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Eric Dishman: Eliminar la Asistencia Médica del sistema central – Charla TEDMED 2009

Charla «Eric Dishman: Eliminar la Asistencia Médica del sistema central» de TEDMED 2009 en español.

En TEDMED, Eric Dishman presenta un atrevido argumento: El sistema de asistencia médica estadounidense es como la informática de finales de los 59; conexiones a enormes sistemas centrales: hospitales, médicos, residencias de ancianos. A medida que aumenta la población en la tercera edad, Dishman asegura que es imperativo crear un sistema de asistencia médica personal, conectada y a domicilio.

  • Autor/a de la charla: Eric Dishman
  • Fecha de grabación: 2009-11-11
  • Fecha de publicación: 2010-03-16
  • Duración de «Eric Dishman: Eliminar la Asistencia Médica del sistema central»: 1001 segundos

 

Traducción de «Eric Dishman: Eliminar la Asistencia Médica del sistema central» en español.

Si pensamos en el teléfono, e Intel ha investigado muchas de las cosas que voy a mostrárles en los últimos 10 años en unas 600 viviendas de personas mayores, 300 en Irlanda y 300 en Portland, intentando comprender cómo medir y seguir comportamientos de un módo médicamente significativo.

Y si pensamos en el teléfono, por ejemplo, es algo que podemos utilizar de maneras increíbles para ayudar a la gente a que tome la medicación correcta en el momento indicado.

Estamos probando este tipo de tecnologías de redes de sensores por la casa para que cualquier teléfono con el que un anciano ya esté familiarizado pueda ayudarle a controlar su medicación.

Y lo que hacen es que descuelgan el teléfono y nuestro sistema les susurra al oído la pastilla que deben tomarse, mientras fingen que hablan con un amigo.

Y no se sienten avergonzados por un carrito de medicinas que guardan en la cocina y que dice: «Soy viejo.

Soy débil».

Es una tecnología muy discreta que les ayuda a realizar la tarea simple de tomar la pastilla correcta en el momento indicado.

Ahora bien, también podemos hacer cosas increíbles con estos teléfonos.

Cada vez que uno descuelga el teléfono se produce una prueba cognitiva.

Vamos a verlo, ¿de acuerdo? Voy a descolgar el teléfono de tres formas distintas.

«¿Diga? ¡Hola!» ¿Vale?, esa es la primera.

«¿Diga? eh…, ¡hola!» «¿Diga? eh…, ¿quién? ¡Ah, hola!» ¿Vale? Grandes diferencias entre cómo he cogido el teléfono las tres veces.

Y a medida que estudiamos el uso del teléfono que hacen los ancianos a lo largo de un periodo de tiempo, a nivel de décimas de microsegundo, ese momento de reconocimiento en el que se ve si pueden reconocer que quien está al otro lado es un amigo y empezar a hablarle de inmediato, o entran en esos instanstes de desconcierto, ese «Un momento, ¿quién es? ¡Ah!» ¿Cierto? El esperar ese momento de reconocimiento puede ser un mejor indicio prematuro de la aparición de demencia que cualquier resultado clínico de hoy en día.

A esto lo llamamos marcadores de comportamiento Hay muchos más.

Cuando esa persona acude a coger el teléfono cuando suena, ¿tarda lo mismo que antes? ¿Es un problema auditivo o físico? ¿Su voz se va haciendo más tenue? Hemos trabajado mucho con personas con Alzheimer y en particular gente con Parkinson en los que esa voz más tenue de lo normal en pacientes con Parkinson puede ser el mejor indicador prematuro de Parkinson de 5 a 10 años antes de su aparición clínica.

Pero esos cambios se producen durante un largo periodo de tiempo que hace difícil que uno mismo o su pareja se dé cuenta hasta que llegue al extremo y haya un deterioro claro.

Así que estos sensores buscan esa voz tenue.

Cuango uno descuelga el teléfono ¿cuánto le tiembla la mano?, ¿cómo exáctamente?, ¿cuál es la tendencia a lo largo de un periodo de tiempo? ¿Le cuesta a uno marcar más que antes? ¿Es un problema de destreza? ¿Es la aparición de artrítis? ¿Usa uno el teléfono?, ¿socializa uno menos que antes? Y siguiendo ese patrón, ¿en qué se traduce ese declive de la salud social?, ¿es un indicador de la salud futura? Y ahora, wow, ¡qué idea tan radical!, podríamos, salvo en los EEUU, utilizar esta nueva tecnología para poder interactuar con un profesional de la salud al otro lado del aparato.

¡Qué gran día sería aquel en el que podamos hacer este tipo de cosas! Bien, esto son lo que yo llamo marcadores de comportamiento.

Y es el campo que en el que llevamos trabajando 10 años en Intel.

¿Cómo se incluyen tecnologías disruptivas en la primera de las cinco frases de las que voy a hablar? Los marcadores de comportamiento son importantes.

¿Cómo modificamos el comportamiento? ¿Cómo medimos cambios en el comportamiento de forma significativa que nos ayude a prevenir enfermedades, su aparición prematura, y seguir el progreso de una enfermedad durante un largo periodo de tiempo? Bien, ¿Para qué me dejaría Intel emplear mucho tiempo y dinero, durante los últimos 10 años, intentando comprender las necesidades de los ancianos y empezar a pensar acerca de estos marcadores de comportamiento? Esto es algo del trabajo de campo que he hecho.

Hemos vivido en 1.000 viviendas de ancianos en 20 países en los últimos 10 años.

Estudiamos a gente en Rochester, Nueva York.

Vamos a vivir con ellos en invierno, ya que lo que hacen en invierno, y su accesibilidad a la asistencia médica y cuánto se relacionan difiere mucho de en verano.

Si sufren una fractura de cadera les acompañamos y estudiamos su experiencia de ingreso y alta completa.

Si tienen un familiar que resulta muy importante en su red de asistencia viajamos y les estudiamos también.

Así, estudiamos la experiencia médica completa de 1.000 ancianos durante los últimos 10 años en 20 países distintos.

Y, ¿por qué lo financia Intel? Por el segundo eslogan del que quiero hablar.

Hace 10 años, cuando empecé a intentar convencer a Intel de que me dejara inverstigar tecnologías disruptivas que pudieran contrbuir a una vida independiente, así es como lo llamé: «2000 + 10».

Verán, en 2000 estábamos tan obsesionados con cómo «envejecían» nuestros ordenadores y de si podrían sobrevivir al famoso efecto 2000 que nos perdimos un momento en el que sólo los demógrafos se habían fijado.

Fue alrededor de Año Nuevo.

Y ese cambio en el que el número de personas mayores en el planeta era mayor que el de jóvenes.

Por primera vez en la historia de la humnidad, y salvo por visitas alienígenas o grandes pandemias, eso es lo que esperan los demógrafos de aquí en adelante.

Y hace 10 años parecía que tenía mucho tiempo para convencer a Intel para esto, ¿verdad? 2000 + 10 estaba llegando, Los «baby boomers» empezaban a jubilarse.

Bueno amigos, es como si nos sonaran estos datos.

Este es un mapa del mundo entero.

Es como si las luces estuvieran encendidas, pero no hay nadie en casa en este problema demográfico de 2000+10, ¿verdad? Quiero decir que como que lo entendemos aquí, pero no aquí.

Y no estamos haciendo nada al respecto.

La ley de reforma de salud ignora en gran parte las realidades del grupo de edad que se avecina, y las implicaciones sobre lo que debemos hacer para cambiar no sólo cómo pagamos por la salud, si no también cómo ofrecer asistencia de formas radicalmente diferentes.

Y ya se nos está echando encima.

Supongo que ya habrán leído estos titulares.

Esta es Catherine Casey, la primera «baby boomer» en recibir Seguridad Social.

Esto ocurrió este año, sin ir más lejos.

Se ha prejubilado.

Ella nació un segundo después de medianoche en 1946.

Una profesora de escuela jubilada.

Ahí está con el administrador de la Seguridad Social.

La primera «boomer», sin tener que esperar a 2011, el año que viene.

Ya estamos empezando a ver prejubilaciones este mismo año.

Muy bien, ya está aquí.

Este problema de 2000+10 está a la vuelta de la esquina.

Esto son 50 tsunamis programados en el calendario.

Pero no se sabe cómo no somos capaces de instar al gobierno y a las fuerzas innovadoras a que se enfrenten a ello y hagan algo al respecto.

Esperaremos hasta que sea una catástrofe y, luego, reaccionaremos en lugar de prepararnos.

Así que, una de las razones por las que es un desafío el prepararse para el problema es, y quiero argumentarlo, que tenemos lo que yo llamo un envenenamiento del sistema central.

Andy Grove, hará unos 6 o 7 años, ni se acuerda ya, pero en un artículo de Fortune Magazine usó la frase «sistema central de asistencia médica», y yo he extendido este concepto.

Lo vio escrito en alguna parte.

Me dijo, «Eric, ese concepto es genial».

Y yo le dije: «¡Pero si fue idea tuya! Lo dijiste en un artículo de Fortune Magazine.

Yo solo lo he extendido».

Este es el sistema central, Esta mentalidad de grandes y caros sistemas asistencia médica apareció en 1787.

Este es el primer hospital general de Viena.

Y, de hecho, el segundo hospital general de Viena cerca de 1850, fue donde se empezó a diseñar un programa de estudios basado en especialidades.

Y es donde se empezó a desarrollar la arquitectura que literalmente dividió el cuerpo y dividió la salud en departamentos y especialidades.

Y se vio reflejado en nuestra arquitectura.

Se vio reflejado en cómo enseñamos a los estudiantes.

Y esta mentalidad de sistema central aún existe.

Ahora, yo no soy anti-hospitales.

Con mis propios problemas de salud he tomado medicamentos, he estado en este y aquel hospital, muchas veces.

Pero idolatramos al gran hospital general, ¿no? Y esto es el sistema central médico.

Y tal y como hace 30 años no podíamos concebir que tendríamos la potencia de un ordenador central que ocupaba una sala como esta en nuestros bolsos y bolsillos, dentro de los móviles de hoy en día.

Y de pronto, la informática, que solía estar reservada a los expertos, se convirtió en un sistema personal que todos manejamos a diario.

Ese cambió de sistema central a informática personal es lo que tenemos que hacer con la salud.

Tenemos que cambiar esa mentalidad centralizada de la salud hacia un modelo de salud personal.

Estamos obsesionados con esta forma de pensar.

Cuando Intel hace estudios alrededor del mundo y decimos: «Respuesta rápida, salud».

La primera palabra que sale es médico.

La segunda es hospital.

Y la tercera es enfermedad o enfermo, ¿verdad? Estamos diseñados para pensar en la asistencia Médica y la innovación médica como algo que entra en ese concepto.

Toda la polémica actual sobre la reforma de salud, informátización de la medicina, cuando hablamos con los políticos significa ¿cómo vamos a hacer que los médicos usen historiales electrónicos? No estamos pensando en cómo cambiar del sistema central al hogar.

Y el problema está en nuestro concepto de salud, ¿no creen? Es un sistema muy reactivo e influenciado por la crisis.

Hacemos consultas de 15 minutos Es en base a la población.

Recogemos un puñado de información biológica en este ambiente artificial.

Los «arreglamos» a lo sana, sana, culito de rana, y a casa, esperando tras darles un folleto o una web interactiva a la que acudir, que hagan lo que les mandemos y no vuelvan al sistema central.

Y el problema es que no nos lo podemos permitir.

No podemos permitir que la salud centralizada incluya a los no asegurados.

¿Y ahora queremos hacer un doble doble con el grupo de edad que se avecina? Como de costumbre, los negocios de la salud no funcionan y hay que hacer algo nuevo.

Tenemos que centrarnos en los hogares.

Tenemos que centrarnos en el paradigma de la salud personal que lleva la asistencia a casa.

¿Cómo nos hacemos más proactivos y preventivos? ¿Cómo recogemos constantes vitales y ese tipo de datos 24h al día? ¿Cómo recogemos datos basales sobre qué va a funcionar para ti ? ¿Cómo recogemos datos no sólo biológicos, ? sino de comportamiento, psicológicos, relacional, fuera, dentro y sobre el hogar? Y ¿Cómo conseguimos crear este plan de salud personalizado que utiliza toda esta gran tecnología a nuestro alrededor para cambiar nuestro comportamiento? Eso es lo que debemos hacer con el modelo de salud personal.

Quiero darles algunos ejemplo.

Esta es Mimi, de uno de nuestros estudios.

Con más de 90 años tuvo que mudarse porque su familia estaba preocupada por las caídas.

Levanten la mano los que hayan sufrido alguna caída importante en sus casas, o sus familiares, sus padres y demás.

¿Verdad? Típico.

las fracturas de cadera en ancianos suelen conllevar hospitalización.

Esto le pasó a Mimi y su familia estaba tan preocupada que la llevaron a un centro de asistencia a personas con necesidades especiales.

Y se tropezó con su tanque de oxígeno.

Muchas personas de esa generación no pulsan el botón, incluso si cuentan con un sistema de llamada de emergencia, porque no quieren molestar, incluso si pagan 30 dólares al mes por ese servicio.

Los «boomers» lo pulsarían.

Se lo aseguro.

Pulsarían el botón sin pensárselo dos veces.

¿Verdad? Mimi se fracturó la pelvis y se quedó en el suelo todo el día y la noche hasta que la encontraron y la llevaron al hospital.

Allí la trataron pero no podría volver al centro de asistencia así que la llevaron a una residencia de ancianos.

La primera noche que estuvo en la residencia, dentro del mismo centro de asistencia, la movieron de una cama a otra, la medio tiraron y se volvió a romper la pelvis.

La mandaron de vuelta al hospital del que acababa de salir, nadie leyó su historial, le dieron paracetamol, a lo que es alérgica, empezó a sentir malestar, luego empezaron los problemas cardíacos y murió.

Por culpa de la caída y las complicaciones y errores que se produjeron.

Y bien, lo que más me asusta es que esta era la abuela de mi mujer.

Veamos, yo soy Eric Dishman.

Hablo inglés.

Trabajo para Intel.

Tengo un buen sueldo.

Sé qué hacer ante caídas y lesiones derivadas.

Es el área de investigación en el que trabajo.

Tengo contacto con senadores y Consejeros Delegados.

Y no puedo evitar que esto ocurra.

¿Qué pasa si no tienes dinero, no hablas inglés o no tiene como acceder a los medios contra este tipo de problemas que surgen inevitablemente? De hecho, para empezar, ¿cómo podemos evitar que ocurran la mayoría de estas caídas? Les daré un ejemplo del trabajo que estoy haciendo para intentar hacer eso mismo.

Llevo conmigo una tecnología que llamamos Shimmer (brillo).

Es una plataforma de investigación.

Cuenta con acelerómetros.

Se le puede conectar un EKG de tres derivaciones.

Todo Plug and Play.

como Legos que se pueden construir para captar en el mundo real, cosas como los temblores, el paso, la longitud de las zancadas, esas cosas.

El problema está en nuestra concepción de las caídas, como con Mimi.

Nos llega una encuesta en el correo, 3 meses después, del Estado diciendo, «¿Qué estaba usted haciendo cuando se cayó?» Eso es lo más avanzado que hay.

Pero con algo como el Shimmer, o también tenemos la Magic Carpet (alfombra mágica), con sensores incorporados, o sistemas de cámaras como los usados en medicina deportiva, por primera vez, en esas 600 viviendas de ancianos, hemos empezado a recoger datos reales de movimiento cinemático para comprender cuáles son los cambios mínimos que ocurren que nos puedan indicar si «mamá» sufre el riesgo de caerse.

Y normalmente podemos hacer dos cosas, cambiar de medicamentos.

Yo soy un investigador cualitativo pero cuando miro los datos que recibo de esas casas, puedo deducir en qué día exactamente un médico le recetó algo que nadie más sabía que el paciente estaba tomando.

Porque vemos los cambios en sus patrones dentro del hogar.

¿Verdad? Estos descubrimientos de los marcadores y cambios de comportamiento lo cambian todo, tal y como el descubrimiento del microscopio gracias a los flujos de datos que recogemos, cosa que no habíamos hecho antes.

Este es un ejemplo en la Trill Clinic de Irlanda de…

bueno, lo que están viendo es, ella está observando los datos recogidos por la magic carpet.

Así que tenemos esta pequeña alfombra que nos dice el movimiento postural y el cambio en el movimiento postural a lo largo de varios meses.

Así es como se verían estos datos.

Esto son activaciones de sensores.

Tenemos aquí dos sujetos de nuestro estudio y más o menos los datos de un año.

El color representa las diferentes habitaciones de la casa.

La persona de la izquierda vive en su propia casa.

La persona de la derecha, en cambio, vive en un centro de asistencia.

Esto lo sé por lo acentuada que está la hora de la comida cuando ya no están es su propia habitación, ¿lo ven? Puede que esto no les diga mucho, pero cuando observamos estos ciclos de datos durante un largo periodo de tiempo y nos fijamos en todo, desde movimiento en las distintas habitaciones de la casa hasta los micro-movimientos que recoge el Shimmer sobre el paso y la longitud de las zancadas, este flujo de datos nos están diciendo algo sobre los patrones de comportamiento que antes no comprendíamos.

Pueden ir a ORCATech.org.

No, no tiene nada que ver con ballenas, es el Oregon Center for Aging and Technology para saber más sobre esto.

El problema es que Intel sigue siendo el mayor contribuyente del mundo en este tipo de investigación independiente.

No es que quiera presumir de cuánto invertimos, es que nadie más parece prestar atención al envejecimiento y las subvenciones para innovación la gestión de enfermedades crónicas y la vida independiente en el hogar.

Así que mi mantra, mi cuarto eslogan es: 10.000 hogares o nada.

Tenemos que llevar a cabo un estudio nacional, si no internacional a lo Framingham heart study sobre las tecnologías de vida independiente en el que contemos con 10.000 viviendas de ancianos conectadas, con caracterización médica completa y una plataforma sobre la que experimentar y convertir estos 20 estudios anecdóticos en viviendas subvencionadas por universidades, en grandes ensayos clínicos que demuestren el valor de estas tecnologías.

Así que 10.000 hogares o nada.

Estos son sólo algunos de estos hogares en los que hemos trabajado.

Mi quinta y última máxima: Llevo dos años intentándolo, y en ciertos momentos llegamos a estar muy cerca de hacer que esta ley de reforma de salud trate de cambiar de algo y a algo.

De un modelo centralizado a un modelo de salud personal o que al menos sea algo más que un simple debate sobre la opción pública y cómo financiarla.

No importa cómo financiemos la asistencia médica.

Algo se nos ocurrirá en los próximos 10 años, y ya lo intentaremos.

No importa quién ponga el dinero, más nos vale empezar a prestar cuidados de forma muy distinta y tratar al hogar y al paciente y al familiar y a los profesionales de la salud como parte de equipos coordinados de cuidados y usando tecnologías disruptivas que ya son capaces de prestar cuidados de formas fundamentalmente diferentes.

El Presidente debe alzarse y decir, al final del debate sobre la reforma de salud, «Nuestro objetivo como país es trasladar el 50% de la asistencia de las instituciones, clínicas, hospitales y residencias a los hogares, en 10 años».

Se puede hacer.

Deberíamos hacerlo económicamente.

Moralmente.

Y deberíamos hacerlo por la calidad de vida.

Pero esta reforma de salud no tiene meta alguna.

Es un lío.

Así que, este es el último mensaje que les doy: ¿Cómo nos proponemos el ambicioso objetivo de arreglar el problema «2000 + 10» que se avecina? No es que la innovación y la tecnología vayan a ser la panacea, pero van a formar parte de la solución.

Y si no nos movemos hacia la salud personal, algo que todos tenemos como objetivo con la reforma, no vamos a ninguna parte.

Así que espero que usen esta conferencia como impulso.

Muchísimas gracias.

(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/eric_dishman_take_health_care_off_the_mainframe/

 

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