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Greg Stone: Salvando el océano isla a isla – Charla Mission Blue Voyage

Charla «Greg Stone: Salvando el océano isla a isla» de Mission Blue Voyage en español.

A bordo de la Misión Azul, el científico Greg Stone cuenta la historia de cómo ayudó a la República de Kiribati a crear una enorme zona protegida en el medio del Pacífico, para proteger peces, vida marina y a la misma isla-nación.

  • Autor/a de la charla: Greg Stone
  • Fecha de grabación: 2010-04-16
  • Fecha de publicación: 2010-11-03
  • Duración de «Greg Stone: Salvando el océano isla a isla»: 1035 segundos

 

Traducción de «Greg Stone: Salvando el océano isla a isla» en español.

Supongo que tengo que empezar retrocediendo a los años 60, cuando tenía 7 u 8 años, y veía documentales de Jacques Cousteau en la sala de estar con mis gafas y aletas puestas.

Después de cada episodio subía al baño a nadar en la bañera y a ver el desagüe, porque eso era todo lo que había para ver.

Y cuando cumplí 16, me dediqué a la ciencia marina a explorar, a bucear, y viví en hábitats submarinos como este de los Cayos de Florida, un total de 30 días.

Brian Skerry sacó esta foto.

Gracias, Brian.

He buceado en sumergibles de aguas profundas en todo el mundo y este es uno de los submarinos que mayor profundidad puede alcanzar en el mundo manejado por el gobierno japonés.

Sylvia Earle y yo hicimos una expedición en este submarino hace 20 años en Japón.

En mi buceo bajé a los 5.400 metros, a un área que pensé sería silvestre y prístina en el fondo del mar.

Pero cuando llegué allí encontré muchos restos de plástico y otros desechos.

Y fue realmente un punto de inflexión en mi vida, cuando empecé a darme cuenta de que no podía ir solo a divertirme haciendo ciencia y exploración; tenía que ponerlo en contexto.

Tenía que ir hacia objetivos de conservación.

Por eso empecé a trabajar con la National Geographic Society y con otros y dirigimos expediciones a la Antártida.

Dirigí tres expediciones de buceo a la Antártida.

Hace 10 años fue un viaje muy importante: exploramos ese gran iceberg, B-15, el mayor iceberg de la historia, que rompió la barrera de hielo de Ross.

Desarrollamos técnicas para bucear dentro y debajo del iceberg como bolsas de agua caliente en los riñones con una batería que nos colocábamos de modo que cuando la sangre fluía por los riñones se calentaba un poquito antes de volver al cuerpo.

Pero después de 3 viajes a la Antártida decidí que sería más agradable trabajar en aguas más cálidas.

Y ese mismo año, hace 10 años, me fui al norte de las Islas Fénix.

Y les voy a contar esa historia en un momento.

Pero antes quiero que reflexionéis un instante sobre este gráfico.

Puede que hayáis visto esto de otras formas pero la línea principal es la cantidad de área protegida de tierra, a nivel mundial, y es del 12% aproximadamente.

Y pueden ver que sube como un palo de hockey en la década de los 60 y 70.

Y está en una trayectoria buena en este momento.

Y probablemente esto se deba a que todos tomamos conciencia sobre el medio ambiente y el Día de la Tierra y todo lo que sucedió en los años 60 con los hippies y eso tuvo un gran impacto, creo, en la conciencia mundial Pero las áreas protegidas del océano eran básicamente una línea recta hasta hace poco…

que parece estar aumentando.

Y creo que estamos en el punto «palo de hockey» del área protegida del océano Creo que habríamos llegado mucho antes a este punto si hubiésemos podido ver lo que sucede en el océano como vemos lo que sucede en la tierra.

Pero, por desgracia, el océano es opaco y no podemos ver lo que está pasando.

Y, por lo tanto, estamos muy por detrás en la protección Pero el buceo, los sumergibles, y todo el trabajo que estamos preparando aquí ayudará a corregir eso.

¿Dónde están las Islas Fénix? Eran las áreas marinas protegidas más grandes del mundo, hasta la semana pasada que pasó a ser el archipiélago de Chagos.

Está en medio del Pacífico, a 5 días de cualquier otro lugar cercano Si uno quiere llegar a las Islas Fénix, está a 5 días de Fiji, está a 5 días de Hawaii, está a 5 días de Samoa.

Está en el medio del Pacífico, en torno al Ecuador.

Nunca había oído hablar de las islas hace 10 años, ni de Kiribati, el país que las posee, hasta que dos amigos míos que dirigen un barco de buceo en Fiji me dijeron: «Greg, ¿dirigirías una expedición científica en estas islas? Nadie lo ha hecho antes».

Y le dije: «Sí.

Pero dime dónde están y a qué país pertenecen».

Ahí fue que oí por primera vez de las islas y no tenía idea de en qué me estaba metiendo.

Pero estaba en la aventura.

Déjeme que les cuente de esta zona protegida de las Islas Fénix.

Son aguas muy profundas de nuestro planeta.

La profundidad promedio es de unos 3.600 mts.

Hay muchas montañas marinas en las Islas Fénix, que son específicamente parte del área protegida.

Las montañas submarinas son importantes para la biodiversidad.

En realidad hay más montañas en el océano de las que hay en tierra.

Es algo interesante.

Y las Islas Fénix son muy ricas en montañas marinas.

Es un espacio profundo…

piénsenlo como un gran espacio tridimensional un espacio tridimensional muy profundo con cardúmenes de atún, ballenas, todo tipo de vida marina de alta mar, como hemos visto aquí antes.

Ese es el barco que llevamos hasta allí para estos estudios, desde el principio, y así es como se ven las islas; pueden verlo en el fondo.

Están muy a nivel del mar, todas están deshabitadas, excepto una que tiene unos 35 cuidadores.

Y han estado deshabitadas gran parte del tiempo porque incluso antaño estas islas estaban demasiado lejos de las brillantes luces de Fiji, Hawaii y Tahití para los antiguos navegantes polinesios que atravesaban el Pacífico tan ampliamente.

Pero llegamos hasta allí, y tuve la oportunidad científica única y maravillosa, la oportunidad personal, de llegar a un lugar donde nadie había buceado, de llegar a una isla y decir: «Bien, ¿dónde vamos a bucear? Intentemos allí», y luego arrojarme al agua.

Cambió tanto mi vida personal y como la profesional.

De repente vi un mundo nunca antes visto en el océano…

bancos de peces que, de tan densos, entorpecían el pasaje de luz de la superficie; arrecifes de coral interminables, sólidos y coloridos, peces grandes en todas partes, manta rayas.

Era un ecosistema…

un pez loro desovando.

Son 5.000 peces loro de nariz larga desovando a la entrada de una de las Islas Fénix.

Pueden ver a los peces amontonados y una zona medio nublada por ahí en la que intercambian huevos y esperma para la reproducción.

Eventos que se supone ocurren en el océano pero ahora no tanto en algunos lugares a causa de la actividad humana.

Las Islas Fénix y las zonas ecuatoriales del planeta son muy importantes para la pesca del atún; especialmente este rabil que ven aquí.

Las Islas Fénix son un lugar de túnidos.

Y había tiburones en nuestras primeras inmersiones, hasta 150 tiburones a la vez, lo que indica un sistema muy, muy saludable, muy fuerte.

Así que pensé que las escenas silvestres interminables continuarían eternamente pero eventualmente llegaron a su fin.

Y también exploramos la superficie de las islas…

un sitio importante de anidación; uno de los lugares más importantes de anidación de aves en el Pacífico, en el mundo.

Y terminamos nuestro viaje.

Esa es la zona, de nuevo.

Pueden ver las islas, hay 8 islas, que sobresalen del agua.

Los picos que no salen del agua son las montañas marinas.

Recuerden, una montaña marina se convierte en isla cuando toca la superficie.

¿Cuál es el contexto de las Islas Fénix? ¿En dónde están? Bueno, están en la República de Kiribati, y Kiribati está ubicada en el Pacífico Central en tres grupos de islas.

Al oeste tenemos las Islas Gilbert.

En el centro están las Islas Fénix, que es el tema del que estoy hablando.

Y más al este están las Islas de la Línea.

Es la nación atolón más grande del mundo.

Y tienen unos 110.000 habitantes distribuidos en 33 islas.

Controlan 13,8 millones de kms cúbicos de océano, y eso es entre 1% y 2% de toda el agua oceánica del planeta.

Y hace 10 años, cuando fui el primero en ir allí, apenas conocía el nombre de este país; la gente me preguntaba: «¿Por qué vas a este lugar llamado Kiribati?» Y eso me recordaba el viejo chiste del ladrón de bancos que sale de la corte esposado y el reportero le grita: «¡Oye, Willy! ¿Por qué robas bancos?» Y él le dice: «Porque ahí es donde está todo el dinero».

Y yo les decía: «¿Por qué voy a Kiribati?» Porque allí está todo el océano».

Son una nación que controla casi todas las aguas ecuatoriales del océano Pacífico Central.

También son un país que está en grave peligro.

El nivel del mar va en aumento y Kiribati, junto con otras 42 naciones del mundo, estará bajo el agua dentro de 50 ó 100 años por el cambio climático, el aumento del nivel del mar asociado a la expansión térmica, y el derretimiento de agua dulce en el océano.

Las islas se elevan sólo 1 ó 2 metros sobre la superficie.

Algunas islas ya han desaparecido bajo el agua.

Y estas naciones enfrentan un problema real.

Nosotros, como planeta, enfrentamos un problema.

¿Qué hacemos con los compañeros desplazados…

…que ya no tienen hogar en el planeta? El presidente de las Maldivas hizo un simulacro de reunión de gabinete bajo el agua para poner de relieve la situación desesperada de estos países.

Por eso es algo que tenemos que atender.

Pero volvamos a las Islas Fénix, que son el tema de esta charla.

Cuando regresé dije: «bien, es increíble lo que encontramos».

Me gustaría regresar y compartirlo con el gobierno de Kiribati que está en Tarawa en el grupo más occidental.

Empecé a contactarlos, porque en realidad me habían dado un permiso para hacerlo, y dije: «Quiero ir a contarles lo que encontramos».

Y por alguna razón no querían que fuese o era difícil encontrar un momento y un lugar, y se demoró un tiempo, y finalmente dijeron: «Bueno, puede venir.

Pero si viene, tiene que comprar almuerzo para todos los que vengan al seminario».

Dije: «Bueno, estoy feliz de comprar el almuerzo.

De conseguir lo que todos quieren».

Así que con David Obura, un biólogo de arrecifes, fuimos a Tarawa y disertamos durante dos horas sobre los hallazgos sorprendentes de las Islas Fénix.

El país no lo sabía.

No tenían datos de esta zona.

No tenían información sobre las Islas Fénix.

Después de la charla el ministro de pesca se acercó a mí y dijo: «Greg, ¿te diste cuenta…

…que eres el primer científico…

…que ha vuelto…

…a contarnos lo que hizo?» Dijo: «A menudo damos estos permisos de investigación en nuestras aguas pero, por lo general, nos dan una nota 2 ó 3 años después o una reimpresión.

Pero tú eres el primero que ha regresado a contarnos lo que hizo.

Y de verdad lo apreciamos.

Hoy te vamos a pagar el almuerzo.

Y, ¿estás libre para la cena?» Y yo estaba libre para la cena y salí a cenar con el ministro de pesca de Kiribati.

Y en el transcurso de la cena me enteré que la principal fuente de ingresos de Kiribati, que es un país muy pobre, pero obtiene ingresos vendiendo el acceso a países extranjeros para que pesquen en sus aguas porque Kiribati no tiene la capacidad de pescar por su cuenta.

Y el trato que cierran dice que el país que pesca le da a Kiribati el 5% del valor de la pesca.

Así, si Estados Unidos extrae langostas de un arrecife por valor de un millón de dólares, Kiribati recibe $50.000.

Eso no me parece que sea un buen trato.

Le pregunté al ministro durante la cena «¿Consideraría una situación…

…en la que se siga pagando, hacemos la cuenta y determinamos el valor del recurso, pero dejando a los peces, tiburones, y camarones en el agua?» Me detuvo y dijo: «Sí, nos gustaría hacer eso enfrentar nuestro problema de sobrepesca, y creo que lo llamaríamos «licencia inversa de pesca».

Él acuñó el término «licencia inversa de pesca».

Y le dije: «Sí, una licencia inversa de pesca».

Así que volvimos de esa cena sin saber realmente a dónde ir en ese momento.

Yo volví a Estados Unidos y empecé a mirar alrededor para ver si podía encontrar ejemplos donde se hubieran emitido licencias inversas de pesca.

Y resultó que no había.

No había tratados oceánicos que compensaran a los países por no pescar.

Había ocurrido en tierra, en las selvas de América del Sur y África, donde se le pagó a los dueños de tierras para que no talen árboles.

Y Conservación Internacional había cerrado algunos de estos tratos.

Así que fui a Conservación Internacional y los presenté como socios y encaramos el proceso de tasación de los recursos ictícolas para decidir la compensación para Kiribati, el rango de los peces, presenté muchos otros socios: el gobierno de Australia, el gobierno de Nueva Zelanda, el Banco Mundial.

La Fundación Oak y National Geographic han sido grandes financiadores de esto también.

Y financiamos el parque básicamente con la idea de donación equivalente a lo que se pierde en concepto de regalías de pesca para que este pequeño país mantenga la zona intacta.

A mitad de proceso conocí al Presidente de Kiribati, el Presidente Anote Tong, es un líder realmente importante, un hombre muy visionario, con visión de futuro, y me dijo dos cosas cuando me acerqué a él.

Dijo: «Greg, hay dos cosas que me gustaría hacer.

Una es, recuerda que soy político, tienes que ir y trabajar con mis ministros y convencer al pueblo de Kiribati de que esta es una buena idea.

La segunda, me gustaría que crees principios que trasciendan mi propia presidencia.

No quiero hacer algo como esto si va a desaparecer cuando me vaya del poder».

Hubo un liderazgo muy fuerte, una muy buena visión, y mucha ciencia, muchos abogados involucrados.

Se dieron muchos pasos para sacar esto adelante.

Y fue sobre todo porque Kiribati se dio cuenta de que esto era de su propio interés.

Se dieron cuenta de que era una causa común la que habían encontrado con la comunidad de la conservación.

Luego, en 2002, cuando todo iba viento en popa ocurrió un blanqueamiento de corales en las Islas Fénix.

Este es el recurso que estamos tratando de salvar y se produce el acontecimiento más caliente de la historia.

El océano se calentó como lo hace a veces, y el epicentro se formó y quedó justo sobre las Islas Fénix durante 6 meses.

Estuvo a más de 32ºC durante 6 meses.

Básicamente mató al 60% del coral.

Así que, de repente, teníamos esta zona que protegíamos pero ahora parecía muerta, al menos la zona de corales.

Por supuesto, las zonas de alta mar y las de mar abierto estaban bien, pero el coral, que todos quieren mirar, estaba en problemas.

Bueno, la buena noticia es que se recuperó y muy rápido, más rápido que cualquier otro coral.

Esta foto fue sacada por Brian Skerry hace pocos meses cuando regresamos a las Islas Fénix y descubrimos que, dado que es una zona protegida y que tiene poblaciones saludables de peces que mantienen a las algas al ras y al resto del arrecife con salud, el coral está en auge, está en auge de nuevo.

Es casi como una persona: con muchas enfermedades, es difícil sanarse, uno puede morir; pero si tiene una enfermedad sola que sortear, uno puede mejorar.

Y lo mismo con el calentamiento del clima.

Es la única amenaza, la única enfermedad que tenía que enfrentar el arrecife.

No hubo pesca, ni contaminación, ni desarrollo inmobiliario costero, y el arrecife está en franca recuperación.

Ahora recuerdo esa cena que tuvimos con el ministro de pesca hace 10 años cuando surgió esto y quedé bastante entusiasmado durante la cena y dije: «Bueno, creo que la comunidad de la conservación puede adoptar la idea, ministro».

Hizo una pausa, juntó las manos y dijo: «Sí, Greg, pero el diablo estará en los detalles».

Y vaya si lo estuvo.

Los últimos 10 años han sido detalle tras detalle, pasando desde crear legislación, a varias expediciones de investigación, a planes de comunicación, como dije, equipos de abogados, memorandos, creación del Fideicomiso Islas Fénix.

Y ahora estamos en vías de recaudar donaciones.

Kiribati ha congelado las actividades de extracción en su estado actual, mientras recaudamos la donación.

Acabamos de tener nuestra primera junta fiduciaria PIPAC hace 3 semanas.

Es una entidad totalmente operativa y en marcha que negocia las licencias invertidas de pesca con el país.

La junta fiduciaria PIPAC mantiene esa licencia y le paga al país por esto.

Es algo muy sólido, muy bien pensado, un sistema bien conectado a tierra.

Y fue un sistema de abajo hacia arriba y eso fue muy importante en este trabajo, de abajo hacia arriba para asegurar esto.

Aquí están las condiciones para el éxito.

Pueden leerlas por su cuenta.

Pero yo diría que la más importante para mí fue trabajar dentro de las fuerzas del mercado de la situación.

Y eso aseguró que pudiéramos sacar esto adelante y tanto el propio interés de Kiribati como el de la comunidad internacional.

Y los dejo con una diapositiva final que es: ¿cómo lo expandimos? ¿Cómo cumplir el sueño de Sylvia? ¿Hacia dónde llevamos esto? Este es el Pacífico con grandes áreas protegidas y grandes zonas de conservación.

Y como pueden ver tenemos un mosaico a través de este océano.

Acabo de describir una historia de esa zona rectangular del medio, las Islas Fénix, pero cada parche verde de esos tiene su propia historia.

Lo que tenemos que hacer ahora es mirar al Océano Pacífico en su totalidad y hacer una red de áreas protegidas a través del Pacífico para que nuestro océano más grande esté protegido y sea autosuficiente en el tiempo.

Muchas gracias.

https://www.ted.com/talks/greg_stone_saving_the_ocean_one_island_at_a_time/

 

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