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Neils Diffrient revoluciona la forma en que nos sentamos – Charla TED2002

Charla «Neils Diffrient revoluciona la forma en que nos sentamos» de TED2002 en español.

La leyenda en la industria del diseño Neils Diffrient nos habla sobre su vida dentro del diseño industrial (incluyendo el por qué decidió convertirse en diseñador en lugar de piloto de aviones jet). Nos detalla la búsqueda que lo condujo a repensar completamente el diseño de las sillas de oficina, a partir de la fuente fundamental de datos: el cuerpo humano.

  • Autor/a de la charla: Niels Diffrient
  • Fecha de grabación: 2002-02-02
  • Fecha de publicación: 2009-04-21
  • Duración de «Neils Diffrient revoluciona la forma en que nos sentamos»: 1040 segundos

 

Traducción de «Neils Diffrient revoluciona la forma en que nos sentamos» en español.

A los cinco años me enamoré de los aviones.

Estoy hablando de los años 30s.

En los 30s los aeroplanos contaban con dos alas y un motor de hélice que era piloteado por un tipo parecido a Cary Grant.

Con un par de botas altas de cuero, pantalones ajustados de montar y una vieja casaca de cuero, un precioso casco y aquellas maravillosas gafas y la infaltable pañoleta blanca moviéndose con el viento.

Encaminándose a su aeroplano con una clase de balanceo los diablillos cuidan el balanceo tirar el cigarrillo abrazar a la joven que espera, darle un beso.


(Risas)
Y, finalmente, montar en su aeroplano, posiblemente por última vez.

Por supuesto siempre pensé:

¿qué habría pasado de haber besado su aeroplano primero?


(Risas)
Pero esto era un verdadero romance para mí.

De todo lo relacionado con volar en aquellos días lo que fue, ahora que lo pienso, fue probablemente el desarrollo tecnológico más avanzado hasta ese momento.

De manera que siendo muy joven traté de acercarme a este desarrollo dibujando aeroplanos, constantemente dibujando aeroplanos.

De esta forma me convertí en parte de este romance.

Y por supuesto, de alguna manera, cuando digo romance, me refiero, en parte, al aspecto estético que rodea a toda esta situación.

Pienso que la palabra sería la experiencia holística que envuelve a un producto.

El producto era el aeroplano que permitió construir un romance.

Es más, las partes de un aeroplano tienen nombres en francés: el fuselage (fuselaje), el empennage (alerón trasero), el nessal (naríz).

Ustedes saben, provenientes de una lengua romance.

Era algo que simplemente penetraba tu espíritu.

Me pasó a mí.

Por lo que decidí que debía acercarme un poco más que simplemente dibujar aeroplanos de fantasía.

Quería construir aeroplanos.

Por lo que comencé a construir modelos de aeroplanos.

Y encontré al hacerlo que la apariencia en los dibujos no era suficiente; que no podías transferirlos a un modelo real.

Si querías que realmente volara tenías que aprender sobre la disciplina de volar.

Tenías que aprender sobre aeronáutica.

Aprender qué es lo que hace a un aeroplano permanecer en el aire.

Por supuesto, siendo un modelo, en esos días no podías controlarlo.

Así que debería ser automanejable, y permanecer volando sin chocar.

Por lo que decidí mejor dejar de utilizar el dibujo las formas de fantasía y convertirlas en dibujos técnicos.

La forma de las alas, del fuselaje y así.

Y construir un aeroplano a partir de esos dibujos que, yo sabía, seguían los principios de volar.

Haciéndolo así, podría producir un modelo que volara, que permaneciera en el aire.

Y se produjo, una vez que estuvo en el aire, parte de ese romance en el que había caído.

Bueno, del acto de dibujar aviones me condujo a, cuando tuve la oportunidad de elegir, a un curso en la escuela, para enrolarme en una clase de ingeniería aeronáutica.

Y cuando me encontré sentado en clases, sin que nadie me pidiera dibujar un aeroplano para mi sorpresa.

Tenía que aprender matemáticas y mecánica y todo ese tipo de cosas.

Así que prefería dibujar mis aeroplanos en clase.

Un día un compañero miró sobre mi hombro lo que hacía y me dijo: «Dibujas muy bien.» «Tú deberías estar en el departamento de artes».

Y le pregunté: «

¿Por qué?

» Él dijo: «Bueno, sólo por una razón, porque allá estudian más chicas que aquí».


(Risas)
Así que mi romance temporalmente cambió.


(Risas)
Y decidí ingresar en las artes porque ahí si apreciaban el dibujo.

Estudié pintura pero no me fue nada bien.

Transité por estudios de diseño, algo de arquitectura.

Eventualmente fui contratado como diseñador.

Y durante los siguientes 25 años, viví en Italia en EE.UU.

repartiendo partes de este romance a quien quisiera pagarlas.

Este sentimiento, este sentimiento de estética de la experiencia girando alrededor del objeto que se diseña.

Existe.

Cualquiera de ustedes que haya viajado en automóviles—

¿acaso fue ayer?

en una pista, sabe lo del romance que gira alrededor de los autos deportivos.

Bueno, durante 25 años estuve más bien apagando partes de este romance y sin recibir mucho a cambio porque el diseño bajo pedido no siempre te conecta con una circunstancia en la cual puedas producir cosas de este tipo.

Así es que, después de 25 años, comencé a sentir.

que me secaba poco a poco Y preferí renunciar.

Empecé un negocio propio muy pequeño que pasó de 40 personas a una en un esfuerzo por recuperar mi inocencia.

Deseaba regresar a donde estaba el romance.

No podía escoger aeroplanos porque ya se habían convertido en algo poco romántico para esas fechas.

Aunque había realizado muchos trabajos para aviones en sus interiores.

Por lo que opté por el mobiliario.

Y particularmente las sillas porque sabía algo acerca de ellas.

Había diseñado muchas sillas durante algunos años para tractores, camiones y submarinos.

Todo tipo de cosas.

Pero nada sobre sillas para oficina.

Así que, empecé a hacerlo y descubrí que existen formas de duplicar el mismo principio que utilicé con los aeroplanos.

La única diferencia era que en lugar de moldear el producto con base en el viento era moldeado por el cuerpo humano.

Así que la disciplina consistía en que mientras en los aviones aprendes mucho sobre cómo trabajar con el aire, para una silla se tiene que aprender mucho sobre cómo trabajar con el cuerpo.

y lo que el cuerpo necesita, requiere nos indica sus necesidades.

Y esa es la forma en que, a final de cuentas, después de algunos éxitos y errores terminé por diseñar la silla que les mostraré.

Debo decirles algo más, mientras me entretenía realizando aquellos modelos de aeroplanos hice de todo.

Concebí el tipo de aeroplano.

básicamente yo lo desarrollé, lo construí, y lo volé.

Y esa es la forma en la que trabajo ahora.

Cuando empecé con esta silla no tenía una idea preconcebida.

El diseño, actualmente, para ser verdadero, no se empieza con bocetos estilizados.

Yo empecé con muchas ideas vagas hace aproximadamente ocho o nueve años.

Y esas ideas sueltas tenían algo que yo sabía, pasaría con las personas en las oficinas.

En el lugar de trabajo, quienes realizan su trabajo usando sillas de trabajo la mayoría sentados frente a una computadora durante todo el día.

Y pensé: lo único que no necesitan es una silla que interfiera con su razón principal para estar sentados.

Así que decidí tomar la perspectiva de que la silla debe hacer por ellos lo máximo humanamente posible o mecánicamente posible de manera que no tengan que pelearse con ella.

Mi idea era que en lugar de sentarse y agacharse para encontrar muchos controles debes sentarte en la silla y automáticamente balancear tu peso con la fuerza requerida para reclinarte.

Ahora bien, eso podría no significar mucho para algunos de ustedes.

Pero todos sabemos que la mayoría de las sillas buenas deben reclinarse porque es benéfico abrir estas uniones entre tus piernas y el tronco de tu cuerpo para una mejor respiración y mayor fluidez.

De manera que al sentarte en mi silla sin importar si mides 1,50 m ó 1,96 m siempre trabaja con tu peso y transfiere la cantidad de fuerza necesaria para reclinarte de manera que no tienes que buscar algo que ajustar.

Se los diré sin rodeos: esto también tiene sus pros y sus contras.

Existen algunos inconvenientes.

Uno es que no puedes acomodar a cualquier tipo de persona.

Hay personas con poco peso y otras con mucho peso.

Posiblemente algunas tengan un tronco muy abultado que pueden caer más allá de la gráfica que decidí utilizar.

Pero sentí que el compromiso que me impuse estuvo a mi favor porque la mayoría de las personas no ajustan sus sillas.

Se sientan en ellas durante toda la vida.

Encontré a alguien en el autobús rumbo a una pista de carreras que me contó de una llamada de su hermana.

Me decía que su hermana tenía una de esas nuevas sillas mejoradas.

Ella le decía: «Oh, la adoro».

Decía: «Pero es demasiado alta».


(Risas)
Así que él le dijo: «voy a tu casa para echar una mirada».

Al llegar y mirar la silla, se agachó, tiró de una palanca y colocó la silla en una posición más baja.

Ella le dijo: «Oh, es maravilloso.

¿Cómo lo hiciste?

» Y entonces le mostró la manija.

Bueno, esto es típico para muchos de nosotros que trabajamos con sillas.

¿Por qué razón se necesita contar con un manual de 20 páginas para utilizar una silla?


(Risas)
Alguna vez yo tuve uno de 20 páginas, para un reloj de pulsera.

De cualquier forma, pensé que era importante que no tuvieran que hacer ajustes para realizar este tipo de operación.

La otra cosa que sentí es que los apoyabrazos nunca habían sido estudiados de manera apropiada.

desde la perspectiva de la cantidad de ayuda que pueden ofrecer a tu vida laboral.

Pero creí que sería mucho pedir el tener que ajustar cada uno de manera individual para colocarlos donde los querías.

Así que le dediqué mucho tiempo.

Trabajé cerca de ocho o nueve años en eso.

y cada cosa fue finalmente saliendo como en paralelo, pero de manera incremental se convirtieron en un problema en sí mismos.

Trabajé mucho tiempo para imaginarme cómo mover los apoyabrazos sobre un arco mayor esto es, hacia arriba y hacia abajo y hacerlo de manera más fácil para no tener que usar un botón.

Y después de muchas pruebas y muchos errores se nos ocurrió un arreglo muy simple en el que deberíamos solamente mover un solo apoyobrazos para que ambos subieran fácilmente.

Y se detuvieran donde lo deseas.

Puedes colocarlos abajo, prácticamente fuera de la vista.

Sin apoyabrazos.

O puedes tirar de ellos hacia arriba hasta donde lo desees.

Esta fue otra cosa que sentí, aunque no tan romántico como Cary Grant pero que sin embargo comienza a capturar un poco de estética, de operación funcional estética dentro de un producto.

Mi siguiente área de interés fue que el hecho de reclinarse era un factor muy importante.

Y que, mientras más puedas reclinarte, en cierta manera, es mejor.

Mientras mayor sea el ángulo de apertura entre este punto y este otro y, como ahora es costumbre, con una pantalla frente a tí lo menos que quieres es reclinarte hasta que tus ojos casi se cierren.

Así es que buscamos mantener tu vista al mismo nivel más o menos pero tú transfieres tu peso fuera de los huesitos de tus asentaderas.

¿Podrían todos poner sus manos en sus asentaderas y sentir ese hueso?


(Risas)

¿Sienten el hueso aquí abajo?


(Risas)
Sólo el de cada uno.


(Risas)
Existen dos, uno en cada lado.

Todo el peso del torso superior, los brazos, la cabeza, vienen a caer a través de la espalda, en la espina y en esos huesos cuando se sientan.

Y eso es un peso tremendo.

Simplemente al poder descansar nuestros brazos nos permite liberarnos de 20 porciento de nuestra carga.

Ahora, si la espina dorsal no se mantiene en la posición apropiada, ayudará a desviar nuestra espina de manera peligrosa, etc.

Así que para descargar ese gran peso y, si en realidad existe, te podrás reclinar.

Al reclinarte te deshaces de una gran cantidad de peso de tus huesos en las asentaderas y lo transfieres hacia tu espalda.

Al mismo tiempo, como les decía, uno abre esta unión.

Y la capacidad para respirar es buena pero para hacerlo, si tienes cualquier ángulo de reclinación, llega un momento en que necesitas descansar la cabeza porque, casi siempre, automáticamente sostienes la cabeza en una posición vertical,

¿pueden ver?

Mientras me reclino mi cabeza permanece más o menos vertical.

Y si se reclinan en exceso tienen que usar la fuerza de los músculos para mantener la cabeza allí.

Aquí es donde entra en juego el apoyacabeza.

Ahora bien, el soporte de la cabeza representa todo un reto porque siempre se desea ajustarlo lo suficiente para que quede bien, ustedes saben, un hombre alto y una mujer bajita.

Bueno, aquí vamos.

Tengo un poco más de 10 cms de ajuste aquí para descansar la cabeza en su lugar.

Pero yo sabía por experiencia y observando en varias oficinas donde había sillas con apoyacabezas que nadie se molestaba por darle vuelta a una perilla colocada en la parte de atrás para ajustarlo y ponerlo en posición.

Y tú vas a necesitarlo en una posición diferente cuando te sientas derecho, y entonces te reclinas.

Así que supe que era algo que tenía que ser resuelto, y ser automático.

De modo que si observan esta silla mientras me reclino, el descansacabeza se eleva hasta encontrar mi cuello.

Idealmente se quiere el soporte de la cabeza en el área craneal, justo aquí.

Asi que esta parte llevó mucho tiempo para solucionarse.

Y también hay muchas otras cosas, como la forma de los cojines.

El gel que pusimos en ellos; robamos la idea de los asientos de bicicleta, y pusimos el gel en los cojines y en los descansabrazos para absorber el punto de carga — distribuyendo la carga, evitando las zonas duras.

Pueden golpearse el codo o el trasero.

Y les quise demostrar el hecho de que una silla puede acomodar gente.

Mientras estás sentado en ella puedes ajustarla abajo para quien mide 1,5 m o puedes ajustarla para el tipo que mide 1,96 m.

Todo dentro del espectro de unos cuantos sencillos ajustes.


(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/niels_diffrient_rethinking_the_way_we_sit_down/

 

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