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¿Por qué no podemos hablar del periodo menstrual? – Charla TEDWomen 2019

Charla «¿Por qué no podemos hablar del periodo menstrual?» de TEDWomen 2019 en español.

«Saber cómo funciona tu cuerpo no debería considerarse un acto feminista» dice la ginecóloga y autora Jen Gunter. En esta charla reveladora nos explica de qué manera la humillación menstrual silencia y oprime, lo que conlleva a la desinformación perjudicial y el mal manejo del dolor. Jen da por terminada esta era de tabús menstruales y nos da una lección clara y necesaria sobre el funcionamiento de lo que alguna vez fue el misterioso útero.

  • Autor/a de la charla: Jen Gunter
  • Fecha de grabación: 2019-12-04
  • Fecha de publicación: 2020-01-17
  • Duración de «¿Por qué no podemos hablar del periodo menstrual?»: 702 segundos

 

Traducción de «¿Por qué no podemos hablar del periodo menstrual?» en español.

Cuando era adolescente mis periodos menstruales eran horribles.

Sufría de dolores menstruales severos, manchaba la ropa y las sábanas, y tenía diarrea menstrual.

Tenía que faltar a la escuela uno o dos días al mes, y recuerdo sentarme en el sofá con mis almohadillas térmicas, y pensar: «

¿Qué es esto?

«.

Si al comer no derramaba saliva de las glándulas salivares y al caminar no derramaba líquido sinovial de las rodillas.

¿Por qué la menstruación era tan diferente?

Quería respuestas a estas preguntas pero no tenía quién me las respondiera.

Mi madre no tenía idea de la menstruación, solo que era sucio y vergonzoso y que no debía hablar de ella.

Le pregunté a mis amigas y todas hablaban con eufemismos.

Hasta que reuní el valor para ir al médico y hablarle de mis periodos tan intensos, me dijo que comiera hígado.


(Risas)
Y cuando fui a la farmacia a comprar mis productos menstruales, la caja de 48 compresas súper grandes, en esos tiempos eran del tamaño de una caja de cartón de pañuelos descartables,
(Risas)
Saben a lo que me refiero.

No tienen idea lo que ha avanzado la tecnología de absorción.


(Risas)
Para comprar los productos menstruales tenía que ir al sector de higiene femenina Y recuerdo estar allí, pensando, «Bueno,

¿por qué para comprar papel higiénico no vamos al pasillo de higiene anal?

«.


(Risas)

¿Qué sucede con eso?

¿Por qué no podemos hablar del periodo?

No tiene nada que ver con la sangre como diría Freud, porque, si fuese así, tendríamos a un cirujano de oído, nariz y garganta hablando de los tabús del sangrado de nariz,

¿verdad?

Y tampoco tiene que ver con el periodo en sí.

De ser así, cuando nos libramos de nuestros vergonzosos y tóxicos periodos, cuando nos volvemos menopáusicas, ascenderíamos de estatus social.


(Risas)

(Aplausos)
Es la sociedad patriarcal que oprime a la mujer y en diferentes momentos de nuestras vidas se usan diferentes cosas para ello.

Y la menstruación se usa durante lo que en medicina se llama «los años fértiles».

La menstruación siempre ha existido.

Muchas culturas pensaban que las mujeres podían dañar las cosechas o la leche, o marchitar las flores.

Y cuando apareció la religión, los mitos sobre la pureza lo empeoraron.

Y la medicina no ayudaba.

En las décadas de 1920 y 1930 se creía que las mujeres fabricaban algo que llamaban «menotoxina».

Podíamos marchitar las flores solo con pasarles cerca.


(Risas)
Y esto es lo que pasa cuando no hay diversidad.

Porque las mujeres no podían levantar la mano y decir: «Bueno, eso no es verdad».

Y cuando no puedes hablar de lo que le pasa a tu cuerpo,

¿cómo rompes con estos mitos?

Porque ni siquiera necesitas ser médico para decir que el periodo no es tóxico.

Si lo fuera no se implantaría un embrión en esa ponzoña tóxica.

Y si todas tuviésemos esa «menotoxina» secreta, podríamos echar a perder las cosechas y la leche.


(Risas)

¿Por qué no usamos nuestros poderes X-Femeninos para conseguir el derecho a voto antes?


(Risas)

(Aplausos)
Incluso ahora cuando tuiteo sobre la diarrea menstrual, como haría cualquiera,
(Risas)
menciono que afecta al 28 % de las mujeres.

Y siempre alguna chica me dice: «Pensé que era la única».

Esto muestra lo eficaz que es la cultura de la vergüenza, que las mujeres no comparten sus experiencias.

Así que pensé: «

¿Qué pasaría si supiéramos del periodo como un ginecólogo?

¿No sería genial?

«.

Entonces todos sabrían lo que yo sé; que la menstruación es un fenómeno único en los mamíferos.

La mayoría de los mamíferos tienen ciclo del celo.

Los humanos, algunos primates, algunos murciélagos, la musaraña elefante y el ratón espinoso menstruan.

Y lo que pasa con la menstruación es que el cerebro provoca que el ovario produzca un óvulo.

Se libera estrógeno y empieza a formarse el revestimiento interior del útero, célula sobre célula, como los ladrillos.

¿Y qué pasa si haces un muro de ladrillos sin suficiente cemento?

Pues que es inestable.

Así que,

¿qué pasa cuando ovulas?

Liberas una hormona llamada progesterona, que es progestacional, prepara el útero.

Hace como el cemento que une ladrillos.

También provoca algunos cambios para que el revestimiento sea más acogedor para la implantación.

Si no se produce el embarazo, (Uush) el revestimiento se desprende, se produce el sangrado de los capilares y eso es el periodo.

Siempre encuentro este punto muy interesante.

Porque con el ciclo del celo el indicio final de que el interior del útero está listo realmente viene con el embrión.

Pero con la menstruación, esa elección la hace el ovario.

Como si la elección estuviese codificada en nuestra zona reproductiva.

(Ovación y aplausos) Bien, ahora ya sabemos por qué sangramos.

Y es una cantidad considerable.

Son de 30 a 90 mililitros de sangre.

Lo que equivale de 1 a 3 onzas.

Y a veces más.

Muchas veces parece ser más, lo sé.

¿Por qué tenemos tanta sangre?

¿Y por qué esa sangre no se queda allí hasta el siguiente ciclo?

No te embarazaste, así que

¿por qué no se queda ahí?

Imaginen que cada mes se vuelva más y más abundante.

Tendríamos un tsunami de periodo.


(Risas)
No podemos reabsorberlo porque es mucho.

Y es así porque necesitamos un revestimiento uterino grueso por una razón específica.

El embarazo conlleva un esfuerzo biológico muy grande en nuestro cuerpo.

Existe la mortalidad materna, el estrago de amamantar y criar a un niño hasta que se independice.

Y la evolución—
(Risas)
Eso dura más para algunas de nosotras.


(Risas)
La evolución entiende sobre la relación riesgo-beneficio.

Y quiere aumentar los chances de un buen resultado.

¿Y cómo hace eso?

Se intenta obtener los mejores embriones.

¿Y cómo haces eso?

Los haces trabajar y les das obstáculos.

En lo que va del milenio de evolución, ha sido como una carrera armamentística en el útero, con el revestimiento volviéndose cada vez más grueso y el embrión más invasivo hasta llegar a esta tregua con el revestimiento uterino que tenemos.

Así que tenemos este revestimiento grueso que tiene que salir,

¿y cómo dejamos de sangrar?

Detenemos el sangrado de nariz con presión y si nos cortamos la pierna también.

Detenemos el sangrado aplicando presión.

Cuando menstruamos, el revestimiento uterino libera sustancias que se transforman en químicos llamados prostaglandinas y otros mediadores de la inflamación que hacen que el útero se contraiga y ejerza presión sobre esos vasos sanguíneos para detener el sangrado.

También pueden alterar el flujo sanguíneo hacia el útero y causar inflamación.

Lo que causa más dolor.

Y entonces te preguntas:

¿cuánta presión es generada?

Se han realizado estudios en los que mujeres increíbles voluntariamente se han dejado colocar catéteres de presión intrauterina durante todo el periodo— Hay que agradecerles porque no sabríamos esto de no ser por ellas.

Y es muy importante saberlo porque la presión generada en el útero durante la menstruación es de 120 milímetros de mercurio.

Se preguntarán qué significa eso.

Es la presión que se genera durante la segunda fase del parto cuando estás pujando.

(Suspiros) Así es.

Para las que no han tenido parto natural es similar a cuando el tensiómetro no está tan apretado como al principio pero aun así aprieta y quieres sacártelo.

Ahora cambia la percepción,

¿no?

Si piensan en el dolor menstrual, si una chica falta a la escuela porque está en la segunda fase del parto pujando, no le diríamos débil.

Le diríamos: «Dios mío,

¿sobreviviste?

«.


(Risas)
Y no le negaríamos calmantes a las mujeres con dolores típicos del parto,

¿no?

Es importante que hablemos del dolor como «típico» y no como «normal» porque cuando decimos que es «normal» es más fácil de ignorarlo.

Debemos decir que es «típico» y que debemos hablar de ello.

Existen maneras en las que podemos aliviar el dolor menstrual.

Una manera es utilizando un estimulador nervioso transcutáneo que manda impulsos eléctricos a los nervios y músculos, y se puede usar bajo la ropa.

Nadie sabe bien cómo funciona pero creemos que puede estar relacionado con la teoría de la compuerta y contrarresta la irritación.

Es como cuando te lastimas y te frotas.

Las vibraciones llegan más rápido al cerebro que el dolor.

Otra manera es tomando medicamentos como los antiinflamatorios no esteroideo.

Estos bloquean la liberación de protaglandinas que reducen el dolor menstrual al 80 % de las mujeres, la cantidad de sangrado a un 30-40 % y la diarrea menstrual.

Por último, los anticonceptivos que hacen que el revestimiento uterino se vuelva más delgado, por lo que se producen menos protaglandinas y al disminuir el sangrado disminuye el dolor.

Si todo esto te falla— Es importante usar esa palabra porque no es que nosotras fallamos sino que el tratamiento nos falla.

Si todo esto te falla, puedes ser inmune al efecto de los antiinflamatorios no esteroideos.

Todavía no lo tenemos bien en claro pero existen razones complejas por las que esos medicamentos no son efectivos para algunas mujeres.

Existe otra razón por la que puedes tener periodos tan dolorosos.

Puedes tener endometriosis, que consiste en el crecimiento del revestimiento uterino en la cavidad pélvica, causando inflamación y el desarrollo de tejido cicatrizal.

Existen otros mecanismos que todavía no entendemos ya que existe la posibilidad de que el umbral de dolor sea diferente debido a la complejidad de algunos mecanismos biológicos.

Pero eso solo lo sabremos si lo hablamos.

Saber cómo funciona tu cuerpo no debería considerarse un acto feminista.

No debería—
(Aplausos)
Pedir ayuda cuando estás sufriendo no debería considerarse un acto feminista.

La era de los tabús menstruales terminó.

(Ovación y aplausos) Para ver más charlas visite TED.com.

El único error es haber logrado convencer a la mitad de la población de que los responsables biológicos que perpetúan la especie y nos dan todo lo que tenemos son de alguna manera sucios y tóxicos.

Y no lo voy a tolerar.


(Aplausos)

¿Cómo rompemos con esta creencia?

Con conocimiento.

Gracias.

(Ovación y aplausos)

https://www.ted.com/talks/jen_gunter_why_can_t_we_talk_about_periods/

 

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