer el vínculo y aprovecharlas para satisfacer importantes objetivos no cumplidos.

También tenemos programas ejecutivos de 7 días.

Y el mes que viene sale Future Med un programa para interconectar y aprovechar las tecnologías en la medicina.

Mencioné el teléfono.

Estos móviles tienen a su disposición más de 20.000 aplicaciones diferentes y se llega al extremo de que existe una del R.U.

en la que uno puede orinar en un pequeño chip conectado al iPhone y hacer un análisis de enfermedad sexual.

No sé si la probaría aún, pero está disponible.

Hay todo tipo de otras aplicaciones que mezclan el móvil y los diagnósticos, por ejemplo, para medir la glucosa en sangre con el iPhone y enviarle eso, potencialmente, al médico para que tanto él como uno mismo pueda entender mejor su azúcar en sangre como diabetico Veamos cómo estas tecnologías exponenciales elevan la atención de salud.

Empecemos con las más rápidas.

Bueno, no es ningún secreto que las computadoras, mediante la ley de Moore, son cada vez más rápidas.

Podemos hacer cosas mucho más potentes con ellas.

Se están acercando y en muchos casos están sobrepasando la capacidad de la mente humana.

Pero creo que la velocidad de cálculo es más aplicable a la imagenología.

La capacidad actual de mirar el cuerpo por dentro en tiempo real con muy alta resolución se está volviendo realmente increíble.

Se emplean tomografías por emisión de positrones y otras computarizadas, diagnósticos moleculares, para tratar de encontrar cosas en distintos niveles.

Vamos a ver la resonancia magnética de muy alta definición de hoy en día reconstruída por Marc Hodosh, curador de TEDMED.

Y ahora podemos ver dentro del cerebro con una resolución y capacidad como nunca antes había estado disponible y, sobre todo, aprender a reconstruir y quizá hacer reingeniería o ingeniería inversa del cerebro para entender mejor patologías, enfermedades y terapias.

Podemos ver el interior con fMRI en tiempo real; en el cerebro en tiempo real.

Y comprendiendo estos procesos y conexiones vamos a entender los efectos de la medicación o la meditación y personalizar mejor o hacer efectiva, por ejemplo, las drogas psicoactivas.

Los escáneres son cada vez más pequeños, menos costosos y más portables.

Y la especie de explosión de datos que genera esto se está volviendo casi un desafío.

El escaneo de hoy en día ocupa alrededor de 800 libros, o 20 gigabytes.

Y en un par de años será de un terabyte, u 800.000 libros.

¿Cómo aprovechar esa información?

Vamos a lo personal.

No voy a preguntar aquí quién se ha hecho una colonoscopia, pero si tienen más de 50 años, es momento de una colonoscopia.

¿Cómo les gustaría evitar el extremo puntiagudo del bastón?

Bueno, básicamente ahora hay una colonoscopía virtual.

Comparen estas dos imágenes, y ahora como radiólogo, uno puede sobrevolar el colon de su paciente y aumentándolo con inteligencia artificial identifican potencialmente, como ven aquí, una lesión.

Oh, podríamos haberlo pasado por alto, pero con la IA sobre la radiología podemos encontrar lesiones que antes se pasaban por alto.

Y tal vez esto anime a la gente a hacerse colonoscopias que no haría de otro modo.

Este es un ejemplo del cambio de paradigma.

Estamos pasando a esta integración de biomedicina, tecnología de la información, lo inalámbrico, diría, los móviles…

a esta era de la medicina digital.

Incluso mi estetoscopio ahora es digital.

Y, claro, hay una aplicación para eso.

Estamos pasando, obviamente, a la era de la tricorder.

El ultrasonido portátil está superando y suplantando al estetoscopio.

Ahora están a un precio de -lo que solía costar 100.000 € o un par de cientos de miles de dólares- por unos $5.000 ahora puedo tener al alcance la potencia de un dispositivo de diagnóstico muy poderoso.

Y combinando esto con el advenimiento de la historia clínica electrónica en Estados Unidos todavía estamos en menos del 20% electrónico.

Aquí en los Países Bajos creo que ronda un 80%.

Pero ahora que estamos pasando a combinar datos médicos, disponibilizándolos en forma electrónica, podemos abrir las fuentes de información.

Y ahora como médico puedo acceder a los datos de mis pacientes desde cualquier lado solo a través de mi móvil.

Por supuesto, ahora estamos en la era del iPad, incluso del iPad 2.

Y apenas el mes pasado el ente de salud aprobó la aplicación que le permite a los radiólogos hacer una lectura real con estos dispositivos.

Así que, sin duda, los médicos de hoy en día, incluso yo mismo, confiamos plenamente en estos dispositivos.

Y como vieron hace apenas un mes Watson de IBM venció a los dos campeones de Jeopardy.

Así que quiero que imaginen dónde estaremos en un par de años cuando hayamos empezado a aplicar esta información de la nube, cuando contemos con médicos de IA y aprovechemos nuestros cerebros para conectarnos y tomar decisiones y hacer diagnósticos sin precedentes.

Ya hoy muchas veces no necesitan ir al médico.

Sólo en un 20% de las visitas uno tiene que poner las manos en el paciente.

Estamos en la era de las visitas virtuales con una especie de visitas de tipo Skype que podemos hacer con American Well hasta Cisco ha desarrollado un sistema de telesalud muy complejo.

La capacidad de interactuar con el proveedor de atención de salud es diferente.

Y eso va en aumento gracias a nuestros dispositivos.

Aquí mi amiga Jessica me envió una foto de su laceración en la cabeza y pude evitarle un viaje a la sala de emergencia; puedo hacer algunos diagnósticos de ese modo.

O podríamos aprovechar la tecnología de juegos de hoy en día, como Microsoft Kinect, y adaptarla para hacer diagnósticos, por ejemplo, para diagnosticar accidentes cerebrovasculares con simple detección de movimiento, usando dispositivos de 100 dólares.

Ahora podemos visitar a los pacientes en forma robótica este es el RP7, si soy hematólogo, visito otra clínica, visito un hospital.

Estas se complementarán con un conjunto completo de herramientas hogareñas.

Supongan que ya tenemos balanzas inalámbricas.

Pueden subir a la balanza, pueden pasarle sus pesos en un tweet a sus amigos, y ellos pueden mantenerlos en línea.

Tenemos tensiómetros inalámbricos.

Se junta toda esta serie de tecnologías.

Así, en vez de usar estos dispositivos desacoplados, podemos ponerlos en un parche.

Este fue desarrollado por colegas de Stanford, se llama iRhythm, suplanta por completo a la tecnología anterior a un precio mucho más bajo con mucha más efectividad.

Hoy estamos también en la era del yo cuantificado.

Los consumidores ahora pueden comprar dispositivos de 100 dólares como este pequeño FitBit.

Puedo medir mis pasos, la quema de calorías.

Puedo consultar eso todos los días.

Puedo compartirlo con mis amigos, con mi médico.

Hay relojes ahora que medirán la frecuencia cardíaca, los monitores de sueño Zeo, toda una serie de herramientas que permiten aprovechar y conocer acabadamente la propia salud.

Y a medida que empecemos a integrar esta información vamos a saber mejor qué hacer con ella y cómo extraer mayor información de nuestras patologías, salud y bienestar.

Incluso hay espejos hoy en día que pueden tomar el pulso.

Y yo diría que, en el futuro, vamos a tener dispositivos portátiles en la ropa monitoreándonos todo el tiempo.

Y así como tenemos el sistema OnStar en los coches se va a encender la luz roja; no va a decir «revisa el motor».

Se va a encender la luz de «revisa tu cuerpo» para que uno vaya a ser atendido.

Probablemente en pocos años van a mirar al espejo y allí verán el diagnóstico.


(Risas)
Para quienes tienen niños en casa les gustaría tener el pañal inalámbrico que les ayude a…

demasiada información, creo, más de la necesaria.

Pero va a estar disponible.

Hoy hemos escuchado mucho de nuevas tecnologías y conexión.

Y creo que alguna de estas tecnologías nos van a permitir estar más conectados con nuestros pacientes y dedicar más tiempo y de hecho aplicar el factor humano tan importante en la medicina mejorado por este tipo de tecnologías.

Hemos estado hablando de mejorar al paciente, en cierto sentido.

¿Qué tal si mejoramos al médico?

Ahora estamos en la era del súper-cirujano que ahora puede meterse en el cuerpo e intervenir con cirugía robótica, que hoy ya se practica, a un nivel que realmente no era posible incluso hasta hace 5 años.

Esto ha sido aumentado con más capas de tecnología como la realidad aumentada.

Así, el cirujano puede ver dentro del paciente, con sus lentes, dónde está el tumor, dónde están los vasos sanguíneos.

Esto puede ser integrado con apoyo a las decisiones.

Un cirujano en Nueva York puede estar ayudando a uno de Ámsterdam, por ejemplo.

Estamos entrando en una era de cirugías sin cicatrices llamada NOTES en las que el endoscopio robótico sale del estómago y saca la vesícula biliar, todo sin cicatrices y de manera robótica.

Se llama NOTES y está llegando…

cirugía sin cicatrices, con cirugía robótica.

¿Y el control de otros elementos?

Para los que tienen discapacidades -los parapléjicos- está la era de la Interacción Cerebro Computadora, o BCI (siglas en inglés, NT) con el implante de chips en la corteza motora de pacientes completamente tetrapléjicos de modo que pueden controlar un cursor, o una silla de ruedas o, eventualmente, un brazo robótico.

Estos dispositivos son cada vez más pequeños y cada vez se usan más en estos pacientes.

Todavía en ensayos clínicos, pero imaginen cuando podamos conectarlos, por ejemplo, a extremidades biónicas como el brazo DEKA construido por Dean Kamen y sus colegas, que tiene 17 grados de movimiento y libertad y puede permitirle a las personas que han perdido extremidades tener mucha más destreza y control de la que tenían antes.

En realidad, estamos entrando en la era de la robótica portable.

Si no han perdido un miembro -han tenido un accidente cerebrovascular, por ejemplo- pueden usar estos miembros aumentados.

O si son parapléjicos -por ejemplo, fui a ver a la gente de Berkley Bionics- y han desarrollado eLEGS.

Hice este video la semana pasada.

Este es un paciente parapléjico que camina sujeto a estos exoesqueletos.

En caso contrario, depende por completo de la silla de rueda.

Esta es la primera era de la robótica portátil.

Y creo que mediante el aprovechamiento de este tipo de tecnologías, vamos a cambiar la definición de la discapacidad por, en algunos casos, súper-habilidad, o súper-capacidad.

Esta es Aimee Mullins, perdió sus extremidades inferiores de niña, y Hugh Herr, profesor del MIT, perdió sus extremidades en un accidente de escalada.

Y ahora ambos pueden escalar más, se mueven más rápido, nadan de forma diferente con sus prótesis que nosotros, con capacidades normales.

¿Y las otras exponenciales?

Es evidente que la tendencia a la obesidad va exponencialmente en la dirección equivocada, incluso con grandes costos.

Pero la tendencia en la medicina va hacia lo exponencialmente pequeño.

Algunos ejemplos: ahora estamos en la era de «Viaje Fantástico», la iPill.

Se puede ingerir en este dispositivo totalmente integrado.

Puede tomar imágenes del sistema gastrointestinal, ayudar a diagnosticar y hacer un tratamiento en su paso por el tracto gastrointestinal.

Nos metemos en micro-robots aún más pequeños que eventualmente se moverán de forma autónoma por el sistema y serán capaces de hacer cosas que los cirujanos no pueden hacer, de manera mucho menos invasiva.

A veces se podría auto-ensamblar en el sistema gastrointestinal y aumentarse en esa realidad.

Por el lado cardíaco, los marcapasos se están volviendo más fáciles de colocar por lo que no es necesario formar un cardiólogo intervencionista para colocarlos.

Y, de nuevo, van a tener telemetría inalámbrica hacia dispositivos móviles entonces pueden ir a cualquier lado y ser monitoreados en forma remota.

Estos se están encogiendo aún más.

Este es un prototipo de Medtronic; es más pequeño que una moneda.

Retinas artificiales, la posibilidad de colocar esta red detrás del globo ocular para permitir ver a los ciegos.

De nuevo, son las primeras pruebas, pero directo al futuro.

Estos van a cambiar el juego.

O, para los que tenemos visión normal,

¿qué tal unos lentes de contacto asistivos?

con BlueTooth y WiFi disponible transmiten imágenes a los ojos.

Y si uno tiene problemas para seguir la dieta podría ayudar tener algunas imágenes que nos recuerden cuántas calorías estamos por ingerir.

¿Y qué tal si le damos un móvil al patólogo para ver a nivel microscópico, para subir los datos a la nube y hacer mejores diagnósticos?

De hecho, toda la era de la medicina de laboratorio está cambiando completamente.

Ahora podemos aprovechar la microfluídica, como en este chip hecho por Steve Quake en Stanford.

La microfluídica puede sustituir a un laboratorio entero de técnicos.

Ponerlos en un chip, permitiendo hacer miles de pruebas en el punto de atención en cualquier parte del mundo.

Y esto va a aprovechar realmente la tecnología en zonas rurales y de poco acceso a servicios posibilitando hacer pruebas que costaban miles de dólares por unos centavos y en el punto de atención.

Si seguimos adelante todavía un poco más entramos en la era de la nanomedicina: la capacidad de hacer dispositivos súper-pequeños al punto de poder diseñar glóbulos rojos o mircorobots que supervisarán el sistema sanguíneo o el sistema inmunológico, o incluso que pueden limpiar los coágulos de las arterias.

¿Y qué tal lo exponencialmente barato?

No es algo que pensemos habitualmente en la era de la medicina pero los discos rígidos costaban $3.400 los 10MB…

hoy son exponencialmente baratos.

En genómica, el genoma costaba casi mil millones de dólares hace 10 años cuando apareció el primero.

Hoy nos acercamos exponencialmente a un genoma de mil dólares.

Probablemente en los próximos 2 años llegaremos a un genoma de 100 dólares.

¿Qué vamos a hacer con genomas de 100 dólares?

Pronto habrá millones de estos tests disponibles.

Y se pone interesante cuando empezamos a producir colectivamente esa información.

Entramos en la era de la medicina verdaderamente personalizada, la medicina correcta para la persona correcta en el momento indicado en vez de hacer lo de hoy, que es la misma medicina para todos una especie de medicación «a la blockbuster», medicaciones que no funcionan en los casos individuales.

Y hay muchísimas compañías trabajando para aprovechar estos enfoques.

Y, otra vez, les voy a mostrar un ejemplo simple de 23andMe.

Mis datos indican que tengo un riesgo promedio de desarrollar degeneración macular, un tipo de ceguera.

Pero si tomo esa misma información y la subo a deCODEme, puedo mirar mi riesgo, por ejemplo, de diabetes tipo 2.

Tengo casi dos veces el riesgo de diabetes de tipo 2.

Podría querer controlar el postre del intervalo de almuerzo, por ejemplo.

Podría cambiar mi comportamiento.

Aprovechar los conocimientos de mi farmacogenómica -cómo modulan mis genes, el efecto de las drogas y las dosis que necesito- se va a volver cada vez más importante y una vez en manos del individuo y del paciente la dosificación del fármaco será mejor y también la selección disponible.

De nuevo, no se trata sólo de genes, son muchos detalles…

nuestros hábitos, exposición al ambiente.

¿Cuándo fue la última vez que el médico les preguntó dónde han vivido?

Geomedicina: dónde han vivido, a qué han estado expuestos, puede afectar decisivamente la salud.

Podemos capturar esa información.

Así, la genómica, la proteómica, el medio ambiente, todo este aluvión de información sobre unos pobres médicos.

¿Cómo lo manejamos?

Bueno, estamos entrando en la era de medicina de sistemas, o biología de sistemas, en la que podemos integrar toda esta información.

Y mirando los patrones, por ejemplo, en nuestra sangre de 10.000 biomarcadores en una sola prueba, podemos empezar a mirar estos pequeños patrones y detectar enfermedad en etapas mucho más tempranas.

Esto ha sido llamado por Lee Hood, el padre de la disciplina, medicina P4.

Vamos a ser predecibles; vamos a saber qué es lo probable que tenga.

Podemos ser preventivos; esa prevención puede personalizarse; y más importante, se va a volver cada vez más participativa.

En sitios como Pacientes Como Yo (Patients Like Me) o manejando tus datos en Microsoft HealthVault o Google Health, aprovechando esto de forma participativa se va a volver cada vez más importante.

Voy a terminar con lo exponencialmente mejor.

Nos gustaría obtener mejores tratamientos y más eficaces.

Hoy tratamos la presión arterial en su mayoría con píldoras.

¿Qué tal si tomáramos un nuevo dispositivo y golpeáramos los vasos nerviosos que ayudan a mediar en la presión arterial y con una simple terapia pudiéramos curar la hipertensión?

Este nuevo dispositivo, en esencia, hace eso.

Debería estar en el mercado en un año o dos.

¿Qué tal mejores terapias dirigidas para el cáncer?

Correcto, soy oncólogo y tengo que decir que la mayoría de lo prescribimos es veneno.

Hemos aprendido en Stanford y en otros lugares que podemos descubrir células madre del cáncer, que parecen ser realmente las responsables de la recaída de la enfermedad.

Si piensan en el cáncer como una mala hierba, queremos erradicarla.

Parece que cede terreno pero a menudo regresa.

Entonces estamos atacando el objetivo equivocado.

Las células madre del cáncer quedan y el tumor puede regresar meses o años después.

Ahora estamos aprendiendo a identificar las células madre del cáncer e identificándolas como objetivos, vamos en pos de la cura a largo plazo.

Estamos entrando en la era de la oncología personalizada, la capacidad de aprovechar todos estos datos, analizar el tumor y encontrar un cóctel real, específico para cada paciente individual.

Voy a terminar con medicina regenerativa.

He estudiado mucho sobre células madre; las células madre embrionarias son especialmente potentes.

También tenemos células madre adultas en el cuerpo.

Las usamos en mi campo de trasplantes de médula ósea.

Geron, el año pasado, comenzó el primer test con células madre embrionarias humanas para el tratamiento de la médula espinal.

Todavía en fase de prueba, pero evolucionando.

Hemos estado usando células madre adultas en ensayos clínicos durante unos 15 años para abordar un rango completo de temas, en particular de enfermedades cardiovasculares.

Tomamos nuestras propias células de médula ósea y tratamos a un paciente con ataque cardíaco y notamos mejoras en las funciones vasculares y mejor supervivencia usando las propias células de médula ósea luego de un ataque cardíaco.

Inventé un dispositivo llamado MarrowMiner (minero de médula, NT), una forma mucho menos invasiva para la recolección de médula ósea.

Ahora lo está aprobando el ente regulatorio y es de esperar que esté en el mercado el año que viene.

Espero que puedan ver el dispositivo haciendo una curva en el cuerpo del paciente, extrayendo médula ósea, en lugar de 200 perforaciones, con sólo una única punción con anestesia local.

¿Hacia dónde va la terapia de células madre?

Si lo piensan, cada célula de sus cuerpos tiene el mismo ADN que tenían cuando eran embriones.

Ahora podemos reprogramar células de la piel para que actúen como células madre embrionarias pluripotentes y usarlas potencialmente para tratar múltiples órganos en el mismo paciente creando sus propias líneas de células madre personalizadas.

Y creo que el almacenamiento de las propias células madre marcará una era en la que congelaremos nuestras células cardíacas, miocitos y células neuronales, para usarlas en el futuro, en caso de necesitarlas.

Y ahora integramos esto con toda una era de ingeniería celular.

Integrando tecnologías exponenciales esencialmente para la impresión 3D de órganos reemplazando la tinta con células construyendo y reconstruyendo un órgano 3D.

Hacia ahí va la cosa; estamos empezando.

Pero creo que, como integración de tecnologías exponenciales, este es el ejemplo.

Entonces para cerrar, pensando en las tendencias tecnológicas y la manera de impactar la salud y la medicina estamos entrando en una era de miniaturización, descentralización y personalización.

Y creo que poniendo todas estas cosas juntas -si podemos empezar a pensar cómo entenderlas y aprovecharlas- vamos a darle poder al paciente y al médico, mejorar el bienestar y empezar a curar el bienestar antes de que se enfermen.

Porque como médico sé que si alguien viene a consultarme en etapa uno de la enfermedad me emociono…

a menudo podemos curarlos.

Pero a menudo es muy tarde, en etapa tres o cuatro de cáncer, por ejemplo.

Entonces, aprovechando estas tecnologías en conjunto creo que vamos a entrar en una nueva era que me gusta llamar medicina etapa cero.

Y como médico de cáncer tengo muchas ganas de estar sin trabajo.

Muchas gracias.

Anfitrión: Gracias.

Gracias.


(Aplausos)
Hagan una reverencia.

https://www.ted.com/talks/daniel_kraft_medicine_s_future_there_s_an_app_for_that/

 

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