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Introducción al ARTE INCA

Los orígenes del pueblo inca se remontan a las civilizaciones anteriores a los thihuanacos.

Las crónicas del imperio cuentan la historia de la familia Ayar, que emigró a Cuzco desde el norte, cuyo último sobreviviente alcanzó la condición de dios.

De hecho, es seguro decir que este imperio cubría más de 900.000 kilómetros cuadrados en la costa del Pacífico y que su primer jefe emperador, Manco Cápac, creó el sistema más avanzado de organización social y estatal en la América precolombina en el siglo XV.

Esta organización estatal, combinada con el establecimiento de una religión y un idioma oficiales, permitió la coexistencia pacífica de una gran diversidad de etnias sometidas a un gobierno central, que a su vez delegó el poder a las familias más importantes de cada pueblo.

Como en cualquier otro imperio de Occidente, usaron el arte como la máxima expresión de la expansión de su poder.

La función religiosa dio paso a la representativa y utilitaria, con obras más cercanas a la ingeniería que a las disciplinas artísticas.

Los testimonios más importantes de esta cultura se encuentran en la arquitectura monolítica y ornamentada, en la que demostraron tanto una técnica impecable como una gran frialdad expresiva.

También atribuyeron gran importancia a la industria metalúrgica, especialmente en la fabricación de armas, artesanía textil y cerámica. En este último, se dedicaron a pequeñas piezas y estatuas antropomórficas, en un estilo tan ascético como la arquitectura.

 

ARTE INCA

ARTE INCA

LA JOYERÍA INCA

La joyería Inca tenía un carácter funcional y ornamental. Se modelaron hojas de oro combinadas con otros metales, y con ellas, según las crónicas, además de moldear estatuas y joyas, se forró el interior de templos y palacios.

Se dio preferencia a los diseños geométricos, y en algunos casos, como en el caso de las cuchillas para decoración de interiores, las escenas se repitieron como en una imprenta.

Las estatuas de metal eran de un figurativismo muy estilizado, la cabeza era más valorada que el resto.

Los ojos, la nariz y la boca eran de gran tamaño. La superficie recibió un alto grado de acabado y pulido, reflejo de una técnica muy avanzada. Uno de los metales más apreciados por los objetos suntuosos era la plata.

La similitud de las piezas incaicas con las de los chimus no es una coincidencia, ya que era normal tomar artistas de estas personas para realizar obras para el emperador, o para el papel de maestros de los artistas locales.

Los famosos cuchillos de sacrificio están entre las piezas más apreciadas de la joyería Chimu.

 

LA CERÁMICA INCA

La cerámica incaica reveló un rasgo estricto de funcionalidad y diseño, basado en la fusión con obras de civilizaciones anteriores, como la de los Nazcas y los Chimus.

Limitados por este esquema, sin embargo, los ceramistas han tratado de imprimir un carácter individual a cada pieza, mediante el uso de colores atractivos y bordes geométricos cada vez más complejos.

Las formas básicas eran la urpu, una especie de jarra; el raqui, o jarro; las ollas de varios pies; y los puynos, utensilios-esculturas de grandes dimensiones.

Los incas también modelaron estatuas antropomórficas y keros, recipientes de madera decorados con escenas o figuras de animales.

Los motivos son en su mayoría discretos y puristas. Se evitó la exageración y la opulencia, así como la irregularidad o la asimetría.

Aunque ciertamente tenían una gran variedad de colores e incluso jugaban con las gamas más fuertes, utilizaban fondos neutros con predominio de los tonos tierra y ocres. Esto también se reflejó en los estampados de la tela.

 

ARQUITECTURA  INCA

El aspecto más notable de la arquitectura inca es la asombrosa destreza con la que esta gente ha llegado a trabajar con la piedra.

Por esta razón es posible encontrar tres tipos de construcción estrechamente relacionados con los géneros arquitectónicos.

Las obras civiles menores, las casas del pueblo y los almacenes de alimentos se construyeron con piedras irregulares; las fortalezas y torres, con piedras colosales; y los templos, palacios y edificios gubernamentales, con muros de piedra geométricos regulares, pulidos y encajados entre sí, sin mortero.

En la capital del imperio, Cuzco, se encontraban los dos edificios más significativos: el Cori-cancha, templo del Sol, y el Sacsahuamán, el lugar donde se experimentaba la deidad.

De ellos se extrajo el resto de la ciudad, ya que estaban en lugares estratégicos, como las fortalezas, que servían de protección. Los palacios y casas de los nobles en general tenían una planta cuadrada, y la de los edificios religiosos era circular.

Los Incas nunca construyeron pirámides, y las que se encuentran en su hábitat son anteriores a esta civilización.

Las ruinas de Machu Picchu siguen siendo un enigma para los arqueólogos e historiadores.

Descubierto en 1911, se cree que los españoles desconocían su ubicación. La construcción es muy similar a la de los Incas, pero anterior a ellos, que tal vez por eso mantuvieron el sitio en secreto como templos de vírgenes del Sol, hecho que se deduce por los cadáveres femeninos encontrados en las excavaciones.

Su aspecto más relevante es la completa fusión entre las formas arquitectónicas y orográficas de la montaña.

 

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