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Antonio Damasio: La búsqueda por comprender la conciencia – Charla TED2011

Charla «Antonio Damasio: La búsqueda por comprender la conciencia» de TED2011 en español.

Cada mañana al despertar recobramos la conciencia, lo cual es un hecho maravilloso; pero ¿qué recuperamos exactamente? El neurocientífico Antonio Damasio emplea esta pregunta sencilla para mostrarnos cómo el cerebro crea la sensación de sí mismo.

  • Autor/a de la charla: Antonio Damasio
  • Fecha de grabación: 2011-03-02
  • Fecha de publicación: 2011-12-19
  • Duración de «Antonio Damasio: La búsqueda por comprender la conciencia»: 1122 segundos

 

Traducción de «Antonio Damasio: La búsqueda por comprender la conciencia» en español.

Estoy aquí para hablar de la maravilla y el misterio de la mente consciente.

Lo maravilloso es el hecho que al despertar esta mañana recuperamos asombrosamente nuestra mente consciente.

Recuperamos la mente bajo una completa sensación de ser y una sensación de existencia propia, pero casi nunca nos detenemos a contemplar esta maravilla.

Deberíamos hacerlo, en realidad, porque sin la posibilidad de una mente consciente, no tendríamos ningún conocimiento acerca de nuestra humanidad; no tendríamos ningún conocimiento acerca del mundo.

No tendríamos dolores, pero tampoco alegrías.

No accederíamos al amor o a la capacidad de crear.

Y por supuesto, como dijo Scott Fitzgerald: “Quien descubrió la conciencia cometió un pecado mortal.” Pero él también olvidó que sin conciencia no habría acceso a la verdadera felicidad, e incluso, a la posibilidad de trascender.

Hasta aquí lo maravilloso, ahora el misterio.

Este es un misterio que ha sido extremadamente difícil de elucidar.

Desde los comienzos de la filosofía y sin duda, a lo largo de la historia de la neurociencia, éste ha sido un misterio que siempre se ha resistido a la elucidación, y ha planteado grandes controversias.

E incluso hay muchos que piensan que no deberíamos tocarlo; deberíamos dejarlo como está, que no será resuelto.

Yo no lo creo, y creo que las circunstancias están cambiando.

Sería ridículo afirmar que sabemos cómo se crea la conciencia en nuestros cerebros, pero desde luego, podemos comenzar planteando la cuestión y empezar a ver el desarrollo de una solución.

Y otra maravilla para celebrar es que tenemos tecnologías de imagen que nos permiten entrar al cerebro humano, y acceder, por ejemplo, a lo que ven en este momento.

Estas son imágenes del laboratorio Hanna Damasio, donde se muestra la reconstrucción de un cerebro vivo.

Y esa persona está viva.

Ese no es el estudio de una autopsia.

E incluso lo que les mostraré a continuación, es algo que puede sorprenderlos realmente, y que va por debajo de la superficie cerebral, e incluso observando en el cerebro vivo, las conexiones, las vías reales.

De modo que esas líneas coloreadas corresponden a grupos de axones, las fibras que unen los cuerpos celulares en las sinapsis.

Y disculpen por decepcionarlos, éstas no son de colores.

Sea como fuere, ellas están allí.

Los colores sirven para indicar la dirección, si va de atrás a adelante o viceversa.

De todos modos, ¿qué es la conciencia? ¿Qué es una mente consciente? Y a primera vista, podríamos decir que es aquello que perdemos al caer en un sueño profundo sin sueños, o bajo anestesia; Y es aquello que recobramos al despertarnos o tras los efectos de la anestesia.

Pero ¿qué es aquello que perdemos precisamente bajo anestesia, o en estado de sueño profundo sin sueños? Bueno, en primer lugar, es una mente, lo que significa que es un flujo de imágenes mentales.

Y por supuesto considerar las imágenes como patrones sensoriales.

En este caso, las imágenes son visuales, en relación al escenario y a mí, o imágenes auditivas, en relación a mis palabras.

Ese flujo de imágenes mentales es la mente.

Pero hay algo más que experimentamos en este recinto.

No somos exhibidores pasivos de imágenes visuales, auditivas o táctiles.

Todos tenemos un sí mismo.

Tenemos un yo que está presente involuntariamente en nuestras mentes en este momento.

Somos dueños de nuestras mentes.

Y tenemos la sensación de que cada uno de nosotros está experimentando esto, y no la persona sentada a su lado.

Así que para tener una mente consciente, tendrán un sí mismo dentro de la mente consciente.

Por lo tanto, una mente consciente es una mente con un sí mismo en ella.

El sí mismo introduce la perspectiva subjetiva en la mente, y somos completamente conscientes cuando el sí mismo viene a la mente.

Entonces lo que necesitamos saber para abordar este misterio es, en primer lugar, cómo la mente se une al cerebro y segundo, cómo se construye el sí mismo.

Pues bien, el primer problema es relativamente sencillo, pero es algo que se ha abordado progresivamente en neurociencia.

Y está bien claro que para constituir la mente, es necesario construir mapas neuronales.

Así, imaginen una cuadrícula como la que muestro, e imaginen en esa cuadrícula una hoja de dos dimensiones; imaginen neuronas.

Una presentación, si se quiere, una cartelera digital, con elementos que pueden iluminarse o no.

Y de acuerdo a cómo creen el patrón de iluminación o no, los elementos digitales, o en ese caso, las neuronas en la hoja, podrán construir un mapa.

Esto que les muestro es, por supuesto, un mapa visual pero se aplica a todo tipo de mapa, por ejemplo, auditivos, en relación a las frecuencias de sonido, o los mapas construidos con la piel, cuando se palpa un objeto.

Para entender lo cercana que es la relación entre la cuadrícula de neuronas y la disposición topográfica de la actividad neuronal y nuestra experiencia mental, les contaré una experiencia personal.

Si cubro mi ojo izquierdo- hablo de mí y no de ninguno de Uds.-, si cubro mi ojo izquierdo, y miro una cuadrícula, similar a las que les estoy mostrando; todo esta bien, correcto, y perpendicular.

Pero hace algún tiempo descubrí que si cubro mi ojo izquierdo, lo que veo es esto.

Veo una deformación en el borde del área central izquierda.

Muy extraño; lo he analizado durante un tiempo.

Pero hace algún tiempo, mediante la ayuda de una colega oftalmóloga, Carmen Puliafito, quien desarrolló un escáner láser de la retina, hallé lo siguiente.

Si escaneo mi retina mediante un plano horizontal como el que se ve allí en el rincón, lo que se obtiene es lo siguiente.

En el lado derecho, mi retina es perfectamente simétrica.

Observen la bajada hacia la fóvea, que es donde comienza el nervio óptico.

Pero en mi retina izquierda hay un bulto, señalado por la fecha roja.

Corresponde a un pequeño quiste alojado por debajo.

Y es eso exactamente lo que causa la deformación de mi visión.

Piensen en esto: tienen una cuadrícula de neuronas, y se produce un cambio mecánico plano en la posición de la cuadrícula, y se obtiene una deformación de su experiencia mental.

Esta es la relación entre su experiencia mental y la actividad de las neuronas en la retina, que es la parte del cerebro localizado en el globo ocular, o en este caso, una capa de la corteza visual.

Entonces, se va desde la retina hacia la corteza visual.

Y por supuesto, el cerebro añade mucha información respecto a las señales que provienen de la retina.

Y en aquella imagen, ven una variedad de islas, las que llamo región de creación de imágenes en el cerebro.

El área verde, por ejemplo, corresponde a la información táctil, y la azul a la información auditiva.

Y otra cosa que sucede es que, aquella región de creación de imágenes, donde está el trazado de estos mapas neuronales, puede proveer de señales a este océano púrpura que se observa alrededor, que es la corteza de asociación, y es donde se puede archivar lo que sucedió en las islas de creación de imágenes.

Y la verdadera belleza es que se puede pasar de la memoria, de aquellas cortezas de asociación, y reproducir imágenes en las mismas regiones que tienen percepción.

Piensen en lo maravillosamente práctico y perezoso que es el cerebro.

Así, contempla áreas de percepción y de creación de imágenes.

Y aquellas serán exactamente las que se utilizarán para la creación de imágenes cuando recordamos información.

Entonces, de esta manera, el misterio de la mente consciente se reduce un poco, porque tenemos un conocimiento general de cómo creamos esas imágenes Pero ¿qué sucede con el sí mismo? El sí mismo es realmente difícil de aprehender.

Y durante mucho tiempo, la gente ni quería abordarlo, porque planteaban: “Cómo se puede tener este punto de referencia, que se requiere para mantener una continuidad del sí mismo día tras día.” Y encontré una solución a este problema.

Y es la siguiente.

Creamos mapas cerebrales del interior del cuerpo y los utilizamos como referencia para los otros mapas Y permítanme contarles cómo llegué a esto.

Y lo logré porque, si tenemo una referencia que conocemos como sí mismo, el mí, el yo en nuestro procesamiento, necesitamos que sea estable, que no presente muchas desviaciones día a día.

Pues sucede que tenemos un único cuerpo.

Un cuerpo solo, no dos ni tres.

Y ese es el comienzo.

El cuerpo es justamente un punto de referencia.

Pero el cuerpo, desde luego, posee muchos miembros, que crecen a ritmos diferentes, tienen diferentes tamaños y personas diferentes; sin embargo, no sucede lo mismo con el interior.

Con aquellos elementos relacionados a lo que se conoce como nuestro medio interno.

Por ejemplo, la gestión integral de los compuestos químicos internos del cuerpo, son de hecho mantenidos intensamente, día tras día, por una muy buena razón.

Si se desvían demasiado en los parámetros cercanos a la media, en base al rango de supervivencia que permite la vida, se producirá la enfermedad o la muerte.

Así que tenemos un sistema incorporado en nuestras vidas que asegura cierto tipo de continuidad.

Algo así como una casi infinita uniformidad día tras día.

Porque si no existe esa uniformidad fisiológica, nos enfermamos o morimos.

Y hay un elemento más para esta continuidad.

Y es que existe un acoplamiento estrecho entre la regulación de nuestro cuerpo en el cerebro y el cuerpo en sí; a diferencia de otro acoplamiento.

Por ejemplo, estoy creando imágenes de Uds., pero no existe ningún vínculo fisiológico entre las imágenes de Uds.como audiencia y mi cerebro.

Sin embargo, existe un vínculo estrecho y sostenido permanentemente entre el cuerpo regulando partes de mi cerebro y mi propio cuerpo.

Así es cómo se ve.

Observen el área.

El tronco encefálico se encuentra entre la corteza cerebral y la médula espinal.

Y esa región que ahora les marcaré, es el alojamiento de todos los dispositivos reguladores de la vida del cuerpo.

Y es muy especifico, por ejemplo, si observan el área en rojo, en la parte superior del tronco cerebral, si se produce un daño, como un accidente cerebrovascular, el resultado es un coma o estado vegetativo, un estado en el cual, por supuesto, su mente desaparece; desaparece su conciencia.

Lo que sucede en realidad, es que se pierde la base del sí mismo, ya no tendrán acceso a ninguna sensación de su existencia, y de hecho pueden sucederse imágenes formadas en la corteza cerebral, pero no sabrán que están allí.

En efecto, han perdido la conciencia si se ha dañado la sección roja del tronco encefálico.

Pero si consideramos la región verde del tronco encefálico, no sucede lo mismo.

Eso es muy especifico.

Así, en el segmento verde del tronco encefálico, cuando se daña, y sucede frecuentemente, lo que se produce es una parálisis completa, pero se mantiene la mente consciente.

Uds.

sienten, que existe una mente completamente consciente, de la que pueden dar cuenta muy indirectamente.

Esta es una afección espantosa, no desearían verla.

Y las personas están realmente encarceladas dentro de sus cuerpos, pero poseen su mente.

Hubo una película muy interesante, una de las pocas bien hechas sobre un caso similar a éste, de Julian Schnabel, acerca de un paciente con esa afección.

Les mostraré una foto.

Prometo no decir nada a no ser que les asuste.

Sólo especificar que en la sección roja del tronco encefálico, hay, y para simplificar, pequeños cuadrados que corresponden a los módulos que en realidad forman los mapas cerebrales de los diferentes aspectos de nuestro interior, de las diferentes partes de nuestro cuerpo, Son exquisitamente topográficos y están exquisitamente interconectados en un patrón recurrente.

Y es gracias a esto y a este estrecho acoplamiento, entre el tronco encefálico y el cuerpo, que, podría equivocarme, aunque no lo creo, se genera este mapeo corporal que provee de base al sí mismo bajo la forma de sensaciones, los sentimientos primordiales, por cierto.

Entonces ¿qué es esa foto que vemos allí? Observen “la corteza cerebral” y “el tronco encefálico”, observen “el cuerpo”, y obtendrán la interconexión, mediante la cual el tronco encefálico provee de base al sí mismo, en una estrecha interconexión con el cuerpo.

Y tenemos la corteza cerebral proporcionando el gran espectáculo de nuestras mentes con la exuberancia de imágenes, que son en realidad, el contenido de nuestras mentes, y a lo que normalmente le prestamos más atención, y deberíamos, porque verdaderamente es la película que se ve en nuestras mentes.

Pero observen las flechas.

No están allí por casualidad.

Están allí porque hay una interacción muy estrecha.

No tendrán una mente consciente si no tienen esa interacción entre la corteza cerebral y el tronco encefálico.

No tendrán una mente consciente si no tienen la interacción entre el tronco encefálico y el cuerpo.

Otra cosa interesante es que el tronco encefálico también lo compartimos con otras especies.

Es así que en los vertebrados, el diseño del cerebro es muy similar al nuestro, y ese es uno de los motivos por el cual otras especies tienen una mente consciente como la nuestra.

No tan rica como la nuestra, porque no poseen nuestra corteza cerebral.

Allí radica la diferencia.

Y estoy en total desacuerdo con la idea de que la conciencia sea considerada como el gran producto de la corteza cerebral.

Es la riqueza de nuestra mente, y no el hecho de que tengamos un sí mismo al que podamos referirnos sobre nuestra propia existencia, y esa sensación de ser persona.

Ahora, existen tres niveles de sí mismo: el proto-yo, el yo-central y el yo- autobiográfico.

Los dos primeros son compartidos con muchas especies y son producidos en gran medida por el tronco encefálico y todo lo que derive de la corteza en esas especies.

Es el yo-autobiográfico el que poseen algunas especies, creo.

Cetáceos y primates poseen un yo-autobiográfico hasta cierto punto.

Y los perros domésticos tienen en cierto modo también, un yo-autobiográfico.

Pero la novedad esta aquí.

El yo-autobiográfico se construye sobre la base de los recuerdos del pasado y de los recuerdos de los planes que hemos hecho; es la vida pasada y el futuro proyectado.

Y el yo-autobiográfico ha provocado la memoria ampliada, el razonamiento, la imaginación, la creatividad y el lenguaje.

Y de ellos han salido los instrumentos de la cultura: la religión, la justicia, el comercio, las artes, la ciencia, la tecnología.

Y es dentro de esa cultura que podemos lograr, y ese es el descubrimiento, algo que no está establecido biológicamente por completo.

Está desarrollado en las culturas.

Lo desarrollan los seres humanos en colectivo.

Y ésta es, por supuesto, la cultura en la que hemos desarrollado algo que denomino la regulación socio-cultural.

Y por último, podrían acertadamente preguntar, ¿qué importa esto? ¿Qué importa si lo primordial es el tronco cerebral o la corteza cerebral y cómo están formados? Tres razones.

La primera, la curiosidad.

Los primates son extremadamente curiosos y los humanos más que ninguno.

Y si nos interesa, por ejemplo, el hecho de que la antigravedad aleja galaxias de la Tierra, ¿Por qué no vamos a estar interesados en lo que sucede en el interior de los seres humanos? Segundo, comprender la sociedad y la cultura.

Pero debemos considerar cómo la sociedad y la cultura, en esta regulación socio-cultural, es una labor que continúa.

Y finalmente, la medicina.

No olvidemos que algunas de las peores enfermedades de la humanidad son la depresión, Alzheimer, y la adicción a las drogas.

Piensen en un accidente cerebrovascular que puede desbastar la mente o dejarlos inconscientes.

No hay oración que trate esas enfermedades de manera efectiva y tampoco de manera imprevista si no se sabe cómo funciona.

Así que es una muy buena razón, mas allá de la curiosidad, para justificar lo que hacemos y justificar el interés por saber lo que sucede en nuestros cerebros.

Gracias por su atención.

(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/antonio_damasio_the_quest_to_understand_consciousness/

 

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