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Ian Dunbar sobre entrenamientos amistosos para los perros – Charla EG 2007

Charla «Ian Dunbar sobre entrenamientos amistosos para los perros» de EG 2007 en español.

En su charla para la conferencia EG 2007, el entrenador Ian Dunbar nos pide ver el mundo a través de los ojos de nuestros amados perros. Al conocer la perspectiva de nuestras mascotas, podemos conseguir su amor y confianza. Es un mensaje que resuena mucho más allá del mundo animal.

  • Autor/a de la charla: Ian Dunbar
  • Fecha de grabación: 2007-12-03
  • Fecha de publicación: 2008-08-21
  • Duración de «Ian Dunbar sobre entrenamientos amistosos para los perros»: 886 segundos

 

Traducción de «Ian Dunbar sobre entrenamientos amistosos para los perros» en español.

Los perros tienen gustos diferentes.

Les gusta olfatearse unos a otros y perseguir ardillas.

Si no convertimos eso en recompensas durante el entrenamiento, se convertirán en distracciones.

Siempre me ha parecido sorprendente que ves a un perro en el parque y su dueño lo llama y el dueño le dice: «ven, ven».

el perro piensa: «Hmm,

¿Qué haré?

Estoy olfateando el trasero de este perro y mi dueño me llama.

Es una decisión difícil.

¿No es cierto?

Trasero, dueño…

Y el trasero siempre gana.

Esto quiere decir que tu pierdes.

No se puede competir contra el ambiente si tienes el cerebro de un perro adolescente.

Así que en los entrenamientos buscamos pensar desde el punto de vista del perro.

Estoy aquí en principalmente porque hay diferencias en torno al entrenamiento de perros…

Por un lado hay quien piensa que puede entrenarse a un perro Uno: Diseñando reglas, reglas humanas.

Que no toman en cuenta el punto de vista del perro.

Así que el dueño dice: «Vas a hacer esto, a fuerza.

no importa si quieres o no, te voy a someter».

Dos: Haciendo de las reglas un misterio para el perro.

Y tres: Ahora podemos castigar al perro por romper las reglas que ni siquiera conoce.

Así que te haces de un cachorro…

y su único crimen es crecer.

Cuando es un cachorro te sube las patas en tu pierna…

¿no es genial?

Y le dices: «¡Muy bien!».

Te inclinas y lo acaricias…

es decir: Lo recompensas por brincar.

Su error es que es un mastín gigantesco y pocos meses después cuando anda por los 40 kilos Cada vez que brinca recibe toda clase de maltratos.

De verdad es terrible el maltrato hacia los perros.

Lo que me recuerda este asunto de la dominancia, en que se caricaturiza un sistema social muy complejo.

Los perros toman todo esto muy en serio.

Los machos son muy serios respecto a las jerarquías porque evitan las peleas.

Claro que las hembras tienen varias enmiendas al esta jerarquía.

La primera es: «Yo lo tengo y tú no».

Lo que encontramos es que una perra de muy bajo rango puede quitarle fácilmente un hueso a un perro de mayor rango.

Así que metemos esta noción de dominancia en el entrenamiento «El perro alfa»…

Estoy seguro que han oído de esto.

Los perros son tan maltratados.

Perros, caballos y humanos…

estas son las tres especies que son más maltratadas.

Y la razón es parte de su naturaleza de siempre regresar y pedir perdón.

Algo así como «Lamento que me hayas pegado.

Lo siento de verdad.

Es mi culpa».

Es tan fácil maltratarlos.

Y por eso es que reciben las golpizas.

El pobre cachorro brinca y brinca y si abres un manual de perros,

¿qué te dice?

«Agarra sus patas delanteras y apriétalas písale las patas traseras, aviéntale limón en la cara pégale en la cabeza con un periódico enrollado dale un rodillazo en el pecho, aviéntalo de espaldas».

¿Y todo esto porqué?

¿Porque creció?

¿Sólo porque hace lo que le enseñaste a hacer?

Es una locura.

Yo le pregunto a los dueños: «

¿Cómo quieres que tu perro te salude?

» Y contestan: «No se…

creo que sentado».

Y les digo: «Enseñémoslo a sentarse».

Y le damos una razón para sentarse.

Porque lo primero que hay que hacer es enseñarle al perro a entender español.

Podría decirles: «Laytay-chai, paisey, paisey».

Vamos.

¡Algo tienen que hacer!

¿Por qué no hacen nada?

¡Ah, es que no hablan Swahili! Pues tengo noticias para ustedes.

Los perros no hablan inglés, ni español ni francés.

Así que lo primero es enseñarle al perro a entender nuestro idioma a entender el español.

Y por es usamos alimento como recompensa y usamos alimento porque estamos tratando con dueños.

Mi esposa no necesita comida para entrenarnos…

Es mucho mejor entrenadora que yo Yo no necesito comida, pero el dueño promedio dice «Perro, siéntate».

O algo como: «Sentado, sentado, sentado».

Y por alguna razón señalan hacia el recto del perro como si el perro tuviera un tercer ojo ahí…

Le dicen: «Sentado, Sentado».

Nada…

«Perrito, Sentado» ¡Bravo! entendió como a la sexta o décima vez.

Y después vamos desaparecemos el alimento como recompensa y el perro ahora ya sabe que «sentado» significa sentarse.

y es entonces cuando podemos comunicarnos con el perro con oraciones en perfecto español.

«Fénix, ven.

Toma y ve con Jamie».

Porque le enseñamos: «Fénix», «ven», «toma», «ve con» y el nombre de mi hijo, «Jamie».

Y el perro puede entonces entender todo.

Y así, mi perro de búsqueda y rescate.

encontrará a Jamie donde quiera que esté, ya sea aventando piedras al río o donde sea y llevarle un pequeño mensaje que diga «La cena está lista.

Ven a cenar».

En este punto el perro sabe lo que queremos que haga.

¿Lo va a hacer?

No necesariamente, no.

Como dije antes; si está en el parque y hay un trasero que olfatear

¿por qué regresar con su amo?

El perro vive contigo.

El perro puede verte cuando quiera.

El perro puede oler tu trasero, si lo dejas, cuando él lo quiera.

Pero ahora está en el parque y estás compitiendo contra los olores y otros perros y las ardillas.

Así que la segunda parte del entrenamiento es hacer que el perro quiera hacer lo que nosotros queremos que haga.

Y esto último es muy sencillo.

Usamos el principio de Premack.

Básicamente después de una conducta de baja frecuencia, una que el perro no quiera hacer, permitimos o le damos una de alta frecuencia, a veces conocida como «problema» o «pasatiempo», algo que al perro le guste mucho hacer.

Esto se convertirá en la recompensa por la conducta de baja frecuencia.

Le decimos: «sentado», en el sofá.

«sentado» y sobamos su panza.

«sentado».

y tiro una pelota de tenis, «sentado», y entonces saluda a otro perro.

Y es aquí donde ponemos la orden «huele trasero» en la cadena.

«Sentado», «huele trasero».

Ahora todas esas distracciones en contra del entrenamiento se convierten en recompensas que refuerza el entrenamiento.

En esencia lo que hacemos es enseñar al perro…

haciéndole creer …que el perro nos está entrenando a nosotros.

Imagínense a este perro, hablando por la reja con un Akita, «¡Oye! Entrenar a estos amos es super fácil.

Son como Labradores.

Solo me siento y ellos hacen todo.

Abren puertas, manejan mi auto, me dan masajes me tiran pelotas de tenis, me cocinan y me dan de comer.

Es como si al sentarme, les diera una orden.

Y de inmediato tengo a mi portero personal chofer, masajista, chef y mesero».

Y ahora el perro es realmente feliz.

Y esto es lo que un entrenamiento siempre debería ser.

Cuando realmente motivamos al perro a querer hacer las cosas de manera que la necesidad de castigo rara vez se presente.

Vamos entonces a la fase tres, donde…

hay veces en que el Jefe manda.

Tengo una placa en el refrigerador que dice, «El Jefe siempre tiene la razón» «Soy el Jefe y tu no.

Sentado».

Así de simple, no más explicaciones Y ocasiones…

por ejemplo en que los amigos de mi hijo dejan la puerta abierta Y los perros deben saber que no deben salir de casa.

Es cuestión de vida o muerte.

Si sales de aquí, de la santidad de tu casa te pueden atropellar en la calle.

Así que hay cosas el perro debe aprender.

«¡No debes hacer esto!».

Así que debemos imponernos pero sin usar la fuerza.

Y aquí las personas se confunden acerca de lo que es un castigo.

Creen que un castigo es algo horrible.

Apuesto a que muchos de ustedes piensan así,

¿no es cierto?

Piensan que es algo doloroso, atemorizante y horrible.

Pero no necesita serlo.

Hay varias definiciones de lo que es un castigo pero una definición, la más popular es: Un castigo es un estímulo que reduce la conducta de manera que sea menos probable que ocurra en el futuro.

No necesita ser un castigo desagradable, atemorizante o doloroso.

Y yo agregaría que si no necesita serlo, entonces no debiera serlo.

Trabajé con un perro muy peligroso hace casi un año este perro mandó al hospital a sus dos dueños, y también al cuñado…

y al hijo.

Y accedí a trabajar con este perro con la condición de que se quedaría en casa y que nunca lo sacarían a la calle.

A estas alturas el perro ya fue sacrificado, pero yo le dediqué mucho tiempo.

Mucha de la agresión sucedió alrededor de la cocina así que mientras estuve ahí…como en la cuarta visita…

trabajamos el «echado» en su tapete durante 4 horas Y estuvo así gracias a la calmada insistencia de su dueña.

Cuando el perro intentaba dejar el tapete ella le decía: «Rover, al tapete, al tapete, al tapete».

El perro rompió el «echado» 22 veces en cuatro horas y media mientras ella preparaba la cena porque en el pasado hubo mucha agresión relacionada con la comida.

Después los rompimientos del «echado» se redujeron más y más.

El castigo estaba funcionando.

El comportamiento problema iba desapareciendo.

Ella nunca alzó la voz.

Si lo hubiera hecho, habría recibido una mordida.

No es un buen perro al que gritarle.

Muchos de mis amigos entrenan animales enormes.

Osos pardos; por cierto, si alguna vez ven a un oso pardo en la tele o en películas, fue mi amigo el que lo entrenó.

Ballenas asesinas…

Me encanta eso porque agiliza tu mente.

¿Cómo vas a amonestar a un oso pardo?

«¡Muy mal, Muy mal!» ¡Buuuu! Si lo haces así, tu cabeza estaría volando a unos 100 metros.

Sería una locura.

Entonces

¿Qué hacemos?

Queremos hacerlo de una mejor manera.

Los perros merecen algo mejor.

Pero para mí la razón de todo esto tiene que ver con los perros y con cómo es que las personas entrenan a sus cachorros y ayudarles a darse cuenta de su terrible interacción y sus horrendas relaciones.

No sólo con su cachorro sino con el resto de la familia en la clase.

Mi favorita es una historia clásica relacionada con «ven».

Imaginen a alguien en el parque…

voy a tapar el micrófono porque no quiero despertarlos…

Allí está el dueño en el parque y su perro está por allá y le grita: «Rover, ven».

Rover, ven.

Rover, ven, ¡Que vengas maldito!».

Y el perro piensa, «No, no quiero».


(Risas)
Piénsenlo

¿Quién en su sano juicio pensaría que un perro se les va a acercar cuando le gritan de esa manera?

Al contrario, el perro piensa: «Conozco ese tono, ya se de qué se trata, cuando me he acercado, me han castigado».™ Me encontraba abordando un avión cuando pensé…

y esto fue determinante para mí, y se convirtió en los cimientos de mi trabajo, con todo esto del entrenamiento para cachorros…

la idea de enseñar de manera amorosa a los cachorros la de hacer que ellos quieran hacer lo que nosotros queremos que hagan, sin forzarlos.

Si se fijan, yo entreno a mi hijo como a un cachorro.

He aquí el momento trascendental: Estaba tomando un avión a Dallas.

y en segunda la fila iba un papá junto con un pequeño de unos cinco años que pateaba el respaldo de la silla.

«Johnny, no hagas eso».

Una patada, otra patada, otra patada.

«Johnny, no hagas eso».

Una patada, otra patada.

Y yo estaba parado con mi maleta.

Cuando el papá se agacha y lo toma de esta forma y le hace una cara horrible.

Hacer cara horrible es algo como esto: Miras directamente a los ojos al cachorro o al niño y le dices: «¡Qué te pasa! ¡Detente, detente, detente!» Y pensé para mí, «¡Dios mío!

¿Debo hacer algo?

» El niño perdió todo…

perdió a una de las dos personas en quien podía confiar y lo ha confundido para siempre Y pensé para mí «

¿Le diré a este idiota que pare?

» Entonces pensé, «Ian, no te metas en lo que no te importa.

Sigue caminando».

Llegué a la parte posterior del avión me senté y entonces me llegó un pensamiento.

Si hubiera agarrado así a un perro, le habría dicho unas cuantas verdades.


(Risas)
Si el tipo hubiera pateado a un perro le habría pegado.

Sin embargo, el hombre pateó al niño, sacudió al niño así y lo dejé pasar.

Y es que esto es de lo que se trata.

Estas técnicas para relacionarse son muy sencillas.

En cambio nosotros las complicamos…

somos superficiales al escoger una pareja escogemos pensando en: se viste bien, bonito cuerpo, simpática.

Como si compráramos un robot.

Y así nos metemos en una relación.

Todo es maravilloso por un año.

Y después un pequeño problema aparece.

Igual que un perro que ladra mucho.

El esposo no guarda su ropa, o la esposa siempre llega tarde.

Siempre hay algo

¿No?

Y entonces empieza.

Entramos en este círculo y nuestros propios comentarios.

Hay dos cosas que mencionar Cuando observamos a personas interactuando con animales u otras personas vemos que hay muy poca retroalimentación.

Es muy poco frecuente.

Y cuando hay, es mala y desagradable.

Se puede ver en las familias, especialmente entre esposos, o con los niños, o con los padres.

También se ve en el trabajo, del jefe al subordinado.

Como si fuera un placer ver en desgracia a otros…

como si disfrutáramos cuando las cosas le salen mal a la gente para poder quejarnos después, lamentarnos y criticar a otros.

Yo diría que esta es la debilidad más grande que tenemos.

Y en verdad lo es.

Damos por sentado todo lo bueno y nos quejamos y lamentamos por lo malo.

Pienso que estas habilidades deberían enseñarse…

ya sé, el cálculo es maravilloso.

Cuando niño, era un genio para el cálculo.

Ahora no me acuerdo de nada, pero cuando era niño era muy bueno.

La geometría es fantástica.

La mecánica cuántica…

todas son cosas realmente increíbles.

Pero no sirven para salvar matrimonios ni para criar niños.

Mi visión el futuro es, lo que quiero hacer con esto de los perros, es enseñar a la gente que es posible educar esposos.

Tal vez igual o más fácil que a un Rottweiler Es fácil educar a los hijos Lo único que hay que hacer es observarlos tomando muestras del comportamiento, digamos cada 5 minutos y preguntarse: «

¿Es bueno o malo?

» Si es bueno hay que decir: «Eso fue fantástico, gracias».

Esta es una técnica tan poderosa de adiestramiento que debería enseñarse en las escuelas.

Hablando de relaciones,

¿cómo se negocia?

¿Cómo negociar con tu amigo que quiere tu juguete?

O

¿Cómo prepararse para su primera relación?

o

¿Cómo rayos se cría a un niño?

Pensamos en cómo hacerlo…

y una noche ya embarazados y después estamos criando a lo más importante en la vida…

un bebé.

No, esto debería ser enseñado…

la buena manera de vivir, los buenos hábitos que son tan difíciles de romper como los malos hábitos.

Así que este es mi deseo para el futuro.

¡Rayos! Quería terminar exactamente a tiempo, pero me quedan, ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres, dos…

Muchas gracias.


(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/ian_dunbar_dog_friendly_dog_training/

 

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