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Danny Hillis: Volver al futuro (de 1994) – Charla TED1994

Charla «Danny Hillis: Volver al futuro (de 1994)» de TED1994 en español.

Desde lo más recóndito del archivo de TED, Danny Hillis esboza una teoría fascinante de cómo y por qué el cambio tecnológico parece estar acelerándose, vinculándolo a la evolución de la vida misma. Las técnicas de presentación que emplea pueden parecer anticuadas, pero las ideas son más pertinentes que nunca.

  • Autor/a de la charla: Danny Hillis
  • Fecha de grabación: 1994-02-20
  • Fecha de publicación: 2012-02-03
  • Duración de «Danny Hillis: Volver al futuro (de 1994)»: 1150 segundos

 

Traducción de «Danny Hillis: Volver al futuro (de 1994)» en español.

Generalmente trato de explicarle a la gente lo maravilloso que van a ser las nuevas tecnologías que están surgiendo.

Hay que mirar hacia atrás para entender lo que está ocurriendo.

Aquí entre amigos quiero contarles lo que pienso de estos grandes avances tecnológicos, tan vertiginosos que apenas podemos seguirles el ritmo.

Empezaré mostrando una diapositiva sobre tecnología, muy aburrida.

Por favor, si pueden ponerla…

Es un diagrama cualquiera que tomé de una carpeta mía.

No me interesa tanto mostrarles los detalles sino el aspecto general.

Se trata de un análisis que estuvimos haciendo sobre la potencia de los microprocesadores RISC versus la potencia de las redes de área local.

Lo interesante de esto es que ésta, como muchas otras que solemos ver, es una especie de línea recta en escala logarítmica.

En otras palabras, cada paso de aquí representa un orden de magnitud en la escala de rendimiento.

Hablar de tecnología con curvas semilogarítimicas es algo novedoso.

Aquí ocurre algo extraño.

Y de eso precisamente voy a hablar.

Por favor, enciendan las luces.

Necesitaría más intensidad porque escribiré sobre papel.

¿Por qué graficamos curvas tecnológicas en escalas logarítmicas?

La respuesta es que si las dibujara en una curva normal en la que, digamos, estos son los años, o alguna unidad de tiempo, y esto sería cualquier medida de la tecnología que quisiera graficar, el diagrama se vería algo ridículo.

Sería algo así, que no dice mucho.

Pero si grafico, por ejemplo, alguna otra tecnología, como el transporte, en una curva semilogarítmica sería muy tonto, veríamos una línea recta.

Pero si ocurre algo como esto, se da un cambio cualitativo.

Si la tecnología del transporte avanzara tan rápido como la de microprocesadores, pasado mañana podríamos tomar un taxi y estar en Tokio en 30 segundos.

Pero no avanza a ese ritmo.

No hay precedentes en la historia del desarrollo tecnológico de un crecimiento retroalimentado que cada pocos años avance órdenes de magnitud.

La cuestión que quiero plantear es…

Mirando estas curvas exponenciales, vemos que no siguen eternamente.

No es posible sostener este cambio tan rápido como va.

Ocurrirá una de dos cosas.

O bien se convertirá en una típica curva S como esta hasta que surja algo totalmente diferente, o quizá hará algo así.

Eso es todo lo que puede pasar.

Soy optimista, por eso creo que quizá ocurrirá algo así.

De ser así, ahora estaríamos en el medio de una transición.

En esta línea estamos en una transición de lo que solía ser el mundo, a una nueva forma.

Por eso lo que trato de preguntar, y preguntarme, es:

¿cuál es esa nueva forma que adopta el mundo?

¿Hacia qué nuevo estado se dirige el mundo?

La transición parece muy, muy confusa si estamos inmersos en ella.

Recuerdo que de niño el futuro ocurría en el año 2000 y la gente solía hablar de lo que ocurriría en el año 2000.

Esta es una conferencia en la que la gente habla del futuro y vemos que el futuro sigue siendo el año 2000.

Eso es todo lo que vemos.

En otras palabras, el futuro se ha encogido, año tras año, a lo largo de mi vida.

Pero creo que se debe a que sentimos que algo está ocurriendo, que ocurre una transformación.

Podemos sentirlo.

Y sabemos que no tiene mucho sentido pensar a 30 o 50 años porque todo será tan diferente que extrapolar lo que estamos haciendo hoy no tiene ningún sentido.

Por eso quiero hablarles de cómo podría ser, cómo podría ser esa transición que experimentamos.

Pero para hacer eso tendré que hablar un poco de cosas que no tienen mucho que ver con tecnología e informática.

Porque creo que la única manera de entenderlo es tomando distancia y mirar las cosas a largo plazo.

La escala de tiempo en la que me gustaría hacerlo es el tiempo de la vida en la Tierra.

Creo que esta imagen tiene sentido si la miramos cada mil millones de años.

Así, nos remontamos unos 2500 millones de años cuando la Tierra era una gran roca estéril con muchos químicos que flotaban a su alrededor.

Si vemos la manera en que se organizaron esos químicos nos damos una idea de cómo ocurrieron las cosas.

Y creo que hay teorías para empezar a comprender el origen con el ARN.

Voy a contarles una versión simple de esto y es que, en ese momento, había flotando unas gotitas de aceite con todo tipo de recetas químicas en su interior.

Algunas de esas gotas de aceite contenían una combinación particular de químicos que les hicieron incorporar materiales del el exterior y así las gotas crecieron y empezaron a dividirse.

En cierto sentido, esas fueron las formas celulares más primitivas; esas gotitas de aceite.

Pero esas gotas no estaban vivas, en el sentido actual, porque cada una de ellas contenía una receta aleatoria de químicos.

Y cada vez que se dividían ocasionaban una distribución desigual de los químicos que contenían.

Por eso cada gotita era un poco diferente.

De hecho, las gotas que de algún modo se diferenciaban siendo mejores a la hora de incorporar los químicos circundantes; crecían más, incorporaban más químicos y se dividían más.

Generalmente vivían más tiempo, estaban más representadas.

Era una forma de vida, vida química, muy simple, pero las cosas se tornaron interesantes cuando estas gotas aprendieron el truco de la abstracción.

De alguna forma que no entendemos muy bien estas gotitas aprendieron a almacenar información.

Aprendieron a guardar información, que era la receta de la célula, en un químico especial llamado ADN.

En otras palabras, elaboraron en esta evolución sin sentido, un sistema de escritura que les permitió registrar qué eran para poder replicarse.

Lo increíble es que ese sistema de escritura parece haber permanecido estable desde que evolucionó hace 2500 millones de años.

Nuestra receta, nuestros genes, tienen exactamente el mismo código, ese mismo sistema de escritura.

De hecho, cada ser viviente está expresado con exactamente el mismo conjunto de letras y el mismo código.

Y una de las cosas que hice sólo por diversión…

Ahora podemos escribir cosas con este código.

Aquí tengo 100 microgramos de polvo blanco que trato de ocultar a la gente de seguridad del aeropuerto.


(Risas)
Pero contiene…

Tomé este código…

El código tiene las letras comunes que solemos usar en esto…

y escribí mis datos personales en este fragmento de ADN y lo amplifiqué 10 a la 22 veces.

Por eso si alguien quiere 100 millones de copias de mi tarjeta personal tengo muchas para todos los presentes; de hecho, para cada persona del mundo y está aquí.


(Risas)
Si fuera un ególatra lo habría puesto en un virus y lo habría esparcido por la sala.


(Risas)

¿Cuál fue el siguiente paso?

Escribir el ADN fue un paso interesante.

Esto hizo que estas células estuvieran felices otros mil millones de años.

Pero luego ocurrió otro gran paso interesante en el que las cosas se tornaron muy diferentes y fue que estas células empezaron a intercambiar y comunicar información formando así comunidades de células.

No sé si lo saben, pero las bacterias pueden intercambiar ADN.

De ese modo, por ejemplo, evolucionó la resistencia a los antibióticos.

Algunas bacterias encontraron la forma de evitar la penicilina y se las apañaron para crear su pequeño ADN con otras bacterias y ahora hay muchas resistentes a la penicilina porque las bacterias se comunican.

Esta comunicación dio lugar a que se formaran comunidades que, en cierto modo, estaban juntas en eso; y establecieron una sinergia.

De ese modo sobrevivían o fallaban juntas, o sea que si una comunidad era muy exitosa todos los individuos de esa comunidad se replicaban más y eran favorecidos por la evolución.

Y el punto de inflexión ocurrió cuando estas comunidades se acercaron tanto que, de hecho, se unieron y decidieron escribir toda la receta de la comunidad junta en una cadena de ADN.

La siguiente etapa interesante para la vida llevó otros mil millones de años.

Y en esa etapa tenemos comunidades multicelulares, comunidades de muchos tipos de células diferentes trabajando juntas como un solo organismo.

De hecho, nosotros somos una comunidad multicelular.

Tenemos muchas células que ya no actúan solas.

La célula de la piel no sirve sin la del corazón, o la de los músculos, o la del cerebro, etc.

Así, estas comunidades evolucionaron y se produjeron niveles más interesantes que el celular, algo que llamamos un organismo.

El siguiente nivel ocurrió dentro de estas comunidades.

Éstas empezaron a abstraer información y a construir estructuras muy especiales que no hacían más que procesar información en comunidad.

Son las estructuras neuronales.

Las neuronas son los aparatos que procesan la información que esas comunidades celulares construyeron.

De hecho, empezaron a especializarse dentro de la comunidad siendo las estructuras responsables de registrar, comprender y transmitir la información.

Esos fueron los cerebros y el sistema nervioso de esas comunidades.

Y eso les dio una ventaja evolutiva.

Porque en ese momento como individuos…

El aprendizaje estaba confinado a la duración de un organismo, y no al período de tiempo evolutivo.

Así, un organismo podía, por ejemplo, aprender a no comer cierta fruta porque sabía mal y se enfermó la última vez que la comió.

Eso podía ocurrir durante la vida de un organismo dado que antes habían construido estas estructuras de procesamiento de información que por la evolución habrían aprendido durante cientos de miles de años por la muerte de individuos que comieron esa fruta Por eso el hecho de que el sistema nervioso construyera esas estructuras de información aceleró enormemente el proceso evolutivo.

Porque la evolución podría ahora ocurrir confinada a un individuo.

Podría suceder en el tiempo necesario para aprender.

Pero luego, claro, los individuos descubrieron el truco de la comunicación.

Así, por ejemplo, la versión más refinada que conocemos es el lenguaje humano.

Si lo pensamos, es una invención increíble.

Yo tengo una idea muy complicada una idea vaga, en la cabeza.

Estoy aquí sentado emitiendo unos gruñidos y, con suerte, construyendo una idea similar, vaga y confusa, en sus cabezas que guarda cierta analogía con la mía.

Pero tomamos algo muy complicado lo convertimos en sonido, en secuencias de sonido, y producimos algo muy complicado en otro cerebro.

Eso ahora nos permite empezar a funcionar como un organismo.

De hecho, como humanidad, hemos empezado a realizar abstracciones.

Ahora pasamos por períodos similares a los organismos multicelulares; abstraemos nuestros métodos de registro, presentación y procesamiento de información.

Por ejemplo, la invención del lenguaje fue un pequeño paso en esa dirección.

La telefonía, la informática, la cinta de video, el CD-ROM, etc.

son los mecanismos especializados que ahora construimos para manejar esa información.

Y eso nos congrega en algo mucho más grande, más rápido y capaz de evolucionar más de lo que hacíamos antes.

Ahora la evolución puede ocurrir en microsegundos.

Ya vieron el ejemplito evolutivo de Ty en el que produjo cierta evolución con el programa Convolución, ante nuestros ojos.

Y ahora hemos acelerado las escalas de tiempo otra vez.

Las primeras etapas de la historia que les contaba llevaron mil millones de años cada una.

Las siguientes etapas, el sistema nervioso y el cerebro, llevó unos cientos de millones de años.

Las siguientes, el lenguaje etc., llevaron menos de un millón de años.

Y las siguientes, como la electrónica, parece llevar sólo unas décadas.

El proceso se retroalimenta; supongo que auto-catalítico es la palabra correcta para nombrar algo que acelera su propio ritmo de cambio.

Cuanto más cambia, más rápido lo hace.

Y creo que es eso lo que observamos en esta explosión de la curva.

Vemos que el proceso se retroalimenta.

Pero yo me gano la vida diseñando computadoras y sé que los mecanismos que empleo para diseñarlas no serían posibles sin los avances informáticos recientes.

Pero ahora diseño objetos de tal complejidad que sería imposible para mí diseñarlos de manera convencional.

No sé que hace cada transistor en esa máquina de conexiones.

Hay miles de millones.

En vez de eso, con los diseñadores de Thinking Machines, pensamos un nivel de abstracción, lo ponemos en la máquina y la máquina con eso hace algo que antes no se podía, llega mucho más lejos y más rápido que nunca antes.

De hecho, a veces emplea métodos que ni siquiera entendemos bien.

Un método particularmente interesante, que he estado usando últimamente, es la evolución misma.

Colocamos dentro de la máquina un proceso evolutivo que opera en la escala de los microsegundos.

Y, por ejemplo, en los casos más extremos, podemos evolucionar un programa a partir de una secuencia aleatoria de instrucciones.

Le decimos: «por favor computadora,

¿puedes correr cien millones de secuencias de instrucciones al azar?

¿Podrías ejecutar estas secuencias de instrucciones al azar, ejecutar todos esos programas, y tomar aquellas que más se aproximen a lo que queremos hacer?

» En otras palabras, yo defino lo que quiero.

Digamos que quiero ordenar números, para poner un ejemplo simple.

Así, encontramos los programas que más se acercan a ordenar números.

Claro, es poco probable que unas secuencias aleatorias de instrucciones, ordenen números, así que ninguna de ellas lo logró.

Pero una, por suerte, pudo ubicar dos números en el orden correcto.

Y dije: «computadora,

¿podrías tomar el 10% de esas secuencias aleatorias que mejor hicieron la tarea?

Guardemos esas y eliminemos al resto.

Y ahora reproduzcamos las que mejor ordenaron los números.

Y volvamos a reproducirlas siguiendo un proceso de recombinación análogo al sexo».

Tomemos dos programas, que engendren hijos, que intercambien subrutinas, y que los hijos hereden las propiedades de ambos programas.

Así conseguimos una nueva generación de programas producto de las combinaciones de programas que tuvieron un poco más de éxito.

Y decimos: «Por favor, repite el proceso».

Califica de nuevo.

Introduce algunas mutaciones e intenta de nuevo y repítelo con otra generación.

Bueno, cada generación lleva unos pocos milisegundos.

Así, puedo hacer el equivalente a millones de años de evolución en unos pocos minutos o, en casos complicados, en pocas horas.

Al final, terminamos con programas que ordenan números de modo absolutamente perfecto.

De hecho, son programas mucho más eficientes que los que yo podría haber escrito a mano.

Si miro esos programas no puedo decir cómo funcionan.

He intentado analizarlos para ver cómo funcionan.

Son programas oscuros, extraños.

Pero cumplen el cometido.

De hecho, lo sé, tengo la seguridad de que logran el objetivo porque vienen de un linaje de cientos de miles de programas que lo lograron.

De hecho, sus vidas dependían de lograrlo.


(Risas)
Una vez iba en un 747 con Marvin Minsky y saca una tarjeta y me dice: «Mira esto.

Dice: ‘Este avión tiene cientos de miles de partecitas que trabajan juntas para ofrecer un vuelo seguro’.

¿No te hace sentir tranquilo?

»
(Risas)
Sabemos que los procesos de ingeniería no funcionan muy bien cuando se tornan complicados.

Por eso empezamos a depender de las computadoras para hacer procesos de diseño bien diferentes.

Y eso nos permite producir cosas mucho más complejas que las que produce la ingeniería normal.

Sin embargo, no entendemos del todo las opciones que hay.

En ese sentido, va delante de nosotros.

Ahora usamos esos programas para hacer computadoras mucho más rápidas y así poder ejecutar estos programas mucho más rápidamente.

O sea, se retroalimenta.

La cosa va cada vez más rápido y por eso creo que parece tan confusa.

Porque todas estas tecnologías se retroalimentan.

Estamos despegando.

Y estamos en un momento análogo al de los organismos unicelulares cuando se volvieron multicelulares.

Somos las amebas y no podemos entender qué diablos estamos creando.

Estamos en el punto de inflexión.

Pero creo que algo viene detrás de nosotros.

Creo que sería muy arrogante de nuestra parte pensar que somos el producto final de la evolución.

Y creo que todos nosotros somos parte de la creación de lo que sea que venga.

Pero ahora viene el almuerzo y creo que pararé aquí antes de que me eliminen.


(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/danny_hillis_back_to_the_future_of_1994/

 

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