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Johan Rockstrom: Dejemos que el ambiente guíe nuestro desarrollo – Charla TEDGlobal 2010

Charla «Johan Rockstrom: Dejemos que el ambiente guíe nuestro desarrollo» de TEDGlobal 2010 en español.

El crecimiento humano ha puesto a prueba los recursos de la Tierra, pero como Johan Rockstrom nos recuerda, nuestros avances también nos proporcionan la ciencia para reconocer esto y cambiar el comportamiento. Sus investigaciones han hallado nueve «límites planetarios» que nos pueden guiar en la protección de los muchos ecosistemas que se superponen en nuestro planeta.

  • Autor/a de la charla: Johan Rockstrom
  • Fecha de grabación: 2010-07-16
  • Fecha de publicación: 2010-08-31
  • Duración de «Johan Rockstrom: Dejemos que el ambiente guíe nuestro desarrollo»: 1090 segundos

 

Traducción de «Johan Rockstrom: Dejemos que el ambiente guíe nuestro desarrollo» en español.

Vivimos en un planeta dominado por humanos, que ejercen una presión sin precedentes en los sistemas terrestres.

Estas son malas noticias, y quizá les sorprenda, en parte son también buenas noticias.

Somos la primer generación, gracias a la ciencia, que sabe que podríamos estar socavando la estabilidad y la capacidad del planeta Tierra para sostener el desarrollo humano como lo conocemos.

También es una buena noticia, porque los riesgos planetarios que estamos enfrentando son tan grandes, que el negocio habitual no es una opción.

De hecho, estamos en una fase en la que es necesario un cambio transformador que abra la ventana a la innovación, a nuevas ideas y paradigmas.

Se trata de un viaje científico sobre los desafíos que enfrenta la Humanidad en la fase mundial de la sostenibilidad.

En este viaje me gustaría llevar, aparte de Uds, a una buena amiga una de las partes, siempre ausente cuando se trata de las negociaciones de cuestiones ambientales, una de las partes que se niega al compromiso…

la Tierra.

Así que pensé traerla conmigo hoy, al escenario, de contar con ella como testigo de un viaje extraordinario que nos recuerde humildemente el período de gracia que hemos tenido en los últimos 10.000 años.

Estas son las condiciones de vida en el planeta durante los últimos 100.000 años.

Es un período muy importante.

Esa es, más o menos, la mitad del tiempo que hemos sido humanos modernos en el planeta.

Hemos tenido, a grandes rasgos, las mismas habilidades que dieron lugar a las civilizaciones como las conocemos.

Estas son las condiciones ambientales en el planeta.

Aquí se usa como referencia la variabilidad de temperatura.

Fue un paseo ajetreado.

Hace 80.000 años, en una crisis, dejamos África; colonizamos Australia en otra crisis, hace 60 mil años; dejamos Asia por Europa, en otra crisis, hace 40.000 años; y luego ingresamos en la fase notablemente estable del Holoceno, el único período en toda la historia que conocemos del planeta, que pudo sostener el desarrollo humano.

Mil años en este período y abandonamos los patrones cazadores-recolectores.

Pasamos de ser un par de millones de personas a los 7.000 millones de hoy.

La cultura mesopotámica: inventamos la agricultura, domesticamos a los animales y las plantas.

Tenemos a los romanos, los griegos y la historia como la conocemos.

El único lugar, como lo conocemos, que puede sostener a la Humanidad.

El problema es que estamos exprimiendo a este pobre planeta; una explotación que, como presión principal, tiene al crecimiento demográfico, claro.

Pero esto no se trata sólo de números.

No se trata sólo de que somos 7.000 millones de personas en vías de ser 9.000 millones, también es una cuestión de equidad.

La mayoría de los impactos ambientales en el planeta han sido provocados por la minoría rica; el 20% que se subió al tren industrial a mediados del siglo XVIII.

La mayor parte del planeta, que aspira al desarrollo, que tiene derecho al desarrollo, aspira con ansias un estilo de vida insostenible, una presión trascendental.

La segunda presión sobre el planeta es, por supuesto, la agenda del clima, el gran tema, en el que la interpretación política de la ciencia es que sería suficiente estabilizar los gases de efecto invernadero en 450 ppm para evitar que el aumento de temperatura promedio supere los 2 grados para evitar el riesgo de desestabilización en la capa de hielo antártica occidental, conteniendo 6 metros…

de crecida del nivel, el riesgo de desestabilizar el casquete glaciar de Groenlandia, conteniendo otros 7 metros…

de crecida del nivel.

Uno quisiera que la presión climática encontrara un planeta fuerte, un planeta resistente, pero desafortunadamente la tercera presión es el deterioro del ecosistema.

Nunca hemos visto, en los últimos 50 años, un deterioro tan pronunciado de funciones y servicios del ecosistema planetario, siendo una de ellas la capacidad de regular el clima a largo plazo, en nuestros bosques, en la tierra y la biodiversidad.

La cuarta presión es la sorpresa, la noción y la evidencia de que tenemos que abandonar el viejo paradigma en que los ecosistemas se comportan linealmente, predeciblemente, de manera controlada en, por así decirlo, sistemas lineales, y que, de hecho, la sorpresa es universal, a medida que los sistemas vuelcan rápidamente, abruptamente, y a menudo de forma irreversible.

Esto, estimados amigos, representa una presión humana sobre el planeta de escala trascendental.

Podríamos, de hecho, haber entrado en una nueva era geológica, el Antropoceno en el que los humanos son el motor predominante del cambio a nivel planetario.

Ahora, como científico, ¿cuál es la evidencia de esto? Bueno, la evidencia es, por desgracia, amplia.

No es sólo dióxido de carbono que sigue este patrón de palo de hockey de cambio acelerado.

Uno puede tomar casi cualquier parámetro que importe para el bienestar humano…

el óxido nitroso, el metano, la deforestación, la sobrepesca, la degradación de las tierras, la pérdida de especies…

todos muestran el mismo patrón en los últimos 200 años.

Al mismo tiempo, se ramifican a mediados de los años 50, 10 años después de la segunda guerra mundial, mostrando muy claramente que la gran aceleración de la actividad humana comienza a mediados de los años 50.

Se ve, por primera vez, una huella a nivel mundial.

Y les puedo decir, uno entra en investigación disciplinaria de cada una de ellas, y encuentra algo de vital importancia; la conclusión de que podemos haber llegado hasta el punto en que tenemos que revertir las curvas, en que podríamos haber entrado en la década más desafiante y emocionante en la historia de la humanidad en el planeta, la década en la que tenemos que revertir las curvas.

Y como si esto no fuera suficiente, revertir las curvas y entender la presión acelerada sobre el planeta, además tenemos que reconocer el hecho de que los sistemas tienen múltiples estados estables separados por umbrales…

ilustrado aquí en este diagrama de bola y cuenca, donde la profundidad de la cuenca es la capacidad de recuperación del sistema.

Ahora bien, el sistema gradualmente…

bajo la presión del cambio climático, la erosión, la pérdida de biodiversidad…

pierde la profundidad de la cuenca, la capacidad de recuperación, pero parece estar saludable y, de repente, bajo un umbral parece volcarse.

¡Puff! Lo siento.

Cambia el estado y, literalmente, acaba en una situación no deseada en la que entra en acción una nueva lógica biofísica; nuevas especies toman el poder, el sistema se bloquea.

¿Tenemos evidencia de esto? Sí, los arrecifes de coral.

Biodiversos, bajos en nutrientes, los sistemas de coral fuertes bajo múltiples presiones de la sobrepesca, del turismo no sostenible, del cambio climático.

Un disparador y el sistema vuelca, pierde su capacidad de recuperación, toman el control los corales blandos y tenemos sistemas no deseados que no pueden sostener el desarrollo económico y social.

El Ártico, un sistema maravilloso, un bioma de regulación a nivel planetario, recibiendo golpe tras golpe del cambio climático, que parece estar en buen estado.

Ningún científico pudo predecir que en 2007, de repente, se podría cruzar el umbral.

El sistema, de pronto, de manera muy sorprendente, pierde de 30% a 40% de su capa de hielo estival.

Y el drama es, por supuesto, que cuando el sistema se comporta así, la lógica puede cambiar.

Puede quedar bloqueado en un estado no deseado, porque cambia de color, absorbe más energía, y el sistema puede quedar atorado.

Para mí, la mayor alerta roja para la Humanidad es que estamos en una situación precaria.

Al margen, saben que la única bandera roja que apareció aquí fue un submarino de un país sin nombre que plantó una bandera roja en la parte inferior del Ártico para poder controlar los recursos petrolíferos.

Ahora bien, si tenemos pruebas, cosa que ahora tenemos, los humedales, los bosques, [poco claro], las selvas tropicales, se comportan de esta forma no lineal.

Unos 30 científicos de todo el mundo se reunieron y se preguntaron por primera vez, «¿Tenemos que enviar al planeta al traste?» Por eso tenemos que preguntarnos: ¿estamos amenazando este extraordinario estado de Holoceno estable? ¿Estamos, de hecho, poniéndonos en una situación dónde nos acercamos demasiado a umbrales que podrían conducir a cambios nocivos y no deseados, por no decir catastróficos, para el desarrollo humano? Ya saben, uno no quiere estar allí.

De hecho, ni siquiera se permite estar donde está este señor, en las aguas espumosas, resbaladizas, del umbral.

De hecho, hay una cerca bastante corriente arriba de este umbral más allá del cual uno está en zona de peligro.

Y este es el nuevo paradigma al que arribamos hace dos, tres años, reconociendo que el viejo paradigma de tan solo analizar, empujar y predecir parámetros en el futuro, para reducir impactos ambientales, es algo del pasado.

Ahora tenemos que preguntarnos: ¿cuáles son los procesos ambientales más grandes que tenemos que administrar para mantenernos a salvo en el Holoceno? ¿Podríamos, incluso, gracias a los importantes avances en la ciencia de los sistemas terrestres, identificar los umbrales, los puntos donde podemos esperar un cambio no lineal? ¿Podríamos definir, incluso, un límite planetario, una cerca, en el cual tener entonces un espacio operativo seguro para la Humanidad? Este trabajo, publicado en «Nature» a fines de 2009, después de varios años de análisis, condujo a la propuesta final, de que sólo podemos encontrar 9 límites planetarios con los que, bajo administración activa, nos permitirían tener un espacio operativo seguro.

Estos incluyen, por supuesto, al clima.

Quizá pueda sorprenderlos que no se trata sólo del clima.

Pero eso demuestra que estamos interconectados, entre muchos sistemas en el planeta, con los tres grandes sistemas: el cambio climático, el agotamiento del ozono estratosférico y la acidificación de los océanos; estando los tres grandes sistemas con pruebas científicas de umbrales a gran escala en el paleo-registro de la historia del planeta.

Pero también podemos incluir lo que llamamos las variables lentas, los sistemas que, por lo bajo, regulan y amortiguan la capacidad de resistencia del planeta…

la interferencia de los grandes ciclos de nitrógeno y fósforo del planeta, el cambio de uso de la tierra, la tasa de pérdida de biodiversidad, el uso de agua dulce, las funciones que regulan la biomasa del planeta, el secuestro de carbono, la diversidad.

Y luego tenemos dos parámetros que no hemos sido capaces de cuantificar…

la contaminación del aire, incluyendo los gases causantes del calentamiento, y los sulfatos y nitratos contaminantes pero también la contaminación química.

Juntos forman un todo integrado para guiar al desarrollo humano por el Antropoceno, comprendiendo que el planeta es un sistema complejo auto-regulado.

De hecho, la mayoría de la evidencia indica que estos 9 se pueden comportar como 3 mosqueteros: «Uno para todos y todos para uno».

Si uno degrada los bosques, sobrepasa los límites de la tierra, socava la capacidad del sistema climático para permanecer estable.

El drama es que aquí, de hecho, puede mostrar que el desafío climático es el más fácil si uno considera el conjunto del desafío del desarrollo sostenible.

Esto es el equivalente del Big Bang para el desarrollo humano dentro del espacio operativo seguro de los límites planetarios.

Lo que se ve aquí en la línea negra es el espacio operativo seguro, los límites cuantitativos, según lo sugerido por este análisis.

El punto amarillo de aquí en el medio es nuestro punto de partida, el punto pre-industrial, en el que estamos muy seguros en el espacio operativo seguro.

En los años 50 comenzamos la ramificación.

En los años 60, ya con la revolución verde y el proceso de Haber-Bosch de fijar el nitrógeno de la atmósfera…

ya saben, los humanos hoy tomamos más nitrógeno de la atmósfera que lo que toda la biósfera hace naturalmente en su conjunto.

No rebasamos el límite climático hasta los años 90, en realidad, justo después de Rio.

Y hoy estamos en la situación en la que estimamos que hemos rebasado 3 límites, la tasa de pérdida de biodiversidad, que es el sexto período de extinción en la historia de la Humanidad, siendo una de ellas la extinción de los dinosaurios…

el nitrógeno y el cambio climático.

Pero aún tenemos algunos grados de libertad en los otros, pero estamos acercándonos rápidamente en tierra, agua, fósforo y los océanos.

Pero esto da un nuevo paradigma para guiar a la Humanidad para iluminar, hasta ahora, a vehículos industriales sobrealimentados que funcionan como si estuviésemos en una carretera oscura y recta.

Ahora la pregunta entonces es: ¿cuán pesimista es esto? ¿Es entonces una utopía el desarrollo sostenible? Bueno, no hay ninguna ciencia que sugerir.

De hecho, hay una amplia ciencia que indica que podemos hacer este cambio transformador, que tenemos la capacidad para avanzar ahora hacia un nuevo e innovador engranaje de transformación a través de las escalas.

El drama es, por supuesto, que 200 países del planeta tienen que moverse en simultaneo en la misma dirección.

Pero esto cambia radicalmente nuestro paradigma de gobierno y gestión desde el actual que es de pensamiento, comando y control lineales, que mira la eficiencia y la optimización hacia uno mucho más flexible un enfoque mucho más adaptable en el que reconocemos esa redundancia, tanto en los sistemas sociales como en los ambientales, es clave para poder hacer frente a una época turbulenta de cambio global.

Tenemos que invertir en la persistencia, en la capacidad de los sistemas sociales y ecológicos para resistir los choques y permanecer en la cuenca deseada.

Tenemos que invertir en la capacidad de transformación, pasando de la crisis a la innovación, y en la capacidad de levantarse después de una crisis, y, por supuesto, de adaptarse al cambio inevitable.

Este es un paradigma nuevo.

No lo estamos haciendo en cualquier escala de gobernanza.

¿Pero está sucediendo en cualquier lugar? ¿Tenemos ejemplos de éxito de este cambio mental aplicado a nivel local? Bueno, sí, de hecho los tenemos y la lista puede comenzar a ser cada vez más larga.

Hay buenas noticias aquí, por ejemplo, en América Latina donde los sistemas de cultivo a base de arado de los años 50 y 60 llevaron a la agricultura a un callejón sin salida, con rendimientos cada vez más bajos, degradando la materia orgánica con problemas fundamentales en los medios de subsistencia en Paraguay, Uruguay y en varios países, Brasil, favoreciendo la innovación y el espíritu empresarial entre los agricultores en colaboración con los científicos en una revolución agrícola de los sistemas de labranza cero combinada con la cría de mantillo con tecnologías adaptadas a nivel local, que hoy, por ejemplo, en algunos países, han dado lugar a un fuerte aumento en el área bajo mantillo, cultivo de labranza cero que no sólo produce más alimento sino que además secuestra carbono.

La Gran Barrera de Coral de Australia es otro caso de éxito.

Con la comprensión de los operadores turísticos, los pescadores, la autoridad australiana de la Gran Barrera y los científicos de que la Gran Barrera de Coral está condenada bajo el régimen de gobierno actual.

El cambio global, la cultura de embellecimiento [poco claro] la sobrepesca y el turismo no sostenible, todo junto, poniendo a este sistema en la consecución de una crisis.

Pero la ventana de oportunidad fue la innovación y la nueva mentalidad, que hoy ha dado lugar a una estrategia de gobierno completamente nueva para aumentar la capacidad de recuperación, reconocer la redundancia e invertir en el sistema entero como un todo integrado, y luego permitir mucha más redundancia en el sistema.

Suecia, el país del que procedo, tiene otros ejemplos, donde los humedales en el sur de Suecia eran vistos como…

como en muchos países…

molestias contaminadas propensas a inundaciones en las regiones periurbanas.

Pero una vez más, una crisis, nuevas asociaciones, actores a nivel local, transformando estas regiones en un componente clave de la planificación urbana sostenible.

Así, las crisis propician oportunidades.

Ahora, ¿qué hay del futuro? Bueno, el futuro, por supuesto, tiene un enorme reto, que es alimentar a un mundo de 9.000 millones de personas.

Necesitamos nada menos que una nueva revolución verde, y los límites del planeta muestran que la agricultura tiene que ir de una fuente de gases de efecto invernadero a un lavadero.

Tiene que hacer esto básicamente en la tierra actual.

Ya no podemos expandirnos más porque eso erosiona los límites planetarios.

No podemos continuar consumiendo agua como lo hacemos hoy con el 25% de los ríos del mundo que ni siquiera llegan al océano.

Y necesitamos una transformación.

Bueno, interesante, y en base a mi trabajo y el de otros en África, por ejemplo, hemos demostrado que incluso los sistemas agrícolas pluviales más vulnerables, de pequeña escala, con innovaciones e irrigación suplementaria para superar las rachas secas y las sequías, sistemas de saneamiento sustentables para cerrar el ciclo de nutrientes desde los retretes de nuevo a los campos agrícolas, e innovaciones en los sistemas de labranza, podemos triplicar y cuadruplicar los niveles de rendimiento de la tierra actual.

Elinor Ostrom, la última premio Nobel de economía, muestra en forma clara y empíricamente en todo el mundo que podemos gobernar los bienes comunes si invertimos en asociaciones locales de confianza, basadas en la acción y en innovaciones institucionales que atraviesen escalas en las que los actores locales, juntos, puedan hacer frente a los bienes comunes globales a gran escala.

Pero incluso en el área de política dura tenemos innovaciones.

Sabemos que tenemos que pasar de nuestra dependencia de fósiles muy rápidamente a una economía de bajas emisiones de carbono en tiempo récord.

Y ¿qué haremos? Todo el mundo habla de impuestos sobre el carbono, no va a funcionar, los esquemas de emisión, pero por ejemplo, una medida política, primas en las tarifas en el sistema energético, que ya se aplican desde China con los sistemas de energía eólica marina, hasta los EE.UU.

donde dan precio garantizado para la inversión en energías renovables, pero se puede subsidiar la electricidad a los pobres.

Se saca a la gente de la pobreza.

Se resuelve el tema del clima con respecto al sector energético, y al mismo tiempo se estimula la innovación, ejemplos de cosas que se pueden escalar rápidamente a nivel planetario.

Así que, sin duda, hay oportunidad aquí, y podemos enumerar muchísimos ejemplos de oportunidades de transformación de todo el planeta.

La clave en cualquier caso, la línea roja, es el cambio de mentalidad, pasando de una situación en la que simplemente nos estamos empujando hacia un futuro oscuro en la que en vez de [poco claro] nuestro futuro decimos: «¿Cuál es el campo de juego en el planeta? ¿Cuáles son los límites planetarios dentro de los que se puede operar con seguridad?» Y luego regenerar innovaciones dentro de ellos.

Pero, por supuesto, el drama es que eso muestra claramente que el cambio incremental no es una opción.

Hay evidencia científica.

Nos dan noticias duras que nos enfrentamos al mayor desarrollo transformador desde la industrialización.

De hecho, lo que tenemos que hacer en los próximos 40 años es mucho más espectacular y más emocionante de lo que hicimos para pasar a la situación que estamos hoy.

La ciencia indica que sí, podemos lograr un futuro próspero dentro del espacio operativo seguro si nos movemos de forma simultánea, colaborando a nivel mundial, desde la escala local a la mundial en opciones de transformación, que aumenten la resiliencia en un planeta finito.

Gracias.

(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/johan_rockstrom_let_the_environment_guide_our_development/

 

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