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Frases y citas sobre la educación

La educación abre la mente, la expande y le permite mejorar la vida de muchas maneras.

Así que esta semana – ya que las escuelas están empezando de nuevo – me gustaría compartir  las citas más motivadoras e inspiradoras sobre la educación.

Espero que las encuentres útiles sin importar si eres un estudiante que necesita un impulso de motivación o si eres un profesor de cualquier tipo que quiere inspirar y hacer un cambio en las vidas de sus estudiantes.

Y si quieres más inspiración, echa un vistazo a la sección de  citas y frases celebres donde encontraras muchas más.

 

Frases y citas sobre la educación

Frases y citas sobre la educación

 

  • «Si crees que la educación es cara, intenta la ignorancia» BOK
  • «Un comportamiento humano ético y eficaz debe basarse en la compasión, educación y preocupación social. Debe prescindir de la religión. No es admisible que a la sociedad únicamente la frene el castigo o la esperanza de premio después de la muerte» ALBERT EINSTEIN
  • «En lo que respecta a la ética, no hay ciencia que pueda salvarnos. Es mas, como la educación da mas valor de lo debido a lo intelectual y esta interesada sobre todo por la eficacia y la practicidad, los valores éticos se ven desplazados. El peligro no está tanto en lo que parta el desarrollo técnico, sino en una multiplicación mutua, en una forma de pensar «matter of fact», que se inmiscuye como una capa de hielo entre las relaciones de unos y otros» ALBERT EINSTEIN
  • «Solo el ejemplo es buena educación, aunque quien dé el ejemplo sea un monstruo» ALBERT EINSTEIN
  • «Podemos imponer la educación de la juventud dentro de un espíritu de comprensión entre pueblos y de amor hacia la vida, pero para eso necesitamos eliminar el servicio militar» ALBERT EINSTEIN
  • «Los países se prepararan para la guerra minuciosamente y con la intención de enfrentarla exitosamente, en tanto y en cuanto no se descarten las posibilidades del belicismo. Del mismo modo, es inevitable que si los jóvenes reciben educación dentro de la tradición militar y orgullo nacional continuaran sumergidos en el mismo encuadre cultural frente a la guerra» ALBERT EINSTEIN
  • «No hay duda de que, si una minoría es identificable por sus características físicas, será tratada como inferior dentro de la sociedad en que vive. Desgraciadamente, este trato conduce a una peor situación económica y por añadidura, las personas que forman parte de esa minoría terminan por considerase a sí mismas como efectivamente inferiores. Esto ultimo es evitable con el único medio de liberación: una educación apropiada» ALBERT EINSTEIN
  • «La meta principal de la educación es crear hombres que sean capaces de hacer cosas nuevas no simplemente de repetir lo que otras generaciones han hecho; hombres que sean creativos, inventores y descubridores. La segunda meta de la educación es la de formar mentes que sean críticas, que puedan verificar y no aceptar todo lo que se les ofrece». JEAN PIAGET
  • «Encontrando sus raíces en las clases bajas, la religión continúa expandiéndose entre los vulgares: no, uno puede incluso decir que se expande gracias a su vulgaridad y la falta de educación de sus adherentes. Y mientras que hay algunas personas moderadas, razonables e inteligentes que interpretan sus creencias alegóricamente, en su forma más pura crece entre los ignorantes.» CELSO
  • «Según tengo entendido, una persona puede iniciar ‘acciones legales’ contra otra que la insulto en la vía publica. Sabemos el ‘tiempo burocrático’ y las consecuencias que esto implica. ¿No seria mejor fomentar desde la base misma de la educación el respeto a la libertad y no el miedo a las leyes?» RAAS
  • «¿¡Que mierda me importan el índice del riesgo país, la cotización del dólar, la caída de la bolsa, la flotación cambiaria; si millones de personas navegan en la total indigencia sin alimentos, sin vestimenta, sin alojamiento digno, sin educación básica, sin asistencia sanitaria?!» RAAS
  • «Eres lo que haces. Si haces trabajo aburrido, estúpido, monótono, lo más probable es que acabes siendo aburrido, estúpido y monótono. El trabajo es una explicación mucho mejor de la creciente cretinización que ocurre alrededor de nosotros que esos mecanismos estupefacientes tan señalados como la televisión y la educación. La gente que pasa su vida regimentada, guiada de la escuela al trabajo y enjaulada por la familia primero y el asilo de ancianos al final, esta habituada a la jerarquía y es psicológicamente esclava. Su aptitud para la autonomía está tan atrofiada que su miedo a la libertad es una de sus pocas fobias con fundamento real. Su entrenamiento en la obediencia en el trabajo se lleva a las familias que ellos forman, reproduciendo de esta manera el sistema en formas diferentes, y se lleva a la política, la cultura y todo lo demás. Una vez que has drenado la vitalidad de la gente en el trabajo, probablemente se someterán a la jerarquía y a la especialización en todo. Están acostumbrados a ello.» BOB BLACK
  • «El miedo encierra al sujeto urbano en la soledad y el aislamiento ocasionando la ruptura de los lazos sociales. Este miedo ha permitido que el actual capitalismo globalizado determine que la vida social responda a las necesidades de la fuerzas monopólicas que lo controlan. Los derechos de los ciudadanos como salud, educación y vivienda se convierten en simples mercancías y el Estado en una empresa más cuyo único objetivo es que nada perturbe los movimientos del mercado que sólo benefician a los que más tienen.» ENRIQUE CARPINTERO
  • «El linaje, la riqueza, la educación, las características físicas, etc., son factores que procuran -status-.» BRUNO CAMPANELLA
  • «Se gastan cantidades desmesuradas de dinero para mantener enormes maquinarias militares y armas ligeras, existen millones de personas movilizadas como soldados -de los cuales 300.000 son niños y niñas- nuestros gobiernos ocultan y disfrazan los datos sobre el comercio de armamento y negocian con ello contribuyendo al endeudamiento de los países del Sur, se invierten muchos más recursos en investigación militar que en sanidad, educación, agricultura….» CULTURA DE PAZ
  • «El fin primordial de la educación desde sus pasos iniciales es preparar a los niños para el matrimonio y para la familia. La formación profesional viene mucho más adelante. La educación negadora de la sexualidad no es un solo un dictado de la atmósfera social; es también la consecuencia necesaria de la represión sexual de los adultos. Sin un alto grado de resignación sexual, la existencia en el ambiente de la familia coercitiva sería imposible.» WILHELM REICH
  • «Una educación que se encarga de anular las tensiones mas positivas, aquellas revolucionarias y transformadoras, dando curso, como aparente contrapartida, a la rebeldía negativa de las adicciones, la deserción escolar, el odio a los libros y muchas veces hasta la delincuencia. ¿Qué tipo de juventud está construyendo esta educación? La esperable si el Estado es el encargado de educarnos. Es necesario que surja la posibilidad de una educación socializada y autogestionada por sujetos autoconscientes y libres» IGNACIO RUSELL
  • «Los valores que inculca el sistema son en realidad desvalores y la educación juega un papel fundamental en su reproducción, sobre todo entre los jóvenes. ¿De qué otra forma se les puede llamar al egoísmo, al individualismo y la soberbia insertadas en la academia y en una gran porción en la juventud? Esa reproducción de los desvalores, esa formación de un carácter sistémico, se manifiesta no solo en los contenidos formativos sino también en los aspectos estructurales. Ingresar a un colegio como el Nacional Buenos Aires, por ejemplo, se convierte en una competencia feroz entre chicos y chicas de 12 y 13 años. Quienes suman mas puntos (…) a partir de los exámenes entran al colegio y quienes suman menos se quedan del lado de afuera» IGNACIO RUSELL
  • «Es el Estado el encargado de controlar la educación y de impartir su ideología a través de un sistema verticalista, con directores, rectores, vicerrectores, preceptores, sanciones, expulsiones, un régimen de horarios y exámenes leoninos, profesores iluminados y alumnos son luz que deben callarse y mirar al frente. El Estado desarrolla y forma, forma y desarrolla, también desarrolla lo deforme y forma el subdesarrollo» IGNACIO RUSELL
  • «Esta educación produce individuos sumisos al sistema porque están empapados por la ideología dominante. En el mañana, estos jóvenes serán los actores de la sociedad, de la sociedad sistémica, bajo formas que aseguren ese sometimiento tan indispensable para continuar dominando: serán explotadores, explotados o auxiliares de la explotación, serán intelectuales legitimadores del sistema o políticos, incluso algunos entrarán a los cuerpos represivos y otros se ahogarán en la desesperación y la apatía mas negativas. Pero por sobre todas las cosas, son individuos orgánicamente ganados para el sistema. Solo un cambio global y una ruptura total podrán liberarlos de las ataduras ideológicas y de esa mentalidad sistémica construída concienzuda y metódicamente a lo largo de todos los años de educación opresiva» IGNACIO RUSELL
  • «La educación actual es una máquina productora de mentalidades subordinadas y justificadoras del sistema, de un pensamiento y una inteligencia corrompidas por años y años de educación estatal. Esto se combina con la opresión de la familia, la política, la cultura dominante, los medios de comunicación y la religión. Como para confirmar que la dominación no es solo económica y que la contradicción capital-trabajo no es, ni mucho menos, el único aspecto desde el cual es necesario luchar y alcanzar la revolución» IGNACIO RUSELL
  • «Una educación libre y asentada en las mejores cualidades humanas puede contribuir enormemente para lograr ese objetivo. Una educación que no esté regimentada por ningún Estado ni aparato capitalista ni de ningún tipo, sino que esté impulsada por todos nosotros, por los jóvenes, teniendo como norte a la liberación de la especie humana en su conjunto. Una educación que desarrolle y fortalezca nuestras mejores potencialidades para cambiar la vida y crear una sociedad distinta. Una educación que nos sepa conducir hacia la revolución y a la liberación global» IGNACIO RUSELL
  • «Me parece que el capitalismo se transformó, pasando de una economía rodeada de muchas formaciones sociales y políticas precapitalistas, a una sociedad ‘economizada’ en si misma. La vida social como tal está penetrada por los valores de mercado. Estos se han infiltrado crecientemente en las relaciones familiares, educacionales, personales e incluso espirituales, eliminando las tradiciones precapitalistas, que comportaban mayor ayuda mutua, mayor idealismo y responsabilidad moral, en contraste con las normas de conducta mercantilistas. Términos como ‘consumismo’ e ‘industrialismo’ son meros eufemismos oscurantistas para designar un aburguesamiento que todo lo impregna, y que implica bastante más que apetito de mercancías y sofisticación tecnológica. Estamos asistiendo a la expansión de las relaciones mercantiles en todas las áreas de la vida y en los movimientos sociales, que en otro tiempo ofrecieron cierta resistencia (cuando no un refugio) contra las formas competitivas, amorales y acumuladoras de interacción humana» MURRAY BOOKCHIN
  • «La institución política es muy fuerte en el punto en que la eficacia de la educación es deficiente y su campo de acción es externo» WILLIAM GODWIN
  • «La legislación de cada país, en general, favorece al rico contra el pobre. Ese es el carácter del juego legal por el cual el trabajador sin educación tiene prohibido destruir al que devora las esperanzas de su futura subsistencia o de proveerse de alimento que encuentra, sin buscarlo, en su camino» WILLIAM GODWIN
  • «La dirección que ejerce el gobierno sobre la educación pública es el medio del cual se vale para influir sobre la opinión general» WILLIAM GODWIN
  • «La educación y la enseñanza son de naturaleza exclusivamente social. Fuera de la sociedad, el hombre seguirá siendo un animal salvaje o un santo, que viene a ser lo mismo» MIJAIL BAKUNIN
  • «También la educación es privilegio de minorías. ¿Qué educación recibe el obrero que a los trece años baja a las minas o va a cultivar el campo?» PIOTR KROPOTKIN
  • «La idea de una sociedad sin Estado provocará tantas objeciones como la economía política de una sociedad sin capital privado. Hemos sido criados sin prejuicios acerca de las funciones providenciales del Estado. Y nuestra educación, desde las tradiciones romanas hasta el código de Bizancio, y las ciencias profesadas en la universidad, nos acostumbró a creer en el gobierno y en las virtudes del Estado-providencia» PIOTR KROPOTKIN
  • «Dignidad y capital son incompatibles. Mientras más avanza el caminar de la dignidad, más huye el capital. Cuando se levantan los indígenas, el capital huye. Cuando los obreros ocupan las fábricas, el capital huye. Cuando los estudiantes se rebelan contra la reestructuración de la educación, el capital huye. Cuando parece que un gobierno de izquierda podría introducir medidas que afecten las ganancias, el capital huye (y el gobierno cambia de opinión)» JOHN HOLLOWAY
  • «El capital se lleva la población del campo, explota las colonias y pueblos cuya industria no esta desarrollada y condena a la mayoría de los trabajadores a vivir sin educación técnica, como mediocres hasta en su propio oficio. El estado prospero de una industria se consigue por la ruina de otras diez. Y esto no es un accidente, sino una necesidad del régimen capitalista» PIOTR KROPOTKIN
  • «El fin de la educación debería ser la prevención de aquellas emociones ocultas que son hostiles a la sociedad» ALEXANDER S. NEILL
  • «Al moverse en el escurridizo sendero de las argucias y las emociones del discurso, la educación ha procurado desde siempre contener la espesura de las palabras que ellas misma genera, con el objetivo de que la misma no se le volviera contra sí» EZEQUIEL IPAR
  • «Sin duda la fábrica ya conocía el sistema de primas, pero la empresa se esfuerza más profundamente por imponer una modulación de cada salario, en estados de perpetua metastabilidad que pasan por desafíos, concursos y coloquios extremadamente cómicos. Si los juegos televisados más idiotas tienen tanto éxito es porque expresan adecuadamente la situación de empresa. La fábrica constituía a los individuos en cuerpos, por la doble ventaja del patrón que vigilaba a cada elemento en la masa, y de los sindicatos que movilizaban una masa de resistencia; pero la empresa no cesa de introducir una rivalidad inexplicable como sana emulación, excelente motivación que opone a los individuos entre ellos y atraviesa a cada uno, dividiéndolo en sí mismo. El principio modular del ‘salario al mérito’ no ha dejado de tentar a la propia educación nacional: en efecto, así como la empresa reemplaza a la fábrica, la formación permanente tiende a reemplazar a la escuela, y la evaluación continua al examen. Lo cual constituye el medio más seguro para librar la escuela a la empresa.» GILLES DELEUZE
  • «La miserabilización y desarraigo a que se condena a vastos sectores de la población mundial (y que la espiral de las guerras incrementa), unido a la muy probable confluencia de otros factores (ingeniería genética, neuro-fármacos, condicionamientos mediáticos-educacionales) podrían llegar a disolver esa unidad esencial. No es inconcebible que el desarrollo de estas fuerzas ‘manipulativas’ terminen generando una división repugnante e irreversible: una masa sub-humana sin identidad, despojada de todo (lengua, territorio) y un homo ciberneticus sustentado por la evolución incesante de la ingeniería automatizada y la inteligencia artificial» LORETO ECHEVERRIA (2004)
  • «Para que la cultura pueda cumplir su función ideológica de principio de una cooptación de clase y de legitimación de ese modo de reclutamiento, hace falta y basta que sea olvidado, enmascarado y negado el lazo a la vez patente y oculto entre la cultura y la educación. La idea contra natura de una cultura de nacimiento, de un don cultural dispensado a algunos por la naturaleza es inseparable de la ceguera respecto de las funciones de la institución que asegura la rentabilidad de la herencia cultural y legitima la transmición de esta última disimulando que cumple esa función: la escuela, en efecto, la institución que, por sus veredictos formalmente irreprochables, trasnforma las desigualdades socialmente condicionadas ante la cultura en desigualdades de éxito, interpretadas como desigualdades de donde, que son también desigualdades de mérito» PIERRE BORDIEU (1966)
  • «Los trabajadores agrícolas que años atrás rompían las máquinas en signo de protesta contra el desempleo y la caída de los salarios, las utilizaron gustosos para aliviar sus tareas. Se desarrolló el uso de fertilizantes y la avicultura, los sistemas de riego, las granjas piloto y las vías de comunicación. En la región de Valencia se reorganizó, bajo el égida de los sindicatos, la comercialización de las naranjas, cuya exportación proveía una importante fuente de divisas. Las iglesias que no habían sido quemadas fueron transformadas en edificios civiles: depósitos, salas de reunión, teatros y hospitales. Y como el credo anarquista sostenía que el fundamento de emancipación estaba en la educación y la cultura, surgieron escuelas, bibliotecas y centros culturales en los pueblos más aislados» CARLOS PARDO (2000)
  • «La libertad no será sino una mentira mientras la mayoría este reducida a una existencia miserable, privada de educación, de reposo y de pan, y esté destinada a servir de títere a los poderosos» MIJAIL BAKUNIN
  • «¿Cómo es que, siendo tan inteligentes los niños, son tan estúpidos la mayor parte de los hombres? Debe ser fruto de la educación» ALEXANDRE DUMAS (padre)
  • «Llega un momento en la educación de todo individuo en que se llega a la convicción de que la envidia es ignorancia, de que la imitación es un suicidio, de que toda persona debe tomarse a sí misma para bien o para mal como a su semejante, de que aunque el vasto universo esté lleno de riquezas ningún grano nutritivo puede llegar hasta uno si no es a través del trabajo en la parcela a la que se la ha sido asignada» RALPH WALDO EMERSON
  • «Mucho antes de la adolescencia, de niños, lo que se les regala a los varoncitos son autos de juguete, y lo que se les regala a las nenas, todavía hoy son muñecas. A ellos se los prepara para ser conductores, y a ellas para ser madres. Hay una socialización desde muy temprano para la existencia del automóvil que, en cuanto a su simbología, reemplazó muy fielmente lo que representó el caballo para la cultura medieval. El caballo era el signo viril del señor feudal. Hoy hay una verdadera identificación de la masculinidad con el automóvil. Y aun con la liberación femenina, estos refuerzos se siguen produciendo desde la infancia. No hay duda de que hay toda una educación para el automóvil». ROXANA KREIMER (2006)
  • «Gastamos actualmente en bebidas y tabaco más de lo que gastamos en educación. Esto, desde luego, no es sorprendente. El afán de escapar de sí mismo y del ambiente se halla en la mayoría de nosotros casi todo el tiempo. El deseo de hacer algo por los niños es fuerte únicamente en los padres y sólo durante los pocos años en que sus hijos van a la escuela. Tampoco puede sorprender la actitud corriente frente al alcohol y el tabaco. A pesar del creciente ejército de los alcohólicos sin remedio, a pesar de los cientos de miles de personas muertas o incapacitadas cada años por conductores borrachos, los comediantes siguen haciéndonos reír con sus bromas acerca de los aficionados a empinar el codo. Y a pesar de las pruebas que relacionan el cigarrillo con el cáncer del pulmón, prácticamente apenas hay personas que no consideren que el fumar es casi tan normal como el comer. Desde el punto de vista del racionalista utilitario es exactamente lo que cabía esperar. La firme convicción de la realidad material del Infierno nunca impidió a los cristianos medievales hacer lo que su ambición, su lujuria o su codicia les reclamaba. El cáncer de pulmón, los accidentes de tránsito y los millones de alcohólicos miserables y transmisores de miseria son hechos todavía más ciertos de lo que era en tiempos de Dante el hecho del Infierno. Pero todos ellos son hechos remotos e insustanciales al lado del hecho próximo y muy sentido del ansia, aquí, ahora, de un alivio, de un sedante, de un trago o un cigarrillo.» ALDOUS HUXLEY (1956)
  • «En un mundo donde la educación es predominantemente verbal, las personas muy cultas hallan poco menos que imposible dedicar una seria atención a lo que no sea palabras y nociones. Siempre hay dinero y doctorados para la culta necedad de lo que constituye entre los eruditos el problema más importante: ¿Quién influyó en quién para decir tal o cual cosa en tal o cual ocasión? Hasta en estos tiempos de tecnología se rinde pleitesía a las Humanidades. En cambio, apenas se hace el menor caso a las humanidades no verbales, a las artes de percibir directamente los hechos concretos de nuestra existencia (…) Pero si se trata de averiguar cómo usted y yo, nuestros hijos y nuestros nietos podemos hacernos más perceptivos, más intensamente conscientes de la realidad interior y exterior, más abiertos al Espíritu, menos propensos a caer, por nuestros vicios psicológicos, físicamente enfermos y más capaces de regular nuestro propio sistema nervioso autónomo; si se trata de cualquier forma de educación verbal que se más fundamental. Y con más probabilidades de uso práctico- que la Gimnasia Sueca, ninguna persona respetable ni ninguna universidad o religión que se respete hará absolutamente nada. Los verbalistas temen a los no verbales; los racionalistas temen al hecho concreto no racional; los intelectuales entienden que ‘lo que percibimos con el ojo (o de cualquier otro modo) nos es extraño como tal y no debe impresionarnos mucho’. Además, este asunto de la educación en las Humanidades no verbales no encaja en ninguno de los casilleros establecidos. No es religión, ni es neurología, ni es gimnasia, ni es moral, ni es civismo, ni es psicología experimental. Siendo esto así, el tema, a los efectos académicos y eclesiásticos, no existe y puede ser tranquilamente pasado por alto o dejado, con una sonrisa de superioridad, a quienes son llamados farsantes, curanderos, charlatanes y aficionados ineptos por los fariseos de la ortodoxia verbal.» ALDOUS HUXLEY (1956)
  • «Literaria o científica, liberal o especializada, toda nuestra educación es predominantemente verbal y, en consecuencia, no cumple la función que teóricamente se le asigna. En lugar de transformar a los niños en adultos plenamente desarrollados, produce estudiantes de ciencias naturales que nada saben de la Naturaleza como hecho primordial de la experiencia e impone al mundo estudiantes de Humanidades que nada saben de humanidad, ni de la suya ni de la ajena.» ALDOUS HUXLEY (1956)
  • «La educación, por más que sea legalmente el instrumento gracias al cual todo individuo en una sociedad como la nuestra puede acceder a cualquier tipo de discurso, se sabe que sigue en su distribución, en lo que permite y en lo que impide, las líneas que le vienen marcadas por las distancias; las oposiciones y las luchas sociales. Todo sistema de educación es una forma política de mantener o de modificar la adecuación de los discursos, con los saberes y los poderes que implican» MICHEL FOUCAULT (1970)
  • «La pedagogía de la ley penal no es, en consecuencia, para este punto de vista, sino el resultado de un deber general de obediencia a los mejores que son las voces autorizadas y los únicos maestros admitidos por esta línea de pensamiento que se apoya en la superioridad que la naturaleza habría dado a algunos por su condición racial o adscriptiva. La pena de muerte, que forma parte del núcleo de estas doctrinas, se justifica por la necesidad última de suprimir a aquel que no puede ser adaptado o incorporado al proceso de adaptación pedagógica de la ley del más fuerte. La imposibilidad de educación adaptativa se resuelve por la eliminación del inadaptado que, con arreglo a la enseñanza de la naturaleza se entiende como algo beneficioso para la sociedad a la cual se libra de aquello que no se puede redimir.» RAMON A. MACHUCA- ALFREDO H. CASTAGNE
  • «Trato de mostrar que el principal acontecimiento hoy no lo vemos quienes lo estamos viviendo, los que recorremos la superficie de los periódicos, la obviedad del conflicto, la injusticia social del mercado, […] para mí el mayor acontecimiento quizás de toda la historia, y no hay nada comparable en el pasado, permanece sustancialmente inobservado: la superación de toda la naturaleza o del entorno natural como huésped de la vida humana, en favor de un medio tecnológico, de una tecnología de masas. Así que estas películas no tratan del efecto de la tecnología o la industria sobre la gente, sino de que todo, la política, la educación, la estructura financiera […] la cultura, la religión, todo existe dentro de la tecnología.» GODFREY REGGIO
  • «El activismo, como todos los roles expertos, tiene su base en la división del trabajo – es una tarea especializada separada de las demás. La división del trabajo es el cimiento de la sociedad de clase, donde la división fundamental es la del trabajo mental y el trabajo manual. La división del trabajo opera, por ejemplo, en la medicina o la educación. En lugar de que curar y criar a niños sea un conocimiento general y tareas en las que todos participen, estos conocimientos se convierten en propiedad especializada de doctores y profesores, expertos de los que debemos depender para que hagan estas cosas por nosotros. Los expertos guardan celosamente las destrezas que tienen y las mistifican. Esto mantiene a las personas separadas e impotentes y refuerza la sociedad de clase jerárquica. Una división del trabajo implica que una persona asume un papel en representación de muchos otros que renuncian a esta responsabilidad. Una separación de las tareas quiere decir que otras personas harán tu comida y tu ropa y te proporcionarán electricidad mientras tú sigues con tu tarea de conseguir el cambio social. El activista, como experto en el cambio social, asume que las otras personas no están haciendo nada para cambiar sus vidas y por esto siente un deber o una responsabilidad de hacerlo en su nombre. Los activistas piensan que están compensando la falta de la actividad de otros. Definirnos a nosotros como activistas significa definir ‘nuestras’ acciones como las que provocarán el cambio social, por lo tanto ignorando la actividad de miles de miles de otros no-activistas. El activismo está basado en la falsa idea de que son solamente los activistas los que hacen el cambio social – mientras que por supuesto la lucha de clases transcurre constantemente.» ANDREW X
  • «Una de las irracionalidades más visibles del actual sistema es la combinación del consumo más sofisticado con el hambre las habitaciones insalubres, la ausencia de casi toda comodidad para gestionar la vida cotidiana, la desigualdad educacional. Cohabitan el consumo excesivo como posibilidad para algunos, con la imposibilidad del consumo esencial para muchos.» TOMAS MOULIAN (1998)
  • «Muchos estudiantes, en especial los que son pobres, saben intuitivamente qué hacen por ellos las escuelas. Los adiestran a confundir proceso y sustancia. Una vez que estos dos términos se hacen indistintos, se adopta una nueva lógica: cuanto más tratamiento haya, tanto mejor serán los resultados. Al alumno se le ‘escolariza’ de ese modo para confundir enseñanza con saber, promoción al curso siguiente con educación, diploma con competencia, y fluidez con capacidad para decir algo nuevo. A su imaginación se la ‘escolariza’ para que acepte servicio en vez de valor. Se confunde el tratamiento médico tomándolo por cuidado de la salud, el trabajo social por mejoramiento de la vida comunitaria, la protección policial por tranquilidad, el equilibrio militar por seguridad nacional, la mezquina lucha cotidiana por trabajo productivo. La salud, el saber, la dignidad, la independencia y el quehacer creativo quedan definidos como poco más que el desempeño de las instituciones que afirman servir a estos fines, y su mejoramiento se hace dependiente de la asignación de mayores recursos a la administración de hospitales, escuelas y demás organismos correspondientes.» IVAN ILLICH (1971)
  • «(…) La institucionalización de los valores conduce inevitablemente a la contaminación física, a la polarización social y a la impotencia psicológica: tres dimensiones en un proceso de degradación global y de miseria modernizada. (…) Este proceso de degradación se acelera cuando unas necesidades no materiales son transformadas en demanda de bienes; cuando a la salud, a la educación, a la movilidad personal, al bienestar o a la cura psicológica se las define como el resultado de servicios o de ‘tratamientos’. IVAN ILLICH (1971)
  • «Sólo al desviar los dólares que ahora afluyen a las instituciones que actualmente tratan la salud, la educación y el bienestar social podrá detenerse el progresivo empobrecimiento que ahora proviene del aspecto paralizante de las mismas.» IVAN ILLICH (1971)
  • «No sólo en Argentina, sino también en México o en Brasil, el ciudadano medio define una educación adecuada según las pautas estadounidenses, aun cuando la posibilidad de lograr esa prolongada escolarización esté restringida a una diminuta minoría. En estos países la mayoría ya está enviciada con la escuela, es decir, han sido ‘escolarizados’ para sentirse inferiores respecto del que tiene una mejor escolaridad. Su fanatismo en favor de la escuela hace posible el explotarlos por partida doble: permite aumentar la asignación de fondos públicos para la educación de unos pocos y aumentar la aceptación del control social de parte de la mayoría. Es paradójico que la creencia en la escolarización universal se mantenga más firme en los países en que el menor número de personas ha sido -y será- servido por las escuelas. Sin embargo, en América Latina la mayoría de los padres y de los hijos podrían seguir aún senderos diferentes hacia la educación. La proporción del ahorro nacional invertido en escuelas y maestros tal vez sea mayor que en los países ricos, pero estas inversiones son totalmente insuficientes para atender a la mayoría haciendo posible siquiera cuatro años de asistencia a la escuela.» IVAN ILLICH (1971)
  • «La paradoja de las escuelas es evidente: el gasto creciente hace aumentar su destructividad en su propio país y en el extranjero. Esta paradoja debe convertirse en tema de público debate. Se reconoce de manera general hoy por hoy que el medio ambiente físico quedará destruido dentro de poco por la contaminación bioquímica a menos que invirtamos las tendencias actuales de producción de bienes físicos. Debería reconocerse asimismo el que la vida social y personal están igualmente amenazada por la contaminación del Ministerio de Salud, Educación y Bienestar, subproducto inevitable del consumo obligatorio y competitivo del bienestar.» IVAN ILLICH (1971)
  • «La instrucción libre y rutinaria es una blasfemia subversiva para el educador ortodoxo. Ella desliga la adquisición de destrezas de la educación ‘humana’, que la escuela empaca conjuntamente, y fomenta así el aprendizaje sin título o permiso no menos que la enseñanza sin título para fines imprevisibles.» IVAN ILLICH (1971)
  • «La desescolarización de la sociedad implica el reconocimiento de la naturaleza ambivalente del aprendizaje. La insistencia en la sola rutina podría ser un desastre; igual énfasis debe hacerse en otros tipos de aprendizaje. Pero si las escuelas son el lugar inapropiado para aprender una destreza, son lugares aún peores para adquirir una educación. La escuela realiza mal ambas tareas, en parte porque no distingue entre ellas. La escuela es ineficiente para instruir en destrezas por ser curricular. En la mayoría de las escuelas, un programa cuyo objetivo es mejorar una habilidad está siempre concatenado a otra tarea no pertinente. La historia está amarrada al derecho de usar el patio de juegos.» IVAN ILLICH (1971)
  • «No es el reclutamiento en una institución especializada, sino sólo la movilización de toda la población lo que puede conducir a una cultura popular. Los maestros titulados se han apropiado del derecho que todo hombre tiene de ejercer su competencia para aprender e instruir igualmente. La competencia del maestro está a su vez restringida a lo que pueda hacerse en la escuela. Y, además, el trabajo y el tiempo libre están, a consecuencia de ello, alienados el uno del otro: tanto del trabajador como del espectador se espera que lleguen al lugar de trabajo prestos para encajar en una rutina preparada para ellos. La adaptación en forma de diseño, instrucción y publicidad de un producto los moldea para desempeñar su papel de modo muy semejante y como lo hace la educación mediante la escolaridad.» IVAN ILLICH (1971)
  • «La educación incidental ya no puede regresar a las formas que el aprendizaje adoptó en la aldea o en la ciudad medieval. La sociedad tradicional se asemeja más a un grupo de círculos concéntricos de estructuras significativas, mientras el hombre moderno debe aprender el cómo hallar significación en muchas estructuras con las que está relacionado de manera sólo marginal. En la aldea, el lenguaje, la arquitectura, el trabajo, la religión y las costumbres familiares eran compatibles entre sí, se explicaban y reforzaban mutuamente. El desarrollarse en una implicaba un desarrollo en las otras. Incluso el aprendizaje especializado era el subproducto de actividades especializadas, tales como la fabricación de zapatos o el canto de los salmos. Si un aprendiz no llegaba jamás a ser maestro o erudito, contribuía sin embargo a la fabricación de zapatos o a hacer solemnes los servicios litúrgicos. La educación no competía en tiempo ni con el trabajo ni con el ocio. Casi toda la educación era compleja, vitalicia y no planificada.» IVAN ILLICH (1971)
  • «No podemos iniciar una reforma de la educación a menos que entendamos primero que ni el aprendizaje individual ni la igualdad social pueden acrecentarse mediante el ritual de la escolarización. No podremos ir más allá de la sociedad de consumo a menos que entendamos primero que las escuelas públicas obligatorias reproducen inevitablemente dicha sociedad, independientemente de lo que se enseñe en ellas.» IVAN ILLICH (1971)
  • «Una manera de llenar el tiempo disponible es estimular mayores demandas de consumo de bienes y, simultáneamente de producción de servicios. Lo primero implica una economía que proporciona una falange cada vez mayor de cosas siempre novedosas que pueden hacerse, consumirse y someterse a reciclaje. Lo segundo implica el vano intento de ‘hacer’ acciones virtuosas, haciendo aparecer como tales los productos de las instituciones de ‘servicios’. Esto conduce a la identificación de la escolaridad con la educación, del servicio médico con la salud, del mirar programas con la recreación, de la velocidad con la locomoción eficaz. La primera opción lleva ahora el apodo de desarrollo.» IVAN ILLCIH (1971)
  • «El complemento de una lista de bienes durables, reparables y reutilizables no es un aumento de servicios producidos institucionalmente, sino más bien una estructura institucional que eduque constantemente a la acción, a la participación, a la autoayuda. El movimiento de nuestra sociedad desde el presente -en el cual todas las instituciones gravitan hacia una burocracia postindustrial- a un futuro de convivialidad postindustrial -en el cual la intensidad de la acción preponderaría sobre la producción- debe comenzar con una renovación del estilo de las instituciones de servicio y, antes que nada, por una renovación de la educación. Un futuro que es deseable y factible depende de nuestra disposición a invertir nuestro saber tecnológico en el desarrollo de instituciones conviviales. En el terreno de las investigaciones sobre educación, esto equivale a exigir que se trastruequen las tendencias actuales.» IVAN ILLCIH (1971)
  • «Los innovadores educacionales siguen suponiendo que las instituciones educativas funcionan como embudos para los programas que ellos envasan. Para los fines de mi argumento da lo mismo el que estos embudos tengan la forma de un aula, de un transmisor de TV, o de una ‘zona liberada’. Es igualmente ajeno al asunto el si los envases suministrados son ricos o pobres, calientes o fríos, duros y mensurables (como Matemáticas III), o imposibles de evaluar (como la sensibilización). Lo que interesa es que se suponga que la educación es el resultado de un proceso institucional dirigido por el educador. Mientras las relaciones continúen siendo aquellas existentes entre un proveedor y un consumidor, el trabajo de investigación sobre educación continuará siendo un proceso circular. Acumulará pruebas científicas en apoyo de la necesidad de más paquetes educativos y de su despacho más mortalmente exacto a cada cliente, tal como cierta rama de las ciencias sociales puede probar la necesidad del despacho de un mayor tratamiento militar.» IVAN ILLICH (1971)
  • «Democracia significa gobierno por los que no tienen educación, y aristocracia significa gobierno por los mal educados.» GILBERT KEITH CHESTERTON
  • «Tan persuasivo es el poder de las instituciones que nosotros mismos hemos creado, que ellas modelan no sólo nuestras preferencias sino también nuestra visión de lo posible. No podemos hablar de medios modernos de transporte sin referimos a los automóviles y aviones. Nos sentimos impedidos para tratar el problema de la salud sin implicar automáticamente la posibilidad de prolongar indefinidamente una vida enferma. Hemos llegado a ser por completo incapaces de pensar en una educación mejor, salvo en términos de escuelas aún más complejas, y maestros entrenados durante un período más largo. El horizonte de nuestra facultad creadora está bloqueado por gigantescas instituciones que producen servicios carísimos.» IVAN ILLICH (1981)
  • «Ahí está la maravillosa frase de Aristóteles: ‘¿Quién es un ciudadano? Ciudadano es uno que es capaz de gobernar y de ser gobernado’. Hay millones de ciudadanos en el país. ¿Por qué no podrían ser capaces de gobernar? Porque toda la vida política apunta precisamente a hacérselo olvidar. A convencerles de que hay expertos a quienes confiar los asuntos. Hay pues una contraeducación política. Mientras que la gente debería habituarse a ejercer toda suerte de responsabilidades y a tomar iniciativas, se habitúa a seguir o a votar por opciones que otros le presentan.» CORNELIUS CASTORIADIS
  • «Un monopolio radical cala más hondo que el de cualquier corporación o cualquier gobierno. Puede tomar muchas formas. Cuando las ciudades se construyen alrededor de los vehículos, devalúan los pies humanos; cuando las escuelas acaparan el aprendizaje, devalúan al autodidacta, cuando los hospitales reclutan a todos aquellos en condición crítica, imponen a la sociedad una nueva forma de morir. Los monopolios ordinarios acorralan al mercado; los monopolios radicales inhabilitan a la gente para hacer y crear cosas por sí misma. El monopolio comercial restringe el flujo de mercancías; el monopolio social, más insidioso, paraliza la producción de valores de uso no comerciales. Los monopolios radicales violan aún más la libertad y la independencia. Imponen en toda la sociedad la sustitución de valores de uso por mercancías, remodelando el ambiente y ‘apropiándose’ aquellas características generales que permitieron a la gente enfrentarlo por sí misma. La educación intensiva destruye al labrador de subsistencia, y el despliegue de la policía mina el autocontrol de la comunidad. La maligna propagación de la medicina tiene resultados comparables: convierte el cuidado mutuo y la automedicación en delitos o fechorías. Igual que la yatrogénesis clínica se hace médicamente incurable cuando alcanza una intensidad crítica y a partir de entonces sólo puede revertirse por un descenso de la empresa, así la yatrogénesis social sólo puede revertirse por medio de una acción política que cercene la dominación profesional. Un monopolio radical se alimenta de sí mismo. La medicina yatrogénica refuerza una sociedad morbosa donde el control social de la población por parte del sistema médico se erige como actividad económica primordial. Sirve para legitimar componendas sociales en las que mucha gente no encaja. Cataloga a los impedidos como ineptos y genera una tras otra nuevas categorías de pacientes. La gente airada, enferma y menoscabada por su labor y su ocio industriales sólo puede escapar viviendo bajo supervisión médica, y con ellos se le seduce o se le descalifica de la lucha política por un mundo más sano.» IVAN ILLIVH (1975)
  • Más allá de cierta invasión al presupuesto, el dinero que expande los controles médicos sobre el espacio, los horarios, la educación, la dieta o el diseño de máquinas y de bienes desatará inevitablemente una ‘pesadilla forjada de buenas intenciones0. Tal vez el dinero amenace siempre a la salud. Demasiado dinero la corrompe. Después de cierto punto, lo que puede producir dinero o lo que el dinero puede comprar restringe el campo de la ‘vida’ libremente elegida. No sólo la producción sino también el consumo recalcan la escasez de tiempo, espacio y elección.» IVAN ILLICH (1975)
  • «Nuestra nueva imagen de la muerte también cuadra con el ethos industrial. Irrevocablemente, la buena muerte ha llegado a ser la del consumidor normal de asistencia médica. Así como a principios del siglo quedaron definidos todos los hombres como alumnos nacidos en estupidez original y necesitando ocho años de escuela antes de poder entrar a la vida productiva, actualmente son marcados desde que nacen como pacientes, que necesitan toda clase de tratamiento si quieren llevar la vida de la manera adecuada. Así como el consumo de educación llegó a utilizarse como medio para discriminar en el trabajo, así el consumo médico ha llegado a ser un recurso para aliviar el trabajo malsano, las ciudades sucias y el transporte que destroza los nervios. ¡Qué necesidad hay de preocuparse por un ambiente menos asesino cuando los médicos están equipados industrialmente para actuar como salvavidas!.» IVAN ILLICH (1975)
  • «La amenaza que la medicina actual representa para la salud de las poblaciones es análoga a la amenaza que el volumen y la intensidad del tráfico representan para la movilidad, la amenaza que la educación y los medios masivos de comunicación representan para el aprendizaje, y la amenaza que la urbanización representa para la habilidad de construir una morada. En cada caso una gran empresa institucional ha resultado contraproducente. La aceleración del tráfico, consumidora del tiempo; las comunicaciones ruidosas y confusas; la educación que entrena cada vez más gente para niveles de competencia técnica y formas especializadas de incompetencia general cada vez más altos: todos ésos son fenómenos paralelos a la producción de la enfermedad yatrogénica por parte de la medicina. En cada caso un gran sector institucional ha apartado a la sociedad del propósito específico para el cual dicho sector fue creado y técnicamente instrumentado.» IVAN ILLICH (1975)
  • «La falacia de que la sociedad está atrapada para siempre en la edad de los medicamentos es uno de los dogmas que han lastrado la elaboración de políticas médicas: está de acuerdo con el hombre industrializado. Este ha aprendido tratar de comprar todo lo que se le antoja. No llega a ningún lado sin transportes ni educación; su ambiente le ha hecho imposible, no importa cuál sea ni por qué motivo, es una última oportunidad de afirmar un dominio sobre sí mismo, de interferir en su propio cuerpo más que dejar que otros interfieran. La invasión farmacéutica lo lleva a una medicación, indicada por él o por alguien más, que reduce su capacidad para enfrentarse con un cuerpo que él aún puede cuidar.» IVAN ILLICH (1975)
  • «Los padres industriales, forzados a procrear mano de obra para un mundo en el que no encaja nadie que no haya sido aplastado y moldeado por 16 años de educación formal, se sienten impotentes para atender personalmente a su prole, y desesperados, la anegan de medicinas.» IVAN ILLICH (1975)
  • «En las sociedades industriales avanzadas, los enfermos son identificados una vez más como poseedores de un cierto nivel de productividad que les habría sido negado en una etapa anterior de industrialización. Ahora que todo el mundo tiende a ser paciente en algún respecto, el trabajo asalariado adquiere características terapéuticas. La educación sanitaria el asesoramiento higiénico, los exámenes y las actividades de mantenimiento de la salud, a lo largo de toda la vida, pasan a ser parte inherente de las rutinas de la fábrica y la oficina. Las relaciones terapéuticas se infiltran en las relaciones de producción y les dan color. El Homo sapiens, que despertó al mito en una tribu y creció a la política como ciudadano, se entrena ahora para purgar cadena perpetua en un mundo industrial. La medicalización de la sociedad industrial lleva su carácter imperialista a la plena fructificación.» IVAN ILLICH (1976)
  • «Nosotros buscamos ayuda porque vivimos en un estado de desdicha, de confusión, de conflicto, y queremos que se nos ayude. Queremos que alguien nos diga lo que debemos hacer, queremos alguna guía, tomarnos de la mano de alguien que en esta oscuridad pueda conducirnos hacia la luz. Estamos tan confundidos que no sabemos hacia dónde volvernos. La educación, la religión, los líderes, los santos, todo eso ha fracasado por completo; no obstante, a causa de que sufrimos, de que hay conflicto y confusión, acudimos a alguien para que nos ayude. Y probablemente sea por eso que están aquí casi todos ustedes, esperando captar de algún modo una vislumbre de la realidad, ser conducidos de algún modo hacia esa belleza de la vida.» JIDDU KRISHNAMURTI (1964)
  • «La intensidad yatrogénica de nuestra empresa médica es sólo un ejemplo particularmente doloroso de cómo la sobreproducción frustrante aparece en igual medida en que aparece la aceleración consumidora de tiempo en el tráfico, la estática en las comunicaciones, el adiestramiento de incompetentes rotundos en la educación, el desarraigo como resultado del desarrollo habitacional, y la sobrealimentación destructiva. Esta contraproductividad específica constituye un efecto secundario no deseable de la producción industrial, que no puede ser externalizado del sector económico particular que lo produce. Fundamentalmente no se debe a los errores técnicos ni a la explotación de clase sino a la destrucción industrialmente generada de aquellas condiciones ambientales, sociales y psicológicas necesarias para el desarrollo de valores de uso no industriales o no profesionales. La contraproductividad es el resultado de una parálisis, industrialmente inducida, de la actividad práctica de autogobierno». IVAN ILLICH (1976)
  • «La yatrogénesis sólo podrá controlarse si se le entiende como sólo uno de los aspectos del imperio destructivo de la industria sobre la sociedad, como sólo una instancia de esa paradójica contraproductividad que actualmente aflora en todos los sectores industriales de importancia. Al igual que la aceleración consumidora de tiempo, la educación estupidizante, la defensa militar autodestructiva, la información desorientadora o los proyectos habitacionales desestabilizadores, la medicina patógena es el resultado de una sobreproducción industrial que paraliza la acción autónoma. Con el fin de enfocar esta contraproductividad específica de la industria contemporánea, hay que distinguir claramente la sobreproducción frustrante de otras dos categorías de cargas económicas con las que suele confundírsele, a saber: la utilidad marginal decreciente y la externalidad negativa. Sin esta distinción de la frustración específica que constituye la contraproductividad, de los precios crecientes y de los opresivos costos sociales, la evaluación social de cualquier empresa técnica, ya sea la medicina, el transporte, los medios de comunicación o la educación, seguirá limitada a ser una contaduría de costo-eficiencia sin aproximarse siquiera a una crítica radical de la eficacia instrumental de estos sectores diversos». IVAN ILLICH (1976)
  • «El resultado acumulativo de la sobreexpansión en la industria de la asistencia a la salud ha desbaratado el poder personal para responder al reto y enfrentarse a cambios en su cuerpo o modificaciones en su ambiente. El poder destructivo de la sobreexpansión médica no significa, desde luego, que el saneamiento, la inoculación y el control vectorial, la educación sanitaria bien distribuida, la arquitectura saludable y la maquinaria segura, la competencia general en los primeros auxilios, el acceso igualitario a la atención médica dental y primaria, así como servicios complejos juiciosamente seleccionados, no pudieran encajar en una cultura verdaderamente moderna que fomentara la autoasistencia y la autonomía. Mientras la intervención ingenieril en la relación entre individuos y ambiente se mantiene por debajo de cierta intensidad, relacionada con el campo de libertad individual de acción, tal intervención puede reforzar la competencia del organismo para enfrentar su circunstancia y crear su propio futuro. Pero más allá de cierto nivel, el manejo heterónomo de la vida inevitablemente restringirá las respuestas no triviales del organismo, para luego baldarlas y finalmente paralizarlas, y lo que se planeó como asistencia a la salud se convertirá en una forma específica de negación de la salud». IVAN ILLICH (1976)
  • «La asistencia médica, la seguridad industrial, la educación sanitaria y el reacondicionamiento psíquico son todos nombres diferentes para la tecnificación humana necesaria a fin de adaptar poblaciones sanitarias a los sistemas de ingeniería. Como el sistema de prestaciones sanitarias falla continuamente en su respuesta a las demandas que se le hacen, los estados patológicos clasificados actualmente como enfermedades podrían pronto llegar a constituir aspectos de desviación criminal y conducta social. La terapéutica conductual empleada en presidiarios en los Estados Unidos y el encarcelamiento de adversarios políticos en hospitales psiquiátricos en la URSS indican las direcciones que podría seguir la integración de las profesionales terapéuticas: una mayor confusión de fronteras entre las terapéuticas administradas con un fundamento racional médico, educativo o ideológico». IVAN ILLICH (1976)

 

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