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Las inmunidad en los humanos y la respuesta inmunitaria

En la actualidad con la crisis del coronavirus estamos escuchando constantemente términos como respuesta inmunitaria, inmunidad frente al COVID19, inmunidad de grupo,…  pero ¿sabemos realmente a lo que nos estamos refiriendo?

En este artículo vamos a intentar explicar que es y como funciona la inmunidad en los seres vivos.

 

 Coronavirus

Coronavirus

¿Que es la Respuesta inmunitaria?

La respuesta inmunitaria permite a los vertebrados destruir los microorganismos causantes de las enfermedades –como las bacterias, los virus y los hongos– que invaden el organismo.

Una parte de la respuesta inmunitaria (la inmunidad innata) es de acción rápida y no específica, y corresponde a barreras externas como la piel y a procesos como la fagocitosis y la inflamación.

Otra parte de la respuesta inmunitaria (la inmunidad adquirida) organiza ataques específicos contra microbios o virus concretos como el coronavirus.

De esta parte de la respuesta inmunitaria se encargan determinados tipos de glóbulos blancos y es más efectiva a la segunda o a exposiciones sucesivas a los organismos invasores.

La respuesta inmunitaria también desempeña un papel importante en el control del cáncer y en los problemas de rechazo que aparecen después de un trasplante.

En algunas personas puede desencadenarse accidentalmente frente a sustancias inocuas, causando alergias, o frente a tejidos del mismo organismo, provocando trastornos por autoinmunidad.

 

 

La inmunidad innata

En la mayoría de animales, la piel constituye una barrera infranqueable para un gran número de organismos infecciosos.

A menos que penetren a través de una herida, los microorganismos sólo pueden entrar en el cuerpo humano por las membranas mucosas (revestimiento de la boca, ojos, intestinos, vagina y canal urinario).

 

Estas áreas están protegidas por el movimiento del moco y otros fluidos (como las lágrimas) y por la presencia de enzimas (como la lisozima) que destruyen las bacterias.

Si los microorganismos atraviesan la piel o las membranas mucosas, inmediatamente encuentran los glóbulos blancos que intentan devorarlos por fagocitosis, así como los glóbulos blancos del sistema inmunitario adaptativo.

Los glóbulos blancos especializados (mast cells) liberan una sustancia química denominada histamina al tejido circundante, la cual produce los síntomas de la inflamación: dolor, hinchazón, enrojecimiento y un incremento del flujo sanguíneo.

Los vasos sanguíneos del tejido inflamado gotean, permitiendo que los glóbulos blancos salgan de ellos y, atraídos por la histamina, se dirijan al lugar de la infección para ayudar a destruir a los invasores y reparar el tejido dañado.

Además de los glóbulos blancos que van a su encuentro, los organismos invasores pueden encontrarse, también, con una proteína llamada interferón, que inhibe la multiplicación de los virus, o un grupo de proteínas sanguíneas llamadas sistema complementario, que destruye las bacterias.

La mayoría de microorganismos que entran en el estómago son destruidos por los ácidos.

Los mamíferos reciben una forma de protección adicional durante la infancia. La leche producida por la madre (en especial justo después del nacimiento) contiene gran cantidad de anticuerpos, que complementan el sistema inmunitario del bebé hasta que éste es capaz de fabricar el suyo.

 

 

Inmunidad adquirida

Este tipo de inmunidad es a la que se refieren cuando hablan de inmunidad frente al covid 19 (coronavirus) de las personas que ya lo han pasado.

La parte adquirida de la respuesta inmunitaria es extremadamente compleja y aún no ha sido totalmente entendida.

Su función es producir defensas específicas contra organismos invasores o células cancerígenas.

Además, retiene el recuerdo del invasor, de forma que las defensas puedan ser reclutadas instantáneamente en el futuro si el mismo microorganismo penetra en el cuerpo de nuevo.

Se dice entonces que el animal ha adquirido la inmunidad, que es inmune a la infección.

Ésta es la razón por la que es muy difícil que una persona contraiga enfermedades como las paperas o la difteria por segunda vez.

Antes de atacar un microorganismo que no ha encontrado previamente, el sistema inmunitario adquirido primero reconoce al microorganismo como antígeno –proteína extraña o distinta del resto de proteínas naturales de su cuerpo. Seguidamente se organiza la respuesta, ya sea humoral o celular. La respuesta humoral consiste en la producción de proteínas solubles llamadas anticuerpos, que son fabricadas por los glóbulos blancos llamados linfocitos B.

Las respuestas celulares se centran en actividades de células similares llamadas linfocitos T. La memoria del sistema inmunitario se basa en la supervivencia de ciertos linfocitos B y T, que hayan sido activados durante su primer encuentro con un antígeno.

 

Inmunidad humoral

Este tipo de inmunidad es particularmente importante en la defensa contra las bacterias.

Después de un complejo proceso en el que las proteínas de la superficie de los microorganismos son reconocidas como antígenos, ciertos linfocitos B empiezan a multiplicarse.

Las nuevas células B producen gran número de moléculas de anticuerpos, que se unen a los antígenos.

Marcados de este modo, los organismos extraños son fácilmente presas de los glóbulos blancos que realizan la fagocitosis.

La unión del anticuerpo y el antígeno puede activar también el sistema complementario, que ayuda a los fagocitos a englobar y destruir los microorganismos.

 

La inmunidad celular

Este tipo de inmunidad es particularmente importante en la defensa contra los virus, así como ciertos parásitos que se esconden en las células y, posiblemente, las células cancerígenas.

Los linfocitos T responsables de la inmunidad celular son de dos tipos: células ayudantes y células citotóxicas (que destruyen).

Las células ayudantes desempeñan un papel en el reconocimiento de antígenos y (entre otras funciones) activan las células citotóxicas, que se multiplican y bloquean las células invasoras reconociendo antígenos en su superficie celular.

Seguidamente destruyen las células parasitadas.

Se cree que las células citotóxicas actúan de una forma similar contra las células cancerígenas y frente a las células de tejidos trasplantados.

 

 

Alteraciones de la respuesta inmunitaria

La respuesta inmunitaria constituye una ventaja esencial para la protección del organismo frente a los agentes infecciosos y, probablemente, el cáncer.

En los trastornos por inmunodeficiencia, la supresión del sistema inmunitario tiene lugar bien como resultado de una alteración heredada o bien como consecuencia de la infección provocada por determinados virus, como el VIH, el virus causante del SIDA.

En otro grupo de trastornos conocidos como alteraciones de la autoinmunidad, el sistema inmunitario identifica erróneamente determinadas proteínas del cuerpo como antígenos y organiza un ataque inmunitario contra ellas.

Otras alteraciones ocurren cuando el sistema inmunitario organiza una respuesta inadecuada frente a antígenos inofensivos, como el polen, provocando hipersensibilidad o alergia.

 

Espero que este artículo haya servido para despejar dudas sobre la inmunidad frente al coronavirus y la respuesta inmunitaria en los seres vivos.

 

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