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Preguntas a las que nadie sabe responder – Charla TED-Ed

Charla «Preguntas a las que nadie sabe responder» de TED-Ed en español.

En la primera de una nueva serie de TED-Ed diseñada para catalizar la curiosidad, Chris Anderson, curador de TED, comparte sus obsesiones infantiles a través de preguntas peculiares que parecen no tener respuesta. (Introducción de la serie «Preguntas a las que nadie sabe responder.)

Lección de Chris Anderson, con animación de Andrew Park (http://www.cognitivemedia.co.uk).

Para ver la lección completa, visita:
http://ed.ted.com/lessons/questions-no-one-knows-the-answers-to

  • Autor/a de la charla: Chris Anderson
  • Fecha de grabación: 2012-03-12
  • Fecha de publicación: 2012-03-12
  • Duración de «Preguntas a las que nadie sabe responder»: 727 segundos

 

Traducción de «Preguntas a las que nadie sabe responder» en español.

(Música) En un día típico de escuela, se pierden interminables horas aprendiendo a responder preguntas, pero justo ahora, haremos lo contrario.

Nos centraremos en preguntas de las que no hay respuestas por aprender porque se desconocen.

Cuando niño solía interrogarme sobre muchas cosas, por ejemplo: ¿qué se sentiría siendo un perro? ¿Sienten dolor los peces? ¿Qué hay de los insectos? ¿Fue el Big Bang sólo un accidente? ¿Existe un Dios? De ser así, ¿cómo asegurarnos que es Él y no Ella? ¿Por qué tanta gente inocente y animales sufren cosas terribles? ¿En verdad hay un plan trazado de mi vida? ¿Está por escribirse el futuro? O ¿ya está escrito, sólo que no podemos verlo? ¿Pero si tengo libre albedrío? Es decir, ¿quién soy a fin de cuentas? ¿Acaso soy una máquina biológica? ¿Entonces, por qué soy consciente? ¿Qué es la conciencia? ¿Serán los robots conscientes algún día? Quiero suponer que algún día me dirán las respuestas a todas estas preguntas.

Alguien debe saberlas ¿no? ¿Pues qué creen? Nadie sabe.

La mayoría de estas preguntas me confunden ahora más que nunca pero bucear en ellas es emocionante, porque te llevan a la frontera del conocimiento y nunca sabes qué hallarás ahí.

Entonces, dos preguntas: preguntas que nadie en la Tierra tiene la respuesta.

[¿Cuántos universos existen?] (Música) A veces cuando voy en un largo viaje de avión, miro fijamente todas esas montañas y desiertos e intento meter en mi cabeza la vastedad de la Tierra.

Entonces recuerdo que hay un objeto que a diario vemos en el que cabría un millón de Tierras enteras: el Sol, que parece imposiblemente grande.

Pero en el gran esquema de cosas, es una insignificancia, una de casi 400 mil millones de estrellas en la galaxia de la Via Láctea, que puedes ver en una noche clara como una pálida neblina blanca extendida en el cielo.

Y se pone peor.

Quizás hay 100 mil millones de galaxias detectables por nuestros telescopios.

Si cada estrella fuera del tamaño de un grano de arena, tan solo la Via Láctea tendría suficientes para llenar una playa de 10 por 10 metros por un metro de profundidad de arena.

La Tierra entera no tiene playas suficientes para representar las estrellas de todo el universo.

Una playa así se extendería por cientos de millones de km.

Bendito Stephen Hawking, eso es un montón de estrellas.

Pero él y otros físicos ahora creen en una realidad que es inconcebiblemente más grande todavía.

Es decir, primero que nada, que las 100 mil millones de galaxias al alcance de nuestros telescopios son probablemente una fracción minúscula del total.

El espacio mismo se está expandiendo a paso acelerado.

La vasta mayoría de las galaxias se separan de nosotros tan rápido que su luz quizá nunca nos alcance.

Aún así, nuestra realidad física aquí en la Tierra está íntimamente conectada con esas galaxias invisibles, distantes.

Podemos pensar en ellas como parte de nuestro universo.

Constituyen un solo y gigante edificio que obedece las mismas leyes físicas con los mismos átomos: electrones, protones, quarks, neutrinos, eso de lo que estamos hechos tú y yo.

Sin embargo, recientes teorías de la física, también la llamada teoría de cuerdas, nos dicen que podría haber infinidad de otros universos compuestos de tipos de partículas diferentes, con propiedades diferentes, que obedecen leyes diferentes.

La mayoria de estos universos no podrían sustentar nunca la vida, y podrían existir en un abrir y cerrar de un nanosegundo.

Aún así, combinados forman un vasto multiverso de posibles universos de hasta 11 dimensiones, que presentan maravillas más allá de nuestra más desbocada imaginación.

La versión imperante de la teoría de cuerdas predice un multiverso formado de 10 a la 500 universos.

Esto es un uno seguido de 500 ceros, un número tan vasto que si cada átomo en nuestro universo observable tuviera su propio universo, y todos los átomos en todos esos universos tuvieran cada uno sus propios universos, y repitiéramos eso por dos ciclos más, tendríamos todavía una diminuta fracción del total, esto es, 14 veces un trillón (1 seguido de 18 ceros) de un trillonésimo.

Pero incluso este número es diminuto comparado con otro número: infinito.

Algunos físicos piensan que el espacio tiempo continuo es cabalmente infinito, que contiene un número infinito de los llamados universos de bolsillo con propiedades variadas.

¿Cómo está su cerebro? La teoría cuántica agrega una arruga entera más.

Esto es, la teoría ha sido probada más allá de toda duda, pero su interpretación es inquietante, y algunos físicos piensan que para poder apaciguarnos si imaginamos que ese enorme número de universos paralelos se está propagando a cada momento, y muchos de estos universos serían en efecto muy parecidos a nuestro mundo, e incluirían múltiples copias de uno.

En uno de tales universos, te graduarías con honores y te casarías con la persona de tus sueños, y en otro, no tanto así.

Bueno, todavía hay algunos científicos que dirían: disparates.

La única respuesta significativa a la pregunta de cuántos universos existen es uno.

Sólo un universo.

Algunos cuantos filósofos y místicos discutirían que incluso nuestro propio universo es una ilusión.

Entonces como puedes ver, ahora mismo no hay consenso en esta pregunta, ni de cerca.

Todo lo que sabemos es que la respuesta está en algún lugar entre cero e infinito.

Bueno, creo que sabemos algo más.

Estamos en una era de lo más fabulosa para estudiar física.

Quizá estamos experimentando el cambio de paradigma más grande del conocimiento, que la humanidad haya visto.

[¿Por qué no podemos ver la existencia de vida alienígena?] (Música) En algún lugar allá afuera en el vasto universo seguramente hay infinidad de otros planetas repletos de vida.

¿Pero por qué no vemos evidencia de ello? Bueno, esta es la famosa pregunta hecha por Enrico Fermi en 1950: ¿Dónde están todos? Teorías conspirativas afirman que los OVNIs nos visitan a cada rato y los informes simplemente se ocultan, pero honestamente, no son nada convincentes.

Pero eso deja un acertijo real.

El año pasado, el observatorio espacial Kepler encontró cientos de planetas cerca de estrellas cercanas.

Si extrapolan esos datos, parece que podría haber un mil millones de planetas en nuestra propia galaxia.

Si una en 10 mil tiene condiciones que pudieran sustentar una forma de vida, eso es además 50 millones de posibles planetas que alberguen vida justo aquí en la Vía Láctea.

Aquí el acertijo: nuestra Tierra no se formó hasta pasados cerca de 9 mil millones de años tras el Big Bang.

Infinidad de otros planetas en nuestra galaxia debieron haberse formado mucho antes, dando ocasión a la creación de vida, miles de millones o ciertamente muchos millones de años antes de que ocurriera en la Tierra.

Si solo en unos cuantos de ellos se propagó vida inteligente y empezaron a crear tecnologías, esas tecnologías habrían tenido millones de años para crecer en complejidad y poder.

En la Tierra, hemos visto la drástica aceleración que puede lograr la tecnología en sólo 100 años.

En millones de años, una civilización alienígena inteligente podría fácilmente haberse diseminado por la galaxia, quizá creando artefactos recolectores de energía o flotas de naves colonizadoras o obras de arte gloriosas que inundan el cielo nocturno.

Al menos, pensaríamos que nos revelarían su presencia, deliberadamente o no, mediante sus señales electromagnéticas de algún tipo u otro.

Y aún no vemos evidencia convincente de ello.

¿Por qué? Bueno, existen numerosas respuestas posibles, algunas muy oscuras.

Quizá una sola civilización superinteligente ha tomado en efecto la galaxia y ha impuesto un estricto silencio radial porque tiene paranoia de competidores potenciales.

Está sentado ahí listo para anular cualquier cosa que sea una amenaza.

O quizá no existe esa inteligencia, o quizá la evolución de una inteligencia capaz de crear tecnología sofisticada es mucho más rara de lo que suponemos.

Después de todo, sólo ocurrió una vez en la Tierra hace 4 mil millones de años.

Quizá incluso eso fue increíblemente fortuito.

Quizá somos la primera civilización en nuestra galaxia, o quizás la civilización porta consigo las semillas de su propia destrucción en su incapacidad de controlar las tecnologías que crea.

Pero hay numerosas respuestas más prometedoras.

Primero, no buscamos con ahínco y gastamos una cantidad irrisoria de dinero.

Sólo una diminuta fracción de estrellas en nuestra galaxia ha sido vistas de cerca en busca de señales interesantes.

Y quizá no buscamos en el camino correcto.

Quizá cuando las civilizaciones se desarrollaron, pronto descubrieron tecnologías de comunicación mucho más sofisticadas y útiles que las ondas electromagnéticas.

Quizá toda la acción ocurre dentro de la misteriosa y recientemente descubierta materia oscura o energía oscura, que parecen constituir más de la masa del universo.

O, quizá miramos con la escala incorrecta.

Quizá las civilizaciones inteligentes se dieron cuenta que la vida en el fondo solo son patrones complejos de información que interactúan bellamente entre sí y que eso puede suceder con más eficiencia a pequeña escala.

Así como en la Tierra los voluminosos sistemas de estéreo se encogieron en bellos y pequeños iPods, quizá la inteligencia misma, para reducir su huella de carbón en el ambiente, se volvió microscópica.

Entonces el Sistema Solar podría estar repleto de alienígenas y simplemente no los notamos.

Quizá las ideas mismas en nuestras cabezas son una forma de vida alienígena.

Bueno, de acuerdo, esa es una idea loca.

Los alienígenas me hicieron decirlo.

Pero es fabuloso pensar que las ideas parezcan tener una vida propia y que trasciendan a sus creadores.

Quizá la vida biológica es solo una fase de tránsito.

Bueno, dentro de los próximos 15 años, podríamos empezar a ver información espectroscópica real de planetas cercanos que prometen revelar lo amables que podrían ser.

Mientras tanto SETI (Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre) está publicando sus datos para que millones de ciudadanos científicos, quizás tú incluido, puedan conjuntar el poder de las masas en la búsqueda.

Y aquí en la Tierra, experimentos asombrosos intentan crear vida de cero, vida que podría ser diferente a las formas de ADN que conocemos.

Todo esto nos servirá para entender si el universo está repleto de vida o si, en efecto, solo somos nosotros.

Cual sea la respuesta, a su manera, es impresionante, porque aunque estuviéramos solos, el hecho de que pensamos, que soñamos y hacemos estas preguntas podría convertirse en uno de los hechos más importantes del universo.

Y tengo una buenta noticia más que dar.

La búsqueda de conocimiento y entendimiento nunca será aburrida.

No lo es, sino todo lo contrario.

Cuanto más sabes, más asombroso parece el mundo.

Y son las locas posibilidades, las preguntas sin respuesta que nos empujan a avanzar.

Que tu curiosidad persista.

https://www.ted.com/talks/chris_anderson_ted_questions_no_one_knows_the_answers_to/

 

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