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Geoff Mulgan: Invirtiendo en un mundo mejor después del Crash – Charla TEDGlobal 2009

Charla «Geoff Mulgan: Invirtiendo en un mundo mejor después del Crash» de TEDGlobal 2009 en español.

Mientras volvemos a arrancar la economía, Geoff Mulgan nos hace una pregunta: En lugar de enviar dinero de ayuda a empresas moribundas y viejas, ¿Por qué no usar el dinero del estímulo para empezar algunas empresas nuevas y socialmente responsables — y hacemos el mundo aunque sea un poco mejor?

  • Autor/a de la charla: Geoff Mulgan
  • Fecha de grabación: 2009-07-24
  • Fecha de publicación: 2009-09-02
  • Duración de «Geoff Mulgan: Invirtiendo en un mundo mejor después del Crash»: 1080 segundos

 

Traducción de «Geoff Mulgan: Invirtiendo en un mundo mejor después del Crash» en español.

Es difícil de creer de que haya pasado menos de un año desde el extraordinario momento cuando las finanzas y el crédito que impulsan nuestra economía se congelaron.

Un ataque cardíaco masivo.

El efecto, la consecuencia quizás, de años de vampiros depredadores como Bernie Madoff, A quienes hemos visto antes.

Abusadores con esteroides, atracándose como si nada.

Y hace solamente unos meses desde que los gobiernos inyectaron enormes sumas de dinero para mantener el sistema a flote Y estamos ahora en una muy extraña especie de penumbra donde nadie sabe realmente que funcionó, o qué no.

no tenemos ningún mapa muy claro, ninguna brújula para guiarnos.

Ya no sabemos más en cuáles expertos creer.

Lo que intentaré es dar algunas pautas acerca de lo que creo es el paisaje al otro lado de la crisis, Cuales cosas deberíamos estar buscando Y cómo podemos usar la crisis realmente.

Hay una definición de liderazgo que dice «Es la habilidad de usar la menor crisis posible para el mayor efecto posible».

Y yo deseo hablar de cómo nos aseguramos de que esta crisis, la que de ninguna manera es menor, realmente sea usada por completo Empezaré contando un poco acerca de dónde vengo.

Tengo una muy confusa formación lo que quizás me vuelve apropiado para tiempos confusos.

Tengo un doctorado en telecomunicaciones, como pueden ver.

Fui entrenado brevemente como monje budista por este muchacho.

He sido un servidor público.

Y estuve a cargo de las politicas para este muchacho también.

pero de lo que quiero hablar comienza cuando estaba en esta ciudad, esta universidad, cuando era estudiante.

Entonces, como ahora, era un bello lugar de bailes y barcas, bella gente muchos de los cuales tomaban en serio el comentario de Ronald Reagan sobre «Aun si se dice que el trabajo duro no hace ningún daño,

¿para qué correr el riesgo?

» Pero cuando estuve aquí muchos de mis compañeros adolescentes estaban en una muy diferente situación, dejando la escuela en un tiempo de creciente desempleo juvenil, y esencialmente chocando una pared en términos de falta de oportunidades.

Y pasé con ellos mucho tiempo, más que en barcas, Y eran personas no cortas de ingenio, de gracia o de energía, pero no tenían esperanza, ni trabajo ni perspectivas.

Y cuando a la gente no se le permite ser útil, rápidamente piensan que son inútiles.

Y, aunque eso fue bueno para el negocio de la música, no fue muy bueno para nada más.

y desde entonces me pregunto porqué es el capitalismo tan sorprendentemente eficiente en algunas cosas, pero tan ineficiente en otras, porqué es tan innovador en algunos aspectos, y tan no innovador en otros.

Bueno, desde aquel tiempo, hemos estado en medio de un increíble auge, el más largo de la historia de este país.

Con riqueza y prosperidad sin precedentes, pero ese crecimiento no siempre nos dió lo que necesitábamos.

H.L.

Mencken dijo «Para cada problema complejo, existe una solución sencilla y está equivocada».

Pero no estoy diciendo que el crecimiento sea malo, pero es sorprendente que a través de años de crecimiento, much cosas no mejoraron.

La tasa de depresión creció, a lo largo del mundo occidental.

Si miramos América, la proporción de americanos sin nadie con quien hablar acerca de cosas importantes creció desde un décimo hasta un cuarto del total.

Viajamos mayor distancia al trabajo pero, como ven en este gráfico, cuando más lejos viajamos, tendemos a ser menos felices.

Y ha sido aún mas claro que el crecimiento económico no se traduce automáticamente en crecimiento social, o humano.

Estamos ahora en otro momento cuando otra ola de adolescentes está entrando en un mercado de trabajo cruel.

Habrá un millon de jóvenes desempleados acá hacia fin de año.

Miles pierden sus trabajos cada día en América.

Tenemos que hacer todo lo que podamos para ayudarlos, pero también nos debemos preguntar, creo, una cuestión mas profunda sobre si usaremos esta crisis para saltar hacia adelante hacia una clase diferente de economía, más adecuada a las necesidades humanas, a un mejor balance entre economía y sociedad.

Y creo que una de las lecciones de la historia es que aún la mas profunda crisis puede ser una oportunidad.

Traen ideas de la periferia hacia la corriente de pensamiento central.

A menudo guían la aceleración de las muy necesitadas reformas.

Y, como se vió en los Treintas, la Gran Depresión allanó el camino a Bretton Woods, los estados benefactores y todo eso.

Y creo que se puede ver alrededor nuestro ahora, algunos de los primeros intentos de una clase diferente de economía y capitalismo que pueden crecer.

Se puede verlo en la vida cotidiana.

Cuando los tiempos son duros, la gente hace cosas por sí mismos, y a través del mundo, Oxford, Omaha, Omsk, se puede ver una extrordinaria explosión de agricultura urbana.

Gente tomando la tierra, tomando los tejados, convirtiendo barcazas en granjas temporales.

Yo soy una muy pequeña parte de esto.

Tengo 60.000 de estas cosas en mi jardín unos pocos de estos.

Esta es «Atila, LA Gallina».

Y yo soy una muy pequeña parte de este gran movimiento, lo que para algunos es sobre supervivencia, pero también es sobre valores, sobre una forma diferente de economía, que no tiene mucho que ver con el consumo o el crédito, si no con las cosas que nos importan a nosotros.

También se pueden ver en todos lados la proliferación de bancos de tiempo y monedas paralelas, gente usando tecnologías inteligentes para vincular todos los recursos liberados por el mercado: gente, edificios, tierra Y vincularlos con quienes tengan las más urgentes necesidades Hay una historia similar, creo, para los gobiernos Ronald Reagan, nuevamente, dijo que las dos más divertidas frases en el lenguaje inglés eran: «Soy del gobierno.

Y estoy acá para ayudarlo».

Pero creo que en el último año, cuando los gobiernos dieron un paso adelante, la gente estuvo contenta de que estuvieran allí, de que hicieran su parte pero ahora, unos meses después, sin importar cuán buenos los políticos sean tragando sapos sin hacer una mueca, como alguien dijo, no pueden esconder su incertidumbre.

porque ya está claro cuánto de la enorme cantidad de dinero que pusieron en la economía, realmente fue a arreglar el pasado, a rescatar bancos, las compañias automotrices, no para prepararnos para el futuro.

Cuánto del dinero está yendo a concreto e impulsando el consumo, no a resolver los realmente profundos problemas que tenemos.

Y en todos lados, mientras la gente piensa que sumas sin precedentes que son gastadas de nuestro dinero y del de nuestros niños, ahora, en lo profundo de la crisis, preguntan:

¿No deberíamos estar usando una visión de largo plazo para acelerar el cambio hacia una economía más verde, que nos prepare a envejecer, que se enfrente a algunas desigualdades que son cicatrices en países como éste y los Estados Unidos en lugar de dar dinero a los responsables?

Seguramente debemos dar dinero a los emprendedores, a la sociedad civil, a gente capaz de crear lo nuevo, no a las grandes y bien conectadas compañías, a grandes y complejos programas de gobierno.

Y, despues de todo, el gran sabio chino Lao Tzu dijo «Gobernar un gran país es como cocinar un pez pequeño, no lo haga en exceso» Y creo que más y más personas se están preguntando:

¿Porqué impulsar el consumo en lugar de cambiar lo que consumimos?

Como el alcalde de Sao Paulo, quien prohibió los carteles de anuncios, o en las muchas ciudades como San Francisco que están creando infraestructura para autos eléctricos.

Se puede ver un poco de lo mismo pasando en el mundo de los negocios.

Algunos de los banqueros, creo, aparentan no haber aprendido nada ni olvidado nada.

Pero pregúntense ustedes mismos:

¿Cuáles serán los mayores sectores de la economía en 10, 20 o 30 años?

No serán aquellos que se alinean para ser ayudados tales como autos, aeroespacial, y otros.

El mayor sector será, por lejos, la salud — ya es el 18 por ciento de la economía de América y hay predicciones de que crecerá hasta el 30 ó 40% para mediados del siglo.

El cuidado de los ancianos, de los niños, ya es un mayor empleador que las automotrices.

Educación: seis, siete, ocho por ciento de la economía y creciendo.

Servicios ambientales, de energía, la miríada de empleos «verdes» están todos apuntando a un tipo de economía muy diferente que no sólo es acerca de productos, sino que usa redes distribuidas y está basada, sobre todo, en la solidaridad, en las relaciones, en lo que gente le hace a otra gente, frecuentemente uno a uno, en lugar de tan sólo vender un producto.

y creo que lo que conecta el desafío para la sociedad civil, el reto para los gobiernos y para los negocios ahora es en cierto sentido, uno muy sencillo, aunque bastante difícil.

Sabemos que nuestras sociedades tienen que cambiar radicalmente sabemos que no podemos retroceder a dónde estábamos antes de la crisis pero también sabemos que solamente mediante experimentación descubriremos qué es exactamente administrar una ciudad de uso de carbono bajo, cómo atender a una población de mayor edad, cómo lidiaremos con las adicciones a las drogas y así y este es el problema: en la ciencia, hacemos experimentos sistemáticamente.

Nuestra sociedades gastan ahora dos, tres, cuatro por ciento del PIB invirtiendo sistemáticamente en nuevos descubrimientos, en ciencia, en tecnología, para estimular el flujo de invenciones brillantes que alumbran logros como éste.

y no es que nuestros científicos sean necesariamente mucho más inteligentes de lo que eran cien años atrás, quizás lo sean, pero tienen un mucho mayor respaldo de lo que antes tenían.

Y esto es lo sorprendente, en esta sociedad no hay nada comparable, no hay una inversión comparable, ni experimentación sistemática en las cosas en las que el capitalismo no es bueno, tales como compasión, o empatía, o relaciones o solidaridad.

Ahora, no lo entendí realmente hasta que encontré a este muchacho que tenía entonces 80 años, ligéramente caótico que vivía de sopa de tomate, y que pensaba que planchar estaba sobrevalorado.

El ayudó a dar forma a las instituciones británicas de la post-guerra, su estado del bienestar, su economía, pero que se reinventó a sí mismo como un innovador social, volviéndose el inventor de muchas, muy diferentes organizaciones.

algunas famosas como la Universidad Abierta que tiene 110.000 estudiantes, la Universidad de la Tercera Edad, con cerca de medio millón de adultos mayores enseñando a otra gente mayor, aí como cosas extrañas tales como garages «Hágalo Ud.

Mismo» y líneas de lenguajes y escuelas para innovadores sociales.

Y que terminó su vida vendiendo empresas a capitalistas de riesgo.

el pensaba que si ud.

ve un problema, no debería decirle a nadie como obrar, en lugar de hacerlo por ud.

mismo, y que vivió lo suficiente y que vio muchas de sus ideas primero ridiculizadas y luego exitosas, que dijo que uno siempre debe tomar un «no» como una pregunta, y no una respuesta.

y que su vida fue un experimento sistemático para encontrar mejores respuestas sociales, pero no desde una teoría, sino desde la experimentación, y experimentos que incluyen a la gente con la mejor comprensión de la necesidades sociales, que son, usualmente, la gente viviendo con esas necesidades.

y que creía que vivimos con otros, compartiendo el mundo con otros, y que, por lo tanto, nuestra innovación debe ser hecha con otros también, no haciendo cosas a la gente, para la gente y así.

Ahora, lo que él hizo no solía tener un nombre, pero creo que rápidamente se está convirtiendo en la corriente principal.

Y esto es lo que hacemos en la organización que tiene su nombre donde probamos e inventamos, creamos, lanzamos nuevos emprendimientos, ya sea en escuelas, compañías web, organizaciones de salud, y demás Y nos encontramos como parte de un movimiento global de instituciones de rápido crecimiento trabajando en innovación social, usando ideas obtenidas del diseño, la tecnología o la organización comunitaria para desarrollar las semillas de un mundo futuro, a través de la práctica y la demostración y no a través de la teoría.

Y se han extendido desde Corea a Brasil, desde la India a E.U.A.

y a través de Europa.

Se les ha dado un nuevo impulso por la crisis, por la necesidad de mejores respuestas a la falta de trabajo, a la ruptura de la comunidad y demás.

Algunas de estas ideas son extrañas.

Estos son un coro de plañideras.

La gente se junta a cantar acerca de las cosas que realmente le molestan.


(Risas)
Otros son mucho más pragmáticos, entrenadores en salud, estudiantes de lo mental, clubes de trabajo.

Otras son bastante estructurales, como fondos de impacto social en dónde se junta dinero para invertir en alejar adolescentes del crimen o ayudando a gente mayor a mantenerlas fuera del hospital, y dónde se te paga de acuerdo a lo exitoso de tus proyectos.

Ahora, la idea que todo esto representa, Yo creo, se vuelve rápidamente sentido común y parte de cómo respondemos a la crisis, reconociendo la necesidad de invertir en innovación para el progreso social así como en el progreso tecnológico.

Hubo grandes fondos en innovación en salud lanzados a principios del año en este país así como laboratorios de innovación en servicios sociales.

A lo largo de Europa del norte muchos gobiernos ahora tienen laboratorios de innovación.

y justamente unos pocos meses atrás, el presidente Obama lanzó la Oficina de la Innovación Social en la Casa Blanca.

Y lo que la gente está comenzado a preguntar es: seguro, así como invertimos en I + D dos, tres, cuatro por ciento de nuestro PIB, de nuestra economía,

¿Qué tal si ponemos, digamos, uno por ciento del gasto público en innovación social, en cuidado de los mayores, en nuevas formas de educación, de ayudar a los discapacitados?

Quizás logremos incrementos de productividad en la sociedad similares a los que logramos en la economía y en la tecnología.

Y, si en una generación o dos, los grandes retos fueran similares a llevar al hombre a la luna, quizás los desafíos que necesitamos elegir hoy son aquellos tales como eliminar la desnutrición infantil, parar el tráfico ilegal, o uno, yo creo, más cercano a América o Europa,

¿por qué no fijarnos el objetivo de lograr un billón de años adicionales de vida a nuestros ciudadanos de hoy?

Ahora, estos son objetivos que se pueden lograr en una década, pero solamente mediante experimentación radical y sistemática, no solamente en tecnologías, sino también en estilos de vida y cultura y políticas e instituciones también.

Quiero terminar diciendo lo que creo que esto significa para el capitalismo.

Creo que todo esto, todo el movimiento que está creciendo desde los márgenes, permanece pequeño.

Nada parecido a los recursos del CERN, del DARPA, de una IBM o una Dupont.

Lo que nos dice que el capitalismo está en camino de volverse más social.

Ya está inmerso en redes sociales, y se volverá más involucrado en inversión social y solidaridad social y en actividades en dónde el valor viene de lo que haces con otros, No solamente de lo que les vendas a ellos, y de relaciones, tanto como del consumo, pero, interesantemente, esto implica un futuro donde la sociedad aprenda unos cuantos trucos del capitalismo acerca de cómo imbuir el gen de la incesante e incansable innovación en la sociedad, probando cosas, y haciendo crecer y desarrollarse las que funcionan Creo que este futuro será bastante sorprendente para mucha gente.

En años recientes, mucha gente inteligente pensó que el capitalismo básicamente había ganado.

La historia había terminado y la sociedad debería tomar un segundo lugar, luego de la economía.

He sido impresionado por el paralelo de cómo a menudo la gente habla del capitalismo hoy y de cómo hablaban de la monarquía hace 200 años, justo después de la Revolución Francesa y de la restauración de la monarquía en Francia.

En ese entonces la gente decía que la monarquía dominaba en todos lados porque tenía raíces en la naturaleza humana.

Nosotros somos naturalmente respetuosos.

Necesitamos jerarquías.

Tanto como hoy, los entusiastas del capitalismo sin límites dicen que está enraizado en la naturaleza humana, pero ahora es individualismo, es el cuestionamiento, y demás.

Entonces, la monarquía veía a la democracia de masas, su retadora como bien intencionada, pero un experimento condenado a fallar.

Así el capitalismo ve al socialismo.

Aún Fidel Castro dice que la única cosa peor a ser explotado por una multinacional capitalista es no ser explotado por una multinacional capitalista.

Y así como las monarquías, sus palacios y fuertes dominaban el horizonte de cada ciudad y se veían permanentes y confiables, hoy son las iluminadas torres de los bancos que dominan cada ciudad grande.

No estoy sugiriendo que las muchedumbres estén por tomar las barricadas y de colgar cada banquero de inversión del farol más cercano, aunque eso sea bastante tentador.

pero creo que estamos en el comienzo de un período en dónde, tanto como le pasó a la monarquía y, de manera interesante, al militarismo también, la posición central del capital financiero está llegando a su fin, y está empezando a moverse hacia los lados, a los márgenes de nuestra sociedad, transformándose desde ser el amo a ser un sirviente, un sirviente de la economía productiva y de las necesidades humanas.

Y cuando esto pase recordaremos algo muy simple y obvio acerca del capitalismo, de que, en contra de lo que se lee en textos de economía, no es un sistema autosuficiente.

Depende de otros sistemas, de la ecología, de la familia, de la comunidad, y que si estos no son renovados, el capitalismo sufre también.

Y que nuestra naturaleza no es solo egoísta, es también compasiva.

No es solo competitiva, es también solidaria.

Por la profundidad de la crisis, creo que es un momento de elección.

La crisis está, casi con certeza, profundizándose alrededor nuestro.

y será peor al final de este año, posiblemente peor en un año de lo que es ahora.

Pero es uno de esos raros momentos en los que debemos elegir entre sólo pedalear furiosamente para volver adonde estábamos un año o dos atrás, y a una muy estrecha idea de para qué es la economía, o si no es el momento de saltar adelante, empezar de nuevo y hacer algunas de las cosas que probablemente debieron ser hechas de todos modos.

Gracias
(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/geoff_mulgan_post_crash_investing_in_a_better_world/

 

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